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CAPÍTULO 6: PRODUCCIÓN VEGETAL


6.1 Generalidades

6.1.1 El uso de invernaderos

El uso de los invernaderos varía tan ampliamente de un país mediterráneo a otro que no es posible ofrecer un prototipo de cultivo que sea representativo de toda la Cuenca Mediterránea. Entre las razones de esa diversidad podemos mencionar:

- Las características del clima local. Los tipos de plantas que se cultivan están adaptados, como es lógico, a las condiciones climáticas locales. Así, por ejemplo, en zonas de invierno frío, de insolación escasa, se cultiva la lechuga, mientras que en regiones de elevada insolación invernal, con temperatura más alta, es posible el cultivo de especies más exigentes, como el tomate. Asimismo, las condiciones climáticas del verano influyen sobre la elección de los cultivos a realizar, llagándose incluso a preferir no cultivar los invernaderos durante los meses más calurosos, en aquellas regiones en las que las altas temperaturas son limitantes. En estos casos se usan láminas de polietileno de corta duración que cubren el invernadero desde Octubre (otoño) hasta Mayo (primavera) (véase 6.1.3.).

- Las condiciones económicas locales, que en mayor o menor medida están asociadas al clima correspondiente. Algunos países practican el cultivo precoz en invierno de plantas exigentes en luz y temperatura, como el tomate, aún cuando su cultivo en invernadero frío comporte el riesgo de temperaturas bajas próximas o incluso inferiores al umbral fisiológico aceptable. Este riesgo está compensado por la ventaja de enviar la producción al mercado europeo comunitario.

- Los factores sociológicos del país. En algunos países es casi inexistente la demanda local de productos menos exigentes en calor y que podrían ser cultivados con facilidad en invierno, bajo cubiertas frías, tales como lechugas, apios, bajo túneles de semiforzado.

De manera un tanto simple, se puede decir que algunos condicionantes económicos actúan distorsionando de modo notable la distribución de los productos, que depende del calendario climático. Incluso aún cuando el mercado local, sea capaz de absorber cantidades importantes de hortalizas producidas durante el invierno bajo protección, los productores o sus asesores, prefieren orientarse hacia la exportación, como fuente de divisas fuertes, en lugar de hacerlo hacia la diversificación y el suministro del mercado local.

6.1.2 Gama de productos cultivables bajo protección

El número de cultivos susceptibles de realizarse bajo invernadero en la cuenca mediterránea, es relativamente reducido. El primero en importancia, el tomate, que es a su vez la hortaliza de mayor significación económica en el mundo. Después, a gran distancia y en orden decreciente, vienen el pimiento, el melón y posiblemente el calabacín y posteriormente, la berenjena, el pepino y la sandía. Finalmente considerando el conjunto de la región mediterránea, aparecen la fresa, la lechuga y la judía. No debe olvidarse que algunas de estas hortalizas se cultivan en invierno y con éxito en túneles de semiforzado.

Se impone por lo tanto la necesidad imperiosa de que los países mediterráneos diversifiquen sus cultivos protegidos. En primer lugar porque ello mejorará la dieta de los consumidores locales y también porque ello contribuirá a aumentar la rentabilidad de las inversiones efectuadas. Sin embargo esta diversificación no parece sencilla ni evidente. Aparte de las citadas, hay pocas hortalizas de uso generalizado, que exijan condiciones climáticas más favorables de las que ocurren al aire libre en invierno, en el mundo mediterráneo. Además los cambios en los hábitos alimenticios son lentos y necesitan de campañas publicitarias y de promoción importantes.

Una alternativa interesante para conseguir la diversificación, puede ser el introducir las plantas ornamentales dentro del programa de cultivos. Se pueden considerar dos opciones:

- La producción de plantas "terminadas", para la exportación;

- El cultivo en clima más suave de plantas o partes de ellas, que pudieran ser exportadas a zonas más frías, en forma de esquejes y plántulas enraizados o no.

Este es el motivo por el que, en las páginas que siguen, se explica el cultivo de diversas plantas ornamentales, aún cuando dichas especies no se cultivan en la mayor parte del mediterráneo durante el invierno.

