El Director General de la FAO comunica al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se necesitan medidas urgentes para evitar el riesgo de hambruna en Burkina Faso, Sudán del Sur y el Yemen
El conflicto y la COVID-19 también están agravando la inseguridad alimentaria en la República Democrática del Congo, el norte de Nigeria, Somalia y el Sudán
17 de septiembre de 2020, Nueva York/Roma - El Director General de la FAO, Sr. QU Dongyu, advirtió hoy al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de que Burkina Faso, Sudán del Sur y el Yemen estaban en riesgo de padecer hambruna y pidió una respuesta humanitaria urgente y unida para salvar vidas y medios de vida.
"Desgraciadamente, existen muchas más situaciones donde el conflicto y la inestabilidad, ahora agravados también por la enfermedad por coronavirus (COVID-19), son las causas de una forma de hambre más grave y de inseguridad alimentaria aguda. Esto resulta especialmente patente en zonas donde el conflicto y otros factores como las perturbaciones económicas y los fenómenos meteorológicos extremos ya empujan a las personas a la pobreza y el hambre", afirmó.
En una reunión informativa virtual mantenida con el Consejo de Seguridad sobre los conflictos y el hambre, el Sr. QU también subrayó la terrible situación en la que se encuentran la República Democrática del Congo, el norte de Nigeria, Somalia y el Sudán.
El Consejo de Seguridad invitó al Director General de la FAO, al Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas, Sr. Mark Lowcock, y al Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, Sr. David Beasley, a facilitar información actualizada sobre la situación de la seguridad alimentaria en una serie de países del mundo en situación de inseguridad alimentaria.
"A nivel mundial, las personas más afectadas son la población urbana pobre, los trabajadores informales y las comunidades pastorales, así como personas que ya son especialmente vulnerables como los niños, las mujeres, las personas mayores, los enfermos y los discapacitados", declaró el Director General de la FAO.
"Necesitamos ayuda de primera necesidad y rápida para detener el hambre, necesitamos prevención y producción a nivel local, necesitamos voluntad política y necesitamos medidas colectivas, pues las previsiones sobre la seguridad alimentaria en 2020 siguen empeorando", añadió.
Esta es la segunda vez este año que se ha pedido al Sr. QU que informe al Consejo de Seguridad sobre situaciones de inseguridad alimentaria derivadas de conflictos. Junto con el Sr. Lowcock y el Sr. Beasley, se dirigió a este organismo de las Naciones Unidas por última vez en abril.
La COVID-19 y la langosta del desierto son factores que están agravando la inseguridad alimentaria aguda
El Sr. QU expresó su profunda preocupación sobre los últimos datos de la República Democrática del Congo, que muestran que, a diario, unos 21,8 millones de personas no pueden obtener alimentos suficientes. El Sr. QU informó de que esta era "la cifra más elevada de personas que experimentan inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o en grados más graves jamás registrada en un único país".
El Sr. QU señaló que, en el Yemen, la plaga de la langosta del desierto había amenazado aún más la disponibilidad de alimentos. "La FAO insta a todos los actores pertinentes a trabajar para garantizar el acceso a fin de llevar a cabo operaciones de control que eviten que la plaga empeore todavía más la situación en deterioro en la que se encuentran el Yemen y otras zonas", declaró.
Asimismo, el Director General de la FAO expresó su "gran alarma" por el empeoramiento de la situación en Burkina Faso, donde el número de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o en grados más graves casi se ha triplicado.
El Sr. QU afirmó también que, en el norte de Nigeria, entre junio y agosto de 2020, el número de personas que se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o de emergencia se incrementó un 73 %, en comparación con el máximo registrado en 2019, y casi alcanzó los 8,7 millones de personas.
Asimismo, señaló que, en Somalia, entre julio y septiembre de 2020, 3,5 millones de personas padecían inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o grados más graves. Este incremento del 67 % en comparación con el máximo registrado en 2019 se debe a las tres perturbaciones experimentadas este año: la COVID-19, las inundaciones y el recrudecimiento de la plaga de la langosta del desierto. "Aunque se han realizado numerosos progresos en el control de la langosta, la FAO está haciendo todo lo posible por mantener las operaciones de control", afirmó el Director General.
