Antes de tratar el tema específico de la integración de la seguridad alimentaria sostenible en el programa de investigación de los SNIA conviene saber que en muchos países en desarrollo la capacidad de investigación de estos sistemas afronta temibles desafíos y limitaciones, países donde los problemas y repercusiones de la seguridad alimentaria además son mayores. La escasez de recursos económicos y de infraestructura socava la capacidad de los científicos de aprovechar los avances tecnológicos, y alienta la competencia en vez de la colaboración entre las instituciones. Estas realidades, en consecuencia, exponen los programas de investigación a prioridades externas e intereses creados.
Además de los problemas específicos que afrontan los SNIA, en muchos países hay otras dificultades más generales de orden político e institucional, relativas a la cooperación, las prioridades comunes, y a la voluntad política y los medios para ocuparse de la seguridad alimentaria sostenible. Otros retos que afrontan los SNIA y los países donde desempeñan sus actividades son crear planes para promover un conocimiento común de los temas, facilitar la aceptación mutua de objetivos y prioridades, y propiciar la motivación para que se atiendan esas prioridades. Estos son los requisitos necesarios para tratar con eficacia los problemas de la seguridad alimentaria. Sin embargo, eliminar estas limitaciones puede requerir decisiones y acciones que rebasan la competencia de los SNIA, como crear un medio normativo congruente, la intervención comprometida y coordinada de los donantes, así como la voluntad y el apoyo políticos en los ámbitos nacional e internacional.
No obstante, también hay acciones y medidas que se pueden tomar en el ámbito y con los medios de los SNIA con muy buenos resultados y sentando las bases de una eficaz estrategia de investigación. Las directrices, que representan una síntesis de las contribuciones realizadas por los participantes internacionales que trabajan en estos temas y conocen las realidades de los SNIA, recomiendan un doble enfoque dirigido a la vez a: a) mejorar la gestión de
los recursos y la eficacia operativa en los SNIA; y b) ampliar su alcance y obtener más recursos mediante la colaboración con otras instituciones e interesados.
Una mayor eficacia en función de los costos, mayor rendición de cuentas y más repercusiones de la investigación en materia de seguridad alimentaria contribuirán más adelante a estimular el apoyo público y el compromiso político, para garantizar que los SNIA tengan la capacidad y los recursos para cumplir con su mandato.
Si bien se reconoce que garantizar la seguridad alimentaria exige la intervención de una gran variedad de participantes y la interacción entre los mismos, los SNIA necesitarán seguir desempeñando una decisiva función directiva en la promoción de la colaboración entre las distintas disciplinas, instituciones y sectores, así como en la coordinación de las actividades de investigación. Su capacidad de desempeñar esta función depende de contar con ciertos niveles de infraestructura y recursos económicos, de la capacidad de los recursos humanos y de que haya un medio institucional favorable.
El primer paso necesita ser una evaluación en el seno de los SNIA de los recursos existentes y necesarios, de las bases de datos y redes de información, seguida de la elaboración de estrategias para resolver las limitaciones en forma realista y sostenible. Los recursos humanos también pueden necesitar mejorarse y orientarse al programa de seguridad alimentaria. En particular, las actividades han de dirigirse a mejorar la capacidad técnica y el compromiso profesional de los investigadores, y a contratar más personal que prefiera y está acostumbrado a trabajar con una perspectiva holística. El beneficio de tener más recursos y capacitación será marginal a menos que los procesos operativos y los enfoques de gestión favorezcan la flexibilidad, la responsabilidad, la colaboración y la capacidad de respuesta a las prioridades de la seguridad alimentaria.
Crear una estrategia y poner en marcha un proceso para asegurar una base adecuada de recursos e información, así como un medio institucional favorable, son los primeros pasos decisivos a fin de crear las condiciones para integrar las cuestiones de la seguridad alimentaria en el programa de investigación. Las acciones necesarias para garantizar unas bases institucionales estables pueden ser:
Evaluar la capacidad de los recursos, la base informativa, las redes de comunicación y los enfoques previos
Evaluar las aptitudes disponibles y necesarias y los recursos que permitan a los SNIA responder mejor a las necesidades de sus destinatarios, mejorar la motivación de los investigadores y promover la colaboración en vez de la competencia entre las personas y las instituciones.
Evaluar la calidad de los datos existentes, determinar las necesidades de información, las bases actuales de datos que haga falta complementar, incrementar o poner al día para dar apoyo a las actividades analíticas y de elaboración de modelos, gracias a las nuevas tecnologías de la información.
Evaluar la viabilidad y el alcance de diversas tecnologías de la comunicación capaces de facilitar la difusión de información entre los investigadores, así como los procesos de aportación de insumos y retroinformación entre éstos y otros interesados.
Evaluar el desempeño de los enfoques de investigación y los modelos de extensión que hayan dado buenos resultados en diversas situaciones, en especial para integrar las preocupaciones y atender las necesidades de los grupos marginales.
Formular estrategias para adquirir las capacidades y los recursos necesarios, llenar las lagunas de información, promover la comunicación y la difusión de información y elaborar modelos mejorados de investigación y extensión, más eficaces para llegar a los productores de escasos recursos.
Mejorar la capacidad técnica profesional
Los científicos pueden requerir capacitación en enfoques holísticos. Las políticas de contratación deben orientarse a complementar el personal especializado mediante la contratación de científicos de formación holística, en puestos que les permitan influir en el enfoque de la investigación.
Los científicos necesitan aprender a participar en actividades de grupo en colaboración, así como a realizar una integración interdisciplinaria. Esto no sólo exige flexibilidad metodológica, sino también la voluntad de compartir el reconocimiento por los buenos resultados y asumir la responsabilidad de los resultados.
Los científicos necesitarán capacitación en enfoques participativos para facilitar la capacidad de respuesta al beneficiario. Deben conocer distintos modelos y metodologías y llegar a un acuerdo sobre la forma de llevar a cabo la participación en sus programas.
Los científicos deberían poder incorporar las consideraciones de género en la estructura de su investigación y pueden requerir capacitación para hacer análisis de género, en particular para recopilar y analizar datos desglosados por género.
Los científicos deberían poder aprovechar al máximo las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Esto puede requerir capacitación y mejorar la infraestructura (incluso líneas telefónicas fiables, electricidad, etc.), que deberían ser una prioridad de primer orden en la asignación de recursos y en la intervención de los donantes.
Si el programa de investigación incluye las novedades de la biotecnología, los científicos deberían estar capacitados en cuestiones relativas a la bioseguridad y a los derechos de propiedad intelectual. Deberían tener los conocimientos y la información necesarios para orientar la formulación de un marco normativo específico para el país y una estrategia de aplicación basada en las necesidades.
Reforma del ámbito estructural y de los procesos de gestión
Una mayor flexibilidad en la asignación de los recursos y en la ejecución de los programas promoverá la colaboración interdisciplinaria entre los investigadores, los programas y las instituciones.
Mejorar la transparencia económica y la responsabilidad administrativa incrementará el apoyo público a las inversiones en investigación y atraerá la financiación del sector privado.
La toma de decisiones y el establecimiento de prioridades descentralizados fomentarán la capacidad de respuesta a las necesidades de los beneficiarios, pero ha de coordinarse y supervisarse para asegurar su responsabilidad y el aprovechamiento óptimo de las inversiones.
Deberían establecerse incentivos para asegurar el compromiso de la dirección institucional de promover la colaboración interinstitucional, así como la difusión de información y la posibilidad de compartir los recursos entre los participantes.
Deberían proporcionarse incentivos para motivar a los científicos a colaborar y responder a las prioridades de los productores de recursos limitados y a otros interesados, en vez de promover los intereses académicos, las publicaciones de investigaciones y el reconocimiento personal.
La participación de los principales interesados es esencial para asegurar la pertinencia y la viabilidad. Por lo tanto, para promoverla es importante determinar y movilizar las asociaciones apropiadas. Todos los que puedan contribuir o se vean afectados por las cuestiones relativas a la seguridad alimentaria deberían participar en alguna etapa del proceso. Con todo, para darle efectividad y eficacia, la colaboración ha de ser estratégica, es decir, que los interesados puedan participar en diferentes etapas del proceso según sea apropiado. La especificidad de la situación (es decir, si la seguridad alimentaria depende de la producción nacional, de las importaciones de alimentos o de los ingresos de los cultivos de exportación) determinará la pertinencia de las asociaciones según las circunstancias y el momento de que se trate.
El programa de investigación necesita ser pertinente al contexto nacional y responder a las realidades locales. La participación de la comunidad local constituye un elemento decisivo, no sólo como fuente de información sino también para tomar decisiones. Con todo, esto exige que los investigadores no sólo adquieran la capacidad teórica de apreciar el valor de la participación, sino la experiencia misma en enfoques participativos de investigación. Éstos incluyen una variedad de instrumentos que pueden adaptarse a distintas situaciones, como actividades de extensión de campesino a campesino (que dependen de la capacidad de los productores de comunicar conocimientos a los demás productores), escuelas campesinas (con participación directa de los productores en la creación y adaptación de tecnologías), así como la creación participativa de tecnología (interacción entre los productores y los promotores para crear innovaciones pertinentes y viables).
Asegurar la participación y el compromiso de todos los interesados es la base necesaria para una actividad eficaz de investigación en colaboración. Pueden requerirse los siguientes pasos para hacer participar a los sectores y asociados decisivos.
Las asociaciones interdisciplinarias multisectoriales,
decisivas para mejorar la seguridad alimentaria de los
hogares El programa Broadening Access and Strengthening Input Market Systems (BASIS) llevó a cabo una investigación de un estudio de caso para identificar los enfoques integrados que se aplican a la seguridad alimentaria y asociarlo a la productividad agrícola, el acceso económico y el bienestar en materia de nutrición. BASIS determinó algunos principios centrales de operación que hacen funcionar bien las actividades en colaboración. Un análisis atento del proyecto internacional de desarrollo a partir de actividades de autoayuda realizado en Malawi dio los siguientes resultados relativos a las asociaciones interdisciplinarias y multisectoriales que dan buenos resultados:
A partir de proyectos internacionales de salud el estudio mostró que los elementos de las asociaciones que dan buenos resultados tienen en común las siguientes características:
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Integración de la cooperación interdisciplinaria e internacional
Entender que la integración interdisciplinaria es más que la acumulación de aportaciones de los científicos de distintas disciplinas. Se trata de una estructura holística que refleja cómo piensan y actúan en verdad los encargados de tomar las decisiones en la vida real.