Finalmente, otra posibilidad a no despreciar es la producción invernal de frutos que se obtienen normalmente en verano, como la uva de mesa, o también, si resulta interesante económicamente, la producción durante todo el año de frutos tropicales, que no se importan en grandes cantidades en los países mediterráneos y pueden por lo tanto destinarse al consumo local (bananas, etc.).

6.1.3 Cultivares empleados

Junto a las especies y variedades de origen local, la mayor parte de los países mediterráneos producen bajo cubierto cultivares similares, que pertenecen a grandes grupos que podrían calificarse de "internacionales", aún cuando su destino no sea necesariamente el mercado de exportación clásico, para el que trabajan los productores mediterráneos.

Si observamos detenidamente un inventario de los principales cultivares de hortalizas, plantas ornamentales y frutos cultivados bajo protección en cada región mediterránea, veremos que la elección de estos cultivares no responde exclusivamente a exigencias o aptitudes de tipo ecoclimático. Las verdaderas razones por las que un país o región escoge un cultivar, se deben más bien a sus posibilidades de éxito en el mercado de exportación junto con su aptitud para crecer y fructificar en las condiciones climáticas locales, así como a los gustos locales que a veces pueden dar prioridad al aspecto externo del producto, más que a su sabor, su valor nutritivo o el éxito comercial que alcanza. Estos criterios locales son los que orientan la elección final en algunos casos.

Por lo tanto, la elección de uno entre los muchos cultivares internacionales disponibles, depende de razones más subjetivas que objetivas y ello convierte en utópico cualquier intento de descripción de características de los cultivares más extendidos en el área mediterránea, así como el pretender proporcionar a los agricultores mediante el presente trabajo, una guía para facilitarles la elección.

Esa importancia del gusto local, se demuestra en muchos de estos países por el hecho de que los investigadores han abordado trabajos de cruzamiento de cultivares internacionales con ciertas variedades apreciadas localmente. No podemos intentar realizar un juicio objetivo sobre esos nuevos cultivares obtenidos, ya que aunque algunos de ellos han resultado realmente valiosos, con frecuencia no está objetivamente clara la superioridad de la nueva variedad frente al cultivar internacional del que procede. Resumiendo, lo que puede suceder es que los agricultores los prefieran debido a su origen y no por sus ventajas organolépticas, ecoclimáticas o económicas.

Esta misma preferencia señalada sobre la adaptación local de un cultivar internacional también se da en los propios tipos de invernaderos. Como se ha señalado en el párrafo 3.1.1. tampoco se pueden establecer conclusiones concretas sobre las causas fundamentales que inducen el tipo de invernadero que se utiliza en una región o país en particular, pero la tradición ejerce, en el fondo, una influencia determinante.

Dicho de otra forma, no es posible establecer en este libro una relación clara y simple entre los cultivares o los tipos de invernaderos más utilizados en una región y las características propias del clima de esa zona, ya que es el factor humano, de carácter totalmente subjetivo, el que ejerce una influencia más poderosa, que prevalece sobre los factores técnicos y científicos, que se consideran de tipo objetivo por ser susceptibles de comprensión y codificación.

Como ya se ha hecho en el caso de los invernaderos, se va a aportar una lista de las principales variedades cultivadas en cada país. No obstante se debe aclarar que se trata de un estudio meramente cualitativo, en el que no se mencionan las superficies que ocupa cada variedad y que debe considerarse como un de intercambio de información que colabore a mejorar la producción bajo invernadero.

También hay que destacar la existencia de "modas", ya que cuando un cultivar ha dado buenos resultados en algunos países, progresivamente va invadiendo los mercados vecinos. Este proceso es lento, lo que justifica el hecho de que un cultivar determinado vaya desapareciendo en su lugar de origen, mientras que gradualmente va ganando terreno en otras regiones del Mediterráneo. Estos ciclos de aparición y desaparición de cultivares en distintas regiones se van escalonando en el tiempo siguiendo curvas similares.

Finalmente, es una realidad el que ante el agravamiento de los problemas patológicos ocurridos durante los últimos años, es una característica cada vez más decisiva en la elección de un cultivar por el horticultor, su capacidad de resistencia a las enfermedades de mayor riesgo, lo que lleva consigo al abandono forzado y progresivo de los cultivares preferidos localmente.