En el Sudán, el número de personas que necesitan asistencia humanitaria con urgencia ha aumentado un 64 % entre junio y septiembre de 2020, alcanzando los 9,6 millones de personas aproximadamente, es decir, el nivel más elevado jamás registrado en el país, a lo cual se suman las graves inundaciones que han agravado la situación.
Combatir la inseguridad alimentaria aguda, aprovechar el poder de las inversiones y la innovación
En su intervención ante el Consejo de Seguridad, el Director General de la FAO pidió que se pusiera en marcha un "paquete de soluciones" a fin de combatir la inseguridad alimentaria aguda de manera eficaz. Declaró que las medidas relacionadas con la asistencia humanitaria, el desarrollo y la paz debían coordinarse adecuadamente y de manera complementaria y que debían reforzarse mutuamente a nivel mundial, regional, nacional y local.
"Los actores humanitarios pueden proporcionar ayuda de primera necesidad. Los sistemas agroalimentarios pueden desempeñar una función más sostenible para lograr una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejores", afirmó el Sr. QU.
Además, señaló que había "buenas noticias", pues la FAO preveía para 2020 una cosecha excelente de los principales cultivos a nivel mundial, un máximo histórico con 58 millones de toneladas más que las registradas en 2019.
El Sr. QU subrayó que este logro había sido posible gracias a políticas propicias, inversiones, la innovación y "el duro trabajo de millones de agricultores".
"Es posible lograr una paz y armonía duraderas mediante políticas adecuadas e inversiones en infraestructura agrícola y creación de capacidad en el desarrollo rural, especialmente en zonas de conflicto", afirmó.
El Sr. QU aseguró también que el Consejo de Seguridad podía desempeñar una función decisiva a la hora de abordar la amenaza de la inseguridad alimentaria aguda derivada de conflictos mediante la promoción del diálogo y la búsqueda de soluciones a los conflictos y la violencia. Esto permitiría ampliar las actividades urgentes destinadas a salvar vidas y medios de vida y proporcionar respuestas humanitarias y de desarrollo mejor integradas que aborden los múltiples factores de la inseguridad alimentaria.
"Una vez más, permítanme garantizar el apoyo continuado del Consejo de la FAO mediante asesoramiento en materia de políticas, asistencia técnica, nuestra plataforma de macrodatos y servicios específicos sobre el terreno", concluyó el Director General.
"Desgraciadamente, existen muchas más situaciones donde el conflicto y la inestabilidad, ahora agravados también por la enfermedad por coronavirus (COVID-19), son las causas de una forma de hambre más grave y de inseguridad alimentaria aguda. Esto resulta especialmente patente en zonas donde el conflicto y otros factores como las perturbaciones económicas y los fenómenos meteorológicos extremos ya empujan a las personas a la pobreza y el hambre", afirmó.
En una reunión informativa virtual mantenida con el Consejo de Seguridad sobre los conflictos y el hambre, el Sr. QU también subrayó la terrible situación en la que se encuentran la República Democrática del Congo, el norte de Nigeria, Somalia y el Sudán.
El Consejo de Seguridad invitó al Director General de la FAO, al Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas, Sr. Mark Lowcock, y al Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, Sr. David Beasley, a facilitar información actualizada sobre la situación de la seguridad alimentaria en una serie de países del mundo en situación de inseguridad alimentaria.
"A nivel mundial, las personas más afectadas son la población urbana pobre, los trabajadores informales y las comunidades pastorales, así como personas que ya son especialmente vulnerables como los niños, las mujeres, las personas mayores, los enfermos y los discapacitados", declaró el Director General de la FAO.
"Necesitamos ayuda de primera necesidad y rápida para detener el hambre, necesitamos prevención y producción a nivel local, necesitamos voluntad política y necesitamos medidas colectivas, pues las previsiones sobre la seguridad alimentaria en 2020 siguen empeorando", añadió.
Esta es la segunda vez este año que se ha pedido al Sr. QU que informe al Consejo de Seguridad sobre situaciones de inseguridad alimentaria derivadas de conflictos. Junto con el Sr. Lowcock y el Sr. Beasley, se dirigió a este organismo de las Naciones Unidas por última vez en abril.
