Sur de Madagascar: el Gobierno y las Naciones Unidas dan la alarma sobre el riesgo de hambruna e instan a que se tomen medidas

Urge la necesidad de reforzar la ayuda alimentaria, así como la asistencia relacionada con los medios de vida agrícolas, para evitar lo peor

11 de mayo de 2021, ANTANANARIVO (MADAGASCAR) - A medida que el hambre aprieta en el sur de Madagascar, cada día que pasa más vidas están en juego. Esta es la seria advertencia formulada por dos organismos de las Naciones Unidas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), para tratar de llamar la atención internacional sobre una crisis humanitaria que corre el riesgo de pasar desapercibida.

Alrededor de 1,14 millones de personas en el sur de Madagascar se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, de las cuales casi 14 000 se encuentran en lo que se denomina situación de "catástrofe" (Fase 5, la última en una escala del 1 al 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases [CIF]).

Desde que en 2016 se introdujera la metodología de la CIF, es la primera vez que se tiene constancia de que la población de Madagascar ha alcanzado la Fase 5. A menos que se tomen de inmediato medidas urgentes, cabe esperar que el número de personas en el nivel de "catástrofe" se duplique durante el próximo período de escasez que está previsto que comience en octubre de 2021.

La sequía, las tormentas de arena, las plagas y enfermedades de plantas y animales y los efectos de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) han sido causantes de que hasta tres cuartas partes de la población del distrito más afectado, Amboasary Atsimo, afronten graves consecuencias y que las tasas de malnutrición aguda global sobrepasen un alarmante 27 %, lo que está provocando un daño irreversible a los niños.

"Ya no se trata de determinar cuán mala es la situación: se ha llegado al límite. Los niños sufren inanición; se están muriendo. Conocí a una madre cuyo hijo de ocho meses parecía que tuviera tan solo dos. Ya había perdido a su hijo mayor", dijo el Director Superior de Operaciones del PMA, Amer Daoudi, que recientemente visitó una de las zonas más afectadas, Sihanamaro. "Ya estamos siendo testigos del abandono de pueblos enteros, porque sus habitantes se han mudado a núcleos urbanos. Esto no hace sino añadir presión a una situación de por sí delicada".

La peor sequía en cuatro decenios, que viene prolongándose durante tres años consecutivos, ha arrasado con las cosechas e impedido que la gente acceda a los alimentos, lo que se suma a años de deforestación y a la erosión resultante -ahora agravada por el cambio climático- que han destruido el medio ambiente y a las tormentas de arena sin precedentes que han convertido amplias extensiones de tierra cultivable en un erial.

En la campaña agrícola de 2019-2020 se experimentó una drástica disminución de la producción de alimentos, lo que además se vio exacerbado por otro año de escasas precipitaciones en 2020-21, el quinto en el que llovía por debajo de lo normal en el sur semiárido de la isla.

Se prevé que en 2021 la cosecha de cultivos como el arroz, el maíz, la yuca y las legumbres sea inferior a la mitad del promedio quinquenal, lo que acarrearía un período de escasez prolongado y duro de soportar a partir de octubre de 2021.

"Resulta contradictorio que el 95 % de las personas que se enfrentan a una situación de INSEGURIDAD ALIMENTARIA aguda en el sur de Madagascar vivan de la agricultura, la ganadería y la pesca. Varios años de malas cosechas debido a una sequía detrás de otra y los perjuicios que las condiciones climáticas han ocasionado a la pesca han empujado a la población al borde del abismo. Debemos adoptar medidas urgentes para mantener con vida al ganado y proporcionar semillas, sistemas de riego, herramientas y artes de pesca con el fin de potenciar rápidamente la producción local de alimentos e impulsar su disponibilidad -pero sin descuidar la necesidad de crear medios de vida agrícolas más resilientes al clima a largo plazo-", dijo el Director de Emergencias y Resiliencia de la FAO, Dominique Burgeon.

Habida cuenta de la pérdida significativa de los medios de subsistencia y el acceso reducido a los alimentos por parte de los hogares vulnerables, es vital dotar a las comunidades agrícolas de semillas, herramientas y otros insumos fundamentales para impulsar la producción local de alimentos, generar ingresos y aumentar la resiliencia. Este apoyo a la agricultura y a los medios de vida rurales complementa la ayuda alimentaria de emergencia y evita que las familias vendan sus activos productivos, tales como el equipo agrícola e incluso utensilios de cocina, para sobrevivir.

Se necesitan urgentemente recursos para salvar vidas

Las existencias de alimentos con fines humanitarios en Madagascar se están agotando. El PMA está llevando suministros, pero el acceso a las zonas que han resultado más perjudicadas se está viendo dificultado por las infraestructuras deficientes y las redes de carreteras escasas. A causa de las restricciones impuestas por la COVID-19, se han suspendido todos los vuelos con destino a la nación insular, lo que significa que las mercancías para asistencia humanitaria crítica solo pueden entregarse por barco y la ayuda humanitaria procedente de donaciones tarda mucho más tiempo en llegar.

Desde octubre de 2020, el Gobierno y el PMA han venido prestando asistencia gradual a alrededor de 750 000 personas mediante el reparto general de alimentos junto con la distribución de alimentos suplementarios para la prevención de la malnutrición aguda moderada en niños menores de cinco años, así como en las mujeres embarazadas y lactantes. Pero la crisis de inseguridad alimentaria se ha acrecentado rápidamente y el apoyo que se presta actualmente no basta para compensar los efectos de la hambruna y el riesgo de que se padezca. El PMA necesita de manera urgente 74 millones de USD durante los próximos seis meses a fin de evitar una catástrofe en el sur de Madagascar.

Entretanto, el Gobierno y la FAO han estado prestando apoyo para la subsistencia de alrededor de 20 000 familias de agricultores (en torno a 160 000 personas), consistente en paquetes de semillas de hortalizas de crecimiento rápido y capacitación en estrategias agrícolas para aumentar la resiliencia a la sequía y reducir las pérdidas posteriores a la cosecha. Al mismo tiempo, la FAO ha distribuido pienso y botiquines médicos para mantener con vida a las aves de corral, las cabras y las ovejas. Incluso un pequeño incremento de la producción de alimentos caseros puede cambiar sustancialmente la vida de las familias en riesgo, de ahí que este apoyo deba aumentarse de modo significativo.

La FAO necesita urgentemente 40 millones de USD para ayudar a sobrevivir a 225 000 hogares agrícolas más durante el próximo período de escasez, hasta finales de año.

La advertencia formulada hoy por la FAO y el PMA llega en medio del aumento de la preocupación internacional por los crecientes niveles de inseguridad alimentaria aguda, que se manifiesta en el reciente Informe mundial sobre las crisis alimentarias donde se hace hincapié en el carácter de urgencia de la situación. Atendiendo al llamamiento de solidaridad internacional #FightFamine para luchar contra la hambruna realizado este año por el Secretario General de las Naciones Unidas, Excmo. Sr. António Guterres, la FAO y el PMA han solicitado 5 500 millones de USD para financiar urgentemente ayuda alimentaria con fines humanitarios y el apoyo a los medios de subsistencia.

Photo: ©FAO/Yasuyoshi Chiba
Se prevé que en 2021 la cosecha de cultivos como el arroz, el maíz, la yuca y las legumbres sea inferior a la mitad del promedio quinquenal, lo que acarrearía un período de escasez prolongado y duro de soportar a partir de octubre de 2021.