La medida de los precios mundiales de los alimentos subió en abril por primera vez en un año

El índice de precios de los alimentos de la FAO aumenta debido al alza de las cotizaciones internacionales del azúcar, la carne y el arroz

Un centro de almacenamiento de azúcar en Brasil.

©FAO/Giuseppe Bizzarri

05/05/2023

Roma – El índice de referencia de los precios internacionales de los productos alimenticios subió en abril por primera vez en un año debido al alza de las cotizaciones mundiales del azúcar, la carne y el arroz, según informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados, registró un promedio de 127,2 puntos en abril de 2023, lo que representa un 0,6 % más que en marzo.

A ese nivel, el índice se encuentra un 19,7 % por debajo de su nivel de abril de 2022, pero todavía un 5,2 % por encima del de abril de 2021.

El índice de precios del azúcar de la FAO subió un 17,6 % desde marzo, con lo que alcanzó su nivel más elevado desde octubre de 2011, debido al empeoramiento de las expectativas y la reducción de la producción en la India, China, Tailandia y la Unión Europea como consecuencia de las condiciones atmosféricas secas, así como del lento inicio de la cosecha de caña de azúcar en el Brasil junto con el aumento de los precios internacionales del petróleo crudo, lo que puede provocar un incremento de la demanda de etanol producido a partir de caña de azúcar.

El índice de precios de la carne de la FAO subió un 1,3 % durante el mes, mayormente a causa del alza de las cotizaciones de la carne de cerdo, seguidas por los precios de la carne de aves de corral, que aumentaron a causa de la demanda de importaciones en Asia y las restricciones a la producción derivadas de problemas de sanidad animal. Los precios internacionales de la carne de bovino también aumentaron, debido a una disminución de la oferta de ganado para el sacrificio, especialmente en los Estados Unidos de América.

Mientras tanto, los índices de precios de otras categorías importantes de productos alimenticios, con excepción del arroz, mantuvieron su tendencia a la baja.

El índice de precios de los cereales de la FAO descendió un 1,7 % desde marzo y registró un promedio del 19,8 % por debajo de su valor de abril de 2022. Los precios internacionales del trigo disminuyeron un 2,3 %, fundamentalmente a causa de las abundantes disponibilidades exportables en Australia y la Federación de Rusia. Los precios mundiales del maíz cayeron un 3,2 % debido al aumento estacional de la oferta en América del Sur gracias a las cosechas en curso. Por otro lado, en un contexto de disminución de las cosechas a raíz de la subida del costo de los insumos y las condiciones meteorológicas adversas, especialmente fuera de Asia, las ventas a compradores asiáticos sostuvieron un incremento de los precios internacionales del arroz.

“Es importante que sigamos muy de cerca la evolución de los precios y los motivos de su aumento. A medida que las economías se recuperan de las importantes desaceleraciones, aumentará la demanda, lo que ejercerá una presión al alza en los precios de los alimentos”, señaló el Sr. Máximo Torero, Economista Jefe de la FAO. “Al mismo tiempo, el incremento de los precios del arroz es extremadamente preocupante, y es esencial que se renueve la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro para evitar nuevos aumentos bruscos de los precios del trigo y el maíz”, añadió.

El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 1,3 % en el mes, con lo que registró su quinta disminución mensual consecutiva. Los precios mundiales del aceite de palma se mantuvieron estables, mientras que las cotizaciones de los aceites de soja, colza y girasol disminuyeron a la par de la presión ejercida por la cosecha estacional de soja en el Brasil, que podría alcanzar su máximo histórico.

El índice de precios de los productos lácteos de la FAO cayó un 1,7 %, afectado por la persistente atonía de la demanda mundial de importaciones de leches en polvo y las mayores disponibilidades exportables de queso en Europa occidental.

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Actualización de los pronósticos sobre la producción y el comercio 

En una nueva Nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, publicada hoy también, la FAO ha ajustado su pronóstico sobre la producción mundial de trigo en 2023. La producción mundial se estima ahora en 785 millones de toneladas, cifra que, pese a ser la segunda más cuantiosa jamás registrada, es inferior a la de la última campaña, fundamentalmente a causa de las disminuciones en Australia y la Federación de Rusia respecto de su producción récord de 2022.

En cuanto al maíz, se prevé que la producción del Brasil alcanzará un nivel sin precedentes, mientras que la de la Argentina caerá por debajo del promedio debido a las prolongadas condiciones secas y las olas de calor. Unas condiciones meteorológicas propicias han reforzado las expectativas de rendimiento en Sudáfrica, donde se espera la segunda cosecha más elevada jamás registrada.

Mientras tanto, las perspectivas de producción de arroz en 2023/24 a lo largo del Ecuador y al sur de este son desiguales, debido en gran medida a los efectos variados del fenómeno La Niña en las distintas regiones. De cara al futuro, habrá que observar atentamente la posible aparición del fenómeno El Niño durante el verano del hemisferio norte.

La FAO elevó su previsión anterior sobre el comercio mundial de cereales en 2022/23, que ahora asciende a 472 millones de toneladas, es decir, alrededor de un 2,2 % por debajo del nivel sin precedentes de la campaña anterior. Se prevé que el comercio mundial de trigo aumentará un 2,3 %, mientras que el de cereales secundarios lo hará probablemente un 5,5 %. Se estima que el comercio internacional de arroz en 2023 se contraerá un 4,4 % en términos interanuales.

La utilización mundial de cereales en 2022/23 se estima en 2 780 millones de toneladas, y se prevé que las reservas mundiales de cereales al cierre de las campañas se situarán en 855 millones de toneladas. Según estos últimos pronósticos, la relación entre las reservas mundiales de cereales y su utilización en 2022/23 se situaría en un 29,8 %, valor ligeramente inferior al 30,8 % registrado durante los 12 meses anteriores que, sin embargo, sigue representando un nivel de suministro a escala mundial relativamente holgado, afirma la FAO.

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