La COVID-19 y la langosta del desierto son factores que están agravando la inseguridad alimentaria aguda
El Sr. QU expresó su profunda preocupación sobre los últimos datos de la República Democrática del Congo, que muestran que, a diario, unos 21,8 millones de personas no pueden obtener alimentos suficientes. El Sr. QU informó de que esta era "la cifra más elevada de personas que experimentan inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o en grados más graves jamás registrada en un único país".
El Sr. QU señaló que, en el Yemen, la plaga de la langosta del desierto había amenazado aún más la disponibilidad de alimentos. "La FAO insta a todos los actores pertinentes a trabajar para garantizar el acceso a fin de llevar a cabo operaciones de control que eviten que la plaga empeore todavía más la situación en deterioro en la que se encuentran el Yemen y otras zonas", declaró.
Asimismo, el Director General de la FAO expresó su "gran alarma" por el empeoramiento de la situación en Burkina Faso, donde el número de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o en grados más graves casi se ha triplicado.
El Sr. QU afirmó también que, en el norte de Nigeria, entre junio y agosto de 2020, el número de personas que se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o de emergencia se incrementó un 73 %, en comparación con el máximo registrado en 2019, y casi alcanzó los 8,7 millones de personas.
Asimismo, señaló que, en Somalia, entre julio y septiembre de 2020, 3,5 millones de personas padecían inseguridad alimentaria aguda en grado de crisis o grados más graves. Este incremento del 67 % en comparación con el máximo registrado en 2019 se debe a las tres perturbaciones experimentadas este año: la COVID-19, las inundaciones y el recrudecimiento de la plaga de la langosta del desierto. "Aunque se han realizado numerosos progresos en el control de la langosta, la FAO está haciendo todo lo posible por mantener las operaciones de control", afirmó el Director General.
En el Sudán, el número de personas que necesitan asistencia humanitaria con urgencia ha aumentado un 64 % entre junio y septiembre de 2020, alcanzando los 9,6 millones de personas aproximadamente, es decir, el nivel más elevado jamás registrado en el país, a lo cual se suman las graves inundaciones que han agravado la situación.
Combatir la inseguridad alimentaria aguda, aprovechar el poder de las inversiones y la innovación
En su intervención ante el Consejo de Seguridad, el Director General de la FAO pidió que se pusiera en marcha un "paquete de soluciones" a fin de combatir la inseguridad alimentaria aguda de manera eficaz. Declaró que las medidas relacionadas con la asistencia humanitaria, el desarrollo y la paz debían coordinarse adecuadamente y de manera complementaria y que debían reforzarse mutuamente a nivel mundial, regional, nacional y local.
"Los actores humanitarios pueden proporcionar ayuda de primera necesidad. Los sistemas agroalimentarios pueden desempeñar una función más sostenible para lograr una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejores", afirmó el Sr. QU.
Además, señaló que había "buenas noticias", pues la FAO preveía para 2020 una cosecha excelente de los principales cultivos a nivel mundial, un máximo histórico con 58 millones de toneladas más que las registradas en 2019.
El Sr. QU subrayó que este logro había sido posible gracias a políticas propicias, inversiones, la innovación y "el duro trabajo de millones de agricultores".
"Es posible lograr una paz y armonía duraderas mediante políticas adecuadas e inversiones en infraestructura agrícola y creación de capacidad en el desarrollo rural, especialmente en zonas de conflicto", afirmó.
El Sr. QU aseguró también que el Consejo de Seguridad podía desempeñar una función decisiva a la hora de abordar la amenaza de la inseguridad alimentaria aguda derivada de conflictos mediante la promoción del diálogo y la búsqueda de soluciones a los conflictos y la violencia. Esto permitiría ampliar las actividades urgentes destinadas a salvar vidas y medios de vida y proporcionar respuestas humanitarias y de desarrollo mejor integradas que aborden los múltiples factores de la inseguridad alimentaria.
"Una vez más, permítanme garantizar el apoyo continuado del Consejo de la FAO mediante asesoramiento en materia de políticas, asistencia técnica, nuestra plataforma de macrodatos y servicios específicos sobre el terreno", concluyó el Director General.

El Consejo de Seguridad invitó al Director General de la FAO QU Dongyu a facilitar información actualizada sobre la situación de la seguridad alimentaria en una serie de países del mundo en situación de inseguridad alimentaria.