Desarrollo rural que cultiva la paz en Colombia


Por Alan Bojanic, Representante de la FAO en Colombia

El municipio de Caldono ha podido resurgir luego de décadas de conflicto armado, gracias a un proyecto conjunto de la FAO y la Agencia de Renovación del Territorio que impulsó el desarrollo rural de comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes. ©FAO

31/03/2021

El municipio de Caldono, en las montañas del departamento de Cauca, ubicado en el sudoeste de Colombia, fue uno de los más golpeados por el conflicto armado del país.

Pero luego de más de tres décadas de violencia, la firma del Acuerdo de Paz en 2016 trajo a las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes de Caldono la esperanza de un mejor futuro.

Para contribuir a esto, la FAO y la Agencia de Renovación del Territorio (ART) desarrollaron múltiples proyectos productivos y agropecuarios, económicamente viables y ambientalmente sostenibles, junto a las comunidades de Caldono.

Para ello, fortalecieron las capacidades socioempresariales y comerciales de las organizaciones, dieron asistencia técnica, e impulsaron la vinculación a mercados, para fomentar el desarrollo local y la inversión.

La FAO centró sus esfuerzos en el desarrollo rural, potenciando las capacidades productivas de las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes mediante acompañamiento técnico e inversiones en infraestructura, para que no tuvieran que salir de su territorio, sino encontrar allí la prosperidad para sus familias.

Entre julio de 2017 y diciembre de 2019, la alianza FAO-ART acompañó a más de mil familias del municipio de Caldono, generando beneficios indirectos para cerca de 5 000 familias.

FAO y ART aplicaron una estrategia de cadena de valor territorial que permitió la dinamización de la economía local: priorizaron las principales fuentes de ingresos y empleo del municipio, las líneas productivas del café, el fique, la caña y la mora, con potencial de crecimiento por área sembrada.

La FAO y la Agencia de Renovación del Territorio (ART) desarrollaron múltiples proyectos productivos y agropecuarios, económicamente viables y ambientalmente sostenibles, junto a las comunidades de Caldono. ©FAO

El ADN del pueblo indígena Nasa-Paez

El fique –una fibra vegetal originaria de Colombia- considerada como el ADN del pueblo indígena Nasa Paez, fue uno de los productos potenciados por la FAO-ART.

El departamento de Cauca es el mayor productor nacional: con el acompañamiento del proyecto FAO-ART, 132 familias fiqueras mejoraron sus procesos de cosecha y poscosecha y sus prácticas agronómicas y ambientales.

75 hectáreas de fique fueron el epicentro de un proceso que hoy sigue en crecimiento a través de ejercicios de réplica entre las familias productoras del municipio, que han expandido el cultivo a 83 hectáreas más.

Producción que fortalecieron con el suministro de 8 unidades de banco de maquinaria para el desfibrado de fique y el 68 sistemas de tratamiento de aguas que recibieron por parte del proyecto, y que junto con los conocimientos y experiencias adquiridos, son hoy su principal herramienta.

El éxito de esta iniciativa se tradujo en una alianza comercial de las comunidades de Caldono con Empaques del Cauca y Empaques de Medellín, empresas con las que comercializan las bolsas de fique para empacar café y otros alimentos, empleadas para las ventas por mayor.

El fortalecimiento de la cadena de valor del café, principal actividad productiva de la zona, tuvo un impulso tras la construcción del Centro Regional de Capacitación y Agronegocios del Café. ©FAO

Un gran impulso al café

El fortalecimiento de la cadena de valor del café, principal actividad productiva de la zona, tuvo un impulso tras la construcción del Centro Regional de Capacitación y Agronegocios del Café, para cuyo manejo se creó una asociación de segundo nivel “Un Grano para la Paz”, conformada por 9 asociaciones cafetera de base (5 campesinas, 4 indígenas) que reúnen un total de 4 915 productores.

Además, se establecieron dos centros de acopio, y un grupo de jóvenes y mujeres recibieron entrenamiento en buenas prácticas de cosecha y postcosecha y un curso para ser catadores de café.

Fruto de este proyecto, y gracias a la perseverancia de las familias cafeteras, actualmente la Central Cooperativa Indígena del Cauca (CENCOIC), administradora del Centro Regional de Agronegocios, sigue creciendo: en 2020, y pese a las consecuencias de la pandemia, el centro logró exportar 32 contenedores de café a 10 países.

Lo propio de nuestra tierra

Otro de los procesos apoyados por FAO-ART fue la remodelación de la planta procesadora de Ñuxspa (que significa “lo propio de nuestra tierra” en lengua Nasa), manejada por la Asociación de Cabildos Indígenas Ukawe´xs Nasa Çxahb de Caldono.

La planta produce jugo de mora, naranja-piña, agua y mermeladas, y con su remodelación, la asociación -que cuenta con el reconocimiento de 121 cabildos indígenas del Cauca y vincula a 11 asociaciones indígenas- cumplió con las normas para el procesamiento y las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), logrando con ello poder participar en mercados locales, regionales y nacionales.

La Asociación de Cabildos Indígenas Ukawe´xs Nasa Çxahb ha podido incluir nuevas variedades y adoptar de procesos sostenibles en la producción de la caña panelera en 93 hectáreas de cultivo, manejadas por 80 familias.

El fortalecimiento organizativo ha permitido mantener vigente en la producción a estas familias que hoy cuentan además con 46 bodegas de herramientas, 43 composteras para producción de abonos orgánicos a partir de los subproductos de la caña, 2 trapiches y maquinarias.

Todas estas intervenciones han significado grandes aportes para la economía local, y han impulsado la reconstrucción del valioso tejido social de Caldono.


1. No poverty, 2. Zero hunger, 8. Decent work and economic growth