La alimentación escolar a partir de la producción de pequeños campesinos abre nuevas vías contra el hambre en África

La FAO, el PMA, Brasil, el Reino Unido y cinco países africanos ayudan a África a alimentarse a sí misma

9 de octubre de 2012, Roma - Una asociación innovadora en cinco países de África está abriendo nuevas vías en la lucha contra el hambre y la desnutrición, al obtener los alimentos para los comedores escolares de la producción de los agricultores a pequeña escala.

Durante su fase inicial el año pasado, el Programa Compra a los africanos para África (en inglés Purchase from Africans for Africa o PAA) supuso la participación de más de 5.000 familias de agricultores en los programas de alimentación de 424 escuelas en Etiopía, Malawi, Mozambique, Níger y Senegal, beneficiando a cerca de 120 000 estudiantes.

Los alimentos para los programas de alimentación escolar se compran a los pequeños campesinos en las mismas zonas donde se encuentran las escuelas. La idea principal es adaptar la experiencia de Brasil de vincular el gasto público en alimentos a la producción de la agricultura familiar.

El programa PAA está terminando ahora su fase experimental y trata de aprovechar esa experiencia para ampliar y consolidar sus actividades en los cinco países participantes. La iniciativa está gestionada conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en estrecha colaboración con el Ministerio de Desarrollo Agrario y el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONSEA) de Brasil y el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID).

Resultados iniciales prometedores

Este innovador enfoque ofrece la posibilidad de obtener múltiples beneficios en las áreas de nutrición, desarrollo y educación infantil, desarrollo rural y reducción de la pobreza, según se explicó a los participantes en una mesa redonda durante la reunión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS) que se celebra esta semana en Roma.

Según Bravo R. Ndisale, Embajadora de Malawi ante la FAO, los resultados en su país han sido por ahora muy prometedores. Explicó que la región meridional de Malawi, donde se ha probado el programa en forma experimental, es un área con inseguridad alimentaria pero una elevada capacidad productiva agrícola sin explotar. El PAA ha creado cadenas de suministro y condiciones de mercado predecibles donde antes no existían.

Los ingresos de los agricultores locales -de los que el 50 por ciento son mujeres- han mejorado, asentando la economía local sobre una base más sólida. Y la alimentación escolar ha llevado a una mayor retención de estudiantes, que con una mejor nutrición son mucho más capaces de participar en la escuela y aprender, explicó Ndisale.

En los cinco países que participan en el PAA, la FAO presta apoyo técnico a gobiernos, agricultores y asociaciones de agricultores para ayudarles a mejorar y diversificar la producción sostenible de alimentos. Por su parte, el PMA está aprovechando la experiencia de su programa de Compras para el progreso para ayudar a las escuelas, los gobiernos y otros socios con los mecanismos de adquisición y distribución.

Los organismos de la ONU especializados en la alimentación trabajan también junto con los gobiernos asociados para desarrollar planes estratégicos y realizar las compras para la ayuda alimentaria a nivel local.

Adaptarse a las situaciones locales

La participación de Brasil en el programa PAA implica no sólo apoyo financiero, sino colaborar con la FAO, el PMA y sus asociados de África para compartir sus experiencias y diseñar conjuntamente programas adaptados que vinculen el gasto público en alimentos con la producción de la agricultura a pequeña escala.

Pepe Vargas, ministro brasileño de Desarrollo Agrario, y María Emilia Pacheco, Presidenta del CONSEA, subrayaron la importancia de adaptar los programas a las condiciones y necesidades locales.

En cada uno de los cinco países donde está activo PAA, las actividades del programa se han diseñado en estrecha colaboración con los gobiernos, autoridades locales y administraciones escolares, grupos de campesinos, la sociedad civil y otras partes interesadas. Los modelos de compras se han adaptado a las condiciones locales y en cada paso de la cadena de suministro ha sido una prioridad la creación de capacidades entre los participantes para mantener la actividad.

Aprendizaje y compromiso

Para la segunda fase, la financiación adicional proviene de Brasil y el DFID, que también apoya las actividades de seguimiento, evaluación y conclusiones.

El Embajador del Reino Unido ante la FAO, David Briscoe, destacó el compromiso de DFID con su participación continuada en el programa PAA, que en los próximos 18 meses tratará de consolidar los logros de la fase piloto y ampliar las actividades en los cinco países participantes.

Antonino Marques Porto e Santos, Embajador de Brasil ante la FAO, expresó también el compromiso de su gobierno con la iniciativa PAA: "con el trabajo en sí y los resultados que se están obteniendo, pero también con el tipo de cooperación Sur-Sur y entre organismos y asociaciones que el programa implica".

Foto: ©FAO/Jeanette Van Acker / FAO
Vincular los programas de alimentación escolar a las pequeñas granjas locales ofrece múltiples beneficios