A. En las páginas siguientes se va a tratar ampliamente sobre los cultivos de las hortalizas más extendidas, que por otra parte son las de mayor importancia económica (tomate, pimiento etc.), también, aunque con brevedad, se describirá las características de otros cultivos hortícolas menos cultivados en la zona mediterránea y en el resto del mundo.

Asimismo se ha intentado hablar de los principales problemas del cultivo de plantas ornamentales, que ocupan sobre todo la parte septentrional de la región mediterránea, aun cuando podrían tener cabida en otras zonas.

Por último se dedica breve atención a los cultivos frutícolas que por distintas causas pueden interesar a los cultivadores mediterráneos.

B. En este libro se presentan varios problemas que merecen un cuidadoso desarrollo:

1. El uso de los invernaderos en verano es uno de ellos y ya se ha tratado con anterioridad. En algunos países mediterráneos los invernaderos se pueden utilizar en verano mediante una buena aireación y/o humidificación, mientras que por el contrario en las zonas más áridas se necesitarían técnicas muy complejas que no parecen ser rentables. Cada situación debe ser considerada de modo individual, recordando que no siempre es viable la transferencia de técnicas desarrolladas en el norte a las zonas del sur; sirve como ejemplo el uso de plástico de larga duración, que en las zonas de verano demasiado cálido lleva consigo la degradación progresiva del plástico que tiene contacto con la estructura, o precisa la aplicación de tecnología avanzada, tal como los sistemas de enfriamiento que conllevan grandes inversiones poco o nada rentables frente al cultivo al aire libre en plena temporada.

Es necesario realizar estudios económicos serios para que el horticultor disponga de datos básicos con los que tomar sus decisiones en un sentido u otro sobre:

- Usar cubiertas de un año de duración, cultivando la tierra en verano sin protección de plástico, con cultivos tempranos de final de ciclo, o cultivos tardíos o de otoño de comienzo de ciclo.

- Hacer inversiones con el propósito de alargar los cultivos de primavera a lo largo del verano.

- O por último, mantener el plástico en la estructura y no cultivar durante los meses más calurosos.

Cada caso precisa de una respuesta específica, pero el problema en conjunto requiere una atención especial, ya que puede condicionar la política de producción a nivel regional e incluso nacional. Por lo tanto no se pueden hacer afirmaciones "ex cathedra".

2. El Comité de Redacción del presente trabajo, no ha considerado útil agrupar los problemas relacionados con los semilleros y viveros en un capítulo aparte, por considerarlos muy específicos y cualquier análisis sistemático necesitaría apoyarse en numerosos ejemplos prácticos. El lector no debe por lo tanto deducir que el tema de los semilleros y viveros no es importante en la cuenca mediterránea, sino que por el contrario, en este campo se puede conseguir un conjunto de mejoras de la máxima importancia. Se ha considerado más conveniente el mencionar en la presentación de cada tipo de cultivo todas sus particularidades, como son las necesidades específicas, técnicas de cultivo y período de producción. Los únicos temas que se tratan en común son los sustratos utilizados y la preparación de las plantitas en dados o en pequeñas macetas, de modo preferible a la plantación directa al suelo con la raíz desnuda. A pesar de que haya acuerdo en lo anterior, el problema necesita soluciones locales como por ejemplo el encontrar la materia orgánica necesaria o la manera de hacer una buena mezcla con materiales de origen local. Estos problemas son tratados en el epígrafe 5.1. Además la FAO ha preparado un documento dedicado a los cultivos hortícolas sin suelo, donde la mayor parte de estos temas son ampliamente tratados.

6.2 Principales plantas pultivadas

6.2.1 Hortalizas

6.2.1.1 Tomate (lycopersicum esculentum Mill.)

A. Descripción general

El tomate es una planta herbácea durante sus fases tempranas, ya que en los últimos estadios de crecimiento el tallo se hace algo leñoso. No obstante el cultivo necesita tutores porque la zona del cuello es muy débil. Solamente las plantas enanas o de tipo miniatura (gen "d", enana, o "dm" miniatura) pueden cultivarse sin tutor.

