Reconstruir los medios de vida a través de la acuicultura en las zonas afectadas por el conflicto del noreste de Nigeria


Fred Kafeero, Representante de la FAO ante Nigeria y la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO)

La cría de peces y los microhuertos han impulsado los ingresos y la nutrición. ©FAO/Opeyemi Olagunju

05/05/2021

La pesca ha sido la principal fuente de medios de vida de muchas comunidades de la región nororiental de Nigeria, en especial en el estado de Borno, que limita con el lago Chad.

Sin embargo, el prolongado conflicto armado en la región ha provocado una de las peores emergencias humanitarias del mundo. Se ha prohibido la pesca en el lago Chad por motivos de seguridad, lo que ha privado a los pescadores de sus medios de vida.

Además de perder ingresos, las comunidades locales también se vieron expuestas a la inseguridad alimentaria y la malnutrición, habida cuenta de que dependían en gran medida del pescado como principal fuente de proteínas y otros nutrientes esenciales. Muchos huyeron de la insurgencia, abandonando sus tierras agrícolas y zonas de pesca para buscar protección.

En abril de 2019, la FAO puso en marcha la primera intervención en materia de acuicultura en el estado de Borno con el objetivo de ofrecer a estas comunidades, en particular a los jóvenes y las mujeres, fuentes alternativas de ingresos y alimentos ricos en proteínas. La FAO les impartió capacitación sobre prácticas de acuicultura seguras y sostenibles y les proporcionó equipos y asistencia técnica continuada para que emprendieran actividades acuícolas y obtuvieran un buen rendimiento de sus depósitos para peces.

La iniciativa de la FAO está creando puestos de trabajo para hombres y mujeres jóvenes y oportunidades para otras personas a lo largo de la cadena de valor del pescado. ©FAO/Opeyemi Olagunju

Resultados visibles

Los resultados han sido notables. Se organizó a los aprendices en grupos de 10 personas y cada grupo recibió 10 depósitos de fibra de vidrio de gran capacidad (3 000 litros) y 5 000 ejemplares juveniles de bagre, así como alimentos para peces y otros equipos. Los depósitos de cada grupo se instalaron en terrenos donados por la autoridad de la zona del gobierno local y los líderes tradicionales en lugares protegidos y seguros dentro de las comunidades de acogida.

Las altas temperaturas del noreste de Nigeria propician el crecimiento de bagres, lo que, unido a las buenas prácticas de los aprendices, dio lugar a una producción de alrededor de 30 000 kg de pescado entre 2019 y 2020 a lo largo de cinco ciclos de producción.

El pescado fresco se vende en el mercado o se seca utilizando la cámara de ahumar de la técnica de elaboración FAO-Thiaroye, que constituye una forma segura y con un bajo consumo de combustible de elaborar el pescado y reducir las pérdidas postcaptura.

El agua rica en nutrientes que se cambia periódicamente de los depósitos se emplea para regar los huertos creados por cada uno de los grupos participantes. Este enfoque garantiza que los participantes obtengan beneficios adicionales del agua utilizada para la cría de peces. Gracias a la disponibilidad de agua para riego, se obtienen cosechas de los huertos durante todo el año.

El agua rica en nutrientes que se cambia periódicamente de los depósitos se emplea para regar los huertos creados por cada uno de los grupos participantes. ©FAO/Opeyemi Olagunju

Cambiar las vidas para mejorar la nutrición, crear puestos de trabajo y aumentar los ingresos

La iniciativa de la FAO en materia de acuicultura está creando puestos de trabajo para hombres y mujeres jóvenes y oportunidades para otras personas a lo largo de la cadena de valor del pescado. Ya se han creado aproximadamente 200 empleos decentes directos en acuicultura y se espera crear 100 más en 2021. Al final de un ciclo de seis meses, la intervención generó aproximadamente 382 500 nairas nigerianas (NGN), esto es, 1 062 USD, por hogar, con lo que proporcionó ingresos esenciales a estas comunidades vulnerables.

La agricultura integrada también está complementando los ingresos y las necesidades nutricionales de los hogares. Algunos participantes comunicaron que en el momento álgido de su cosecha pudieron ganar entre 8 000 NGN y 12 000 NGN a la semana, esto es, entre 21 USD y 31 USD, de la venta de hortalizas.

Asimismo, la FAO ha incorporado a los grupos capacitación sobre asociaciones de ahorro y préstamo colectivos, a fin de que los acuicultores puedan aprovechar sus ganancias para la reinversión y la diversificación a otras actividades de subsistencia.

En un contexto en el que la inseguridad alimentaria y la malnutrición son importantes desafíos en la región nororiental de Nigeria, la intervención en materia de acuicultura ha mejorado la diversidad de la alimentación de los hogares participantes. Teniendo en cuenta la prohibición impuesta a la pesca en el lago Chad, esta iniciativa logra que se pueda acceder fácilmente al pescado en las comunidades rurales, lo que aumenta las opciones alimentarias disponibles para los hogares vulnerables. Las hortalizas cosechadas han aumentado todavía más el acceso de los hogares a alimentos nutritivos.

Una buena práctica que puede aplicarse a mayor escala

El enfoque de agrupación empleado por la FAO, en el que los grupos trabajan juntos y los ingresos y capturas se comparten, fomenta el aprendizaje colectivo, la participación y la cohesión social.

La iniciativa también ha mitigado los riesgos para la seguridad de los pescadores vulnerables porque ya no necesitan ir al lago Chad a pescar.

La cría de bagres utilizando depósitos, integrada en la producción de hortalizas, constituye una combinación de cultivos y acuicultura productiva y eficiente, especialmente en un país como Nigeria en el que los alimentos para peces y los alevines están disponibles a nivel local. Este sistema de producción de peces y cultivos puede ampliarse rápidamente con miras a lograr la mejora de la seguridad alimentaria y la nutrición, el aumento de los ingresos y una integración mutuamente beneficiosa de las personas desplazadas internamente en sus comunidades de acogida.

La iniciativa forma parte de un programa más amplio de fondos fiduciarios de la Unión Europea encaminado a ayudar a cerca de 100 000 hogares en Borno a restablecer sus medios de vida en la agricultura, la ganadería, la producción pesquera y los agronegocios.


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