La FAO participa en el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas
El Año Internacional de la Agricultura Familiar y las Directrices sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, una oportunidad para la colaboración con los pueblos indígenas.
Durante la 12 sesión del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas en Nueva York, un evento paralelo reunió a un panel de expertos de la FAO, representantes de pueblos indígenas de América Latina y Asia, así como el Gobierno de Filipinas. Los intervinientes presentaron las líneas esenciales Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria y hablaron de su importancia en la agricultura familiar. Victoria Tauli-Corpuz, del Caucus de las causas indígenas de Asia: “los pueblos indígenas de Asia viven de la agricultura familiar, desde hace generaciones, desde hace miles de años. En efecto, ya sea a través de una gestión comunitaria o familiar de los recursos naturales, la agricultura familiar es la forma predominante de agricultura utilizada por los pueblos autóctonos para la producción sostenible de alimentos”.
El evento puso el acento sobre la relevancia de las Directrices voluntarias para los pueblos indígenas. Andrea Carmen, del Consejo Internacional de los Tratados Indios, habló de cómo los pueblos indígenas participaron activamente en su formulación: “Las peticiones y aspiraciones de los pueblos indígenas fueron incorporadas en las líneas de las directrices voluntarias, que han reflejado la importancia de garantizar los derechos de la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, que son los poseedores de conocimientos tradicionales y prácticas culturales, en consonancia con la naturaleza y con los derechos relativos al Consentimiento libre, previo e informado recogidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas.
Las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques fueron aprobadas en el 2012 por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Se trata de un documento que hizo historia, ya que proporciona principios clave para la mejora de la tenencia de la tierra para el beneficio de todos, pero especialmente, para las personas vulnerables y marginalizadas.
El Año Internacional de la agricultura familiar, que se celebrará en 2014, proporcionará una plataforma para atraer la atención pública mundial sobre las contribuciones de la agricultura familiar en la reducción de la pobreza y el hambre y la necesidad de proponer políticas que la sostengan.
No hay un modelo específico de agricultura familiar, sino una visión en la que la familia y la agricultura están unidas, evolucionan al mismo tiempo y combinan factores ambientales, económicos, sociales y culturales. El debate informó sobre la manera en la que la agricultura familiar deber ser inclusiva y respetuosa con las necesidades de las personas vulnerables, debe ser dirigida hacia la gestión y la permanencia de los recursos comunes así como sobre las tradiciones y los valores. Es en este sentido que el compromiso con los pueblos indígenas es fundamental para la FAO en esta visión.
Como la FAO explicó en el transcurso del evento, “el año va a posicionar la agricultura familiar al centro de políticas agrícolas, medio ambientales y sociales, identificar las lagunas y las posibilidades con el fin de promover una transición hacia un desarrollo más equitativo y equilibrado de las personas, de sus territorios, y de las necesidades de producir alimentos y bienes suficientes para 9.1 miles de millones de personas de aquí al 2050”.
La FAO estima que hay 1.5 millones de hombres y mujeres agricultores trabajando en 404 millones de explotaciones de menos de dos hectáreas. El evento paralelo reveló que 410 millones de personas viven de las cosechas de bosques y sabanas, entre 100 y 200 millones son pastoralistas, 100 millones son pequeños pescadores y 370 millones pertenecen a comunidades indígenas. Con una gran mayoría de ellos que trabajan en la agricultura, producen más del 70% de los alimentos del mundo. Para dar un ejemplo de su importancia, en América Central, alrededor del 75-80% del maíz y de las judías son producidas por agricultores familiares.
Por la primera vez, un evento paralelo ha proporcionado un foro para un debate abierto entre el Gobierno, la FAO y las organizaciones de los Pueblos Indígenas, tratando temas clave con el fin de avanzar en las alianzas y por puesta en marcha de las líneas directrices propuestas por el Año Internacional de la Agricultura Familiar.