La degradación ambiental implica que más comunidades rurales tienen dificultades para mantenerse utilizando las prácticas agrarias habituales. Sin embargo, con la ayuda de la FAO, los agricultores de la República Democrática Popular Lao están retomando una antigua práctica de cultivo combinado de arroz y peces, probada a lo largo del tiempo, que promueve la biodiversidad y la diversificación. ©FAO/ Xaykhame Manilasith
Bunlom Phantavong proviene de una familia de productores de arroz de la provincia de Savannakhet, en el sur de la República Democrática Popular Lao. Está orgulloso de que la producción de arroz se haya transmitido de una generación a otra, pero admite que los enfoques agrícolas tradicionales le están planteando dificultades.
“En el pasado solíamos cultivar en armonía con el medio ambiente. Pero ahora tenemos más plagas y no sabemos cómo afrontarlas.”
La vida y los medios de subsistencia de Bunlom y muchos otros pequeños productores de la República Democrática Popular Lao siempre han dependido de sus arrozales y los bosques que los rodean. Aunque el arrozal es fundamental para sus comunidades, también obtienen plantas y animales acuáticos nativos, como peces, cangrejos y ranas para complementar su alimentación.
No obstante, mientras que la población ha aumentado, la producción de alimentos ha disminuido. La deforestación y las prácticas agrícolas destructivas han dañado el entorno natural, y las comunidades rurales han tenido más dificultades para mantenerse utilizando las prácticas agrícolas y de recolección tradicionales.
En la actualidad, los agricultores están retomando una práctica antigua y probada a lo largo del tiempo que la FAO les está ayudando a redescubrir: la piscicultura en arrozales.
Los peces, u otros animales acuáticos como las ranas, comen los insectos y los gusanos, y el agua del estanque luego se utiliza para fertilizar el arroz y otros cultivos.
Los agricultores de Asia emplearon esta práctica durante miles de años, pero en los últimos tiempos la han abandonado, en gran medida debido a la intensificación de la producción de arroz y el uso de plaguicidas.
Pero promover la diversificación de especies y la biodiversidad constituye un enfoque simple que alienta a los agricultores a utilizar los recursos que ya tienen, por lo que pueden aumentar la producción de arroz y animales acuáticos reduciendo, al mismo tiempo, el uso de fertilizantes y plaguicidas.
Promover la biodiversidad es un enfoque simple que alienta a los agricultores a hacer uso de los recursos que ya tienen con el fin de aumentar la producción de arroz y animales acuáticos y, al mismo tiempo, reducir la utilización de fertilizantes y plagui
Recuperarse
La Iniciativa Regional del Arroz de la FAO está ayudando a las comunidades a recuperarse de la degradación ambiental y los efectos del cambio climático que las ha dejado con una sensación de impotencia.
Desde 2013, la FAO ha colaborado con el Departamento de Ganadería y Pesca del Ministerio de Agricultura y Silvicultura de la República Democrática Popular Lao para elaborar un enfoque de piscicultura en arrozales, dando a conocer el valor de los recursos acuáticos locales y ayudando a las comunidades a convertir sus arrozales en un paisaje más productivo y diverso desde el punto de vista biológico.
La diversificación de la producción no solo es buena para el medio ambiente, sino que también reduce la pobreza.
“Reconociendo el valor de los recursos acuáticos locales y permitiendo que los trabajadores agrícolas locales se conviertan en facilitadores, hemos ayudado a los agricultores a duplicar sus ingresos tan solo introduciendo métodos sencillos para diversificar sus prácticas agrarias”, señala Matthias Halwart, Jefe del equipo de acuicultura mundial de la FAO.
“Sin grandes inversiones, los agricultores se sienten motivados a innovar, y esto ha dado lugar a notables beneficios.”
Con el apoyo de la FAO y el Departamento de Ganadería y Pesca, los trabajadores de extensión agrícola de los gobiernos locales y los ancianos de las aldeas han dirigido foros donde los agricultores comparten sus ideas y años de experiencia agrícola con el fin de rejuvenecer la producción de alimentos.
El fomento de la capacidad comienza con una conversación y empodera a la comunidad. Bunlom habló con otros productores sobre su producción de ranas. “Utilizo una nueva técnica mediante la alimentación de ranas en la laguna. No hace falta que limpie sus desechos. Los aldeanos están de acuerdo conmigo y aceptan esta técnica porque es menos costosa”.
“Consideramos la promoción de la piscicultura en arrozales no solo una tecnología apropiada, sino también una forma de ayudar a los productores en pequeña escala a modificar y desarrollar su sistema de producción agrícola”, comenta Nick Innes-Taylor, un especialista en acuicultura de la FAO que trabaja con los agricultores en la República Democrática Popular Lao.
“La cría de animales acuáticos en los arrozales también ayuda a los agricultores a aprovechar las ventajas que pueden obtenerse regenerando su entorno agrícola natural.”
Gracias a estas prácticas, en solo seis meses los agricultores han podido incrementar su producción anual de alimentos nutritivos en más del 100 % y ampliar la disponibilidad de alimentos durante todo el año. ©FAO/ Peter Livermore
Reducir las lagunas de información
Pese a los impresionantes resultados en materia de crecimiento económico logrados en el último decenio, la República Democrática Popular Lao tiene una de las tasas más elevadas de malnutrición crónica en Asia sudoriental. Uno de cada tres niños menores de cinco años sufre retraso del crecimiento debido a la malnutrición, especialmente en zonas rurales remotas.
Expertos del Departamento de Ganadería y Pesca y la FAO han colaborado con comunidades agrícolas en cinco provincias de este país sin litoral a fin de reducir las lagunas de información y generar cambios.
Más de 200 familias han participado en el proyecto que alentó a comunidades pobres a intercambiar información y elaborar sus propias estrategias dirigidas a intensificar sus sistemas de cultivo combinado de arroz y peces. El enfoque consiste en centrarse en las pequeñas cosas que pueden hacer los agricultores y en la importancia de fomentar la cooperación dentro de sus comunidades. Es un enfoque de bajo riesgo que puede producir resultados prácticos rápidamente.
Halwart afirma: “Los agricultores de algunas de las comunidades rurales más pobres han podido aumentar su producción anual de alimentos nutritivos en más del 100 % en los seis meses siguientes. Asimismo, pueden ampliar la disponibilidad de alimentos nutritivos durante todo el año y reducir el tiempo que mujeres y niños pequeños dedican a buscar alimentos”.
Bunlom cultiva peces, arroz y hortalizas para su familia a lo largo del año y genera un excedente para la venta.
“Ahora las condiciones de vida de mi familia son mucho mejores. Tenemos una buena casa, tenemos suficientes alimentos y podemos brindar educación a nuestros hijos.”
El suministro adicional de alimentos nutritivos que ofrecen los entornos arroceros existentes realiza una importante contribución a la seguridad alimentaria y la nutrición nacionales, y las embarazadas y los niños pequeños son los que más se benefician.
La adopción de pequeñas medidas puede representar una gran diferencia en lo que se refiere al desarrollo sostenible. Con el apoyo de la FAO, el Gobierno está ayudando a estas comunidades y ampliando las prácticas de diversificación de los arrozales para que más comunidades puedan aumentar su producción arrocera, acuícola y de cultivos a fin de obtener mayores ingresos y salvaguardar el medio ambiente a largo plazo.
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