Declaración conjunta de las máximas autoridades del Banco Mundial, la FAO, el FMI, la OMC y el PMA

La crisis mundial de la seguridad alimentaria y nutricional

©FAO/Patrick Meinhardt

A nivel mundial, la pobreza y la inseguridad alimentaria están aumentando después de décadas de avances en materia de desarrollo.

©FAO/Patrick Meinhardt

08/02/2023

Roma/Washington D.C./Ginebra. El Sr. David Malpass, Presidente del Grupo del Banco Mundial, el Sr. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Sra. Kristalina Georgieva, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Sra. Ngozi Okonjo-Iweala, Directora General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y el Sr. David Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), emitieron la siguiente declaración conjunta en la que solicitaron que se siguieran adoptando medidas urgentes para hacer frente a la crisis mundial en materia de seguridad alimentaria y nutricional:

Hacemos llegar nuestro más sentido pésame a las poblaciones de Türkiye y de la vecina República Árabe Siria que han padecido los reciente terremotos. Nuestras organizaciones están siguiendo de cerca la situación, evaluando la magnitud de la catástrofe y trabajando para movilizar el apoyo necesario de conformidad con los mandatos y procedimientos de cada organización.

La pobreza y la inseguridad alimentaria están aumentando en todo el mundo tras decenios de avances en materia de desarrollo. Los trastornos en la cadena de suministro, el cambio climático, la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), las restricciones financieras debido a la subida de los tipos de interés y la guerra en Ucrania han provocado una perturbación sin precedentes en el sistema mundial de alimentos, siendo las personas más vulnerables las más afectadas. La inflación de los precios de los alimentos sigue siendo elevada en el mundo, y decenas de países experimentan una inflación de dos dígitos.

Según el PMA, 349 millones de personas de 79 países se ven afectados por la inseguridad alimentaria aguda. La prevalencia de la subalimentación también está aumentando, después de tres años de deterioro. Se espera que esta situación empeore y que en 2022-23 la oferta mundial de alimentos disminuya a su nivel más bajo en tres años (1). La necesidad es particularmente acuciante en 24 países que la FAO y el PMA han identificado como puntos críticos del hambre, de los cuales 16 se encuentran en África (2). La asequibilidad de los fertilizantes, definida por la relación entre los precios de los alimentos y los precios de los fertilizantes (3), también es la más baja desde la crisis alimentaria de 2007-08, lo que está llevando a que disminuya la producción de alimentos y afectando con especial dureza a los pequeños agricultores, haciendo que empeoren los precios de los alimentos locales, ya de por sí elevados. Por ejemplo, es motivo de gran preocupación que, sumada a las perspectivas de menor cantidad de reservas, la producción de arroz, del que África es el mayor importador del mundo, haya disminuido en 2022.

En respuesta a la inflación de los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes, los países han gastado más de 710 000 millones de USD en medidas de protección social, incluidos unos 380 000 millones de USD en subvenciones, abarcando a 1 000 millones de personas. Sin embargo, en los países de ingresos bajos solo se han gastado 4 300 millones de USD en medidas de protección social, frente a los 507 600 millones de USD que se han gastado en los países de ingresos altos (3).

Para evitar que empeore la crisis de la seguridad alimentaria y nutricional, es necesario que se sigan adoptando medidas urgentes para i) rescatar a las personas en los puntos críticos del hambre; ii) facilitar el comercio, mejorar el funcionamiento de los mercados y potenciar el papel del sector privado; iii) reformar las subvenciones perjudiciales y reorientarlas de manera eficaz con una selección cuidadosa de los beneficiarios. Los países deberían lograr un equilibrio entre las intervenciones urgentes a corto plazo y los esfuerzos para fomentar la resiliencia a largo plazo conforme vayan respondiendo a la crisis.

1. Rescatar a las personas en los puntos críticos del hambre

Solicitamos a los gobiernos y los donantes que respalden los esfuerzos a nivel nacional a fin de atender a las necesidades en los puntos críticos, intercambiar información y reforzar la preparación ante la crisis.

