Erradicar la pobreza rural en la región es posible con nuevos enfoques en las políticas y estrategias nacionales
El Ministerio de Desarrollo Social (MDS), la Unidad Técnica del Gabinete Social (UTGS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realizaron el Seminario Internacional “Nuevas Estrategias para Erradicar la Pobreza Rural en América Latina y el Caribe”; los días martes 24 de 08:30 a 15:30 y miércoles 25 de setiembre, en el Salón Colombo del Palmaroga en Asunción, Paraguay.
Durante la apertura del evento, el Representante de FAO Paraguay destacó el trabajo articulado entre l Organización y las instituciones del Estado para reducir la pobreza en el país: “El Gobierno está trabajando arduamente en reducir los números. Poner fin a la pobreza y al hambre es el objetivo central de los países alrededor del mundo y parte esencial del trabajo de FAO”.
Por su parte, Edgar Olmedo, Ministro Asesor de Reducción de Pobreza , insistió en la importancia de dar batalla a este gran desafío y se refirió al proyecto PROEZA: Pobreza, Reforestación, Energía y Cambio Climático, firmado días atrás entre la Secretaría Técnica de Planificación (STP) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO): “Hoy nuestro gran reto es el abordaje territorial. La articulación de PROEZA con la participación del Gobierno nos permitirá tener los resultados que todos anhelamos”.
La parte protocolar del Seminario culminó con las palabras del Ministro de Desarrollo Social, Mario Varela: “La desigualdad es ineficiente. Si nosotros como Gobierno no vemos los problemas y las amenazas de la desigualdad, el futuro va a estar hipotecado. Hay que entender que la inversión pública es siempre una inversión que retornará a Paraguay”, manifestó.
Durante las últimas décadas, América Latina y el Caribe se han posicionado en el escenario global como líderes en la reducción del hambre y la pobreza rural en términos agregados, gracias a un periodo de alto crecimiento económico y la expansión e institucionalización de las políticas de protección social.
Después de un período de reducción significativa de la pobreza extrema rural, esta ha aumentado desde 18,6% en 2014 a 20,4% en 2017. Pese al periodo de crecimiento sostenido de las economías de la región sobre la base de la exportación de materias primas y mayor presencia del Estado en las zonas rurales, las brechas de bienestar entre las zonas urbanas y rurales se han mantenido prácticamente inalteradas.
Tanto hoy como hace tres décadas, una persona nacida en una zona rural de América Latina tiene dos veces más probabilidades de estar en la pobreza que una persona nacida en una zona urbana, y tres veces más probabilidades de estar en situación de pobreza extrema.
Estas poblaciones, ya de por sí en una situación de alto riesgo, pueden caer en niveles más profundos y severos de pobreza si es que se consideran los posibles efectos negativos de factores que son cruciales en la discusión sobre el desarrollo rural del siglo XXI, como los efectos del cambio climático, la globalización de los sistemas alimentarios, el fenómeno de la inseguridad ciudadana, la violencia rural y las economías ilegales, la migración forzada, y el agotamiento de los recursos naturales.
De acuerdo con los datos publicados en marzo 2019 por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), en Paraguay cerca de 1,7 millones de habitantes se encontraban en situación de pobreza en 2018, lo que representa un 24,2% de la población total del país.
El informe también revela que más de 335 mil paraguayos (4,8% de la población) estaba en situación de extrema pobreza en 2018, lo que supone un aumento de cuatro décimas con respecto a 2017.
Se destaca que la pobreza tiene mayor incidencia en las comunidades rurales de Paraguay, ya que 916 mil personas en situación de pobreza viven en el área rural, frente a las 763 mil que residen en lugares urbanos.
Esto significa que la pobreza afecta a un 34,6% del total de la población rural, mientras que en el caso de los residentes en áreas urbanas el porcentaje de afectados es del 17,8%.
La pobreza aumenta en la medida en que aumentan los indicadores de ruralidad, tendiendo a concentrarse en áreas ecológicamente frágiles y remotas de los principales centros económicos de cada país.
Este escenario de persistencia de núcleos duros de pobreza rural a nivel territorial —resistentes al crecimiento económico y las políticas sociales—, cuya presencia e intensidad es diferenciada en función de grados de ruralidad y poblaciones, demanda nuevos enfoques en las políticas y estrategias nacionales para la erradicación de la pobreza rural, capitalizando sobre las experiencias de las décadas pasadas y generando experiencias innovadoras para ampliar su alcance temático y cobertura.
En ese contexto, el Seminario Internacional “Nuevas Estrategias para Erradicar la Pobreza Rural en América Latina y el Caribe” reunió a directivos de alto nivel, técnicos gubernamentales y expertos internacionales para abordar este desafío.
Su objetivo general fue analizar los avances y desafíos de futuro de las políticas para la erradicación de la pobreza rural en América Latina y el Caribe, identificando lineamientos y recomendaciones de acción de corto y largo plazo.