Un suelo saludable y fértil es el fundamento de todo sistema sostenible. La visión de la Alianza mundial sobre los suelos es crear suelos fértiles y productivos en beneficio de un mundo en el que impere la seguridad alimentaria. La Alianza fue lanzada por FAO con apoyo de la Comisión Europea como mecanismo de carácter intergubernamental, en septiembre de 2011. El objetivo de la entidad es concienciar a los encargados de la toma de decisiones acerca del papel determinante de los recursos edáficos en el logro de la seguridad alimentaria, la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos y la provisión segura de servicios medioambientales. La Alianza persigue facilitar el diálogo y la interacción entre diversos socios que trabajan en los asuntos pedológicos y usuarios y partes interesadas que compiten por el aprovechamiento de los recursos de suelos. La finalidad perseguida es promover la protección y la gestión sostenible de los suelos.
La agroecología es un dominio de conocimientos clave para el logro de la sostenibilidad en el sector agrícola. La Alianza de Centros de Investigación Orgánica está formada por socios que trabajan en redes internacionales dedicadas a reforzar las instituciones desde un punto de vista científico, habilitándolas para llegar a ser centros de excelencia en la investigación transdisciplinaria sobre agricultura orgánica. El concepto de ORCA fue elaborado en 2009 conjuntamente por la FAO —que oficia de secretaría de la Alianza— la Universidad de Tufts (Estados Unidos de América) y el Instituto de Investigaciones para la Agricultura Orgánica (Suiza). El objetivo de la institución es asegurar que los beneficios ambientales, económicos y sociales que derivan de las investigaciones orgánicas puedan ser compartidos en todos los lugares del mundo. Tras la finalización de los aspectos conceptuales de la Alianza a los donantes fue presentado un prototipo de proyecto para la creación de un Centro para los agroecosistemas húmedos y subhúmedos (HUSHA). El Centro informal de investigaciones sobre el cambio climático de la Alianza de Centros de Investigación Orgánica ya está poniendo en común las pericias de una docena de instituciones de todo el mundo. La Alianza ha creado una plataforma que ofrece información especializada sobre investigación en ciencias orgánicas, perfiles de países, reuniones, noticias y publicaciones.
Las energías renovables, y en especial una producción de bioenergía correctamente manejada, pueden ofrecer oportunidades de desarrollo en el sector agrícola y en las comunidades rurales que se traducen en la mitigación de los efectos del cambio climático y la seguridad energética. La FAO alberga la Secretaría de la Asociación Mundial de la Bioenergía. La Asociación fue fundada en Nueva York en 2006 con ocasión de la celebración del 14º período de sesiones de la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible. El objetivo de la Asociación es apoyar un aprovechamiento general rentable de la biomasa y los biocombustibles, sobre todo en países en desarrollo donde se hace un uso predominante de biomasa. La FAO ha contribuido significativamente al trabajo que esta institución lleva a cabo en lo relacionado con los indicadores de sostenibilidad bioenergética. Estos indicadores fueron aprobados por convenio en mayo de 2011 por 23 países y 13 organizaciones internacionales, con la participación de otros 22 países y 10 organizaciones internacionales en calidad de observadores. Los indicadores están siendo ensayados en varios países y representan un instrumento práctico y al mismo tiempo exhaustivo que permite evaluar las repercusiones que en un país tiene la producción y el uso de la bioenergía.
Sin la plena participación de los jóvenes, los esfuerzos para poner en marcha acciones relacionadas con la sostenibilidad terminarían siendo vanos. La Alianza Mundial de la Juventud de las Naciones Unidas fue creada en 2005 para facilitar la colaboración entre organismos de las Naciones Unidas y otras entidades que trabajan con niños y jóvenes (escuelas, agrupaciones juveniles y de la sociedad civil, ONG e instituciones gubernamentales). La Alianza y sus numerosos asociados actúan mancomunadamente en asuntos relacionados con el cambio climático, la seguridad alimentaria, la biodiversidad y las iniciativas vinculadas a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El objetivo de la Alianza es facilitar la participación de los jóvenes en actividades ambientales y sociales clave a nivel local e internacional (p. ej., la Climate Change Youth Guide to Action [Cambio climático – Guía para jóvenes]). La FAO junto con algunos de sus asociados ha elaborado recursos, actividades y mecanismos destinados a estimular la toma de conciencia ambiental, facilitar el acceso a la información e incentivar la participación de niños y jóvenes en una amplia gama de asuntos ambientales, sociales y afines al desarrollo sostenible, incluido el cambio climático.
Por medio del desarrollo sostenible de las montañas no solo se persigue hacer frente a los desafíos que plantea la agricultura, el agua, la energía y la biodiversidad en zonas de montaña sino también crear nuevas posibilidades de creación de ingresos y reforzar las oportunidades de empleo tradicionales o alternativas. La Alianza para las montañas es una institución fundada en 2002 que está integrada por socios voluntarios; su objetivo es mejorar la vida de los habitantes de las montañas y proteger el ambiente de esas regiones en todo el mundo. En la actualidad los miembros de la Alianza son 50 países, 16 organizaciones intergubernamentales y 118 agrupaciones primordiales (p. ej., de la sociedad civil, ONG y el sector privado). La FAO acoge la secretaría de la Alianza, la cual actúa como centro de red y punto de contacto para los miembros. El propósito es aprovechar la diversidad de experiencias técnicas, información, conocimientos y pericias de los integrantes de la agrupación y fomentar acciones orientadas a producir cambios tangibles en los individuos montañeses del mundo y en el ambiente que los circunda. Estos esfuerzos se llevan a cabo por medio de diferentes iniciativas. En 2011, con ocasión de la celebración de la Conferencia Mundial de Lucerna sobre las Montañas, se prepararon y sometieron a debate varios informes sobre las distintas zonas de montaña del mundo, y se examinaron los progresos realizados desde 1992, año en que fue celebrada la Cumbre para la Tierra en Río de Janeiro. Un resultado crucial de esta conferencia mundial fue un llamamiento a la acción que tenía por finalidad elaborar un documento de antecedentes para la preparación del borrador cero sobre los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (CNUDS) Río+20.