Incorporar las perspectivas ambiental, hidrológica, geográfica, biológica, demográfica y de nutrición con las ciencias agronómicas en un enfoque holístico de la seguridad alimentaria.
Incluir a los científicos sociales para asegurar que se comprenda la función decisiva de los valores culturales y las variables sociales (el género, las cuestiones étnicas, la riqueza, etc.) en el análisis de los sistemas de subsistencia.
Colaborar con las instituciones internacionales y regionales (por ejemplo, los centros regionales de investigación agrícola y los institutos de investigación agronómica) que cuentan con más recursos y conocimientos, para aprovechar las ventajas tecnológicas, desarrollar las ventajas comparativas, consolidar los esfuerzos y sacar máximo provecho de la utilización de los recursos.
Fortalecer las organizaciones de la comunidad y la extensión agrícola
Donde haya servicios viables de extensión, aprovechar su función para asegurar la comunicación bidireccional entre los productores y los investigadores, y facilitar la participación de los productores en todas las etapas del proceso de investigación.
Incluir y fortalecer a los grupos de productores y otras organizaciones de la comunidad, particularmente en la mediación entre esos grupos y los investigadores y facilitando las transferencias de tecnología y conocimientos.
Buscar aportaciones de los grupos de mujeres (oficiales y extraoficiales) y redes, en particular en cuanto a las prioridades y a las consecuencias de las nuevas tecnologías y técnicas en la carga de trabajo de las mujeres, así como respecto al acceso de ellas a los recursos.
Incluir a representantes de los campesinos sin tierras y jornaleros en el proceso de investigación, tomando en cuenta las repercusiones de las nuevas tecnologías en el empleo en el sector rural y en los ingresos de los campesinos y los jornaleros.
Enlace con la sociedad civil, las poblaciones urbanas y los sectores privados
Incluir a los productores así como a los consumidores y promover el diálogo y enlaces entre ellos contribuirá a crear conciencia de las relaciones que hay entre la seguridad de los medios de subsistencia de los productores y la disponibilidad de alimentos.
Asegurar la participación de los grupos urbanos capaces de proporcionar información importante sobre obtención de alimentos y preferencias de los consumidores, y promover la calidad de los alimentos y la higiene ambiental.
Movilizar a los grupos de mujeres, asociaciones comerciales, organizaciones populares e instituciones religiosas para servir de enlaces con los productores y consumidores de recursos limitados (en especial mujeres).
Buscar aportaciones de la agroindustria, las instituciones comerciales y financieras, los fabricantes y distribuidores de insumos, en aspectos pertinentes de la creación y transferencia de tecnología.
Aprender del sector privado a asegurar la capacidad de respuesta a las necesidades del destinatario (aunque evitando toda tendencia a privilegiar los objetivos a corto plazo y los intereses de los productores ricos y los cultivos comerciales por encima de la seguridad alimentaria sostenible).
Dirigir el programa de las instituciones de investigación del gobierno para complementar las inversiones en investigación del sector privado (es decir, las necesidades de los productores y consumidores de recursos limitados en los que el sector privado pueda tener menos interés porque proporcionan menores ingresos sobre las inversiones).
Buscar la participación y el apoyo político del sector público
Promover una actividad interministerial en diversos aspectos, que comprenda a los sectores de la agricultura, la educación, el desarrollo rural, la salud, la vivienda y el transporte, y se dirija a la creación de un medio normativo integrado que apoye la seguridad de los medios de subsistencia.
Movilizar a los organismos intergubernamentales en el ámbito regional, y a las dependencias de los gobiernos municipales y de las provincias en el ámbito local, a fin de asegurar la formulación y ejecución de políticas favorables a la viabilidad y rentabilidad de las innovaciones tecnológicas.
Para establecer las prioridades de los temas de investigación es necesario someter a atenta consideración numerosas cuestiones, de las cuales los participantes en la conferencia eléctronica determinaron las siguientes:
¿Quiénes padecen inseguridad alimentaria?
¿Qué tipo de inseguridad alimentaria padecen (por la calidad, de cantidad, estacional, por problemas de acceso, etc.)?
¿En qué tipo de medio ambiente viven?
¿Cuál es su ubicación geográfica?
¿ En qué tipo de familias?
¿Son productores o consumidores?
¿Cuáles son sus estrategias de subsistencia?
¿Qué necesidades tienen?
¿Qué recursos tienen a su alcance?
Las preguntas enumeradas han de tomarse activamente en cuenta con todas las partes interesadas. La amplia gama de cuestiones pertinentes a la seguridad alimentaria indican la necesidad de una estrecha colaboración de los SNIA con otros organismos del gobierno y no gubernamentales. En particular, el surgimiento de grupos que defienden los intereses de los sectores de ingresos más bajos, menos favorecidos o marginados (como los pequeños campesinos, los jornaleros, los desempleados del sector urbano, las minorías étnicas y las mujeres) permite lograr un mejor ajuste entre los programas propuestos de investigación y la aplicación de tecnología sobre el terreno. Es necesario que participen representantes de los grupos vulnerables en la determinación de las prioridades de investigación, así como en la evaluación de las actividades de investigación.
Establecer prioridades es una de las principales decisiones del proceso de investigación. Quién participa y cómo se establecen las prioridades son factores tan importantes como las cuestiones específicas de investigación que se estén estudiando. El programa de investigación primero, y antes que nada, ha de basarse en las necesidades de los productores y los consumidores, aunque hay que reconocer que ambos, así como otros interesados, son grupos muy diversos con distintos intereses y recursos a su alcance. Complica más aún el panorama que la mayor parte de los hogares rurales de los países en desarrollo ya no son capaces de satisfacer todas sus necesidades exclusivamente de la agricultura, y los miembros de la familia componen un variado conjunto de productores, personas dedicadas a la transformación de los productos, comerciantes y consumidores de alimentos, con relaciones diversas con el suministro, la calidad y los precios. Por lo tanto, es necesario que el proceso de toma de decisiones sea flexible y lo suficientemente aglutinador para recoger y tomar en cuenta esos intereses diversos y, en ocasiones, contrapuestos.
La colaboración entre los SNIA y los
CIIA En 1980, casi todas las patatas cultivadas en Rwanda procedían de Europa y eran muy vulnerables al tizón de la papa, enfermedad de este cultivo que causó la hambruna de la papa en Irlanda en el siglo XIX. Los frijoles que se cultivaban en Rwanda se caracterizaban por una tendencia parecida a enfermarse, ya que el 95% de esos frijoles procedían principalmente de la misma variedad de germoplasma llevada a África hace más de 200 años. Estos frijoles de arbusto además producen poco. Para resolver este problema, los SNIA de África Oriental y Central, en colaboración con dos CIIA (el Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT, y el Centro Internacional de la Papa, CIP) trabajaron con los campesinos locales para poder repercutir en las zonas de productividad y para dar eficacia a la investigación nacional. Los CIIA proporcionaron germoplasma de los centros latinoamericanos de origen del cultivo. Los SNIA establecieron las prioridades y evaluaron los materiales en colaboración con los campesinos locales. Esta asociación también sirvió para mejorar los sistemas de multiplicación y difusión de las variedades. Todos los aspectos del proyecto fueron un éxito. La productividad ha aumentado, las tasas de adopción de los campesinos también son elevadas, y la rentabilidad, tanto de los frijoles como de las patatas, ha resultado excelente. Como consecuencia de la colaboración de los SNIA y los CIIA, Rwanda produjo 14 variedades de patatas y nueve de frijoles con gran potencial productivo y resistencia a las enfermedades. La información obtenida del proceso de ensayo en la finca estima, con moderación, un incremento del 40% de la producción en todo el país. La difusión de las nuevas variedades ha sido eficaz. Las patatas llevadas de América Latina han sustituido por completo a la variedad europea. Los índices de adopción de la variedad de frijol trepador van de 40% a 50%, con los índices más elevados entre las familias pobres, incluidas las encabezadas por mujeres. |
Objetivos nacionales
Además de los numerosos intereses diversos, para establecer prioridades en cuanto a los sectores de interés también deberían tomarse en cuenta las circunstancias de los demás asuntos concurrentes del programa nacional en que se desenvuelven los SNIA. Esto indica la necesidad de que todos los participantes pertinentes (inclusive los organismos nacionales, como las asambleas, los ministerios, etc.) lleguen a un acuerdo sobre la misión de los SNIA de frente a estas instituciones que establecen los objetivos y los procesos, y establecer un mecanismo potencial para establecer las prioridades de la investigación con relación a los objetivos nacionales. También es imperativo asegurar que este proceso no margine políticamente a los grupos desfavorecidos que puedan no estar adecuadamente representados en el proceso político nacional.
Vulnerabilidades sociales
El proceso de establecer las prioridades debería estar informado por un conocimiento práctico de dónde y por qué carecen las personas de una alimentación adecuada. Las entidades y los encargados de supervisar la seguridad alimentaria y las condiciones de nutrición en el ámbito local (por ejemplo, los sistemas de alerta de hambrunas, los programas de vigilancia de la nutrición y los sistemas de información del mercado) pueden recomendar sectores y temas prioritarios. Los que trabajan con las personas que padecen inseguridad alimentaria deberían ayudar a determinar a las familias y personas que corren mayor peligro, así como las estrategias para hacer frente a las crisis que deberían movilizarse y reforzarse en preparación para los casos inevitables de insuficiencia de alimentos que lleguen a presentarse. El programa de investigación también debería abarcar las vulnerabilidades espaciales, temporales y sociales.