El PMA y la FAO necesitan fondos urgentemente para atender a los más vulnerables de forma inmediata. En 2022, el PMA y sus asociados prestaron asistencia a un número récord de personas —más de 140 millones— con ayuda alimentaria y nutricional, gracias a contribuciones récord por valor de 14 000 millones de USD, de los cuales 7 300 millones de USD aportó el Gobierno de los Estados Unidos de América por sí solo. El PMA envió a personas de 72 países transferencias monetarias por valor de más de 3 000 millones de USD y prestó apoyo a los programas de alimentación escolar de 80 países, en particular a 15 millones de niños mediante apoyo directo y a más de 90 millones de niños gracias al fortalecimiento de los programas nacionales de alimentación escolar de los gobiernos.

La FAO ha invertido 1 000 millones de USD en intervenciones agrícolas urgentes para prestar apoyo a más de 40 millones de personas del medio rural. Estas actividades se centraron principalmente en los 53 países mencionados en el Informe mundial sobre las crisis alimentarias.

El Banco Mundial está aportando 30 000 millones de USD mediante un conjunto de medidas de seguridad alimentaria y nutricional, que abarca los 15 meses comprendidos entre abril de 2022 y junio de 2023 e incluye 12 000 millones de USD en concepto de nuevos proyectos, los cuales se comprometieron antes de la fecha prevista en todos los casos. También incluye 3 500 millones de USD en concepto de nueva financiación destinada a puntos críticos en favor de la seguridad alimentaria y nutricional. Además, para atender principalmente a las necesidades en los puntos críticos, el Banco Mundial ha asignado 748 millones de USD de los 1 000 millones de USD correspondientes a su modalidad de financiación para la respuesta rápida del Mecanismo de Respuesta a las Crisis con cargo a la Asociación Internacional de Fomento (AIF), y está movilizando fondos suplementarios para el Mecanismo de Respuesta a las Crisis.

Debe movilizarse asimismo financiación para el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza, del FMI, con miras a conceder financiación en condiciones favorables a los países de ingresos bajos con necesidades en la balanza de pagos. Hasta el momento, con la nueva Ventanilla para Shocks Alimentarios del FMI se ha prestado apoyo a Guinea, Haití, Malawi y Ucrania, mientras que nueve países aquejados por la inseguridad alimentaria aguda recibieron apoyo financiero del FMI a través de programas nuevos o de la ampliación de los existentes, los cuales se centraron en fortalecer las redes de seguridad social y las políticas que contribuían a hacer frente a las repercusiones de la crisis alimentaria.

La Alianza Mundial para la Seguridad Alimentaria está facilitando una mayor preparación ante la crisis mediante la elaboración y la puesta en marcha de planes multisectoriales de preparación ante la crisis de seguridad alimentaria en 26 países, que deberían recibir apoyo de los gobiernos y los donantes. La Alianza, además, continúa vigilando la gravedad de la crisis alimentaria y la financiación de la respuesta mundial por medio del Tablero de Control de la Seguridad Alimentaria y Nutricional Mundial. Asimismo, acogemos con satisfacción los esfuerzos de todas las partes para movilizar financiación adicional para la transformación agrícola de África, tal como se ha señalado en la Declaración de Dakar (4), y quisiéramos reconocer la gran labor realizada por el Sr. David Beasley, Director Ejecutivo del PMA, durante su mandato.

2. Facilitar el comercio, mejorar el funcionamiento de los mercados y potenciar el papel del sector privado

Los países deberían reducir al mínimo las distorsiones del comercio, reforzar el suministro de bienes públicos y permitir que el sector privado contribuya de manera significativa a mejorar los resultados en materia de seguridad alimentaria. Reiteramos nuestro llamamiento urgente a los países para que i) eviten políticas como las restricciones a la exportación, que pueden impedir el acceso a los alimentos a los consumidores pobres de los países de ingresos bajos importadores de alimentos; ii) respalden las medidas de facilitación del comercio, a fin de que mejore la disponibilidad de alimentos y fertilizantes; iii) respalden las iniciativas de financiación del comercio de forma transparente e indiscriminada; iv) se mantengan fieles a los compromisos asumidos en la 12.ª Conferencia Ministerial de la OMC (5).

