La FAO y FARA, un foro continental de investigación, lanzan una publicación sobre cultivos infrautilizados con potencial para proporcionar nutrientes a diversas comunidades africanas
Vainas de semillas de Moringa en Tanzania.
Roma - Paradójicamente, África depende de la importación de alimentos y acoge a una parte desproporcionada de las personas que padecen hambre en el mundo al mismo tiempo que tiene el potencial de convertirse en un granero mundial y una superpotencia alimentaria. Parte de ese potencial depende del aprovechamiento de la gran variedad de cultivos alimentarios del continente que, con demasiada frecuencia, se han visto desplazados por productos alimenticios producidos en otros lugares.
Entre ellos figuran cultivos básicos locales tradicionales como el bambara y el guandú, superalimentos como la digitaria o el fruto del baobab y cultivos naturalizados ricos en vitaminas como el amaranto o la colocasia.
Con el nuevo Compendium of forgotten foods in Africa (Compendio de alimentos olvidados en África) se pretende impulsar cambios significativos mediante la determinación de los denominados alimentos huérfanos, que muy a menudo están “adaptados a nivel local y son menos exigentes que los cultivares exóticos” como el maíz, el arroz o el trigo. Producido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en colaboración con el Foro de investigación agrícola en África (FARA), el compendio presenta 100 ejemplos de alimentos locales marginados que tienen el potencial de proporcionar de forma sostenible nutrientes muy necesarios a diversas comunidades de toda África.
El compendio es un estudio de delimitación del alcance y un primer paso en lo que será “una determinación y caracterización exhaustivas de los alimentos olvidados en África”, aseguraron el Sr. Abebe Haile-Gabriel, Subdirector General y Representante Regional para África, y el Sr. Aggrey Agumya, Director Ejecutivo del FARA. Ambos responsables dejaron claro que, si bien la lista actual podía ampliarse con el tiempo, la prueba decisiva era lograr una mayor atención y financiación por parte de investigadores y profesionales del desarrollo agrícola capaces de encauzar inversiones pioneras hacia una transformación agroalimentaria sostenible.
Los 100 ejemplos recopilados en el compendio, con imágenes, idoneidad agroecológica, requisitos agronómicos y cualidades nutricionales, se seleccionaron tras un sondeo inicial entre expertos de toda África, cuyas especialidades abarcaban desde el desarrollo de la cadena de valor hasta la mejora genética.
Promover la recuperación
El proyecto, que comenzó como una iniciativa entre la FAO y la Unión Africana, encaja también de manera idónea con la Visión para cosechas y tierras adaptadas (VACS), un proyecto más reciente encabezado por la FAO y el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, que está decididamente orientado a potenciar los productos y técnicas agrícolas autóctonos de África.
“Estos proyectos avanzan juntos y van a trabajar juntos”, en especial porque la VACS se centra en gran medida en mejorar las semillas y desarrollar variedades resistentes y de mayor rendimiento de los cultivos huérfanos, aseguró el Sr. Mphumuzi Sukati, Oficial Superior de Alimentación y Nutrición de la Oficina Regional de la FAO para África y uno de los autores principales de la publicación.
La elaboración del compendio, publicado junto a un volumen complementario explicativo de la iniciativa, ha generado debates intensos sobre criterios y terminologías. De hecho, se han acabado utilizando nueve descriptores principales: tradicional, olvidado, menor, marginado, infrautilizado, huérfano, subdesarrollado, “para engañar el hambre” y “de pobres”.
Otra propuesta de varios expertos es llamar a estos cultivos “cultivos de oportunidad”, dado su potencial para transformar los sistemas agroalimentarios africanos para que sean MÁS eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, a fin de lograr una producción, una nutrición, un ambiente y una vida mejores, sin dejar a nadie atrás, de conformidad con el Marco estratégico de la FAO para 2022-2031.
Ninguna selección puede ser perfecta desde el principio y la lista se irá actualizando de manera constante, con productos forestales que probablemente ocuparán un lugar más destacado con el tiempo, a medida que la iniciativa vaya cobrando fuerza.
En ocasiones se trata de alimentos relativamente olvidados debido a la progresiva pérdida de su imagen cultural frente a alimentos importados más exóticos, y otras veces no están olvidados ni desatendidos en absoluto, sino que —como la yuca o el mango silvestre— siguen siendo cultivos tradicionales utilizados en los mercados locales y no en el comercio de distancia más larga. Un atributo común, sin embargo, es que han recibido poca o ninguna atención hasta ahora en materia de políticas e investigación.
Son lo que los Sres. Haile-Gabriel y Agumya denominan alimentos “secundarios” y que deberían ser objeto de promoción por su adaptabilidad a los ámbitos de producción, las estructuras culturales y socioeconómicas y las necesidades nutricionales de África.
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