Los perros detectores son una opción de detección rápida, versátil y móvil que puede ser utilizada en una amplia gama de entornos. Estos perros desempeñan un papel importante ayudando a proteger a Australia de las nuevas amenazas de bioseguridad, incluidas las plagas y enfermedades de las plantas.
Lyn O'Connell es Secretaria Adjunta del Departamento de Agricultura, Agua y Medio Ambiente del Gobierno de Australia, donde se encarga de la bioseguridad y supervisa la Oficina Principal de Protección Fitosanitaria de Australia. «Durante más de 25 años, los perros detectores de bioseguridad han contribuido activamente a la primera línea de defensa de Australia contra los riesgos de bioseguridad», dice Lyn. El programa de perros detectores de bioseguridad ha crecido considerablemente, pasando de solo un par de perros en Sydney y Brisbane, a perros desplegados por todo el país. Los labradores ahora constituyen la totalidad de la fuerza de trabajo canina, su extraordinario sentido del olfato y su naturaleza cooperativa y gentil los convierten en excelentes detectores.
Los perros detectores están entrenados para identificar más de 200 productos que representan un riesgo de bioseguridad. Los productos más comunes son las semillas, la carne, las plantas vivas y la fruta.
«Los perros detectan más de 65 000 productos de riesgo de bioseguridad cada año, y cada uno de ellos hace más de 9000 detecciones en su vida laboral. Estas detecciones proporcionan una protección clave para nuestras industrias agrícolas y la salud de nuestras comunidades, la economía, el medio ambiente y la fauna extraordinaria», explica Lyn.
Una amenaza que se cierne sobre Australia es la plaga de la planta, el chinche apestoso marrón marmolado (Halyomorpha halys), que se está extendiendo por toda Europa y América. Para ayudar a manejar esta amenaza, se está entrenando a los perros detectores para identificarla y localizarla.
«Trabajamos con los investigadores para identificar formas de entrenar a los perros detectores para que reconozcan el olor de esta especie exótica», dice Lyn. «Esto es un desafío ya que no hay bichos presentes en Australia, por lo que ha sido necesario crear un sustituto eficaz para llevar a cabo el entrenamiento y mantener la capacidad del perro».
¿Quién dice que no se pueden enseñar nuevos trucos a un perro viejo?