Centro de inversiones de la FAO

La agroecología para los campesinos uruguayos, un doble triunfo: medioambiental y económico

Más de 17.400 agricultores uruguayos se beneficiarán de un nuevo proyecto que integra enfoques agroecológicos y resiliencia climática
03/08/2022

El proyecto ‘Sistemas agroecológicos y resilientes al clima’ (Agroecological and climate resilient systemsmoviliza 35,5 millones de dólares estadounidenses (USD) del Banco Mundial y, junto al apoyo técnico del Centro de Inversiones de la FAO, busca desarrollar de manera sostenible la productividad agrícola e impulsar maniobras de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos adversos.

Los agricultores de Uruguay lidian con suelos agotados y con la disminución de los recursos hídricos, a la vez que los impactos climáticos van en aumento, tanto en frecuencia como en intensidad.

Los enfoques agroecológicos empoderan a los agricultores y las comunidades para que adopten prácticas agrícolas más sostenibles, que se ajusten a sus particulares condiciones sociales, ambientales y económicas. La agroecología también mitiga el cambio climático al reducir las emisiones y reducir el impacto negativo que la agricultura tiene en la biodiversidad y el medio ambiente.

“Los métodos y prácticas agroecológicos pueden fortalecer la resiliencia climática al tiempo que ayudan a los agricultores a seguir siendo productivos y rentables para las futuras generaciones”, apuntó Roble Sabrie, economista del Centro de Inversiones de la FAO. “Los agricultores uruguayos pueden producir alimentos de manera ambientalmente sostenible y, al mismo tiempo, cuentan con margen para ser más competitivos a escala internacional”.

Apoyar a los agricultores de Uruguay en su gestión de riesgos climáticos y ambientales

El sector agrícola de Uruguay representa el 77 por ciento de los ingresos de exportación del país y es clave para el crecimiento nacional y la competitividad global.

Sin embargo, décadas de agricultura intensiva e industrial han hecho mella en el suelo y los recursos hídricos. Las tierras, los suelos y la biodiversidad están cada vez más cerca de agotarse, lo que hace que los ecosistemas agrícolas sean más frágiles y menos resistentes a los impactos adversos del cambio climático.

El sector agrícola está presenciando una pérdida alarmante en la producción precisamente cuando el sector se ve afectado por frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, con graves consecuencias sociales y económicas.

“Responder a las emergencias relacionadas con el clima y gestionar los riesgos actuales es cada vez más importante para los agricultores, y para los tomadores de decisiones de Uruguay”, dijo Edward Bresnyan, especialista senior en desarrollo rural y líder de tareas del Banco Mundial para el proyecto. “A través de este proyecto financiado por el Banco Mundial con el apoyo de la FAO, el Gobierno de Uruguay está movilizando inversiones para desarrollar innovadores sistemas de gestión y monitoreo agrícola que den a campesinos y técnicos acceso a información sobre el clima, el clima y el suelo”.

Este nuevo proyecto tiene como objetivo desarrollar la resiliencia climática para los sistemas públicos agrícolas y los productores rurales mediante la incorporación de enfoques agroecológicos. Estas actividades fortalecerán las maniobras de adaptación y mitigación del cambio climático, dotando a los agricultores de herramientas para responder de manera efectiva a las emergencias relacionadas con el clima.

Procesos de producción respetuosos con el medio ambiente

El Gobierno de Uruguay ha expresado su fuerte compromiso con la transición de su sector agroalimentario hacia otro basado en principios agroecológicos.

Su objetivo es estimular el crecimiento y mejorar la productividad a la vez que se protegen los recursos naturales del país y se promueve la sustentabilidad ambiental.

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) lleva a cabo el proyecto y pronto lanzará convocatorias de propuestas agrícolas para pilotar intervenciones agroecológicas, y brindar también orientación sobre las prácticas idóneas para mejorar los sistemas nacionales de monitoreo y seguimiento del manejo de suelos agrícolas.

Se alentará a los agricultores a realizar cultivos y pastos rotativos, emplear más biofertilizantes y biopesticidas, y garantizar la gestión y la trazabilidad adecuados de cualquier agroquímico.

Entre los sistemas públicos objetivo están los sistemas de riego y drenaje, que proyectan mejoras en la calidad del agua y la gestión de desechos en la cuenca del río Santa Lucía, que suministra agua a más del 60 por ciento de la población de Uruguay.

Los agricultores recibirán herramientas digitales innovadoras como dispositivos con GPS, que les permitirían aplicar productos fitosanitarios con precisión para el control de enfermedades de las plantas, a la vez que protegen los ecosistemas y los recursos naturales.

Se fortalecerán los sistemas y políticas nacionales sobre salud animal y la convivencia de humanos y animales dentro de los ecosistemas, atendiendo a que la protección de la salud y el bienestar de los animales contribuye directamente a la salud humana, la seguridad y la seguridad alimentaria.

Los productos agrícolas uruguayos se promoverán como sostenibles, asegurando que sean reconocidos local e internacionalmente por sus procesos de producción amigables con el medio ambiente.

Perspectivas positivas para productores y consumidores

En la transición agroecológica de Uruguay las productoras son participantes esenciales. Dado que solo el 28 por ciento del total de usuarios de los sistemas de información agrícola son mujeres, su limitado acceso a la información relacionada con la agricultura y con el clima a menudo las pone desventaja.

El proyecto se marca como objetivo promover la inclusión de los sistemas agrícolas y agronegocios dirigidos por mujeres y mejorar su resiliencia. Alrededor de 2000 mujeres rurales en Uruguay se beneficiarán de la inversión del proyecto por vía del acceso a asistencia técnica y conocimientos que puedan mejorar su alfabetización digital.

Se espera que las actividades del proyecto beneficien a los consumidores uruguayos mediante el acceso a productos mejorados y a precios más competitivos, así como a una calidad del agua superior. En el plano internacional el proyecto podría beneficiar aún más a los consumidores de productos agrícolas exportados de alta calidad de Uruguay, como carne de res, cordero, productos lácteos y vegetales, con estándares nutricionales y de seguridad alimentaria más altos.

Se estima que los precios seguirán siendo competitivos, mientras que los productos deberán cumplir con niveles más altos de certificación de calidad, de reducción de emisiones de carbono y sostenibilidad ambiental, beneficiando a los agricultores, a la economía y al medio ambiente de Uruguay.

Photo credit © FAO/Sandro Cespoli