Mohamed Ali Gaidi saca a pastar a sus ovejas al atardecer. Esta es su parte favorita del día, caminar junto a sus ovejas y observarlas para comprobar si gozan de buena salud. Luego regresa a su casa, que comparte con sus padres y su hermana en una pequeña ciudad de la región de Beja, en el noroeste de Túnez. Dado que se crió en una zona rural, en una de las partes más pobres del país, cultivó su pasión por la cría de ovejas: “Es parte de mí, como respirar”, dice.