La vulnerabilidad de América Latina y el Caribe ante el brote de plagas y enfermedades agrosanitarias, así como la alta complejidad de la emergencia y el manejo de éstas en un mundo globalizado, hacen indispensable la coordinación de esfuerzos regionales para fortalecer la gestión de riesgos sanitarios.

Los países de América Latina y el Caribe han realizado importantes avances en materia de prevención, control y erradicación de enfermedades y plagas. A pesar de los avances, la región continúa siendo vulnerable a los brotes de plagas y enfermedades que se pueden prevenir y mitigar mediante la implementación de sistemas sanitarios más eficientes.

“El comercio internacional y la facilidad con la que se movilizan las personas y los productos aumentan la necesidad de fortalecer los sistemas nacionales de sanidad animal y vegetal”, señaló Tito Díaz, Coordinador Subregional de la FAO para Mesoamérica. “La protección de la salud animal y vegetal tiene un gran impacto sobre la seguridad alimentaria y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en nuestros países”, agregó.

Ante las amenazas y los desafíos del mundo actual en materia de sanidad, la FAO ha puesto a consideración de los países de América Latina y el Caribe un Programa Regional para el Fortalecimiento de los Sistemas de Sanidad Animal y Vegetal, con el objetivo de prevenir, vigilar y controlar plagas y enfermedades (pecuarias, acuícolas, forestales y agrícolas), atendiendo las diversas demandas a nivel subregional y regional.   

Representantes de las direcciones nacionales de sanidad, de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) se reunieron en Ciudad de Panamá para valorar la propuesta del Programa Regional, identificar las áreas prioritarias de trabajo y preparar una agenda de cooperación sur-sur entre los países

En el encuentro, los participantes confirmaron la pertinencia de contar con un Programa Regional para el Fortalecimiento de la Sanidad Animal y Vegetal que permita identificar prioridades regionales para la prevención de riesgos y dar así una respuesta más eficiente, rápida y coordinada ante estas amenazas agrosanitarias.

La propuesta es producto del análisis de las demandas de cooperación técnica, del contexto actual y los riesgos ante plagas y enfermedades emergentes, los desafíos del comercio agroalimentario para los países, así como de las consultas realizadas previamente con informantes clave.

Cooperación y articulación intersectorial

Lograr sistemas sanitarios más eficientes en la región exige una mayor armonización de las políticas y medidas sanitarias existentes, además del establecimiento de sistemas de trazabilidad confiables que permitan analizar de mejor manera los riesgos y alcanzar niveles apropiados de protección. Para ello, se requiere la coordinación regional de esfuerzos y la articulación de los sectores públicos y privados, la industria, la academia y los consumidores.

“Son los esfuerzos conjuntos los que permiten una gestión integral de riesgos sanitarios. Hacer de la sanidad y la inocuidad un bien público facilita que la gestión de dichos riesgos se asuma como una tarea común, en la que participen el sector público, el sector privado y la sociedad civil”, destacó Tito Díaz.

El control de plagas y enfermedades está estrechamente ligado a los retos de América Latina y el Caribe frente a la seguridad alimentaria y el impacto del cambio climático. Unir esfuerzos y compartir experiencias y capacidades permitirá fortalecer los servicios nacionales en materia zoosanitaria y fitosanitaria, para incrementar la productividad y sostenibilidad agropecuaria a nivel regional.