Derecho a la alimentación

Los países pueden beneficiarse ahora más que nunca de la implementación de las Directrices sobre el derecho a la alimentación

News - 15.10.2019

15 octubre 2019, Roma- Las Directrices sobre el derecho a la alimentación han influido en gran medida en la agenda global para erradicar el hambre y la malnutrición en los últimos 15 años, y continúan siendo relevante para cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según el informe Quince años de implementación de las Directrices sobre el derecho a la alimentación presentado hoy.

En la última década y media, las Directrices han hecho un llamamiento para cambiar el modelo actual y centrar las políticas en los más vulnerables (indígenas, jóvenes, mujeres…), garantizando servicios y derechos esenciales para todos, como salud o protección social.

“El hambre no podrá resolverse a menos que sin dejar a nadie atrás deje de ser solo un lema. Las Directrices podrían ayudar a minimizar este problema”, ha destacado Máximo Torero, subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien ha moderado el evento de lanzamiento, en el marco del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de 2019 (CSA 46).  “Las Directrices nos han guiado a lo largo de los años para establecer mejores políticas económicas y sociales, que se centran realmente en las personas y salvaguardan de manera sostenible la seguridad alimentaria y la nutrición", ha agregado.

Durante su intervención, Gabriel Ferrero, Director General de Políticas de Desarrollo Sostenible del Gobierno de España, coorganizador del evento, ha subrayado que las Directrices se “adelantaron” a su tiempo, integrando varias problemáticas interrelacionadas. Por eso, "cuando hablamos de la emergencia de la consecución del derecho humano a una alimentación adecuada, nos referimos también a la emergencia climática, de las tierras, de la biodiversidad, de los océanos y las desigualdades", ha explicado.

Wenche Barth Eide, profesora emérita de la Universidad de Oslo y una de las pioneras en abogar por el derecho a la alimentación, ha indicado que las Directrices voluntarias sobre los sistemas alimentarios y la nutrición, las cuales se presentarán en octubre 2020, “debieran aclarase todavía más en las Directrices sobre el derecho a la alimentación y en su experiencia en los últimos 15 años”.

La tercera panelista ha sido Hilal Elver, Relatora Especial ONU de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, quien ha mencionado la “flexibilidad” que aportan las Directrices a la hora de implementarse. “Dado que los gobiernos y las personas cambian, los países han de adoptarlas según sus propias necesidades”, ha afirmado.

Guiando las políticas en los últimos quince años

Quince años de implementación de las Directrices sobre el derecho a la alimentación revisa lo que han hecho los países, organizaciones y grupos, tanto a nivel global como regional y nacional, para respetar, proteger y dar efectividad al derecho humano a una alimentación adecuada.

En la actualidad, más de 30 países reconocen explícitamente el derecho a la alimentación en sus constituciones. Además, se han adoptado una serie de leyes en los ámbitos de alimentación escolar, agricultura familiar, etiquetado y pérdidas y desperdicio de alimentos, que han promovido este derecho humano.

También se han creado instituciones nacionales que protegen los derechos humanos e investigan casos en los que se viola el derecho humano, como la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica.

De acuerdo a las lecciones aprendidas en el pasado, la publicación propone una serie de medidas para ayudar a los gobiernos a asegurar que cada niño, mujer y hombre disfrute del derecho a la alimentación en todo momento. Entre ellas, evaluar los resultados para analizar el impacto, tal y como ya realiza el Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán, la mayor iniciativa alimentaria en las ciudades existente a la fecha.

El diálogo es crucial para la realización progresiva del derecho a la alimentación, como han demostrado la Alianza Parlamentaria Panafricana para la Seguridad Alimentaria y Nutricional, el Observatorio del Derecho a la Alimentación en América Latina y el Caribe, y el Foro Mundial Bananero. Otro ejemplo es Nepal, donde la elaboración de una ley marco en favor del derecho a la alimentación reunió a las instituciones nacionales, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los comités parlamentarios y las organizaciones de la sociedad civil.

Sobre las Directrices del derecho a la alimentación

La FAO, como agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner al hambre, ha apoyado a lo largo de los años a los Estados Miembros comprometidos con esta meta.

Para ello, entre los instrumentos disponibles, se encuentran las Directrices sobre el derecho a la alimentación, aprobadas por el Consejo en 2004. Si bien la implementación de las Directrices es voluntaria, al mismo tiempo se refieren de manera explícita a la legislación internacional en derechos humanos.  Pretenden alcanzar el derecho humano a la alimentación a través de políticas, leyes y programas de seguridad alimentaria y nutricional. Incluyen recomendaciones en diversos asuntos como acceso a recursos naturales, educación, nutrición, y ayuda humanitaria.

Las Directrices sobre el derecho a la alimentación fueron el primer intento de los gobiernos por entender qué se entiende por la realización progresiva del derecho a la alimentación para todas las personas.

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