Aunque los países han levantado algunas prohibiciones a la exportación de trigo y arroz, hay nuevas restricciones y prohibiciones a la exportación, sobre todo de hortalizas, que están obstaculizando la disponibilidad en los mercados mundiales. La seguridad alimentaria mundial puede fortalecerse si los gobiernos prestan apoyo tanto a los productores de alimentos como a los consumidores en un modo inteligente y focalizado, por ejemplo reforzando el suministro de bienes públicos, de manera tal que la productividad agrícola mejore de forma sostenible. Los países pueden recurrir a sistemas de cupones electrónicos para fertilizantes y evitar las adquisiciones públicas a gran escala y los planes subvencionados de distribución, ya sea de insumos agrícolas como de productos agrícolas, los cuales excluyen al sector privado.

Con una dotación de 6 000 millones de USD, la Plataforma Mundial de Seguridad Alimentaria de la Corporación Financiera Internacional (CFI), del Grupo del Banco Mundial, presta apoyo a los agricultores para que accedan a fertilizantes y a otros suministros esenciales, al tiempo que ayuda a las empresas privadas a realizar inversiones a más largo plazo, centrándose en mejorar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios y la eficiencia del uso de fertilizantes. Los países deberían respetar el Código Internacional de conducta para el uso y manejo de fertilizantes de la FAO a fin de gestionar los nutrientes de forma sostenible en aras de la seguridad alimentaria (6).

3. Reformar las subvenciones perjudiciales y reorientarlas de manera eficaz con una selección cuidadosa de los beneficiarios

Los países deberían reformar las subvenciones universales generales y reorientarlas a programas temporales que estén mejor focalizados en la seguridad alimentaria mundial y los sistemas alimentarios sostenibles, teniendo en cuenta los aspectos clave de i) eficiencia; ii) sostenibilidad fiscal y en cuanto a los costos; iii) flexibilidad; iv) complejidad administrativa; v) equidad; vi) fortalecimiento de la resiliencia y la sostenibilidad.

La mayor parte de la respuesta mundial de protección social ante la inflación se da en forma de subvenciones, la mitad de las cuales no son selectivas, son ineficaces y resultan costosas para los gobiernos que ya de por sí tienen presupuesto limitado. Debería ampliarse la escala del apoyo para que los países refuercen y apliquen las estrategias de protección social de respuesta ante perturbaciones, integrales y viables. Las políticas y reformas que reciben apoyo mediante financiación del FMI y el Banco Mundial se han centrado en la transición de medidas de amplia base a enfoques más focalizados.

Es preciso que los países vuelvan a examinar y reformen el apoyo que prestan a la agricultura, que ascendía a unos 639 000 millones de USD al año entre 2016 y 2018 y ha ido aumentando desde entonces. De cada dólar gastado, solo 35 céntimos terminan en manos de los agricultores (7). Gran parte de este apoyo incentiva un uso ineficiente de los recursos, distorsiona los mercados mundiales o socava la sostenibilidad ambiental, la salud pública y la productividad agrícola.

Sin ignorar las compensaciones inherentes que se asocian a las reformas de las políticas a gran escala (10), dicha financiación debería reformarse y reorientarse de manera tal que se fortalezca la resiliencia y la sostenibilidad del sistema agroalimentario, por ejemplo mediante la adopción de buenas prácticas agrícolas, la investigación e innovación (también para lograr la eficiencia en la aplicación de fertilizantes y encontrar alternativas a los fertilizantes sintéticos), servicios de extensión y asesoría, la mejora de la infraestructura y la logística, y tecnologías digitales que mejoren la productividad de manera sostenible.