Comités campesinos de investigación para
fitomejoramiento eficaz En toda América Latina ha adquirido auge el fitomejoramiento participativo, dirigido por los agricultores, gracias en gran parte a los beneficios que proporciona a los productores pobres, a que incrementa la eficiencia de la investigación, así como a los esfuerzos de los comités de investigación agrícola local (CIAL). Los CIAL son servicios voluntarios locales de investigación, propiedad y a cargo de las comunidades rurales a las que pertenecen. Estos comités, a diferencia de los paradigmas tradicionales de investigación sobre seguridad alimentaria, enlazan a los campesinos locales con investigadores profesionales, proporcionan a las comunidades mejor acceso a las fuentes externas de investigación y permiten innovar a los agricultores. Los CIAL suelen estar formados por cuatro campesinos elegidos por la comunidad local por una variedad de características, como su interés y capacidad de experimentación, liderazgo, comunicación, capacidad de organización y honestidad. Los CIAL aprovechan la competencia técnica oficial de investigación de las organizaciones del gobierno, las universidades y las ONG. Si bien los CIAL se formaron inicialmente impulsados por organizaciones externas, como el CIAT, rápidamente se han convertido en organizaciones dirigidas por los campesinos y se han propagado por toda América Latina. Actualmente hay más de 250 CIAL activos en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Los grupos de campesinos e investigadores de los CIAL han realizado, en sus primeros cuatro años de actividades, pruebas de mil variedades de frijol, maíz, guisantes, cacahuetes, frutas y hortalizas. La creación de pequeñas empresas de semillas dirigidas por los CIAL ha sido un beneficio secundario de esta investigación. A la fecha, más de 10 000 campesinos han comprado semillas de los CIAL. Se estima que las ventas de semillas de estas empresas durante el periodo de crecimiento de los cultivos lograron un ingreso bruto superior a 2,5 millones de dólares EE UU. Además de este beneficio económico, las estimaciones indican que los experimentos a cargo de los CIAL son más eficaces en función del costo que los realizados por el personal de extensión del gobierno. En síntesis, la experimentación participativa de campesinos e investigadores que se da en los CIAL es de gran beneficio tanto para los miembros de la comunidad como para la investigación en seguridad alimentaria. Brinda a las comunidades un mejor acceso a los recursos externos de investigación y propicia la creatividad de los agricultores. En las comunidades donde hay CIAL, los campesinos no sólo han aprendido unos de otros sobre interesantes nuevas variedades de cultivos, sino que además "aprenden a aprender" unos de otros. |
Enlaces intersectoriales
Es necesario entender cabalmente los enlaces entre los sectores y buscar soluciones a las causas de las cuestiones interrelacionadas del crecimiento demográfico, la degradación del medio ambiente y la inseguridad en los medios de subsistencia. Un enfoque sectorial que sólo se concentre en los incrementos agregados de la productividad o el ingreso no logrará ocuparse adecuadamente de esos enlaces. En particular, las mejoras de la productividad deben evitar el exceso de producción (que reduce los precios de los productores) y el uso excesivo de insumos importados (que incrementa los costos de producción). Las nuevas tecnologías y técnicas necesitan ser económicamente viables, inocuas para el medio ambiente, aceptables socialmente y su utilización no debe ser nociva. Debe insistirse en particular en buscar soluciones sostenibles para los productores de escasos recursos y para los encargados de las tierras marginales.
Lecciones y proyecciones
Si bien las presentes directrices tienen como propósito estimular enfoques innovadores e integrados de la seguridad alimentaria, las decisiones de investigación deberían basarse en lo aprendido de los anteriores enfoques y experiencias de otros países o regiones. Por ejemplo, los siguientes son algunos de los principales aspectos de una evaluación informada de las posibles repercusiones de la nueva tecnología:
examinar las repercusiones negativas de las políticas de la revolución verde para aplicar las lecciones obtenidas (es decir, evitar depender mucho de insumos importados o ensanchar la brecha entre ricos y pobres);
anticipar las repercusiones negativas de la biotecnología, como la pérdida de diversidad, la falta de control local, y
escasa adaptación a la especificidad local y acceso limitado para los productores pobres;
proyección de repercusiones de la contaminación urbana e industrial, intensificación agrícola y explotación insostenible de las pesquerías (naturales y artificiales) y la acuicultura.
Durante la conferencia electrónica y en la bibliografía actual se determinó una amplia gama de potenciales intereses de investigación. Estos sectores y actividades sólo dan ejemplos propuestos por los participantes de distintos países, e indican el rumbo de la investigación más urgente. No agotan las posibilidades de un panorama completo de las necesidades de investigación. Las condiciones y circunstancias específicas de los distintos ecosistemas agrícolas, así como las capacidades de los SNIA de cada país, determinarán la forma de las prioridades de investigación.
Sectores prioritarios más estrechamente relacionados con las instituciones de investigación agrícola
Los siguientes sectores se relacionan con la investigación aplicada y básica, que ha sido el mandato tradicional de las instituciones de investigación agrícola. Los puntos que figuran a continuación se determinaron por su relación directa con la seguridad alimentaria. Debería prestarse especial atención a:
las limitaciones agronómicas y económicas que afronta la producción de alimentos y la adopción de tecnología, en particular para los productores de ambos sexos y de recursos limitados;
el potencial para incrementar el rendimiento de los cultivos que constituye la parte principal de la alimentación de las familias pobres, así como de los cultivos producidos por las mujeres para consumo y para obtener ingresos;
el potencial productivo y lucrativo de la vegetación natural, incluidos los productos forestales y no madereros de los bosques;
el potencial nutritivo de los alimentos tradicionales y de las plantas autóctonas, a fin de mejorar su productividad y disponibilidad, y de mantener los hábitats donde se reproducen las plantas silvestres y autóctonas;
las tecnologías agrícolas que requieren mano de obra intensiva ahí donde hay mucho desempleo, y las que economizan la mano de obra donde la emigración y la urbanización están despoblando las comunidades rurales;
las técnicas de bajo costo de cosecha de cultivos alimentarios, de elaboración postcosecha, de transporte y almacenamiento (viables en los ámbitos doméstico y local de las aldeas, y adecuadas para el trópico);
utilidad de diversas biotecnologías, en particular para combatir la sequía, la salinidad y las enfermedades, y para mejorar la calidad y duración de la nutrición;
sistemas mixtos de cultivo y gestión sostenible de la fertilidad del suelo y de los recursos hídricos;
restablecimiento de los medios agrícolas degradados; y
repercusiones de la variabilidad del clima y adaptaciones sostenibles, especialmente en las zonas frágiles.
Otra dimensión que adquiere cada vez más importancia es la evaluación del potencial de los sistemas de agricultura urbana y de producción animal periurbana, dada la extensión de la urbanización debida a la emigración de las zonas rurales a las ciudades y el crecimiento de complejos conjuntos de poblaciones establecidos en zonas rurales de gran densidad demográfica. Los asuntos a tratar serían los huertos comunales, invernaderos, sistemas de riego en pequeña escala, modalidades agrícolas de gran intensidad y rendimiento, así como la horticultura en azoteas, y una medición y supervisión apropiadas de las normas ambientales, de inocuidad de los alimentos e higiene.
Sectores prioritarios en la familia
Conjunto de temas relacionados con la seguridad alimentaria y los medios sostenibles de subsistencia en la familia. Esto obedece a que, a fin de cuentas, en la familia se toma la mayor parte de las decisiones y se lleva a cabo la mayor parte de las medidas relativas a la adquisición, gestión, distribución y consumo de los alimentos. Debería prestarse especial atención a las decisivas variables sociales que establecen las diferencias entre y en el seno de las familias, como la edad, el género, el parentesco, las cuestiones étnicas, la riqueza y la residencia.
Estas cuestiones ya pueden ser objeto de atención de las instituciones o direcciones especializadas en estadísticas demográficas, nutrición humana, economía agrícola, sociología rural o antropología aplicada. En la medida de lo posible, sus actividades deberían coordinarse e incorporarse sus resultados en las actividades de los SNIA y de otros organismos nacionales.
Los sectores prioritarios de investigación sobre seguridad alimentaria en el hogar son:
la eficacia de las configuraciones de producción diversificadas y las estrategias de subsistencia para amortiguar las crisis económicas y meteorológicas para las familias;
a organización social de la producción (¿quién hace qué? y ¿quién paga qué?), y su relación con la distribución y el consumo de los alimentos (¿qué le toca a quién?);
las estrategias de adquisición y administración de los alimentos en diversas categorías de familias (ricas/pobres, urbanas/rurales, encabezadas por hombres/mujeres), contando la dimensión estacional/temporal;
las funciones de género y las relaciones entre los sexos en la producción, la elaboración, la distribución de los alimentos (la contribución de las mujeres a los alimentos y los ingresos de la familia, y el control de las mujeres sobre los alimentos y los recursos);
las consecuencias en la nutrición de las distintas prácticas de consumo y regímenes alimenticios (por ejemplo, efectos de la diversidad de los alimentos de destete en la malnutrición infantil);
determinar las deficiencias de nutrición más decisivas en diversas capas de la población, especialmente las más vulnerables;
los valores, creencias y preferencias culturales de los distintos grupos sociales relativos a los alimentos, en especial con relación a los niños pequeños y más grandes, las mujeres encinta y lactantes, los ancianos y los enfermos;
las repercusiones de los distintos tipos de intermediarios del mercado en los ingresos de los productores y los precios y disponibilidad de los alimentos; y
la relación de los precios de los alimentos con los niveles de producción y el poder adquisitivo de las familias (urbanas y rurales).
