Condiciones de trabajo
En las zonas rurales, las condiciones de trabajo tienden a ser difíciles, precarias y peligrosas puesto que los empleos rurales son generalmente informales, no existen contratos escritos y los empleados no gozan de protección social. Es habitual que las personas trabajen muchas horas, perciban ingresos bajos e inestables y con frecuencia se vean forzadas a combinar varias actividades para poder subsistir.
La FAO se esfuerza por tratar los factores clave que tienen un efecto en la calidad del empleo en zonas rurales, incluyendo:
Mejorar la salud y la seguridad en el trabajo
La agricultura es uno de los sectores que plantea un mayor peligro en términos de muertes y enfermedades ocupacionales y accidentes no fatales. Diariamente, los trabajadores se ven enfrentados a riesgos producto de actividades como la operación de maquinaria y equipos pesados, levantamiento de carga y trabajo con animales. Con frecuencia están expuestos a condiciones climáticas extremas, ruido, vibraciones excesivas, productos químicos, agentes infecciosos, polvo y otras sustancias orgánicas. Sin embargo, dada la ubicación remota de las zonas rurales, los trabajadores agrícolas suelen carecer de acceso a los servicios de salud, información y capacitación necesarios para responder adecuadamente a tales riesgos para la salud. Los grupos vulnerables son los más afectados por esta situación, incluidos los migrantes, los trabajadores estacionales, los ancianos, las mujeres y los niños.
La función de la FAO:
La labor de la FAO se centra en promover prácticas más seguras en los subsectores de la agricultura. Por ejemplo, para reducir los riesgos ocupacionales vinculados al uso de plaguicidas, la FAO promueve un Progama de Manejo Integrado de Plagas que combina diversas estrategias de gestión para producir cultivos sanos y fomentar la aplicación de mecanismos naturales de control de plagas. En conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la FAO también cumple las funciones de Secretaría para el Convenio de Rotterdam, el que contribuye a garantizar normas de empleo decente en zonas rurales al regular las importaciones y exportaciones de determinados productos químicos peligrosos y plaguicidas.
Ampliar la protección social a las poblaciones rurales
La mayoría de los habitantes de zonas rurales son trabajadores informales y, por ende, tienen escaso o ningún acceso a sistemas de protección social. El empleo rural decente y la protección social se complementan y refuerzan mutuamente. Ambos abordan las vulnerabilidades a las que se enfrentan los trabajadores rurales a lo largo de sus vidas, las que con frecuencia nacen de condiciones laborales peligrosas y del carácter precario de sus trabajos. Los programas de protección social, así como las transferencias monetarias o los programas de obras públicas, pueden aportar una mayor seguridad en materia de ingresos y trabajos temporales para mitigar la pérdida de ingresos producto de una mala cosecha o por desempleo temporal. Por otro lado, pueden contribuir a mejorar la nutrición y el acceso a educación y salud y permitir a los hogares manejar los riesgos de manera más eficaz e invertir en actividades productivas tanto en la operación agrícola como fuera de ella.
La función de la FAO:
La existencia de condiciones de trabajo más estables y seguras en zonas rurales depende en gran medida de un firme compromiso de los responsables de la formulación de políticas de promover mecanismos de protección social inclusivos. La FAO se centra en producir información de calidad para orientar las políticas y proporciona apoyo técnico oportuno y adaptado a las necesidades de los países.