La nueva Estrategia de la FAO para la ciencia y la innovación y las Perspectivas de las tecnologías y la innovación en los sistemas agroalimentarios (11), junto con la iniciativa “Un CGIAR”, desempeñan un papel fundamental para que de las reformas de cada país en particular se obtengan beneficios a escala mundial en todas estas esferas (8).

Ya se están adoptando medidas para hacer frente a los desafíos estructurales subyacentes que plantean la protección social y los mercados de alimentos y fertilizantes, pero es preciso adoptar medidas más concertadas en estas tres esferas clave para evitar una crisis prolongada. Nos comprometemos a trabajar conjuntamente y con eficacia en apoyo de los más vulnerables.

La presente constituye la tercera Declaración conjunta de las máximas autoridades del Grupo del Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio, y el Programa Mundial de Alimentos sobre la crisis mundial en materia de alimentaria y nutricional. Puede acceder a las declaraciones conjuntas anteriores aquí (1) y aquí (2).

Referencias

(1) Según la FAO; véase https://www.fao.org/3/cc3233es/cc3233es.pdf. Notas adicionales: Si bien los precios mundiales de los productos alimenticios están cediendo paralelamente a la demanda mundial, se mantienen por encima del promedio histórico, lo que agota los recursos de las economías importadoras. Los precios de los alimentos locales siguen siendo elevados, lo cual repercute en la población pobre, que gasta en alimentos una mayor parte de su presupuesto. Nuevos datos indican que las deficiencias en lo que respecta a la asequibilidad de los alimentos se traducen en peores resultados en materia de nutrición, lo que afecta en particular a los niños. Hoy en día, las mujeres tienen mayor inseguridad alimentaria que los hombres en todas las regiones del mundo, y la crisis actual está ampliando esta disparidad.

(2) Según la FAO y el PMA; véase https://docs.wfp.org/api/documents/WFP-0000142656/download/?_ga=2.256731330.858355092.1673881754-618635265.1673881754 (disponible en inglés).

(3) Según la FAO; véase https://www.fao.org/documents/card/en/c/cb9427en (versión completa disponible en inglés; resumen en español: https://www.fao.org/3/cc1116es/cc1116es.pdf).

(4) Según el Banco Mundial; véase https://documents1.worldbank.org/curated/en/099400012222223378/pdf/P176585074ebcd0260a3ca04efbbb3c25c0.pdf (disponible en inglés).

(5) Según el Banco Africano de Desarrollo (BAfD); véase https://www.afdb.org/sites/default/files/2023/01/27/dakar_ii_declaration_food_sovereignty_and_resilience_.pdf (disponible en inglés).

(6) Según la Declaración Ministerial de la OMC sobre la Respuesta de Emergencia a la Inseguridad Alimentaria, del 22 de junio de 2022; véase https://docs.wto.org/dol2fe/Pages/SS/directdoc.aspx?filename=s:/WT/MIN22/28.pdf&Open=True#:~:text=Resolvemos%20asegurar%20que%20cualquier%20medida,las%20normas%20de%20la%20OMC (disponible en inglés).

(7) Según la FAO; véase https://www.fao.org/documents/card/es/c/ca5253es/.

(8) Según el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) y el Banco Mundial; véase https://www.ifpri.org/news-release/press-briefing-new-report-repurposing-agricultural-support-transform-food-systems (disponible en inglés).

(9) Según la FAO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA); véase https://www.fao.org/3/cb6562en/cb6562en.pdf (versión completa disponible en inglés; resumen en español: https://www.fao.org/3/cb6683es/cb6683es.pdf).

(10) Según la FAO; véase https://www.fao.org/documents/card/es/c/CC0639ES.

(11) Según la FAO; véase https://www.fao.org/documents/card/es?details=cc2506en (disponible en inglés).

(12) Según el CGIAR; véase https://www.cgiar.org/food-security-impact/one-cgiar/ (disponible en inglés).

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