Las pérdidas agrícolas en el sur de Madagascar hacen temer que el hambre proseguirá en 2017
Años consecutivos de sequía, amplificada ahora por El Niño, tendrán un impacto prolongado: cerca de 850 000 personas necesitan ayuda humanitaria urgente
27 de octubre de 2016, Roma - El impacto de la grave sequía provocada por El Niño en la producción agrícola en el sur de Madagascar, donde cerca de 850 000 personas padecen inseguridad alimentaria aguda, persistirá probablemente en 2017 y requiere una respuesta humanitaria enérgica, según advierte un reciente informe.
La falta de lluvias suficientes solo en la región meridional de Androy, ha llevado a una reducción del 80 por ciento en la producción de maíz de este año, en comparación con los niveles ya reducidos de 2015.
La prolongada sequía también ha afectado seriamente a otro alimento básico, la yuca, tanto en Androy como en otra región meridional, Atsimo Andrefana, donde la producción se redujo en cerca de la mitad. La población de estas áreas ha sufrido sequías sucesivas en los últimos años y se espera que su seguridad alimentaria continúe bajo una gran presión en 2017.
Mientras tanto, las condiciones secas en las regiones de Atsimo Andrefana, Boeny, Melaky, Betsiboka y Ihorombe tuvieron un fuerte impacto negativo en la producción de arroz; con una reducción de la producción de entre el 25 y el 60 por ciento en estas áreas, según un nuevo informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la FAO publicado hoy en base a los datos obtenidos en julio/agosto de 2016.
1,4 millones de personas padecen inseguridad alimentaria
Las cifras recién actualizadas muestran cómo la caída de la producción agrícola ha socavado la seguridad alimentaria. Se calcula que cerca de 1,4 millones de personas padecen inseguridad alimentaria en 2016/17 en tres regiones del sur de Madagascar: Androy, Anosy y Atsimo Andrefana. De éstas, unas 850 000 sufren inseguridad alimentaria aguda, lo que significa que no son capaces de satisfacer sus necesidades de alimentos y necesitan ayuda humanitaria urgente, según el último análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) para Madagascar.
El alza de los precios sigue pesando sobre el poder adquisitivo de la gente en general y agrava la seguridad alimentaria de los más vulnerables. Como resultado, las familias están reduciendo el consumo de cultivos producidos localmente y adoptan estrategias de supervivencia como el consumo de semillas, la venta de sus animales y aperos agrícolas y el aumento del consumo de alimentos silvestres inadecuados a nivel nutricional, como el fruto del cactus rojo. En conjunto, estas condiciones reflejan un aumento en el número de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda en comparación con el año anterior.
Impacto de la sequía
La sequía en las regiones meridionales de Madagascar ha mermado la producción nacional total de maíz y yuca. La producción de maíz en 2016 se estima en 316 000 toneladas, un 4 por ciento menos en comparación con la cosecha de 2015 y un 19 por ciento por debajo de la media. La producción de yuca, calculada en 2,6 millones de toneladas, disminuyó en un 16 por ciento en relación a la media de los últimos cinco años.
Por el contrario, la producción nacional de arroz (arroz cáscara) se benefició de las lluvias abundantes en el centro, norte y oeste del país -las principales zonas arroceras- y se estima en alrededor de 3,8 millones de toneladas en 2016, un 2,5 por ciento por encima del año anterior, pero todavía cerca del 5 por ciento por debajo del promedio de los últimos cinco años.
Respuesta de la FAO
El PMA y la FAO trabajan conjuntamente, apuntando a los hogares con inseguridad alimentaria grave con ayuda alimentaria y para los medios subsistencia, aunque también se aseguran de no dejar atrás a las familias más vulnerables, como las encabezadas por mujeres y ancianos, o las que carecen de tierras. Es esencial que la ayuda para los medios de vida comience de inmediato, con el fin de aprovechar el máximo la próxima temporada de siembra en noviembre.
La respuesta agrícola inmediata de la FAO se dirige a 850 000 personas (170 000 familias de pequeños agricultores) en los distritos más afectados. La asistencia combina el suministro de semillas de maduración rápida y tolerantes a la sequía y tubérculos (yuca y batata).
Los agricultores recibirán también aperos para sustituir los que pueden haber vendido durante la actual temporada de carestía prolongada. Además, se ofrece apoyo a la producción pecuaria, con complementos de piensos y actividades relacionadas con la sanidad animal.
Hasta la fecha, de los 22 millones de dólares EEUU necesarios para las intervenciones de socorro de la FAO, tan solo se han conseguido 3,8 millones.
Estos fondos se necesitan con urgencia para garantizar que los agricultores no se pierden la próxima temporada de siembra. Debe recuperarse la agricultura local, para evitar la dependencia a largo plazo de la ayuda alimentaria.
