Derecho a la alimentación

Logros de la FAO: pasar de no padecer hambre al derecho humano a una alimentación adecuada

News - 09.08.2019

9 de agosto de 2019, Roma- La erradicación del hambre y la desnutrición no se puede lograr únicamente mediante el aumento de la producción. La forma en que se hacen los "negocios" debe tomar una dirección diferente. Bajo este punto de vista, se han producido varias transformaciones en las últimas décadas para abordar este problema.

Una publicación reciente de la FAO destaca entre sus diez mayores logros la adopción por consenso del Consejo de la FAO de las Directrices del Derecho a la Alimentación en 2004, un hito en la realización del derecho humano a una alimentación adecuada.  Todavía hoy en días, estas Directrices establecen los pasos necesarios para alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional, al tiempo que incorporan un enfoque de derechos humanos en los procesos de políticas.

La FAO ayuda a los países a implementar las Directrices voluntarias ofreciendo apoyo en el desarrollo de metodologías y herramientas analíticas; la formulación, implementación, y monitoreo de políticas y programas; la gobernanza mundial y regional en seguridad alimentaria y la nutrición; y el partenariado.

Fundamental para atacar de raíz las causas del hambre y la malnutrición

El derecho humano a una alimentación adecuada (DHAA) conlleva, entre otros, el acceso a los recursos que faciliten la producción, la obtención o la compra de alimentos suficientes, no solo para prevenir el hambre, sino también para garantizar la salud y el bienestar de manera sostenible y duradera. Para ello, es necesario construir un entorno económico, político y sociocultural que permita a las personas alimentarse con dignidad por sus propios medios.

A lo largo de los años, la realización progresiva del DHAA ha actuado como un elemento decisivo de cambio en muchos países, pues ha permitido que las medidas e iniciativas en favor de la seguridad alimentaria para todos se han ampliado significativamente. Por ejemplo, el Frente Parlamentario contra el Hambre (PFH) en América Latina y el Caribe, desde su formación en 2009, ha apoyado directa o indirectamente la aprobación de más de 20 leyes en áreas relacionadas con este derecho, contribuyendo a los esfuerzos que garantizan el Hambre Cero en la región.

Sin embargo, en la actualidad más de 820 millones de personas pasan hambre a diario, lo que requiere atención inmediata. El cumplimiento del DHAA es un poderoso catalizador de la Agenda 2030 y debería ser un objetivo general de esta hoja de ruta si queremos responder a los desafíos globales.

En el camino para consolidar el derecho humano internacional

En el siglo XX se consiguieron progresos significativos en diferentes niveles y a través de acciones de una amplia gama de partes interesadas para respetar, proteger y cumplir el DHAA. A nivel mundial, el punto de partida fue la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, que posteriormente se convirtió en acuerdos jurídicamente vinculantes como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) en 1966. Desde entonces, se han otorgado garantías legales internacionales adicionales. a grupos específicos, como mujeres, niños y personas con discapacidad.

Desde la adopción de las Directrices sobre el derecho a la alimentación, más países han tomado medidas concretas para reconocer y garantizar este derecho a sus pueblos. Se ha realizado a través de sus constituciones, leyes, políticas, programas, estrategias y, en general, en contextos nacionales de seguridad alimentaria. En este proceso, los principios de derechos humanos de participación, responsabilidad, no discriminación, transparencia, dignidad humana, empoderamiento e igualdad, y el estado de derecho han jugado un papel crucial.

A nivel regional, también se han asumido compromisos importantes, por ejemplo: la Iniciativa América Latina y el Caribesin Hambre, la Declaración de Malabo firmada por miembros de la Unión Africana, así como el Plan de Acción y la Estrategia para la Seguridad Alimentaria y Nutrición aprobada por la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), respectivamente.

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