Planificación e investigación que tome en
cuenta las cuestiones de género Al incluirse campesinas en los ensayos con variedades de frijoles, los resultados inesperados demostraron la importancia de la participación de las mujeres en la investigación sobre seguridad alimentaria. Los científicos del Proyecto de Participación Campesina y Evaluación Tecnológica organizado en Colombia por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el Centro Internacional de Promoción de los Fertilizantes, les pidieron a los agricultores clasificar los frijoles de acuerdo con sus preferencias, a fin de incluirlos en las pruebas de las distintas variedades. Las mujeres determinaron un tipo de frijol como una variedad de gran rendimiento y sabor, que había desaparecido de su zona. Esta variedad en particular se hinchaba al cocinarse y resultaba muy conveniente. Las campesinas solteras o recién casadas que vivían con la familia extensa eligieron una variedad de grano largo. Las mujeres jefes de familia con hijos prefirieron predominantemente una variedad de grano pequeño. Si no hubieran participado las campesinas en la planificación desde el inicio, se hubieran omitido los criterios y la evaluación de las variedades que ellas preferían. |
Aperos utilizados por las campesinas en
África En África, una importante limitación para incrementar la producción de alimentos se encuentra en el acceso de las mujeres a aperos y herramientas agrícolas mejoradas y adecuadas para las mujeres, en especial para facilitar la escarda. Actualmente las mujeres tienen a su cargo el 70% del total de las actividades agrícolas, que realizan sobre todo con aperos manuales. Tienen acceso limitado a capacitación, créditos y herramientas que reducirían el tiempo y el esfuerzo físico. Como primer paso, se utilizó la técnica de debate en el grupo muestra para investigar formas de mejora de los aperos para la producción agrícola para las campesinas, y determinar temas de investigación que pudieran desarrollar los SNIA. El estudio exploró la posibilidad de mejorar los aperos, determinó lo que limitaba el acceso de las mujeres a las herramientas disponibles en el momento y especificó nuevas técnicas de producción agrícola que requieren las herramientas y los aperos localmente disponibles. Participaron en el estudio más de 1 500 campesinas y campesinos en Burkina Faso, Senegal, Uganda, Zambia y Zimbabwe, con financiación del Gobierno de Japón, y bajo la dirección del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la FAO. Si bien no existen soluciones simples ni rápidas para mejorar las herramientas de producción agrícola para las mujeres, el estudio descubrió que la situación puede mejorar con tiempo y siempre que los gobiernos y otros intervengan adecuadamente. El estudio determinó las limitaciones para el cambio, así como algunas medidas para superarlas, por ejemplo:
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Sectores prioritarios relacionados con cuestiones a largo plazo y de macronivel
Una serie de importantes sectores prioritarios quedan en el ámbito de la normatividad nacional, la toma de decisiones políticas, las tendencias económicas, la organización social y el cambio ambiental. Algunas de estas cuestiones ya han recibido atención de las instituciones nacionales de hacienda, las juntas de asesoría económica, los bancos regionales de desarrollo, los convenios y acuerdos internacionales, etc.
Los sectores de investigación de interés en materia de seguridad alimentaria más generales son:
los sectores que tienen ventajas comparativas (mercados fuera de la localidad que no se han aprovechado y sectores especializados del mercado lucrativos, ventajas por el clima y las estaciones);
los posibles efectos negativos regionales para los productores con recursos limitados y los sectores pobres del campo debido a la producción de alimentos y las políticas comerciales a partir de la especialización;
las consecuencias de la globalización económica y de los programas de estabilización económica en la producción local de alimentos (para informar las políticas que sostendrán su competitividad y rentabilidad);
formas de motivar a los productores para abastecer los mercados locales y asegurar la estabilidad de los ingresos en el ámbito familiar (es decir, analizar la dinámica de la oferta y la demanda); posibles conflictos entre los intereses de los productores y la seguridad alimentaria (es decir, desequilibrios de las políticas y los precios entre los cultivos alimentarios y de exportación);
tendencias de los precios y de la oferta y limitaciones de la producción para los productos agrícolas básicos que tienen gran elasticidad del ingreso y mercados fuera de la localidad; pauta de la trayectoria de los productos alimentarios, desde la finca del productor a los mercados local, nacional o internacional, y consecuencias para los consumidores pobres; y la relación frente las políticas de empleo y la participación en el mercado de trabajo y la seguridad alimentaria, especialmente entre los trabajadores urbanos (de ambos sexos) y sus dependientes.
La inversión en información mejora la
utilización de los recursos de investigación En una publicación del Servicio internacional para la investigación agrícola nacional (ISNAR), que documentó un proceso participativo para establecer prioridades de investigación agrícola, se incluyó una descripción de los grupos que deberían participar en el establecimiento de prioridades para el programa y se determinaron dos ejercicios para facilitar esta actividad (ver abajo). Estos grupos incluyen:
Ejercicio 1.1: Pasos sencillos; debate de las siguientes preguntas en el seno de grupos pequeños:
Ejercicio 1.2: Elaboración de un proceso para establecer prioridades: formación de un grupo pequeño de trabajo y discusión de las siguientes preguntas:
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Otros sectores prioritarios para el desarrollo tecnológico
Se ha determinado la necesidad de atención a diversos sectores que requieren desarrollo tecnológico y medición:
los posibles beneficios del cultivo de árboles;
biointegración de la lucha contra las plagas y contra las enfermedades;
usos potenciales de desechos pesqueros para alimentación animal;
un sistema de clasificación de los alimentos elaborados para incrementar su accesibilidad económica y el control de su calidad;
enriquecimiento de los alimentos básicos con micronutrientes, en especial los que consumen los sectores pobres;
el valor nutritivo, los métodos de conservación y las repercusiones ambientales de los alimentos en venta en la vía pública;
tecnologías para reducir el trabajo de las mujeres (suministro de agua, cocinas mejoradas); y
tecnologías para economizar la energía u otros tipos de energía (cocinas solares, de biogás, etc.).
En estos sectores, los SNIA movilizarían colaboración entre asociados pertinentes, aprovechando la competencia profesional de los servicios y dependencias dedicados a determinados sectores. Por ejemplo, un servicio de agrosilvicultura que lleve a cabo actividades de cultivo de árboles podría colaborar con los servicios nacionales de silvicultura y extensión, así como con los organismos regionales y con el Centro Internacional de Investigación en Agroforestería (ICRAF) del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI). De la misma manera, la investigación en nutrición y los servicios de salud podrían colaborar con los SNIA en la investigación de temas como la clasificación de los alimentos y el enriquecimiento de los mismos con micronutrientes.
Para tratar los problemas de la seguridad alimentaria desde la perspectiva de un desarrollo sostenible se requiere entender las relaciones de las dimensiones técnica, ambiental, económica y social con la producción, la disponibilidad y la calidad de los alimentos, así como con el acceso a éstos. En vez de soluciones puramente técnicas, la investigación aplicada debe tratar de entender las complejidades y dilemas que afrontan los productores y otros participantes a lo largo de la cadena de la producción, a fin de proponer formas pertinentes y realmente viables de hacer avanzar los intereses de la seguridad alimentaria. Esto puede requerir ampliar el enfoque, el alcance y la escala del análisis, e integrar diferentes cuerpos de conocimiento.
Un enfoque integral quiere decir que el planteamiento debe rebasar las necesidades alimentarias a fin de determinar con claridad y entender todas las necesidades de subsistencia inmediatas y a largo plazo de los sectores de la población que padecen inseguridad alimentaria, en especial las familias y las personas de los grupos más vulnerables.
El alcance del análisis debe ir más allá de la dinámica de la oferta y la demanda, a fin de tomar en cuenta todos los factores causales y las fuerzas que operan en las circunstancias dadas y que repercuten en la disponibilidad y el acceso a los alimentos desde dentro y fuera del sector agrícola, incluidas las cuestiones de la política ambiental y la conservación del medio ambiente.
La estructura de la investigación ha de contener una jerarquía de las escalas, para reconocer que las cuestiones de la seguridad alimentaria trascienden el nivel local y se enlazan con tendencias y factores subnacionales y nacionales (la variabilidad espacial puede ser un elemento de particular importancia en los países pobres, pequeños y muy heterogéneos).
Los conjuntos locales de conocimientos y tecnologías que poseen las diversas categorías de productores y consumidores (los hombres y las mujeres) deberían integrarse en los conocimientos técnicos y los experimentos, a fin de asegurar que los resultados de la investigación sean congruentes con los valores, aptitudes y recursos locales.
Dada la diversidad de causas y circunstancias de la inseguridad alimentaria, no hay estrategia o instrumento únicos susceptibles de aplicarse en cualquier situación. Más bien, los investigadores deberían evitar los esquemas metodológicos y tratar de adecuar los planteamientos y los métodos a las necesidades y prioridades de los grupos beneficiarios. Lo que puede hacer falta en muchos casos, especialmente en los países en desarrollo donde la recopilación de datos en vastas zonas de muestra puede resultar difícil y costosa, es que los investigadores abandonen la ilusión de la precisión de las técnicas convencionales de investigación. De la misma manera, los experimentos o ciclos de los proyectos rígidamente estructurados y limitados cronológicamente deben cambiarse por plazos más flexibles, que propicien la continuidad y sostenibilidad de las actividades y las relaciones de la investigación.
Los enfoques participativos de investigación pueden dar una considerable cantidad de valiosa información a un costo relativamente bajo y en un plazo relativamente más corto. Ofrecen un paradigma de acción sostenida con los productores y aseguran que el programa de investigación sea congruente con los valores y las necesidades locales, incorporan el conocimiento y la experiencia locales y reflejan los recursos y aptitudes locales. Además promueven el compromiso entre los asociados y la sostenibilidad de las innovaciones propuestas.
El proceso participativo necesita estar informado por el reconocimiento de que las comunidades no son entidades homogéneas cuyos integrantes tienen los mismos intereses y prioridades. Más bien, las atraviesan numerosos linderos que se cruzan y marcan las diferencias de poder y de privilegios (es decir, entre los hombres y las mujeres, entre las familias ricas y las pobres, entre los grupos dominantes y los subordinados, etc.). Las formas habituales del discurso o comportamiento público (como las reuniones de la aldea) pueden favorecer la articulación y el avance del proyecto del grupo más poderoso. Es necesario someter a prueba diversas formas de comunicación y adoptarlas posteriormente a fin de asegurar la participación significativa de los grupos marginados, como los productores de recursos limitados, los jornaleros agrícolas, las minorías étnicas, los pobres urbanos, las mujeres, los jóvenes, etc. Entre los instrumentos comentados en la conferencia electrónica que han sido eficaces en materia de seguridad alimentaria están los siguientes:
La toma de decisiones con gestión holística (Savory y Butterfield, 2000) es un modelo de participación de los interesados en un proceso colectivo de definición de objetivos comunes para lograr una visión unificada de la calidad de vida y el buen estado de la base de los recursos naturales que se desean. Este modelo puede ayudar tanto a los investigadores como a las comunidades a diagnosticar problemas, establecer prioridades de investigación y analizar las posibles repercusiones.
