© Robin Hammond/NOOR para la FAO
Trabajaba como director financiero en una empresa textil de Siria cuando el conflicto lo obligó a abandonar su tierra natal. Yunus, de 54 años, su esposa y sus seis hijos viven en Turquía desde hace cinco años.
“A pesar de la dificultad dejar mi país e integrarme en una comunidad nueva, es mejor que vivir bajo las bombas y sin seguridad”, dice Yunus.
Turquía alberga más refugiados sirios que cualquier otro país. Turquía también necesita trabajadores cualificados y semicualificados en el sector agrícola, sobre todo en la producción ganadera, el cultivo en invernadero y la cosecha y procesamiento de diversos cultivos (aceitunas, algodón, pistacho y cítricos, melocotones…).
La FAO ha proporcionado capacitación agrícola a Yunus como parte de una iniciativa más amplia para fomentar la resiliencia de los refugiados sirios y de sus comunidades de acogida en Turquía.
Yunus estaba desempleado, carecía de experiencia previa en prácticas agrícolas cuando fue incluido en el programa de la FAO. El trabajo difícil pero delicado de cosechar cultivos como aceitunas, pistachos de uvas y pimienta era algo nuevo para él después de haber desempeñado un trabajo de oficina en una gran ciudad.
La capacitación agrícola de la FAO para los refugiados sirios —como Yunus — y para las comunidades de acogida en Turquía es parte de una amplia iniciativa destinada a fomentar la resiliencia. © Robin Hammond / NOOR para la FAO
“La formación profesional de la FAO constaba de dos partes: teórica y práctica. La parte teórica trataba de cursos sobre métodos de siembra, cosecha, almacenamiento y mantenimiento del campo. Para la parte práctica, nos llevaron al campo para ver cómo se realizaba la siembra y cómo cuidar cada cultivo. Aprendí muchas cosas”.
Yunus quedó impresionado por la variedad de información necesaria para preparar los cultivos para la cosecha.
“También aprendimos a cómo cuidar la vid y protegerlas de los insectos y de las malas hierbas, cómo cuidar las raíces para ver si hay malezas o insectos perjudiciales, la distancia adecuada entre las plantas y la calidad de la tierra”.
Yunus, su esposa y sus seis hijos viven en Turquía desde hace cinco años. © Robin Hammond/NOOR para la FAO
“Cuando los agricultores locales descubrieron que habíamos realizado el curso de capacitación agrícola de la FAO, estuvieron dispuestos a darnos trabajo”.
Los retos de Yunus incluyen gastos no planificados y proporcionar atención adecuada para dos niños discapacitados. Pero ha podido pagar las tasas universitarias de su hijo mayor y el boca a boca entre los empleadores turcos sobre sus habilidades recién adquiridas ha generado más trabajo para Yunus.
“Para mí, la alimentación es seguridad y significa asegurar el futuro de mis hijos” añade Yunus.
Al invertir en el fomento de la resiliencia para los refugiados, la FAO les está permitiendo pasar a la acción y formar parte del objetivo mundial de alcanzar el Hambre Cero.
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