A.1 Sistema radicular

La raíz de las plantas jóvenes de tomate es pivotante, pero más tarde la ramificación es tan importante que es difícil distinguir la raíz principal de las secundarias. El sistema radicular del tomate puede llegar a una profundidad de más de 1.25 m, pero la mayoría de las raíces se sitúan en la capa superior del suelo (más del 70% en la zona de 0 hasta 20 cm y hasta el 95% en la zona de 0 hasta 50 cm de profundidad). En general las variedades de crecimiento determinado tienen un sistema radicular más pequeño y superficial; también las plantas procedentes de siembra directa tienen una raíz principal más importante y un sistema radicular más profundo que las plantas trasplantadas. Los suelos ligeros y arenosos favorecen el desarrollo de raíces profundas.

A.2 Crecimiento de la planta

La planta del tomate se caracteriza por su crecimiento simpodial. Como norma, cuando se ha desarrollado 5-8 hojas aparece un racimo floral terminal en el tallo principal (fig. 91a). La temperatura elevada y la iluminación débil y en especial la asociación de ambas condiciones, hacen que se retrase la aparición de este primer racimo floral. El tallo principal de prolonga en el brote lateral más vigoroso que nace de la axila de la hoja que está justo debajo del racimo (fig. 91 b). Por fototropismo este brote crece hacia arriba, desviando hacia un lado la parte superior del tallo principal y dando la impresión de que el racimo terminal está ladeado (fig. 91c). este brote axilar termina igualmente en un racimo floral que aparece normalmente después del desarrollo de 3 hojas, aunque a veces aparece tras sólo 1 ó 2 hojas (fig.91 d). El crecimiento se prolonga nuevamente a través del brote lateral más vigoroso, siendo los laterales inferiores más débiles.

Fig. 91. Diversos tipos de crecimiento en el tomate.

Cuando el número de hojas entre dos racimos florales consecutivos es solamente de una o dos, la planta es menos vigorosa y bajo ciertas condiciones de crecimiento se agota y detiene su desarrollo. En esta circunstancia se habla de "crecimiento determinado" (gen "sp"), en contraposición al "crecimiento indeterminado "que caracteriza el tipo de planta con crecimiento normal (gen "sp+").

Las condiciones del Mediterráneo permiten el cultivo en invernadero de estos dos tipos indistintamente.

El tipo "indeterminado" se caracteriza invariablemente por la presencia de simpodios de tres hojas y siempre que las condiciones de crecimiento y el estado sanitario lo permitan, puede crecer durante un largo período de tiempo, produciendo numerosos racimos (fig. 91 e).

El tipo "determinado" no se cultiva con tanta frecuencia en invierno.

Ciertas variedades conocidas con el nombre de "semideterminadas" tienen simpodios de 3 ó 2 hojas y en casos muy contados una sola hoja y por ello resultan menos sensibles a la determinación del crecimiento, lo que las hace más adecuadas al cultivo en invernadero (fig. 91f). El verdadero tipo de crecimiento determinado tiene 1 ó 2 hojas por simpodio y es más conveniente para cultivos destinados a la industria, pues permite la recolección de una sola vez (fig. 91g).

El crecimiento puede ser reducido o incluso determinado en cualquier momento del desarrollo a causa sobre todo de temperaturas frías, días cortos, falta de humedad, estrés hídrico, salinidad. Esto puede sobrevenir muy tempranamente, después de tres o cuatro racimos, incluso en variedades semideterminadas; mientras que en condiciones favorables estas mismas variedades pueden producir por lo menos diez racimos.

A.3 Hojas

La hoja es compuesta y posee un número impar de foliolos verdes, que depende de la variedad y de la posición de la hoja en la planta. Asimismo la forma, dimensión, estructura, espesor y color son factores que también dependen de la variedad. En general las hojas de variedades tardías son más gruesas y más obscuras aunque también influyen las condiciones de cultivo.

Cuando la planta es muy vigorosa ocurre que la hoja se repliega alrededor del raquís, mientras que el abullonado de las hojas jóvenes puede ser debido a un estrés hídrico o a los pinzamientos, sobre todo en el tipo determinado.

