18/05/2023 Menos del 9 % de la superficie de Uzbekistán tiene cubierta forestal e incluso este porcentaje está disminuyendo rápidamente debido a las condiciones climáticas cambiantes, las prácticas ganaderas no controladas, el aumento de la demanda de madera industrial y leña, y la expansión de la agricultura de regadío.
Esta es la razón por la que el proyecto sobre gestión forestal sostenible que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está llevando a cabo en Uzbekistán tiene especial importancia. El proyecto, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial e iniciado en 2018, busca promover la gestión sostenible de los bosques, posibilitar un uso más juicioso de los recursos forestales por parte de las comunidades locales, y preservar la productividad y la función de protección medioambiental de los bosques.
El proyecto se está llevando a cabo en cuatro zonas del país que representan una variedad de ecosistemas forestales: Sir Daria, valle de Ferganá (Pop) y las zonas montañosas de Kashkadar (Kitab y Dekhkanabad). Para las comunidades locales de las zonas incluidas en el proyecto, los bosques son la principal fuente de ingresos, y la degradación de estos representa una seria amenaza para sus medios de vida.
La FAO ha venido realizando actividades de capacitación para estas comunidades con el fin de diversificar sus oportunidades de generación de ingresos. Aunque en Uzbekistán las mujeres del medio rural tienen niveles de educación elevados y participan en actividades económicas, están desvinculadas casi por completo de la toma de decisiones en materia forestal y tienen un acceso limitado a la información y la propiedad. Por lo tanto, las actividades de capacitación se han centrado en las mujeres, especialmente las procedentes de hogares pobres.
Desde 2019, más de 400 mujeres residentes en lugares donde se han llevado a cabo proyectos piloto han aprendido a producir objetos artesanales no derivados de la madera y respetuosos con el medio ambiente para su venta. Gracias a las habilidades que han adquirido o mejorado, estas mujeres han aumentado sus ingresos, han reducido su dependencia del pastoreo y la explotación maderera y han mejorado la nutrición y los medios de vida de sus hijos y familias.
Para hacer sostenible este proyecto, la FAO, en estrecha colaboración con los asociados nacionales y la Agencia Forestal del Ministerio de Recursos Naturales de Uzbekistán, elaboró una estrategia de género para empoderar a las mujeres de las comunidades dependientes de los bosques.
El objetivo es reducir las desigualdades entre mujeres y hombres y brindar iguales oportunidades de empleo y de acceso a los recursos forestales y de pastizales, incluido el acceso a puestos de decisión y gestión en el sector. La estrategia pone de relieve la contribución de las mujeres a la economía en el sector forestal y señala la necesidad de mejorar la infraestructura en las zonas rurales y remotas, que tienen especial repercusión en la situación económica de las mujeres.
La estrategia recomienda que al menos el 20 % de los puestos directivos en la Agencia Forestal estén ocupados por mujeres y que al menos el 30 % de los graduados en centros de enseñanza forestal superior sean mujeres. La estrategia se compromete también a ayudar a las mujeres a convertirse en arrendatarias de larga duración en la agroforestería y la ganadería. Asimismo, la estrategia recomienda que la Agencia Forestal destine un presupuesto específico a financiar la infraestructura social y a establecer, en cada empresa forestal estatal, coordinadores de género cuya labor consista en velar por que se respeten las disposiciones de la estrategia en todas las circunstancias.
Estas y otras importantes disposiciones de la estrategia son fundamentales para hacer frente a los estereotipos de género comunes en el sector, promover la igualdad de derechos y oportunidades y empoderar a las mujeres rurales. Con vistas a la asimilación de las disposiciones de la estrategia y a apoyar su adopción por la Agencia Forestal, la FAO ha venido organizando actividades de sensibilización y promoción, tanto en la capital como en las zonas que contempla el proyecto, dirigidas a los empleados del sector forestal y las comunidades locales.
La gestión sostenible de los bosques no puede lograrse sin la plena participación de las mujeres, y trabajamos con ahínco para garantizar que todas las intervenciones de la FAO beneficien a hombres y mujeres por igual, sin dejar a nadie atrás. Los enfoques en pro de una vida mejor implican abordar las necesidades estratégicas y los derechos de las mujeres, lo que incluye aumentar el acceso a la propiedad y el control de los recursos naturales —ya sean tierras, bosques, pastizales u otros— y reducir la carga añadida del trabajo doméstico para las mujeres.
Podemos empoderar a las mujeres rurales ayudándolas a diversificar sus ingresos y a aumentar sus oportunidades económicas. Con el tiempo, esto tendrá como resultado una mejora de los medios de vida de todos los que integran las comunidades dependientes de los bosques, con notables repercusiones en el alivio de la pobreza, el uso sostenible de los bosques y una vida mejor para todos.