15/11/2021 El atún y las especies afines, en particular el rabil y el pez vela del Atlántico, constituyen alrededor del 70 % de las capturas notificadas en Granada. Con unas 2 550 toneladas de pescado capturado anualmente, la pesca desempeña una función destacada en la economía granadina, ya que proporciona empleo e ingresos, así como alimentos y seguridad alimentaria, al tiempo que constituye una importante fuente de ingresos en divisas.
Como pilar de la economía, el pescado es un elemento clave de la cocina y la dieta locales. El sector pesquero es predominantemente comercial a pequeña escala y suministra pescado fresco a consumidores y mercados locales. Además, las capturas de los buques pesqueros contribuyen al mercado de exportación.
Habida cuenta de que es un importante recurso para los granadinos, tanto para la seguridad alimentaria como para los ingresos de exportación, la sostenibilidad de la cadena de valor del atún es fundamental. En la última evaluación de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (CICAA), se señala que el rabil no es objeto de sobrepesca, aunque se pensaba que se estaba produciendo este fenómeno. Sin embargo, a pesar de que no se ha notificado sobrepesca, siguen existiendo problemas importantes con la población y es posible que se establezcan contingentes por países en uno o dos años. Este desafío está afectando a la pesca ya que reduce la producción y, unido a los efectos del cambio climático (incluidos los cambios en la temperatura de la superficie del mar y el incremento de su nivel), podría tener repercusiones tremendas para los medios de vida de los pescadores que dependen de este sector para su alimentación y empleo.
Adopción de un nuevo enfoque sostenible
Para mejorar la conservación y aumentar el valor de las capturas de atún, la FAO y el Ministerio de Agricultura, Tierras y Bosques de Granada han puesto en marcha iniciativas centradas en la mejora sostenible de la cadena de valor del atún.
Este nuevo enfoque, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM) y el Banco Mundial, se ha adoptado sobre la base del modelo de elaboración de indicadores del rendimiento de la pesca, que tiene en cuenta las perspectivas social, ambiental y económica.
Este modelo se utilizó para diseñar una estrategia financiera y de conservación totalmente basada en las circunstancias y experiencias de los pescadores y trabajadores del sector pesquero, así como del Gobierno, y en ella se determinan claramente las funciones, el potencial de inversión y las necesidades de capital de las distintas partes interesadas.
Posteriormente, se elaboró un modelo de negocio para ofrecer incentivos monetarios a una empresa del sector privado, a organizaciones de pescadores y al Gobierno para que invirtieran en tecnología de probada eficacia a fin de mejorar la conservación, al tiempo que se potenciaba el valor a lo largo de la cadena de suministro de atún. Este enfoque, basado en una asociación público-privada para el fomento de la pesca, reunió a todas las partes interesadas con objeto de adoptar una visión holística encaminada a disponer lo necesario para reducir las capturas incidentales, además de agregar valor a las capturas de atún y prestar apoyo en lo referente a las inversiones de capital. La pesca de atún se ha incluido actualmente en un proyecto de mejora del sector para conseguir la certificación del Consejo para la Gestión de los Mares. Ello permite que se tenga acceso a mercados de gama alta, al tiempo que establece un plan de trabajo en aras de fomentar la sostenibilidad del sector.
Gracias a esta iniciativa, los pescadores se benefician directamente de un aumento de las normas de sostenibilidad y del valor añadido de la cadena de suministro.
La asociación público-privada se ha establecido con One Skip Development (una empresa innovadora de fomento de la pesca con una larga experiencia) y dos asociaciones locales de pescadores —en concreto, las asociaciones de Grenville y Gouyave—, que han mejorado su capacidad para adoptar, examinar y aplicar un enfoque de triple resultado para el desarrollo del sector pesquero en Granada.
Estos cambios han contribuido a racionalizar tanto la cadena de suministro local como la de exportación, al pasar de la comercialización de atún descabezado y eviscerado a la comercialización de lomos de atún para la exportación. Ello ha redundado en beneficio de los pescadores locales, las organizaciones de pescadores y la empresa con fines de lucro. Se espera que los cambios acometidos aumenten los ingresos de la pesca del atún en Granada en más de 1,5 millones de USD al año.
Una asociación público-privada satisfactoria
Para respaldar la sostenibilidad de la cadena de valor, se está reestructurando una planta estatal infrautilizada de elaboración, teniendo en cuenta la inocuidad de los alimentos y la mejora de la tecnología para lograr la plena rastreabilidad de la cadena de suministro. Las asociaciones de pescadores de Grenville y Gouyave han pasado a formar parte de su estructura de propiedad, y están gestionando la planta de elaboración rehabilitada, al tiempo que se imparte formación en técnicas de pesca más sostenibles y en el funcionamiento de una planta de elaboración de alto nivel.
Además, con el apoyo de la FAO, se mejorará el sistema de acopio de datos y rastreabilidad de la cadena del atún, incluyendo la capacidad de recopilar datos en tiempo real. Ello ayudará a elaborar nuevos sistemas de datos e información y permitirá al Gobierno suministrar datos a la organización regional de ordenación pesquera y cambiar de enfoque, pasando de la recolección de datos al análisis. Este cambio será decisivo para facilitar la supervisión de la sostenibilidad de la pesca y seguir de cerca las repercusiones para la cadena a lo largo del tiempo, y para que los principales actores del sector tomen decisiones mejor fundamentadas.
La asociación público-privada de Granada es el primer proyecto de mejora de la pesca para el atún en el Atlántico, lo que muestra un notable compromiso con la sostenibilidad de la pesca en el Caribe; además, es un óptimo ejemplo de cómo la unión de múltiples partes interesadas puede mejorar los resultados sociales, económicos y ambientales de las personas al tiempo que se conserva la vida marina.
