Nairobi. Fitocientíficos de toda África, tanto establecidos como aspirantes, se reunieron en la capital de Kenya para participar en un taller destinado a examinar los logros alcanzados hasta la fecha por el Consorcio Africano de Cultivos Huérfanos. En su primer decenio, el Consorcio ha empoderado a más de 172 científicos, entre los cuales casi el 40 % eran mujeres, y a 28 países africanos en la utilización de enfoques basados en técnicas genómicas para la mejora de los cultivos.
En el
taller, copatrocinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se examinaron diversos temas, entre ellos, qué puede aportar la genómica al desarrollo de los cultivos; cómo deben distribuirse los nuevos cultivares para su uso generalizado; qué modelos de asociación dan mejores resultados; y cómo hay que fortalecer la capacidad de la fuerza laboral para el desarrollo de las actividades empresariales en el sector privado local sobre el terreno.
“África alberga una gran diversidad de cultivos infrautilizados, que suelen denominarse ‘cultivos huérfanos’”, dijo el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, en su discurso inaugural transmitido por vídeo. Tales cultivos – entre ellos alimentos básicos locales como el mijo y frutas exóticas como el mangostán – desempeñan desde hace tiempo un papel esencial en las dietas, el patrimonio cultural y los ecosistemas locales, pero han quedado marginados en la investigación, la inversión y los debates sobre políticas.
Tras señalar que reducir el hambre y velar por una producción sostenible de alimentos más nutritivos para garantizar dietas saludables es especialmente difícil en África, el Sr. QU añadió que “tendremos que aprovechar la ciencia y la innovación”.
Qué hace el ConsorcioDesde su creación en 2011, el Consorcio Africano, en colaboración con su Academia Africana de Fitomejoramiento (
AfPBA) —un centro de capacitación dirigido por la Universidad de California en Davis—, ha desarrollado nuevos instrumentos y secuenciado los genomas de 75 de los 101 cultivos y árboles objetivo. Tras la secuenciación, los investigadores analizan el panel de germoplasma de cada cultivo y hacen pública la información para que la utilicen los fitogenetistas y otros fitocientíficos con el objetivo de catalizar el desarrollo de variedades y cultivares mejorados que puedan facilitarse a los agricultores.
Los cultivos objetivo fueron elegidos mediante un enfoque participativo por científicos, profesionales del desarrollo, productores y consumidores, con la mirada puesta en los gustos locales, las necesidades dietéticas y nutricionales - muchos de esos cultivos son ricos en minerales y vitaminas primordiales - y sus posibilidades de generar ingresos.
“Centrar la atención en los cultivos huérfanos africanos no tiene que ver solo con la seguridad alimentaria. Tiene que ver asimismo con el empoderamiento de las comunidades para que cultiven variedades resilientes y nutritivas adaptadas al entorno local”, declaró el Sr. QU.
Entre los cultivos ‘huérfanos’ evaluados hasta el momento se encuentran varios tipos de mostaza, la okra, el fruto del árbol del pan, el melón, la colocasia, la calabaza común, el ñame, el anón pelón silvestre y la espinaca de Malabar, así como el Plectranthus rotundifolius, una variedad autóctona de la patata. También se investigaron cultivos africanos más conocidos como el teff y la digitaria, además de cultivos no autóctonos como el amaranto, el aguacate y los higos chumbos. Puede consultarse una lista completa de los 101 cultivos y árboles objetivo
aquí.
El taller se centró también en la forma de integrar más plenamente los cultivos huérfanos africanos en las estrategias agroalimentarias nacionales y en la determinación de las etapas que deben seguirse posteriormente para elevar los elementos esenciales del modelo del Consorcio Africano de Cultivos Huérfanos al siguiente nivel en los países africanos y en otros lugares.
El Comité de Agricultura de la FAO, un órgano rector fundamental de la Organización, en su reciente 29.º período de sesiones, celebrado en octubre de 2024, señaló asimismo
el potencial de las especies marginadas e infrautilizadas y la adaptación de los cultivos al cambio climático para acelerar la transformación hacia sistemas agroalimentarios más diversos, inclusivos, productivos, resilientes y sostenibles.
Entre los asociados fundadores del Consorcio Africano se incluyen la
Agencia de Desarrollo de la Unión Africana, el
Centro Mundial de Agrosilvicultura,
Mars Inc., la
Universidad de California en Davis y el
Fondo Mundial para la Naturaleza. Casi 40 asociados más, entre ellos destacadas empresas y universidades de todo el mundo y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América, se han sumado al movimiento para aliviar la malnutrición y poner fin al retraso del crecimiento infantil en África.
“Debemos producir más con menos, utilizando soluciones de África para África”, dijo el Director General de la FAO. Señaló las posibles sinergias entre el proyecto del Consorcio Africano, la iniciativa
Un país, un producto prioritario de la FAO y la iniciativa mundial
Visión sobre los cultivos y suelos adaptados. Esta última fue presentada por los Estados Unidos de América, y recibe el apoyo de la FAO y sus asociados con vistas a acelerar los esfuerzos de fitomejoramiento de los cultivos seleccionados y aprovechar el potencial de los cultivos huérfanos para que lleguen a ser “cultivos de oportunidad”, con lo que se ayudará a los agricultores a gestionar mejor la salud del suelo, adaptarse a un clima cambiante, crear nuevas cadenas de valor y mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria.
Entre las actividades conexas realizadas por la FAO se incluyen la reciente publicación del
Compendium of forgotten foods in Africa (Compendio de alimentos olvidados de África) y un proyecto llevado a cabo en Ghana, donde la FAO y la reconocida chef Fatmata Binta
apoyan a las mujeres productoras de digitaria.
El Sr. QU insistió en la importancia de velar por que las tecnologías y las innovaciones destinadas a la mejora de los cultivos sean accesibles a todos y de fomentar la capacidad local en el ámbito de las competencias científicas requeridas. “Debemos mantener el impulso de estos importantes avances y seguir asegurándonos de que los agricultores y los científicos africanos tengan acceso a las mejores herramientas, equipos y tecnologías”, afirmó el Director General.