FAO en Nicaragua

El reto de seguir produciendo alimentos durante la Pandemia del COVID-19

09/06/2020

En el contexto de la actual pandemia, la producción de alimentos y la seguridad alimentaria desempeñan un rol de vital importancia para las familias productoras nicaragüenses. En ese sentido, los denominados Bancos Comunitarios de Semillas (BCS) abonan al objetivo de garantizar acceso a semillas para el ciclo productivo en el cual nos encontramos ahora.

Dentro del marco de la cooperación entre la Agencia Mexicana de Cooperación para el Desarrollo (AMEXCID), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA), se han instaurado hasta la fecha 100 BCS en 100 comunidades a lo largo del corredor seco de Nicaragua, esto, mediante el Programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO”.

Los beneficios de los BCS instalados, los cuales agrupan a un estimado de 820 familias, se evidencian en la producción de aproximadamente 1,700 quintales de semillas, con lo cual pueden sembrar alrededor de 2,125 manzanas, pudiendo así producir cerca de 40,300 quintales de granos para el consumo de los rubros frijol y maíz.

El Programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO” y el INTA han contribuido con la organización, capacitación y provisión de insumos, equipos y herramientas a los BCS. Lo anterior, ha aportado en la obtención de semillas de buena calidad para las propias comunidades y otras vecinas, obteniendo así mayores rendimientos en la producción de granos básicos. Con esto se mejoran los ingresos económicos, a la vez que se garantiza la seguridad alimentaria, no sólo de las familias de la zona, sino de la población en general.

Durante el presente escenario de pandemia de COVID-19 y a través de la alianza estratégica entre la FAO y el INTA, las comunidades están en la capacidad de producir semillas y granos básicos como frijol, maíz, sorgo, arroz, entre otros, supliendo así sus propias necesidades de alimentos y coadyuvando con los requerimientos alimenticios de las familias que se localizan en territorios aledaños. Estas acciones se han desarrollado en estrecha coordinación con especialistas de la FAO con el fin de que las siembras y el manejo agronómico de las unidades de producción de semillas, se lleven a cabo según los criterios técnicos adecuados.

A través de la asistencia técnica brindada por el INTA con el apoyo del Programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO”, las familias que conforman los BCS están desarrollando sesiones de fortalecimiento de sus capacidades para mejorar las tecnologías de producción, mediante el aprendizaje de métodos de fitomejoramiento participativo, uso de insumos biológicos, prácticas sostenibles en los sistemas de producción, entre otros.

A pesar de las dificultades de la emergencia por el COVID-19, estos BCS están en el proceso de siembra de sus unidades de producción, para garantizar el abastecimiento de semillas y granos en el presente ciclo productivo, abonando con ello a la disponibilidad de alimentos a nivel comunitario.

Todo este esfuerzo se desarrolla siguiendo las medidas de protección recomendadas por los organismos internacionales frente a la pandemia, con el fin de evitar contagios en las comunidades y contribuir de manera firme y decidida a la producción de alimentos y a la seguridad alimentaria en tiempos de la pandemia y post pandemia del COVID-19.