Pasar de las palabras a los hechos: mejorar la salud y la productividad del suelo y los ecosistemas en la cuenca del Kagera

El Programa de gestión transfronterizos de los agroecosistemas del Kagera (PGTA Kagera) es un proyecto regional de la FAO/FMAM con cuatro países de África oriental que comparten la cuenca del río Kagera: Burundi, Ruanda, Tanzania y Uganda.

Con más de 16,5 millones de personas que dependen de la agricultura en la cuenca del Kagera (59 700 km2), los suelos y los ecosistemas se enfrentan a crecientes presiones. De hecho, Ruanda y Burundi ocupan el puesto 25 y 29 del mundo en densidad demográfica (con una media de 380 y 444 personas por km2, respectivamente). En las zonas bajas de la cuenca en Uganda y Tanzania, la presión demográfica es menor, pero existen otras presiones derivadas de la intensificación agrícola y ganadera, los impactos transfronterizos de los movimientos de ganado y la explotación de los recursos naturales y la vida silvestre. Las fuentes de recursos de tierra y agua dulce de la cuenca se encuentran amenazadas por la degradación del suelo y el cambio climático, incluyendo la reducción de la capacidad productiva, la deforestación, la invasión de la agricultura en los humedales y la pérdida de biodiversidad. Esto afecta a los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria generando pobreza, conflictos por los recursos y migración del campo a la ciudad.

Los suelos forman parte de un complejo agroecosistema y están relacionados con todo lo que nos rodea

Los suelos tienen muchas funciones que sustentan los sistemas de producción agrícola, ganadera y forestal, ofreciendo una amplia variedad de servicios ecosistémicos. Los suelos sanos constituyen la base del  crecimiento vegetal y la conservación de la biodiversidad por encima y debajo de la tierra, así como de los sistemas alimentarios saludables. Los suelos ayudan a mitigar y adaptarse al cambio climático, jugando un papel fundamental en el ciclo del carbono, almacenan y filtran agua, y mejoran la resiliencia frente a la variabilidad climática, inundaciones y sequías. Debido a sus múltiples funciones, los suelos no se pueden considerar de forma aislada sino que constituyen un elemento importante de cualquier agroecosistema.

En los últimos cuatro años, la iniciativa del PGTAKagera ha adoptado un enfoque ecosistémico integrado para la gestión sostenible de los recursos de la tierra y los ecosistemas agrícolas en la cuenca del Kagera a fin de mejorar la seguridad alimentaria local, nacional y mundial y los medios de vida rurales. El proyecto adopta este enfoque usando la cooperación intersectorial que aborda el sistema relativo a los medios de vida derivados del uso de la tierra de manera integral, teniendo en cuenta los beneficios medioambientales y socioeconómicos que se pueden obtener de unos sistemas de uso de la tierra más integrados, como las mejores prácticas para la gestión de los recursos naturales.

Colaboración, educación, formación e innovación para mejorar la salud del suelo

Para abordar los desafíos a los que se enfrentan los suelos de la región es necesario trabajar con múltiples agentes a todos los niveles: agricultores/ganaderos, proveedores de servicios, autoridades locales e instituciones nacionales. Para asegurar el éxito, el PGTAKagera trabaja con las partes interesadas para mejorar la colaboración regional, el intercambio de información y el seguimiento, identificar el apoyo institucional y a las políticas requerido a nivel de distrito y transfronterizo, y crear capacidad para el uso de la tierra y la planificación y gestión de recursos naturales a nivel comunitario y paisajístico, respaldado por la mejora de la organización y los procesos de toma de decisiones.

Una clave para prevenir la degradación del suelo y los efectos asociados sobre la productividad, la biodiversidad, el cambio climático y los medios de vida en la región, es asegurar que la población local y las partes interesadas entiendan el valor y las ventajas de la gestión sostenible de los suelos. El PGTAKagera consigue estos objetivos sensibilizando a la población y promocionando el aprendizaje práctico y el empoderamiento mediante las escuelas de campo para agricultores y los comités de captación/cuencas encargados de adoptar y ampliar las prácticas de gestión sostenible de la tierra.

Evaluar y cartografiar la degradación y la situación y tendencia de la GST

Un logro importante del proyecto fue la evaluación y cartografía de la degradación y las tecnologías de gestión sostenible de la tierra en toda la cuenca (herramientas LADA-WOCAT, por sus siglas en inglés). Estos mapas ayudan a demostrar y priorizar los problemas de degradación (del suelo, agua, vegetación, funciones ecosistémicas) y las prioridades de la cuenca analizando el tipo de degradación, estado, tendencia, alcance, causas, efectos y el uso de la tierra. Los mapas también ayudan a evaluar el tipo de alcance y la eficacia de las intervenciones de la gestión sostenible de la tierra (GST) y a identificar aquellas que merecen ser ampliadas. Todo lo anterior está respaldado por diagnósticos locales, planificación de acciones y cartografía a nivel de cuenca, así como por la evaluación y documentación detallada de las mejores prácticas de GST para la capacitación y extensión.