El análisis espacial (cartografía de la comunidad, fotografía aérea, sistemas de información geográfica, etc.) pueden ayudar a determinar los sectores prioritarios, como los ambientes frágiles o los sectores de la población que padecen inseguridad alimentaria. La variación espacial de las propiedades y las cualidades agrarias se pueden incorporar en los datos demográficos, de las condiciones sociales y económicas, a fin de producir mapas de idoneidad agraria.
Los procesos participativos de planificación agraria pueden aplicarse para elaborar y someter a prueba estrategias de explotación agraria apropiadas para proteger las zonas frágiles; para restablecer tierras degradadas; y para proyectar y documentar los cambios en la explotación agraria, las pautas de cultivo y el desempeño, en respuesta a las nuevas necesidades alimentarias y oportunidades del mercado.
Distintas aplicaciones de los modelos participativos de investigación (evaluación rural participativa, investigación práctica participativa, evaluación participativa del paisaje y de las condiciones de vida, etc.) pueden proporcionar mecanismos para los participantes de todos los niveles, pero en especial para los productores y consumidores de recursos limitados, a fin de determinar problemas y soluciones, establecer prioridades en materia de objetivos y actividades, así como para evaluar los costos y beneficios potenciales de las innovaciones.
El análisis de género es una dimensión fundamental de la investigación participativa que somete a examen las desigualdades de género en cuanto al acceso a los recursos y la tecnología, la toma de decisiones en el hogar, la división del trabajo por sexos, la distribución del excedente y los beneficios, mediante preguntas básicas como ¿quién tiene qué?, ¿quién hace qué?, ¿qué le toca a quién?, etc.
La comunicación electrónica puede ser un medio muy eficaz para compartir información y experiencias, en particular entre científicos, personal de extensión y organizaciones de productores. También puede ser decisiva para favorecer la cooperación Sur-Sur y Sur-Norte, así como la interacción de los sectores privado y público.
Investigación en función del beneficiario en
Malí Un grupo interdisciplinario e intersectorial de agrónomos, un economista agrícola, un horticultor, sociólogos, especialistas en zootecnia, en suelos, nutriólogos, especialistas en cuestiones de género, bromatólogos , de diversas instituciones de investigación de Malí1 y del Tecnológico de Virginia se reunieron para analizar los resultados de un estudio de diagnóstico llevado a cabo entre mujeres en la región central de Malí. Las prioridades de la investigación se basaron en las preocupaciones manifestadas por las mujeres durante el estudio, en vez de en la concepción científica que los investigadores tuvieran de los problemas. En particular, lo que más preocupaba a las mujeres era cómo mejorar la nutrición de sus hijos. Surgieron las siguientes preguntas como prioridades que orientaron la investigación en función del beneficiario: 1. ¿Cómo puede el proyecto ayudarnos a alimentar mejor a nuestros pequeños ahora? Se produjo un alimento de destete elaborado con una mezcla local de mijo y caupí, se sometió a prueba y demostró su eficacia para fomentar el aumento de peso entre los niños (Silva-Barbeau et al., 1998). 2. ¿Cómo puede ayudarnos el proyecto a seguir alimentando en el futuro a nuestros hijos para que no se enfermen y crezcan fuertes y sean felices? Los especialistas utilizaron un indicador comprobado, la diversidad del alimento de destete complementario para determinar a los niños en peligro de desnutrición. La diversidad del alimento complementario de destete puede indicar los enlaces entre los niños que corren peligro de desnutrición, las épocas del año en que los niños están más expuestos y otros factores asociados a ese riesgo (por ejemplo, la ecología, las pautas de las lluvias, los sistemas agrícolas, la integración en el mercado, la demografía y la economía familiar). Dar atención a estos temas puede ayudar a elaborar políticas de apoyo y soluciones tecnológicas eficaces para tratar los riesgos, que sean compatibles con las necesidades de los niños de la región en materia de nutrición. Por ejemplo, los resultados indican que la integración en la economía del mercado y el cultivo de hortalizas fuera de la temporada agrícola pueden brindar una diversidad mayor de alimentos para el destete, en especial si se acompañan de educación en materia de nutrición. Los asociados institucionales pueden aportar su experiencia y su competencia específicas para determinar las necesidades, crear tecnologías y someter a prueba las soluciones eficaces para alcanzar un objetivo comúnmente definido. Las relaciones profesionales e interpersonales y el compromiso personal con el trabajo en grupo por los científicos es decisivo para obtener buenos resultados. El proyecto se elaboró en respuesta al deseo de la Dirección de Investigación de los Sistemas de Producción Rural (DRSPR) de establecer estrategias para satisfacer las necesidades de las campesinas. La Cellule destacó la importancia de los alimentos de destete y con este propósito elaboró una harina apropiada para mejorar la nutrición. El Tecnológico de Virginia aportó su competencia profesional en análisis de género y nutrición, ayudó a elaborar la estructura del estudio, creó el instrumento de investigación y analizó la información. La DPSPR mandó investigadores sobre el terreno para someter a prueba la innovación. Esta asociación fue eficaz porque trató directamente las necesidades y preocupaciones manifestadas por los beneficiarios, y porque cada institución estaba convencida del beneficio recíproco de la colaboración. |
1 Instituto de Economía Rural (IER), Cellule de Technologie Céréaliere del Servicio de Nutrición de Malí, Dirección de Investigación de los Sistemas de Producción Rural [DRSPR, hoy llamada Programa de Sistemas de Producción y Gestión de los Recursos Naturales del IER]
Clave de la seguridad alimentaria: la investigación
de los medios sostenibles de sustento Las actividades para el desarrollo que realiza el organismo británico de ayuda internacional -el Departamento para el Desarrollo Internacional (DPDI)- se centran en los medios sostenibles de sustento en el ámbito rural. La definición de éstos utilizada por el DPDI se basa en la de Robert Chambers y Gordon Conway. La definición dice: Los medios de sustento comprenden las capacidades, los activos (incluidos los recursos materiales y sociales) y las actividades necesarios para ganarse la vida. Un medio de sustento es sostenible cuando puede hacer frente a las crisis y los choques y recuperarse de ellos, a la vez que mantiene o mejora sus capacidades y sus activos ahora y en el futuro, sin socavar la base de los recursos naturales (DPDI, 1998) La experiencia de campo del DPDI ha informado su planteamiento de investigación y aplicación a partir de la decisiva aportación de la investigación integrada de los medios sostenibles de sustento para entender las realidades específicas de cada lugar, así como la complejidad de la seguridad alimentaria en esa zona. Un proyecto en Bangladesh de producción controlada de arroz con una variedad de gran rendimiento, en vez de alcanzar su propósito original de mejorar la producción de alimentos y en consecuencia la seguridad alimentaria, en realidad redujo la seguridad alimentaria y aumentó la pobreza rural. La inundación controlada de los llanos del sitio del proyecto, que comprendía medios acuáticos y terrestres de producción, deterioró la calidad ambiental y dañó la biodiversidad. Además, también se redujo la producción pesquera al abrirse el acceso a las pesquerías. En vez de un estrecho enfoque en la producción de arroz sin someter a examen las circunstancias más generales en que se realiza, el DPDI ha emprendido una investigación orientada a un análisis del capital social, humano y natural en una extensa llanura de Bangladesh. Los investigadores están elaborando modelos de las complejas interacciones de los sistemas materiales, sociales y económicos que hay en el seno de una numerosa población rural, cuyos medios de subsistencia dependen mucho del capital natural de la planicie. La investigación del DPDI, que está enriqueciendo sus conocimientos de las relaciones recíprocas entre los capitales natural, humano y social, permitirá a los encargados de la planificación para el desarrollo apoyar las condiciones para lograr una mayor seguridad de los medios de subsistencia rurales. |
Abundan los manuales, prontuarios y repertorios de instrumentos de distintos aspectos de la investigación participativa. Entre ellos, el de el Programa de Participación Popular de la FAO ha publicado Participation in Practice: Lessons from the FAO Peoples Participation Programme (1997b), Mikkelsen (1995) es un útil manual de enfoques participativos en la investigación, la aplicación y la capacitación, etc. Okali et al. (1994) ofrecen una minuciosa reseña de diversos enfoques de participación campesina, ilustrados con estudios de casos. El PNUD (2000) publicó una guía que proporciona recursos para promover la participación. El Banco Mundial hizo una recopilación de trabajos sobre participación: The World Bank Participation Resource Book (1996). Esta obra no sólo contiene ejemplos de enfoques participativos para las actividades de desarrollo y su aplicación sobre el terreno, sino también un útil resumen de los métodos participativos, con descripciones breves del funcionamiento de estos instrumentos. Además, que contiene las experiencias e instrumentos de participación del programa. Un trabajo reciente del Instituto Internacional de Reconstrucción Rural (IIRR) proporciona un conjunto de instrumentos de participación orientados a la planificación (Selener et al., 1999). Pretty et al. (1995) elaboraron una guía para personal de capacitación, de metodologías de participación, principios del aprendizaje y la acción participativos y ejercicios. El ámbito de la investigación y la aplicación participativos ofrece numerosos métodos e instrumentos, de los cuales aquí se presentan algunos, escogidos entre una gran variedad de materiales.
