El Sr. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se une a la declaración de los directores del Comité Permanente entre Organismos
Desplazados internos en Baidoa, Somalia
©UN photo/ Fardosa Hussein
Somalia ha llegado a un punto de inflexión. Las vidas de cientos de miles de personas se encuentran en riesgo inmediato, de acuerdo con los análisis más recientes de la seguridad alimentaria y la nutrición. La hambruna[1] se está desencadenando en dos zonas de la región de Bay (los distritos de Baidoa y Burhakaba), ubicadas en el centro-sur de Somalia, y probablemente durará hasta marzo de 2023 si no se aumenta la ayuda humanitaria de forma significativa e inmediata.
Otros millones de personas se enfrentan a niveles extremos de hambre aguda. Las mujeres, especialmente las embarazadas y lactantes y los niños menores de cinco años, se encuentran entre los más vulnerables. Necesitan ayuda urgente para evitar el panorama más desfavorable.
Es probable que ya se haga frente a la inanición y la muerte. Durante la hambruna de 2011, alrededor del 50 % de las más de 250 000 personas que fallecieron, lo hicieron antes de la declaración oficial. Al menos la mitad eran niños.
En total, en todo el Cuerno de África, 20,5 millones de personas se enfrentan a una crisis de hambre alarmante y totalmente evitable. Esto es inaceptable.
Las declaraciones de hambruna no deberían ser el único factor desencadenante de una acción significativa. Las autoridades locales, los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales (ONG) llevan más de un año emitiendo claras advertencias sobre niveles de hambre catastróficos. Estas alertas han sido en gran medida pasadas por alto y, a pesar de los compromisos mundiales de anticiparse a las crisis, los fondos para estas actividades que salvan vidas no han alcanzado la escala necesaria.
El rápido aumento de la ayuda humanitaria desde principios de 2022 ha salvado sin duda muchas vidas. Sin embargo, los recursos disponibles están siendo superados rápidamente por la explosión de las necesidades.
Instamos a todos los actores a facilitar el acceso inmediato y seguro a las operaciones humanitarias.
Hacemos un llamamiento a los donantes para que brinden una financiación inmediata y flexible que permita a las agencias humanitarias que trabajan sobre el terreno, en particular a las ONG locales e internacionales, ampliar rápidamente la ayuda y evitar más muertes, proteger los medios de vida y evitar que se agrave la catástrofe. Es fundamental hacer llegar la ayuda a las comunidades rurales antes de que se vean forzadas a abandonar sus hogares en busca de alimentos.
Juntos, hemos evitado la hambruna en el pasado. Podemos y debemos hacerlo de nuevo.
En un mundo de asombrosa abundancia, es inaceptable que las personas mueran de hambre. Debemos actuar ahora.
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Signatarios
[1] La hambruna es una definición técnica basada en umbrales específicos: que al menos el 20 % de la población se vea afectada, donde uno de cada tres niños padece malnutrición aguda y dos personas mueren por día por cada 10 000 habitantes a causa de la inanición absoluta o de la interacción entre la malnutrición y la enfermedad.
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