Resultados del proyecto: restauración de suelos y vegetación degradados y mejora de la productividad en las cuencas objetivo en Burundi, Ruanda, Tanzania y Uganda

Gestión y restauración de suelos
Se han emprendido muchas iniciativas interesantes para proteger y restaurar la productividad del suelo: medidas de conservación del suelo y el agua, incluyendo la labranza y terrazas en curvas de nivel así como la captación de agua, y de gestión integrada de la fertilidad del suelo, incluyendo el abono y el compostaje mediante la integración agropecuaria y la agroforestería. En terrenos inclinados se excavaron zanjas de retención y se construyeron terrazas para restaurar las laderas empinadas que estaban degradadas.

Mejora de la cubierta vegetal y la productividad
Las comunidades cultivaron cientos de miles de plantones de árboles en viveros y los plantaron en tierras degradadas para diversos usos. Desde pinos y eucaliptos para postes hasta café y árboles frutales para generar ingresos y alimentarse, o bambú para controlar las cárcavas y las orillas del río. Se introdujeron variedades de banano resistentes a las enfermedades para reemplazar las variedades tradicionales que estaban siendo devastadas por la Marchitez de xanthomomas del banano (BXW, por sus siglas en inglés) y otras enfermedades, y también se excavaron zanjas para captar agua para las plantaciones de banano en las cuencas receptoras objetivo. Se plantaron hierba elefante y especies de leguminosas en las laderas para conservar el suelo y el agua y tener forraje, y también se volvieron  a sembrar los pastizales degradados para aumentar la productividad del ganado. En Tanzania se crearon cortafuegos para proteger los suelos y las tierras de la sabana de los incendios forestales durante la temporada seca.

Uso sostenible de la biodiversidad agrícola
Estas intervenciones contribuyen a la conservación y uso sostenibles de la agro-biodiversidad a través de la planificación con las comunidades agrícolas de la integración de las diferentes variedades y especies de cultivo, ganado y árboles en el paisaje, con el objetivo de mejorar la productividad, preservar los servicios ecológicos, incluyendo la actividad biológica del suelo, la polinización y la depredación, y mejorar la resiliencia de los medios de subsistencia agrícolas al cambio climático.

Aprendizaje práctico a través de los agricultores y el empoderamiento
A través de las escuelas de campo para agricultores, los agricultores probaron y adaptaron diversas técnicas para conservar el suelo y el agua y mejorar la fertilidad del suelo: estiércol, compost y especies leguminosas.  Se introdujo el seguimiento hidrológico participativo en las cuencas piloto en Burundi y Ruanda para demostrar la interacción entre el agua y la tierra.  Esto incrementó el conocimiento local de los suelos, la gestión del agua y la variabilidad de las precipitaciones, mejorando así la adaptación al cambio climático. Se capacitó a los agricultores que participaron como facilitadores y al personal de extensión para que ayudaran a los agricultores en el aprendizaje de la gestión del suelo y el agua. Se crearon comités de las cuencas receptoras y se capacitaron en la planificación y ejecución de los planes de captación. En Tanzania, las actividades se ampliaron a las escuelas locales para educar a los niños sobre la importancia de los suelos para la producción alimentaria y la adaptación al clima.

Un éxito arrollador

El proyecto del PGTAKagera concluirá en junio. Sin embargo, su rotundo éxito resulta ya evidente: diversas herramientas, métodos y actitudes han sido implementadas y adoptadas por los agricultores, las organizaciones no gubernamentales y proveedores de servicios para promover prácticas de GST. Las autoridades locales y de los distritos no solo son conscientes de la importancia de la GST sino también de la manera de invertir en la creación de capacidad para ampliar la GST, con el fin de preservar los suelos y ecosistemas sanos; contribuyendo al desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles y productivos y a unas condiciones futuras de seguridad alimentaria para todos.

Se está redactando un libro que recogerá algunas de las lecciones aprendidas y el informe final del proyecto se dará a conocer a finales de año con los resultados y recomendaciones para sus socios y para los responsables de las políticas.

Para más información sobre el proyecto, visite el sitio web del PGTA Kagera.

27/02/2015

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