Si bien el recrudecimiento de la langosta del desierto puede estar en disminución, los enjambres que quedan requieren vigilancia en África oriental y el Yemen

Roma - Aunque el recrudecimiento de la langosta del desierto que arrasó con el Cuerno de África y el Yemen puede estar en disminución, hasta al menos finales de año es fundamental continuar con los esfuerzos de vigilancia y control en la región ante todo enjambre nuevo —y su posterior reproducción—, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Gracias a una nueva donación de 11,2 millones de USD de la Fundación MasterCard, los esfuerzos de vigilancia y control de la langosta ahora están financiados íntegramente hasta finales de año.

“Dependiendo de las condiciones climáticas y de nuestra capacidad para llegar a las zonas de reproducción y migración, el recrudecimiento podría terminar para finales de 2021 o principios de 2022”, afirmó el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO.

“Hasta entonces, no debemos bajar la guardia. Gracias a donantes generosos como la Fundación MasterCard, los equipos nacionales orientados por los expertos de la FAO siguen realizando las operaciones necesarias de estudio y control en los países afectados.”

La batalla contra la langosta del desierto en el Gran Cuerno de África y el Yemen se viene librando desde enero de 2020. Con el apoyo de la Fundación MasterCard y de otros donantes, la FAO y los países afectados han logrado éxitos importantes en la contención del peor recrudecimiento de la plaga de la langosta registrado en Etiopía y Somalia en 25 años y de la peor infestación que ha sufrido Kenya en 70 años.

Gracias a las generosas contribuciones de 29 asociados y a los recursos propios de la FAO, se movilizaron más de 230 millones de USD para la campaña contra la langosta. MasterCard donó 10 millones de USD anteriormente, en abril de 2020, y con su contribución ayudó a la FAO en la detección temprana de enjambres de langostas, en las operaciones de pulverización terrestre y aérea y en la realización de evaluaciones de las repercusiones sobre el terreno.

Con las operaciones de control que llevaron a cabo la FAO y sus asociados, se protegieron los medios de vida de más de 40 millones de personas de las zonas rurales, al salvarse cosechas y pastizales y asegurarse así el suministro de cereales y leche en los hogares. La FAO estima que se salvaron cerca de 4,4 millones de toneladas de cultivos de cereales y unos 878 millones de litros de leche, y el valor de la producción salvada superó los 1 700 millones de USD.

“Se trató de un esfuerzo extraordinario en un brevísimo plazo. Conjuntamente, no solo controlamos la propagación de esta plaga insidiosa, sino que la FAO consiguió reforzar la capacidad de lucha contra la langosta en África oriental, donde en algunos lugares pasaron prácticamente de la nada a tener un nivel elevado de preparación”, aseguró el Sr. Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO.

La langosta del desierto se considera la plaga migratoria más destructiva del mundo y un pequeño enjambre de un kilómetro cuadrado puede comer en un día la misma cantidad de alimentos que 35 000 personas.

Se eliminaron enjambres del tamaño de ciudades y ahora queda un número muy reducido de restos de ellos en Etiopía y Somalia. Kenya está libre de langostas y Djibouti y Eritrea están en una situación relativamente tranquila y bajo control.

Riesgos persistentes

Pese a los avances, sigue preocupando el norte de Etiopía, donde se han formado nuevos enjambres en el último mes, ya que el conflicto local ha limitado las operaciones de control. Los enjambres pueden suponer un riesgo para la cosecha de la temporada Meher, de importancia fundamental, que ya se prevé que será un 40 % inferior a lo normal.

Las previsiones de la FAO sugieren que estos enjambres migrarán de Etiopía hacia el norte o hacia las regiones orientales del país, donde es posible realizar operaciones de control. Sin embargo, existe la preocupación de cuántos podrían quedarse allí y de si constituyen una amenaza para los cultivos en una región que sufre una gran inseguridad alimentaria.

Los nuevos enjambres del Yemen, donde los controles siguen siendo todo un desafío, también podrían suponer una amenaza si se desplazan atravesando el Golfo de Adén y vuelven a invadir el Cuerno de África.

Apoyo a los medios de vida de los agricultores y sus familias

Pese al éxito de las operaciones de control de la langosta, hasta 2,5 millones de personas se vieron afectadas por el recrudecimiento de 2020, además de al menos otro millón a principios de 2021.

La FAO viene ayudando a los agricultores que sufrieron daños por causa de la langosta con paquetes de apoyo agrícola, prestando atención veterinaria al ganado herbívoro hambriento y realizando transferencias monetarias a las familias que han perdido sus cultivos a fin de que puedan comprar alimentos.

Para mitigar los efectos devastadores en los medios de vida, la FAO prestó apoyo de diverso tipo a más de 300 000 hogares agricultores, agropastoriles y pastoriles, mientras que otras 347 000 familias recibieron asistencia de organizaciones no gubernamentales asociadas en el marco de la Alianza regional contra la langosta del desierto. En conjunto, estas actividades ayudaron a más de 4 millones de personas.

Aunque la preparación regional y local y las operaciones sobre el terreno han mejorado mucho, solo se les puede prestar apoyo mediante una previsión y alerta rápida eficaces, lo cual viene haciendo el Servicio de información sobre la langosta del desierto de la FAO desde hace más de 50años.