Gestión holística de los recursos en
África Occidental El proyecto del SANREM en África Occidental1 está utilizando el modelo de gestión holística para definir su programa de investigación en Malí, cuyo propósito estriba en mejorar los recursos naturales y las prácticas de solución de conflictos en los sistemas agropastoriles. Las tendencias a largo plazo del crecimiento demográfico, el deterioro de la base de los recursos naturales y un clima duro e inestable han exacerbado el ciclo de pobreza de la gran mayoría de los campesinos y pastores de África Occidental. Es evidente la necesidad de un modelo de obtención de consenso para detener una tendencia que podría ser explosiva en la competencia cada vez mayor por los escasos recursos existentes. El modelo de gestión holística (Savory, 1988) se adapta particularmente a entender y gestionar las interacciones ganaderas y agrícolas (incluso posibles conflictos) en un marco ecológico de panorama árido y semiárido. A diferencia de la gestión convencional de los recursos naturales que se concentra en las limitaciones y conduce a la elaboración de planes de acción con indicaciones y soluciones tecnológicas muy específicos, el modelo de gestión holística hace hincapié en las aplicaciones estratégicas de experiencias anteriores junto con los valores y perspectivas de la comunidad con el objetivo de llegar a un acuerdo. Este modelo subraya la importancia de cuatro importantes procesos relativos al ecosistema (los ciclos del agua, los ciclos de los nutrientes, la dinámica de la comunidad, la corriente de la energía) para lograr una gestión sostenible de los recursos naturales. Tomándolos en cuenta la comunidad define colectivamente un objetivo holístico compuesto de tres partes: a) la calidad futura de vida a la que se aspira; b) la producción necesaria para alcanzar y mantener esa calidad de vida; y c) el futuro estado del panorama, necesario para lograr y mantener estos niveles de producción. Este modelo comprende asimismo criterios de prueba para las decisiones para la planificación participativa, a fin de asegurar que las decisiones tomadas conduzcan a la comunidad a su objetivo holístico establecido. El SANREM ha venido utilizando este modelo para lograr un amplio consenso acerca de las consecuencias de otras actividades anteriores y determinar el potencial de acción de la comunidad. Al incorporar a los investigadores en este proceso, el SANREM anticipa crear un programa de investigación de rigor científico que a la vez sea comprensible y pertinente para la población local. El enfoque del proyecto es en la nueva unidad o municipio descentralizado para la toma de decisiones. Los municipios, recientemente facultados para gestionar localmente los recursos naturales, están compuestos de varias aldeas y son parecidos a las unidades administrativas inferiores recientemente creadas o facultadas en la mayor parte de los demás países de la subregión. Para apoyar la toma de decisiones en el ámbito del municipio el SANREM propició la formación del Comité Asesor para la Gestión de los Recursos Naturales (CAGRN), compuesto por representantes de los pueblos, grupos de mujeres, organizaciones de pastores y grupos de usuarios de los recursos. Este órgano es el puente consultivo y participativo entre el proyecto y la población del municipio. Los integrantes del CAGRN recibieron capacitación en gestión holística. El modelo mismo es sencillo (aunque no simple) y comprensible para los campesinos, productores de ganado y otros responsables locales de las decisiones. Ofrece un marco que permite concebir una gestión sostenible de los recursos y un sistema flexible de dirección para diagnosticar causas, recetar remedios y supervisar los resultados. Con todo, el modelo también tiene suficiente fuerza para hacer participar a los investigadores en actividades participativas de diagnóstico, formulación de hipótesis y comprobación. De esta manera, puede servir de puente entre los interesados locales y los investigadores en las actividades de planificación, ejecución y evaluación de la investigación. |
1 El proyecto del SANREM en África Occidental está formado por una asociación entre diversas instituciones: el Tecnológico de Virginia, la Universidad de Georgia, la Universidad Estatal de Washington, el Instituto de Economía Rural, la Cooperativa para la Asistencia y el Socorro a Cualquier Parte del Mundo (CARE) - Malí y personal de capacitación asociado al Centro de Gestión Holística.
Una vez determinados y movilizados los interesados pertinentes durante la etapa de preparación del medio, es importante promover un proceso de colaboración que saque el máximo provecho de la participación de los interesados, y reduzca al mínimo la posibilidad de malentendidos entre los participantes, manipulación por parte de intereses poderosos, o marginación de los menos privilegiados. A continuación se presentan algunos de los principios básicos que pueden contribuir a evitar los escollos comunes de la colaboración:
La viabilidad de la colaboración depende de definiciones claras que se hayan convenido de las funciones y objetivos, así como en la rendición de cuentas y la transparencia de la gestión.
Los principales asociados deben elaborar en conjunto un plan de acción aprobado por todos, que comprenda un programa viable y un plazo realista.
Es importante anticipar, prevenir o manejar con cuidado las situaciones en las que un participante poderoso pudiera dominar el proceso participativo.
También se deberían establecer mecanismos para asegurar que se escuchen y se tomen en cuenta los intereses de los grupos menos privilegiados o más vulnerables (las mujeres, los jornaleros agrícolas, las personas pobres del campo, los desempleados urbanos, etc.).
Deberían determinarse intermediarios (personal de extensión o de las ONG) y hacerlos participar para facilitar la comunicación entre los científicos y las personas más marginadas de los que padecen inseguridad alimentaria (mujeres, sectores pobres del medio rural, etc.).
Entre los mecanismos disponibles para obtener información de los asociados puede recurrirse a encuestas de opinión, mesas redondas, reuniones de consulta, simposios de investigación, conferencias electrónicas, actividad en redes, etc.
Distintos asociados pueden concebir en forma diferente la participación y podría necesitarse obtener una definición común para trabajar que informe el programa y se aplique en su ejecución.
Conforme disminuye la financiación disponible para invertir en investigación van adquiriendo cada vez más interés el establecimiento de prioridades y la evaluación de las actividades de investigación. En estas condiciones, es importante articular con claridad el proceso de toma de decisiones relativo a los objetivos de la investigación, y demostrar las repercusiones de las actividades de investigación. Las evaluaciones de estas repercusiones necesitan basarse no sólo en los índices de adopción, sino en la eficacia en función del costo y la sostenibilidad.
La evaluación ex ante y ex post puede realizarse por diversas razones, incluso la viabilidad del proyecto, mejoras de gestión, documentación de repercusiones, evaluación de la sostenibilidad y comparación de los costos y los beneficios. Es esencial que el enfoque se dé y que los interesados que participen sean adecuados a los objetivos de la evaluación. Suele ser recomendable una combinación de enfoques, incluso métodos de supervisión y evaluación participativos que evalúen el proceso y el producto. Por ejemplo, las evaluaciones pueden realizarlas:
expertos externos con aptitudes técnicas y experiencia en evaluación (para evaluar la investigación holística o de sistemas son más eficaces y apropiados los grupos interdisciplinarios que los consultores individuales);
investigadores y asociados en la investigación (que pueden aprovechar la experiencia reflexionando sobre lo que ha funcionado bien y lo que necesita mejorarse, desde el punto de vista del proceso de investigación); y los interesados, comprendidos integrantes de la comunidad y otros supuestos beneficiarios, que pueden evaluar la pertinencia, viabilidad y repercusiones de las tecnologías elaboradas por la investigación.
Dadas sus muchas ventajas demostradas, la supervisión y evaluación participativas están convirtiéndose en práctica común de la evaluación de las actividades de investigación y aplicación. El modelo de supervisión y evaluación participativas fue creado por las ONG a fin de aprender de la experiencia sobre el terreno (Aaker y Shumaker, 1997; Estrella 2000), pero ahora lo han adoptado en general los organismos donantes bilaterales y multilaterales.
En un planteamiento de supervisión y evaluación participativas los interesados elaboran juntos y se ponen de acuerdo sobre los indicadores del avance antes de emprender las actividades previstas de investigación y aplicación. Este proceso permite a todos los asociados expresar en forma explícita lo que esperan y ponerse de acuerdo sobre un marco de evaluación que abarque los diferentes intereses en juego. Es evidente que los asociados tendrán intereses diferentes y, por lo tanto, determinen distintos indicadores (por ejemplo, los campesinos pueden querer hacer hincapié en la diversificación de los cultivos, mientras que los investigadores pueden desear concentrarse en la interacción entre los cultivos).
La supervisión y evaluación participativas ofrecen las condiciones para que los asociados en la investigación se reúnan durante el proceso de investigación, reflexionen y deliberen sobre lo que consideran que esté funcionando bien y lo que les parezca que haya que mejorar. Participar en el proceso de supervisión y evaluación participativas también da mayor conciencia y comprensión de las relaciones causales entre los diversos factores, y promueve el compromiso de los interesados y la propiedad común de la actividad de investigación.
La investigación sobre seguridad alimentaria sostenible debería dirigirse a generar nuevas tecnologías e información que respondan a las necesidades y problemas específicos determinados por los interesados. En consecuencia, los criterios decisivos para evaluar el avance y los resultados de la investigación deberían ser los índices de adopción y las repercusiones, en vez de las publicaciones académicas. Cuando se están planificando innovaciones de investigación o tecnológicas, es necesario hacer una evaluación del proyecto antes de ejecutarlo, mediante las siguientes preguntas relativas a la tecnología de que se trate:
¿Está tratando un síntoma o una causa original?
¿Está bien adaptado a las realidades locales en vez de reunir las condiciones óptimas de experimentación?
¿Es compatible con otras demandas del tiempo y recursos domésticos, especialmente para el trabajo de la mujer?
¿Es sostenible desde el punto de vista de los recursos y las condiciones locales?
¿Protege el buen estado de la base de los recursos naturales?
¿Es congruente con los objetivos de los productores en cuanto a la calidad de la vida?
¿Es congruente con los objetivos generales de desarrollo del país?
¿Es viable económica y técnicamente?
¿Es aceptable social y culturalmente?