A.4 Flores

Por lo general se obtendrán frutos de buen tamaño, a partir de las flores de buena calidad, que se desarrollan en racimos de 5 a 12 flores. Dependiendo de las condiciones del medio, el número de flores puede ser muy pequeño con temperatura alta y baja luminosidad, o muy elevado con bajas temperaturas, mientras que con plantas vigorosas que crezcan en condiciones húmedas van a producir racimos con yemas foliares y flores con sépalos muy largos. En condiciones de baja temperatura algunas variedades son propensas a formar flores dobles que dan lugar a frutos acostillados o asurcados.

La fructificación está muy ligada a la cantidad y calidad de polen y también a la viabilidad de los óvulos. Por lo general el polen es más sensible a las bajas temperaturas que los óvulos, mientras que con temperaturas elevadas la viabilidad de los óvulos es asimismo muy reducida. Tanto las temperaturas bajas de menos de 13ºC, como las altas de más de 32ºC, intervienen en el sentido de reducir la cantidad de polen. Por otra parte también la calidad del polen se ve afectada por las bajas temperaturas, especialmente durante el período de microsporogénesis, que es cuando la flor se encuentra en estado de pequeño botón, aproximadamente dos semanas antes de la floración.

Las temperaturas bajas y la humedad relativa elevada dificultan la liberación del polen y en estas circunstancias se puede mejorar la polinización agitando los racimos con vibradores eléctricos.

Cuando el polen no es de buena calidad, las bajas temperaturas retrasan la germinación del polen y la fructificación de los óvulos; estos problemas no son graves cuando se cuenta con polen de buena calidad.

Es posible observar diferencias notables entre variedades en lo que respecta a la calidad y cantidad del polen. En general cuando la temperatura es baja, los híbridos F1 producen polen de mejor calidad y en mayor cantidad que las variedades clásicas (H63-5, H63-4, Lucy, Vemone y Luce). No obstante hay que destacar que algunos híbridos producen polen de menor calidad y en poca cantidad, como son Elcy, Carmelo, etc.

Las flores se componen de 6 sépalos verdes, 6 pétalos amarillos y 6 estambres verdes soldados en un cono que recubre el pistilo, de tal forma que en condiciones normales el tomate es autógamo. Con temperaturas elevadas el pistilo se alarga y puede atravesar el cono de los estambres, haciéndose entonces más probable la polinización cruzada.

A.5 Fructificación

El número de semillas que contiene el fruto y el volumen del mismo son proporcionales al número de óvulos fecundados ya que el desarrollo del fruto depende de la producción de auxinas, lo que a su vez guarda relación con la cantidad de semillas. Si se da la circunstancia de que la calidad y cantidad de polen son escasas y la viabilidad de los óvulos es deficiente, sobre todo cuando son bajas las temperaturas nocturnas, se puede recurrir a la pulverización de los racimos con fitorreguladores de auxinas sintéticas, para favorecer el desarrollo de frutos desprovistos de semillas o partenocárpicos. Los resultados obtenidos dependerán de las variedades, de las condiciones del medio ambiente, del tipo de fitorregulador y de la concentración de la solución empleada. Tanto la aplicación de concentraciones elevadas como el uso de productos agresivos en variedades sensibles, provocarán deformaciones y la aparición de frutos excesivamente acostillados, interiormente huecos, o de ápice apuntado o hueco.

La variedad Severianin es la que posee la disposición genética más interesante para el desarrollo natural del fruto partenocárpico y ésto se debe a que posee un mayor contenido de auxinas. Aparentemente los frutos pertenocárpicos se desarrollan mejor en primavera que en otoño y además resultan favorecidos por un ligero estrés hídrico; no obstante adquieren un tamaño inferior a los frutos normales.

A.6 El fruto

El fruto del tomate es una baya que presenta formas muy variadas, así como distintos tamaños y colores. En general, los tomates cultivados en invernadero son redondos, de tamaño mediano, con 2 a 5 lóculos y de color rojo.

El tamaño del fruto depende principalmente del número de óvulos fecundados, pero hay muchos otros factores que juegan un papel importante, como por ejemplo la nutrición, el riego, la temperatura y el número de lóculos. Con las variedades multiloculares se obtienen frutos grandes y acostillados cuando la planta tiene buen suministro de agua y nutrientes, aún cuando la temperatura sea relativamente baja. Las variedades biloculares, sometidas a estrés hídrico con temperaturas elevadas, producen frutos más pequeños y redondeados.

