Protección Social

¿Qué es la protección social?

Para la FAO, la protección social es un conjunto de intervenciones cuyo objetivo es reducir el riesgo y la vulnerabilidad de tipo social y económico, así como aliviar la pobreza y privación extremas.

Tal y como se indica en el SOFA 2015, la protección social incluye tres tipos de programas:

  1. asistencia social: transferencias públicas condicionales o incondicionales en efectivo o en especie, o programas de obras públicas;
  2. seguridad social: programas de afiliación que cubren determinadas contingencias que afectan al bienestar o a los ingresos de los hogares;
  3. protección laboral: proporciona subsidios de desempleo, desarrolla competencias profesionales e imparte formación a los trabajadores.

La protección social es un aspecto clave en toda estrategia de reducción de la pobreza rural. En 2013, la protección social ayudó a sacar de la pobreza extrema a 150 millones de personas.

Tal y como demuestran los datos fácticos, la protección social puede:

• reducir la pobreza directamente al proporcionar ingresos o apoyo productivo;

• mejorar la seguridad alimentaria al proporcionar acceso directo e inmediato a una mayor cantidad, calidad y diversidad de alimentos.

• reducir la estrategias de supervivencia negativas en tiempos de crisis y mejorar la capacidad de las familias y comunidades de afrontar, soportar y dar respuesta a los desastres naturales y provocados por el hombre, incluidos los relacionados con el cambio climático;

• permitir que las familias de campesinos a pequeña escala pobres participen e inviertan en actividades agrícolas más productivas;

• aumentar la productividad laboral, la empleabilidad y los ingresos mediante el aumento del acceso a los servicios de educación y salud y la mejora de la nutrición;

• fomentar la gestión sostenible de los recursos naturales.

La protección social no sólo consiste en desarrollo social, sino que también está contribuyendo a la transformación económica mediante el aumento del poder adquisitivo de los hogares más pobres y el impulso del crecimiento económico a través de la estimulación y aumento de la demanda de alimentos y otros bienes y servicios. Quienes se benefician de la protección social con formación agrícola, programas de subvenciones a los insumos y programas de ahorro, pueden maximizar la repercusión de las intervenciones de protección social y permitir que las personas pobres salgan la pobreza de forma sostenible.