El empeoramiento del hambre asola África occidental y central en medio de conflictos persistentes y agitación económica

De la Oficina Regional de la FAO para África

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Dos beneficiarias hacen una pausa en la tarea de desmenuzar las espigas de mijo para extraer las semillas en el Níger.

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12/04/2024

Dakar. Según el análisis de seguridad alimentaria del Cadre Harmonisé correspondiente a marzo de 2024, publicado por el Comité Interestatal Permanente de Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS), cerca de 55 millones de personas en África occidental y central tendrán dificultades para alimentarse durante el período de escasez de junio a agosto de 2024.

Esta cifra representa un aumento de cuatro millones de personas en situación de inseguridad alimentaria en comparación con la previsión de noviembre de 2023 y pone de manifiesto un incremento que se ha cuadruplicado en los últimos cinco años. La situación es especialmente preocupante en el norte de Malí, país azotado por el conflicto, donde se calcula que 2 600 personas podrían sufrir hambre en grado de catástrofe (fase 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases [CIF]). Los últimos datos también revelan un cambio significativo en los factores que impulsan la inseguridad alimentaria en la región, al margen de los conflictos recurrentes.

Los problemas económicos, como las devaluaciones monetarias, la inflación galopante, el estancamiento de la producción y los obstáculos al comercio han agravado la crisis alimentaria, que afecta a la gente común de toda la región, entre cuyos países más afectados se encuentran Nigeria, Ghana, Sierra Leona y Malí.

Los precios de los principales cereales básicos siguen subiendo en toda la región entre un 10 % y más de un 100 % en comparación con el promedio quinquenal, impulsados por la inflación monetaria, los costos del combustible y el transporte, las sanciones de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO) y las restricciones en los flujos de productos agropastorales. La inflación monetaria es uno de los principales factores determinantes de la volatilidad de los precios en Ghana (23 %), Nigeria (30 %), Sierra Leona (54 %), Liberia (10 %) y Gambia (16 %). 

África occidental y central siguen dependiendo en gran medida de la importación para satisfacer las necesidades alimentarias de la población. Aun así, su costo sigue aumentando debido a la depreciación de la moneda y a la elevada inflación, incluso cuando los países luchan contra importantes restricciones fiscales y dificultades macroeconómicas.

En cuanto a la producción de cereales de la campaña agrícola de 2023/24, se observa un déficit de 12 millones de toneladas, mientras que la disponibilidad per cápita de cereales se reduce en un 2 % con respecto a la última campaña agrícola.

“Ha llegado el momento de actuar. Necesitamos que todos los asociados den un paso al frente, se comprometan, adopten y pongan en marcha programas innovadores con el objetivo de evitar que la situación se descontrole y, al mismo tiempo, garantizar que nadie se quede atrás”, declaró la Sra. Margot Vandervelden, Directora Regional en funciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para África occidental. “Tenemos que invertir más en la creación de resiliencia y en soluciones a largo plazo para el futuro de África occidental”, añadió.

Los altos niveles de malnutrición en África occidental y central son alarmantes: 16,7 millones de niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda y más de 2 de cada 3 hogares no pueden permitirse una alimentación saludable.  Además, 8 de cada 10 niños de entre 6 y 23 meses no consumen la cantidad mínima de alimentos necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos.

El elevado precio de los alimentos, el limitado acceso a la asistencia sanitaria y una dieta inadecuada provocan principalmente malnutrición aguda en niños menores de 5 años, adolescentes y mujeres embarazadas. En algunas zonas del norte de Nigeria, la prevalencia de la malnutrición aguda en mujeres de entre 15 y 49 años alcanza el 31 %.

“Para que los niños de la región desarrollen todo su potencial, debemos garantizar que cada niña y niño reciba una buena nutrición y cuidados, viva en un entorno saludable y seguro y disponga de las oportunidades de aprendizaje adecuadas”, declaró el Sr. Gilles Fagninou, Director Regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). “Una buena nutrición en los primeros años de vida y en la infancia encierra la promesa de una mano de obra productiva y educada para la sociedad del mañana. Para marcar una diferencia duradera en la vida de los niños, debemos considerar la situación del niño en su conjunto y reforzar los sistemas de educación, salud, agua y saneamiento, alimentación y protección social”.

En respuesta a necesidades cada vez mayores, la FAO, el PMA y el UNICEF hacen un llamamiento a los gobiernos nacionales, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado para que adopten soluciones sostenibles que refuercen la seguridad alimentaria, mejoren la productividad agrícola y mitiguen los efectos adversos de la volatilidad económica. Es necesario que los gobiernos y el sector privado colaboren para garantizar que se respeta el derecho humano fundamental a la alimentación para todos.

En el Senegal, Malí, Mauritania, Nigeria y el Níger, ahora millones de personas se benefician de programas nacionales de protección social que cuentan con el apoyo del PMA y el UNICEF. Ambos organismos están ampliando su apoyo a los gobiernos del Chad y Burkina Faso. Del mismo modo, la FAO, el FIDA y el PMA han unido sus fuerzas en todo el Sahel para aumentar la productividad, la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos a través de programas de fomento de la resiliencia.

“Para dar respuesta a una inseguridad alimentaria y nutricional sin precedentes, es importante movilizarse para promover y apoyar políticas que puedan favorecer la diversificación de la producción vegetal, animal y acuática y la transformación de los alimentos locales (mediante el suministro de insumos agrícolas, el acceso a los recursos productivos para todos con el fin de estimular el aumento de la producción y mejorar la disponibilidad de los productos)”, afirmó el Sr. Robert Guei, Coordinador Subregional de la FAO para África occidental y el Sahel.

“Esto es crucial no solo para garantizar una alimentación sana y asequible durante todo el año, sino también, y sobre todo, para proteger la biodiversidad, lo que puede mitigar los efectos del cambio climático y, ante todo, contrarrestar los elevados precios de los alimentos y proteger los medios de vida de la población afectada”.