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Cambio climático

La agricultura y los sistemas agroalimentarios están contribuyendo a, y se ven afectados por, las repercusiones del cambio climático, la degradación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, que se acentúan por la pandemia de la COVID-19. Por lo tanto, desempeñan una función importante en la acción internacional para el clima.

La agricultura verde y resiliente al cambio climático es fundamental para que la agricultura sea parte de la solución del cambio climático. Forma parte integral de la labor de la Organización para hacer realidad su visión dentro de la nueva Estrategia de la FAO sobre el cambio climático.

La Organización está poniendo en marcha un conjunto de programas mundiales y está trabajando con gobiernos, ciudades, regiones y el sector privado para diseñar e implementar los marcos normativos que faciliten arreglos institucionales para la agricultura verde y resiliente al clima.

La FAO facilita asistencia técnica y para las políticas; datos y herramientas para la toma de decisiones con datos comprobados; y desarrollo de la capacidad para apoyar a los Estados Miembros de la Organización. Esto ayuda a determinar qué opciones de adaptación al cambio climático y de mitigación de sus efectos son adecuadas para los sectores agrícolas, a la vez que se preserva la biodiversidad y el medio ambiente.

Principales mensajes de políticas

  • Casi la mitad de las soluciones enfocadas al cumplimiento de objetivos climáticos acordados proceden de sistemas agroalimentarios, pero es necesario transformarlas mediante enfoques multisectoriales e inclusivos, así como soluciones innovadoras, que reduzcan las emisiones, retengan carbono, promuevan la resiliencia al cambio climático y la adaptación a este.
  • Un agricultura verde y resiliente al cambio climático, que invierta la pérdida de biodiversidad, reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y mejore la adaptación y la resiliencia, es esencial para combatir el cambio climático, la pobreza y el hambre. Puede suministrar alimentos nutritivos con una huella de carbono reducida para ayudar a conseguir ecosistemas sanos y dietas saludables para las generaciones presentes y futuras.
  • Transformar los sistemas agroalimentarios de manera que produzcan más alimentos con mayores beneficios socioeconómicos y menos impacto en el medio ambiente y los recursos naturales solo será posible si se implica a los agricultores, las mujeres, los jóvenes, los pequeños productores y los pueblos indígenas, se adopta la bioeconomía y tecnología innovadora y se aprovechan los conocimientos indígenas.
  • Movilizar inversiones, también del sector privado, en prácticas agrícolas verdes y resilientes al cambio climático es vital para sacar a millones de personas del hambre y la pobreza.
  • La FAO está situada estratégicamente para catalizar la transformación urgente que es necesaria para que los sistemas agroalimentarios formen parte de la solución de la crisis climática. La Organización trabaja contrarreloj para implantar sistemas agroalimentarios más efectivos, eficientes e innovadores basados en la colaboración y las asociaciones.

  • Hasta 811 millones de personas sufrían subalimentación en 2020. La variabilidad climática y los fenómenos meteorológicos extremos, los conflictos y las deceleraciones y recesiones económicas, agravadas todavía más por la pandemia de la COVID-19, son factores importantes de la inseguridad alimentaria, la malnutrición y la pobreza, y están poniendo en riesgo los compromisos mundiales de eliminar el hambre y la malnutrición en todas sus formas y en todo el mundo para 2030.

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