Una mujer carga un cabrito en el estado de Rakhine, Myanmar. ©FAO/Hkun Lat
La peste de los pequeños rumiantes (PPR) o peste de ovejas y cabras es una enfermedad animal muy contagiosa que afecta a los pequeños rumiantes. Se estima que 300 millones de familias que dependen de estos pequeños animales como fuente de alimentos e ingresos corren el riesgo de perder sus medios de subsistencia y pueden verse obligados a migrar, especialmente en áreas donde ya se dan la inseguridad alimentaria, la escasez de otros recursos o las crisis. Poner fin a la enfermedad es una prioridad si queremos garantizar que los ingresos y activos de estas familias se conserven y puedan continuar llevando una vida activa y saludable.
Aquí hay cinco datos que debes saber sobre la enfermedad:
1. Hay aproximadamente dos mil millones de pequeños rumiantes en el mundo susceptibles de contraer esta enfermedad. Esta plaga altamente infecciosa podría afectar hasta al 80% de los rumiantes del mundo si no se controla. La erradicación de la enfermedad es un factor clave para acabar con la pobreza y el hambre a escala mundial. También puede evitar que familias enteras migren en respuesta a la pérdida de sus medios de sustento.
Izquierda: Un experto veterinario en Kenya vacuna a una cabra contra la PPR como parte de un programa de vacunación masiva. © FAO/ Luis Tato
Derecha: Un granjero alimenta a sus corderos. ©FAO/Marco Longari
2. La PPR se ha extendido a un ritmo alarmante en los últimos 15 años. Más de 70 países han declarado casos de esta enfermedad desde que se identificó por primera vez en Costa de Marfil en la década de 1940. La mayoría de ellos se encuentran en África, Medio Oriente y Asia y más países podrían estar en riesgo si no se controla la enfermedad, lo que ocasionaría mayores pérdidas y dificultades para las poblaciones más vulnerables del mundo.
3. La enfermedad causa importantes impactos económicos negativos. Se estima que la PPR causa pérdidas económicas de hasta 2 000 millones de USD por año. La erradicación de esta enfermedad es factible y puede preservar la fuente ingresos y alimentos de millones de pequeños propietarios o pastores que venden ovejas y cabras para obtener ingresos o para alimentar a sus familias. La erradicación de la PPR también fomentaría la seguridad y el empoderamiento de las mujeres, ya que a menudo son ellas las responsables de cuidar el ganado.
4. El ganado ovino y caprino es una parte esencial de las dietas diarias de la población rural y es clave para superar la malnutrición. La leche de oveja y cabra tiene un alto valor nutricional, especialmente para los niños. La erradicación de la enfermedad puede desempeñar un papel importante en el aumento de la seguridad alimentaria y la nutrición para millones de personas en todo el mundo.
Un granjero atiende a sus cabras en Nepal. ©Chris Steele-Perkins/Magnum Photos para la FAO
5. La erradicación de la peste ovina y caprina se puede lograr para 2030. Ya existe una vacuna que está disponible y es asequible y que proporciona inmunidad de por vida contra la enfermedad. Existe también un plan de 5 años para controlar el virus a través de la vacunación. Se necesitan inversiones urgentes para combatir la propagación de la PPR y salvar los medios de subsistencia de las poblaciones vulnerables que dependen de ovejas y cabras para su supervivencia.
La FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) están trabajando juntas para movilizar a la comunidad internacional, concentrándose en las zonas afectadas de África, Oriente Medio y Asia. La asociación entre la FAO y la OIE ha demostrado ser exitosa en la erradicación de la peste bovina, una enfermedad similar que afecta al ganado. Trabajando juntos, podemos acabar con la peste de ovejas y cabras para el año 2030.