Roma – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha acogido con satisfacción la decisión del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) de aprobar una contribución total de 18 millones de USD para tres proyectos que la FAO llevará a cabo en cinco países.
Los tres nuevos proyectos—en Nigeria y Venezuela y una iniciativa regional que engloba a Malawi, Mozambique y Uganda— mejorarán la gestión de las áreas protegidas, protegerán la biodiversidad en los bosques de tierras bajas y aumentarán la seguridad y la resiliencia hídricas.
“Unos ecosistemas terrestres y acuáticos resilientes y productivos son la base de la transformación de los sistemas agroalimentarios sostenibles”, aseguró la Sra. Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO. “La aprobación de estos tres proyectos refuerza nuestra capacidad de ayudar a los países a avanzar por una senda de sostenibilidad que no deje a nadie atrás”.
El proyecto de conservación de la biodiversidad en Venezuela abordará los principales obstáculos al uso sostenible de la biodiversidad para apoyar la gestión eficaz de cinco áreas protegidas de la cuenca del río Caroní, en el Macizo Guayanés, una de las zonas más prístinas y con mayor biodiversidad del planeta.
El proyecto regional en Malawi, Mozambique y Uganda situará la gestión sostenible de las aguas subterráneas en el primer plano de la seguridad hídrica para los objetivos de la resiliencia de los medios de vida, los ecosistemas y las inversiones en África. Además, este proyecto apoya al
Consejo de Ministros Africanos sobre el Agua a través de su
Programa Panafricano de Aguas Subterráneas.
El proyecto que tiene lugar en Nigeria mejorará la conservación, el uso sostenible y la restauración de un paisaje forestal de tierras bajas con el fin de proteger una biodiversidad de importancia mundial y fortalecer los medios de vida sostenibles de las comunidades locales. Además, mejorará la gestión de un paisaje muy amenazado de un millón de hectáreas, que abarca 12 reservas forestales y el parque nacional de Okomu. Uno de los objetivos es reproducir los éxitos en toda la ecorregión de los bosques de tierras bajas de Nigeria.
Los tres proyectos, aprobados el martes durante la 61.ª reunión del Consejo del FMAM, celebrada en McLean (Virginia, Estados Unidos), mejorarán la gestión para los objetivos de conservación y uso sostenible de más de 8,3 millones de hectáreas de zonas protegidas, introducirán una gestión mejorada en 10 000 hectáreas de tierra y restaurarán otras 24 000 hectáreas de bosques y pastos naturales. Además, reducirán 4,3 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y ayudarán directamente a casi 92 000 personas, en particular de pueblos indígenas y comunidades locales.
La aprobación de estos tres proyectos marca el final del ciclo de financiación para 2018-2022 del FMAM, el período de cuatro años más productivo de la asociación FAO-FMAM hasta la fecha, durante el que se han destinado más de 600 millones de USD de financiación en forma de subvenciones para los Estados miembros. Estas subvenciones ayudan a 96 países a abordar los problemas más acuciantes en la intersección de los sistemas agroalimentarios y el medio ambiente.
Las inversiones de los últimos cuatro años de la asociación FAO-FMAM ayudarán a los Estados miembros a mejorar la gestión de 150 millones de hectáreas de paisajes terrestres y marinos, a restaurar casi 4 millones de hectáreas de tierra y a devolver más de 2 millones de toneladas de pesquerías sobreexplotadas a niveles sostenibles. Las inversiones también reducirán más de 570 millones de toneladas de emisiones de GEI. Y más de 13 millones de mujeres, hombres y niños se beneficiarán directamente de las inversiones.
El FMAM es una asociación de 18 organismos, incluida la FAO, y 184 países, que aborda las cuestiones medioambientales más complejas, de alcance mundial, en materia de biodiversidad, cambio climático, degradación de la tierra, productos químicos y aguas internacionales. Proporciona subvenciones a países para enfrentarse a estos desafíos, a la vez que contribuye a objetivos clave de desarrollo, como la seguridad alimentaria.