Investigadores agrícolas aprenden sobre
participación en Perú En este interesante caso participaron en las actividades participativas investigadores del SNIA en vez de campesinos, con el propósito de elaborar instrumentos para la investigación participativa en vez de tecnologías agrícolas. La iniciativa surgió de un proyecto llamado Desarrollo Participativo Amazónico (DEPAM), financiado por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo Internacional (CIID), con apoyo técnico del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), y la participación de investigadores y personal de extensión de cerca de doce instituciones locales de investigación y extensión agrícola. Después de un año y medio de actividades, la falta de tiempo, recursos y autonomía se determinó como principal limitación para la ejecución de enfoques participativos por parte de los investigadores. En consecuencia, se elaboró una respuesta de acción e investigación para resolver el problema, que demostraba la necesidad de un proceso de formación de capacidad a través del cual los investigadores pudieran obtener aptitudes en materia de participación y promoción, aprender de la experiencia de campo y de la bibliografía disponible, y apoyar recíprocamente sus actividades de mediación entre los campesinos y sus propias instituciones. Un total de 12 investigadores de ocho instituciones locales de investigación y extensión participaron en estos grupos de aprendizaje. El propósito central de estos grupos era reflexionar críticamente sobre la práctica participativa, pero posteriormente los participantes elaboraron y llevaron a cabo juntos un proyecto participativo de creación de tecnología con los campesinos. Su estructura a propósito fue carente de formulismos, sin obligaciones de presentar informes, sin reuniones fijas ni dirección de una organización o promoción externa. Los participantes establecen los objetivos y un plazo, deciden los procedimientos de organización y las actividades de aprendizaje, tienen el control de los recursos y sólo tienen que rendirse cuentas entre sí. La participación compete a los investigadores en lo personal, que deben negociar con sus instituciones para poder participar. Después de un año, los investigadores participantes están informando de que el aprendizaje está repercutiendo con vigor en sus actividades en las instituciones. Con todo, el proyecto también ha encontrado algunos problemas que afrontan otros proyectos participativos o realizados con la comunidad. Por ejemplo, a fin de crear un espacio seguro para el análisis crítico y la experimentación creativa, los integrantes del proyecto han circunscrito a propósito sus actividades en una esfera autónoma, separada de sus propias estructuras institucionales. Esto, sin embargo, ha limitado las repercusiones institucionales del proyecto. El problema que queda por resolver es cómo institucionalizar la reflexión crítica, la creatividad y el compromiso que está generando esta experiencia entre los participantes, a fin de que el aprendizaje participativo se afirme como dimensión decisiva de la política y la práctica de la investigación. |
Una vez elaborada y difundida una tecnología, las siguientes variables ofrecerán la base para evaluar la investigación: el acceso de las productoras y los productores de recursos limitados; los índices de adopción; los beneficios de la adopción; y los beneficios a largo plazo para la sociedad y el medio ambiente. El libro de Ashby (1990) es un excelente manual de convalidación de la tecnología en la finca agrícola.
En la investigación agrícola en materia de seguridad alimentaria existen muchas definiciones de lo que puede considerarse repercusión. A fin de cuentas, los resultados de la investigación deben demostrar su eficacia en el tratamiento de las necesidades percibidas y mejorar significativamente las condiciones de los beneficiarios designados.
El cumplimiento de los objetivos de la investigación y el avance hacia la seguridad alimentaria pueden evaluarse mediante indicadores cuantitativos y cualitativos. El tipo adecuado de indicador depende de las circunstancias específicas y del objetivo de la investigación de que se trate. Por ejemplo, las medidas cuantitativas son más objetivas, pero los datos pueden resultar más difíciles de recopilar, especialmente en los países en desarrollo. Los indicadores cualitativos son menos rigurosos, pero incorporan sentido interpretativo. La información cualitativa puede ser más fácil y menos costosa de recopilar.
Un marco de evaluación utilizado con éxito por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) (Bennett y Rockwell, 1995; Bennett et al., 2000) organiza las repercusiones en distintos niveles de avance hacia una escala mayor de repercusión. El modelo está compuesto por una jerarquía de varios niveles de los resultados y las repercusiones. En un planteamiento modificado de tres niveles se demuestra una posible adaptación relativa a la formación de capacidad (Neely et al., 1999), caracterizando la primera etapa o grado de repercusión como un cambio en la participación de las personas en la seguridad alimentaria sostenible o en la conciencia de ésta o de las cuestiones que repercuten en la inseguridad alimentaria. Conforme cristalizan estos cambios de actitud o de conciencia, se forman las bases del siguiente nivel de repercusión, un cambio en el conocimiento, las actitudes, las aptitudes o las aspiraciones de las personas. Conforme estos dos niveles de cambio se asientan, a su vez proporcionan las bases del nivel más significativo de repercusión, un cambio práctico, tecnológico o normativo que se traduce en una mayor seguridad alimentaria, una mayor calidad de vida o en mejores condiciones de los recursos naturales.
Los gobiernos y los donantes están incrementando las exigencias en las normas para rendir cuentas y de la eficacia en función del costo de la utilización del financiamiento asignado a los programas de investigación. De conformidad, los investigadores y los administradores de la investigación tienen que tomar decisiones y sopesar las prioridades a partir de las ganancias potenciales del dinero y el tiempo invertidos en el proceso de investigación.
Existe una nutrida bibliografía sobre evaluación de la relación entre costo y beneficio de la investigación agrícola (Altson et al., 1995, inclusive pero no sólo). Mywish et al. (2000) han resumido lo más novedoso en evaluación de repercusiones de la investigación agrícola para los responsables de la gestión de las investigaciones y concluyen que: La buena práctica es que cada cinco años, cada programa de investigación aplicada debería someterse a un completo examen externo de su calidad técnica y a un análisis de sus repercusiones económicas.
Cada vez es más común realizar evaluaciones ex ante de las repercusiones para informar las inversiones en investigación antes de ejecutarlas. Las evaluaciones ex ante basadas en modelos de predicción se están utilizando para determinar las repercusiones previstas en en el transcurso de la ejecución de una tecnología, política o práctica, antes de aplicarse (Pachico, 1994; IIPA, 1999; ILRI, 1999; Texas A&M, 1999).
La investigación en seguridad alimentaria se mide a fin de cuentas por su efecto en los grupos interesados. Pese a tener buenas cualidades de investigación por sí mismas, los investigadores no siempre tienen las aptitudes ni la experiencia para llevar a cabo trabajo de extensión, o para hablar o escribir en forma comprensible para el público no especializado. Con todo, para difundir los resultados de la investigación es necesario:
traducir los resultados de la investigación a información significativa;
utilizar una variedad de estrategias de difusión para las distintas poblaciones seleccionadas;
llevar a cabo campañas de información sobre temas pertinentes.
Como se mencionó en secciones anteriores, los asociados que trabajan con la comunidad e interactúan estrechamente con los productores pueden desempeñar una decisiva función en las actividades de extensión y difusión. La participación del personal de aplicación y extensión, así como de los campesinos que imparten capacitación en la difusión de información y la transferencia de tecnología tienen una importancia decisiva. Los planteamientos de difusión deben ser creativos, aprovechar las oportunidades únicas y tomar vías originales, como hacer representaciones teatrales o espectáculos.
Los SNIA deberían elaborar una política de búsqueda activa de difusión de los resultados de la investigación financiada por el Estado, a través de todos los canales adecuados. Sin embargo, no sirve de nada tener acceso a los resultados de la investigación si no son fáciles de entender. El mensaje debe presentar información o recomendaciones respecto a necesidades determinadas por los interesados con un lenguaje claro, apropiado para el público (los resultados pueden requerir traducción a las lenguas de los grupos minoritarios y dominantes).
Los servicios de extensión pueden ser determinantes en este proceso si se encargan de la difusión directa de los resultados de la investigación a través de demostraciones interactivas directas que aseguren la comunicación bidireccional y la práctica de aptitudes, en vez de una transferencia unidireccional de recomendaciones.
A la vez, en la medida de lo posible, los SNIA deberían aprovechar plenamente las oportunidades de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Éstas pueden utilizarse para poner los resultados de la investigación en formato electrónico al alcance de los que cuenten con acceso a Internet, medios digitales y otros (ver a continuación).
Tecnología de la información: aprovechar la
experiencia La FAO ha obtenido experiencia del uso de la tecnología de la información para mejorar la seguridad alimentaria a través de sus actividades en América Latina con FarmNets, que son redes electrónicas de información agrícola establecidas a principios del decenio de 1990. A partir de conocimientos locales y de las necesidades de información de las asociaciones campesinas, las redes se convirtieron en fuente de información sobre gestión de cultivos, clima, mercados y servicios de crédito. La FAO proporcionó al proyecto FarmNets: 1) las estructuras de las redes electrónicas, el equipo básico (computadoras, servidores, módems e impresoras), coordinación del apoyo logístico y apoyo técnico; y 2) capacitación para utilizar la tecnología de información electrónica. Un elemento importante de la capacitación para el personal local de extensión y organización campesina fue cómo analizar y difundir la información localmente pertinente. Se establecieron centros de la información en las oficinas de las organizaciones campesinas o de las ONG. Los centros, a su vez, distribuían mensajes a los campesinos y a las asociaciones mediante la tecnología apropiada a las circunstancias (por ejemplo, materiales impresos, fax o Internet). El servicio de FarmNet pronto tuvo éxito al permitir a los agricultores planificar y comercializar su producción con mayor eficacia. Al utilizar la información del mercado proporcionada por la red, una asociación campesina pudo vender algodón a 10 dólares EE UU más por quintal que el precio ofrecido por los compradores locales. La información de los precios futuros de los cereales y las oleaginosas ayudó a otra asociación a determinar las cantidades de los cultivos que deberían sembrar. El servicio meteorológico de FarmNet brindó a los productores de hortalizas información de las condiciones meteorológicas que afrontaba la competencia de otras regiones y países, para poder hacer sus planes en consecuencia. El proyecto piloto de la VERCON en Egipto Un proyecto financiado por la FAO está estableciendo una Red virtual de comunicaciones para la divulgación y la investigación (VERCON) en Egipto para mejorar los enlaces entre investigación y extensión en cuatro centros experimentales, como base para la creación de una red electrónica nacional de conocimiento e información agrícola. Con información obtenida y técnicas de comunicación a partir de Internet, los sistemas nacionales de investigación y extensión agrícola están fortaleciéndose mediante la formación de capacidad para un mejor intercambio de información y conocimiento agrícola. Conforme se superan los obstáculos administrativos, materiales y de comunicación, mejora la interacción entre investigadores y personal de extensión y en consecuencia los campesinos están beneficiándose de esta mejor comunicación. El proyecto de la VERCON se dirige específicamente a asegurar una comunicación continua entre investigación y extensión, para tratar las prioridades y satisfacer las necesidades de los campesinos pobres de recursos. |
Debería reconocerse que los distintos participantes y asociados interesados en la seguridad alimentaria sostenible tienen formas muy distintas de aprender y de acceso a distintos tipos de medios. Es imperativo que las estrategias de difusión se adapten a la diversidad de las poblaciones destinatarias. Deberían planificarse actividades apropiadas de difusión por anticipado e incorporar en los presupuestos del programa los recursos para llevarlas a cabo. Las estrategias potencialmente eficaces son:
visitas a las fincas agrícolas y ferias agrícolas o científicas para llegar a las poblaciones rurales no alfabetizadas;
radio rural, televisión local, boletines de prensa y otros medios para asegurar una amplia difusión;
mesas redondas continuas en la comunidad entre los interesados y los investigadores, para permitir que los resultados de la investigación se sometan a debate y obtener retroinformación;
actividades de difusión específicamente dirigidas a las productoras, realizadas por personal femenino de extensión o trabajadoras del desarrollo en las circunstancias, el idioma y el horario adecuados, según convenga;
formación de comités provinciales y municipales de desarrollo a fin de promover la participación de la sociedad civil, los encargados locales de tomar las decisiones, representantes del gobierno y otros;
incorporar los resultados de la investigación en los programas académicos de la escuela primaria y secundaria, así como alfabetización funcional y aritmética básica adaptados a las situaciones locales y traducidos en materiales didácticos accesibles;
y deberían instalarse concesiones de los centros de información rural (tipo cybercafeterías), donde sea adecuado, aunque algunos países no cuenten con esta opción.
