La medida de referencia muestra una disminución de los precios internacionales de los aceites vegetales y los productos lácteos, pero un aumento de los del trigo, el arroz y la carne de aves de corral
Las perspectivas iniciales sobre la producción mundial de cereales en 2022 apuntan ahora a un probable descenso, el primero en cuatro años.
©FAO/Farshad Usyan
Roma – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó hoy de que los precios mundiales de los productos alimenticios habían disminuido modestamente en mayo por segundo mes consecutivo, aunque los del trigo y la carne de aves corral aumentaron.
El índice de precios de los alimentos de la FAO registró en mayo de 2022 un promedio de 157,4 puntos, esto es, un 0,6 % menos que en abril. Sin embargo, el índice, que refleja la variación mensual de los precios internacionales de una cesta de los productos alimenticios más comercializados, seguía estando un 22,8 % por encima del nivel de mayo de 2021.
El índice de precios de los cereales de la FAO aumentó un 2,2 % respecto del mes anterior, impulsado por los precios del trigo, que subieron un 5,6 % desde abril y un 56,2 % respecto de su valor de hace un año. Los precios internacionales del trigo, que en promedio se ubicaron apenas un 11 % por debajo del récord alcanzado en marzo de 2008, subieron como consecuencia de la prohibición de las exportaciones anunciada por la India y de la preocupación por la situación de los cultivos en varios de los principales países exportadores, así como de las perspectivas de disminución de la producción en Ucrania debido a la guerra. Los precios internacionales del arroz también subieron de manera generalizada, mientras que los de los cereales secundarios disminuyeron un 2,1 %. El descenso fue aún mayor en el caso del maíz, cuyos precios cayeron en vista de la ligera mejora de la situación de los cultivos en los Estados Unidos de América, los suministros estacionales en la Argentina y el comienzo inminente de la cosecha principal de maíz en el Brasil.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 3,5 % desde abril, aunque sigue estando marcadamente por encima de su nivel de hace un año. Cayeron los precios de los aceites de palma, girasol, soja y colza, debido en parte a la supresión de la breve prohibición de las exportaciones de aceite de palma en Indonesia y la apatía de la demanda mundial de importaciones de aceites de soja y colza habida cuenta de los elevados costos en los últimos meses.
“Las restricciones a la exportación crean incertidumbre en los mercados y pueden dar lugar a bruscos aumentos de los precios y a una mayor volatilidad de estos; el descenso de los precios de las semillas oleaginosas muestra lo importante que es suprimir dichas restricciones y dejar que las exportaciones fluyan sin impedimentos”, señaló el Sr. Máximo Torero Cullen, Economista Jefe de la FAO.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO también cayó un 3,5 % de abril a mayo. Los precios de la leche en polvo fueron los que más disminuyeron, debido a la incertidumbre de los mercados derivada de la prolongación de los confinamientos por la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en China, mientras que la solidez de las ventas al por menor y la gran demanda de los restaurantes en el hemisferio norte impidieron que los precios del queso disminuyeran de modo significativo, pese al debilitamiento de la demanda mundial de importaciones. Los precios de la mantequilla también descendieron a raíz del debilitamiento de la demanda de importaciones unido al aumento de los suministros exportables.
El índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó un 1,1 % desde abril como consecuencia de una excelente cosecha en la India, que hizo que mejoraran las perspectivas de disponibilidad mundial. El debilitamiento del real brasileño frente al dólar de los EE.UU., junto con la bajada de los precios del etanol, también ejerció una presión a la baja sobre los precios mundiales del azúcar.
Mientras tanto, el índice de precios de la carne de la FAO alcanzó un nuevo máximo histórico, al aumentar un 0,6 % en mayo, pese a que los precios mundiales de la carne de bovino se mantuvieron estables y los de la carne de porcino cayeron. La subida obedeció a un acusado aumento de los precios internacionales de la carne de aves de corral, debido a las continuas perturbaciones en la cadena de suministro en Ucrania y los recientes casos de gripe aviar en un contexto de aumento repentino de la demanda en Europa y Oriente Medio.
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La producción y el consumo mundiales de cereales se encaminan a una disminución
Las perspectivas iniciales sobre la producción mundial de cereales en 2022 apuntan ahora a un probable descenso, el primero en cuatro años, hasta 2 784 millones de toneladas, es decir, 16 millones de toneladas menos que la producción récord estimada para 2021, de acuerdo con la última Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales, publicada también hoy.
Se prevé que el maíz sufra la mayor disminución, seguido del trigo y el arroz, mientras que es probable que la producción de cebada y sorgo aumente. Las previsiones se basan en la situación de los cultivos ya plantados y las intenciones de siembra en relación con los que todavía deben plantarse.
Se prevé que la utilización mundial de cereales también disminuya marginalmente en 2022/23, en un 0,1 % respecto de 2021/22 aproximadamente, y se ubique en 2 788 millones de toneladas, lo que representaría la primera contracción en 20 años. La disminución obedece principalmente al descenso previsto del uso de trigo, cereales secundarios y arroz como piensos, mientras que se prevé que el consumo dietético mundial de cereales aumente al ritmo de las tendencias demográficas mundiales.
Se prevé que el comercio mundial de cereales disminuya en un 2,6 % respecto del nivel de 2021/22, ubicándose en 463 millones de toneladas, su nivel más bajo en tres años, pese a que las perspectivas para el comercio internacional de arroz siguen siendo positivas.
Las nuevas previsiones apuntan a una caída de las existencias, lo que hará que la relación entre las reservas y la utilización de cereales a nivel mundial descienda al 29,6 % en 2022/23 desde el 30,5 % de 2021/22. Si bien este nuevo nivel sería el más bajo de los últimos nueve años, todavía estaría muy por encima del mínimo del 21,4 % registrado en 2007/08. Se prevé que las existencias de maíz sufran la mayor disminución, mientras que previsiblemente aumentarán las reservas de trigo.
La FAO ha actualizado asimismo sus estimaciones sobre la producción mundial de cereales en 2021, que ahora se calcula que subirá un 0,9 % respecto del año anterior, y sobre la utilización de cereales en 2021/22, que se calcula que subirá un 1,1 %.
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