Prueba de la función de la tecnología
apropiada para disminuir la inseguridad alimentaria estacional en
Gambia Es decisivo determinar e incluir a los asociados adecuados a partir de las necesidades comunes y de sus ventajas específicas, a fin de que den buenos resultados las actividades de colaboración para lograr la seguridad alimentaria sostenible. La solución de problemas mediante asociaciones entre instituciones de investigación, para el desarrollo y de la comunidad, se demostró congregando a diversos expertos técnicos y experiencia institucional en un esfuerzo concertado orientado a hacer más rentable el trabajo de las mujeres y comprobar tecnologías sostenibles que repercutieran positivamente en la nutrición y los ingresos domésticos. Si bien los grupos de usuarios desempeñaron el papel principal en la determinación del problema que había que resolver y en la evaluación de la viabilidad y sostenibilidad de las soluciones propuestas, las ONG fueron decisivas en la transferencia y adaptación de la tecnología, así como en la capacitación de los usuarios. En el decenio de 1980, los Servicios Católicos de Socorro enseñaron a campesinas de Gambia a producir ajonjolí, a fin de proporcionar una fuente muy necesaria de calorías a la alimentación de las mujeres y los niños. El ajonjolí se hizo popular de inmediato porque es resistente a la sequía y permitía a las campesinas repartir sus actividades laborales. Las mujeres son las principales encargadas de cultivar el ajonjolí en las tierras comunales y privadas. Ellas elaboran el aceite para uso doméstico o para su venta en los mercados locales, y una parte de los ingresos se invierte de nuevo en actividades del grupo y otra se distribuye entre las productoras. Al mismo tiempo, los Servicios Católicos de Socorro llevaron prensas que funcionan con diesel, cuyo funcionamiento estaría a cargo de las asociaciones de productores de ajonjolí. Con todo, más adelante dejaron de funcionar varias de las prensas porque como eran importadas, las refacciones eran costosas y las reparaciones no estaban al alcance de los mecánicos locales. Los Servicios Católicos de Socorro se enteraron de una prensa manual fabricada localmente, inventada por Appropriate Technology International (ATI), que estaba utilizándose en la República Unida de Tanzanía para producir aceite de girasol. Esta prensa manual podía fabricarse en Gambia o en el cercano Senegal, y adaptarse a la producción de aceite de ajonjolí. Como era pequeña y económica, cada aldea podría tener y utilizar su propia prensa manual. Era posible capacitar a las mujeres para utilizar las prensas y darles mantenimiento, así como para llevar las cuentas. Para evaluar las repercusiones de la prensa manual, en comparación con las prensas de motor, se hizo una investigación en 52 aldeas durante un año completo, a partir de encuestas sobre el consumo de alimentos, medidas antropométricas y datos sobre la producción. Los resultados revelaron que el consumo de aceite había aumentado considerablemente entre las familias que utilizaban la prensa manual, sola en combinación con las de motor. Los Servicios Católicos de Socorro y la ATI querían documentar las repercusiones del proyecto pero carecían de la competencia científica necesaria. Por lo cual se pusieron en contacto con el Instituto Politecnico y Universidad Estatal de Virginia y con Silva Associated, y los investigadores de estas organizaciones obtuvieron financiación de la Fundación de Investigación Thrasher, de USAID y de una fundación privada para realizar un estudio de las repercusiones. Cuando un cambio político impidió utilizar fondos de USAID, el Fondo de Investigación Thrasher dio apoyo adicional. La Asociación de Agricultura, Alimentos y Nutrición de Gambia (una ONG relacionada con los Servicios Católicos de Socorro y el Ministerio de Agricultura) desempeñó una importante función en la ejecución del estudio, con ayuda técnica del grupo del Tecnológico de Virginia y Silva Associates. La singularidad de la ONG de Gambia, que contaba con personal muy capacitado con gran experiencia en investigación, hizo posible recopilar y analizar datos en el sitio, lo que redujo el costo del estudio. |
Enfoques agroecológicos para incrementar la
seguridad alimentaria en América Latina Desde principios del decenio de 1980, diversas ONG y los SNIA de América Latina han promovido enfoques agroecológicos que aprovechan los conocimientos y las técnicas campesinos locales como opción a los monocultivos y a la dependencia de los insumos químicos. Los científicos a menudo consideran que los aperos manuales y los animales de tiro limitan la productividad de los sistemas agrícolas locales, pero los resultados cada vez más abundantes de más de 200 proyectos de la región demuestran que los enfoques agroecológicos pueden incrementar la productividad y la estabilidad de los cultivos alimentarios, y asegurar a la vez el restablecimiento de la fertilidad del suelo y de la biodiversidad. Por ejemplo, en Brasil, EPAGRI1 -servicio de extensión y difusión del gobierno estatal- promueve técnicas económicas de conservación del agua y el suelo, como la construcción de barreras de pasto, arar los contornos, utilizar abonos verdes y hacer cultivos intercalados con cultivos de cubierta, como frijol aterciopelado, caupí, avena y nabos. Desde 1991, EPAGRI ha atendido a 38 000 campesinos de 60 microcuencas hidrográficas, ha ayudado a más de 11 000 campesinos a elaborar planes agrícolas, ha entregado a agricultores 4 300 toneladas de semillas de abono verde. La utilización de cubiertas vegetales ha reducido la demanda de mano de obra para eliminar la maleza, y el arado ha incrementado el rendimiento, el maíz aumentó de tres a cinco toneladas por hectárea y la soya de 2,8 a 4,7 toneladas por hectárea. En Perú los campesinos están recuperando una tecnología aparecida en los Andes hace tres mil años. Según los restos arqueológicos, en América Latina los antiguos campesinos sembraban sus cultivos en lechos en relieve o en campos acanalados. Este último método, surgido en Perú, produjo extraordinarias cosechas a altitudes de 4 000 metros. Diversas ONG y entidades estatales del Perú crearon el Programa Interinstitucional de Waru-Waru (PIWA) para recuperar esta técnica, que produjo positivos efectos de moderación de la temperatura y de incremento de la productividad, al mantener las cosechas de patatas entre ocho y 14 toneladas por hectárea, en comparación con la media de una a tres toneladas por hectárea en los campos no acanalados. En el sur del Perú, PRAVTIR2 patrocina la reconstrucción de terrazas ofreciendo a los campesinos préstamos con intereses bajos, semillas y otros insumos. Aunque la necesidad de mucha mano de obra es una limitación, el trabajo comunal promovió una fuerte cohesión social en la familia y la comunidad. Las inversiones en mano de obra se compensan con ventajas como estar menos expuestos a las heladas y la sequía, reducción de la pérdida de suelos, más opciones en materia de cultivos y cosechas más abundantes y más estables. Las cosechas de maíz, cebada y patata aumentaron entre 43% y 65%. En Cuba, una organización no gubernamental integrada por científicos, campesinos y personal de extensión desempeñó una función innovadora con la promoción de sistemas integrados de producción. La Asociación Cubana de Agricultura Orgánica (ACAO) estableció proyectos experimentales conocidos como faros agroecológicos en cooperativas agrícolas de la provincia de la Habana. Mediante la introducción de la rotación de cultivos, cultivos mixtos, abono verde, cubiertas arbóreas y de cultivos, las cooperativas participantes lograron mejoras considerables de la productividad, la biodiversidad y la calidad del suelo en pocos meses. La utilización de Crotolaria juncea y Vigna unguiculata como abonos verdes resultó equivalente a la aplicación de 175 kilogramos por hectárea de urea en el calabacín y eliminó la infestación de tetuán del boniato. Las cosechas de los cultivos mixtos de yuca, frijol y maíz fueron 2,82 veces mayores que en condiciones de monocultivo. |
1 Empresa de Pesquisa Agropecuaria e Extensão Rural de Santa Catarina
2 Programa de Acondicionamiento Territorial y Vivienda Rural
Las actividades de instrucción e información sobre los siguientes temas promoverán esta perspectiva y compromiso de colaboración:
Entre los productores rurales, promover los beneficios de la protección de los recursos (por ejemplo, los bosques naturales) para la viabilidad del medio agrícola.
Entre la población urbana, difundir la relación entre seguridad alimentaria, salud ambiental y calidad de la vida.
Entre la población general, hacer hincapié en el valor ambiental de los recursos y las tecnologías locales, y del valor nutricional de los alimentos producidos localmente.
Entre las mujeres, difundir información de tecnologías de elaboración de alimentos que economizan trabajo y de la calidad nutricional de distintos alimentos (fácilmente obtenibles), así como de prácticas de alimentación infantil.
Entre los científicos, crear conciencia de las necesidades de una estructura holística y del enriquecimiento interdisciplinario. Entre todos los participantes, incrementar la conciencia de la importancia central de las cuestiones de la seguridad alimentaria para el desarrollo económico y social.