La calidad es un elemento comercial de gran importancia que se evalúa por un conjunto de factores tales como compacidad, color, sabor, resistencia al transporte, aptitud para el almacenaje, etc:

- La compacidad del fruto depende tanto del patrimonio genético como de las condiciones de cultivo. Las altas temperaturas en invernadero favorecen el reblandecimiento del fruto. Para obtener frutos duros la temperatura debe ser inferior a los 30ºC y además contar con un buen manejo del riego y una relación alta potasio/nitrógeno. Los frutos multiloculares son en general más compactos que los biloculares.

- La coloración del tomate debe ser lo más homogénea posible. Además del color rojo clásico que se debe al contenido de licopeno, existen otros como son el amarillo, el rosado, el carmesí y el rojo oscuro. Hay frutos que llegan a la maduración sin adquirir una coloración uniforme; el manchado o descolorido (blotchy ripening) es una coloración anómala que se caracteriza por la presencia de zonas verdes en la superficie del fruto maduro y de zonas pardas suberosas en la subepidermis y afecta por lo general a la producción de comienzo de la primavera y final del otoño. Este fenómeno parece estar relacionado con deficiencias de potasio y de boro, así como con falta de luz unida a temperaturas elevadas y también a una conductividad eléctrica del suelo o de la solución nutritiva demasiado baja. No obstante se ven grandes diferencias de comportamiento entre las variedades; Noria es muy sensible a este fenómeno, mientras que H63-5 y Vemone son más resistentes. Otra alteración del color consiste en la aparición de un cuello amarillo en el fruto maduro cuando las temperaturas son muy elevadas, por encima de las 25ºC, la fertilización de potasio es deficiente y el crecimiento vegetativo es débil por pinzamientos excesivos. Las variedades de color verde uniforme parecen menos sensibles al cuello amarillo que los tipos verdes, cuyo cuello es verde oscuro antes de la maduración del fruto.

- El sabor del fruto depende esencialmente del contenido en ácidos y azúcares. Unos y otros deben estar presentes en cantidades importantes, para asegurar que el fruto sea de buena calidad y tenga buen sabor.

El pH del fruto debe ser inferior a 4,4 y su contenido en azúcares totales debe ser superior a 4-4,5%. La acidez es inferior con temperaturas elevadas de 30 a 35ºC y produce frutos con menos sabor.

- La actividad de diferentes enzimas juega un papel fundamental en la conservación del tomate. Los frutos maduros se deterioran con rapidez cuando se almacenan a temperaturas superiores a 20ºC.

B. Variedades

B.1 Características deseables

Una variedad ideal de tomate debería responder a las siguientes características: crecimiento indeterminado, entrenudos cortos y buena aptitud para cuajar fruto o formación de frutos partenocárpicos (gen pat2) a baja temperatura. La planta debería producir racimos regulares de 6 a 8 flores y frutos de tamaño mediano del tipo 3 a 5 lóculos (80 a 120 g), de color uniformemente rojo, sabrosos, compactos, aptos para el almacenaje, resistentes al transporte. La variedad debería tener una maduración uniforme y ser resistente al asoleamiento y al agrietado.

Sería interesante el conseguir otro tipo que, presentando las mismas características, fuese de crecimiento semideterminado o determinado.

En la actualidad se dispone de una amplia gama de variedades resistentes a las enfermedades, de modo que la elección va a depender de las condiciones locales y de las necesidades del consumidor.

Se ofrece a continuación una lista de las resistencias genéticas a las enfermedades más frecuentes:

- Verticillium, (gen Ve), los híbridos pueden ser heterocigotos.

- Fusarium, (genes I e I-2), hay que emplear los híbridos homocigóticos ya que el polen aborta en los heterocigóticos, sobre todo con temperatura baja.

- Meloidogyne sp., (gen Mi), pueden darse deficiencias en la fecundación con este gen, por ello se aconseja recurrir a híbridos heterocigóticos.

- Virus del mosaico del tabaco (TMV), existen diferentes genes (Tm1, Tm2 y Tm22). El tipo genético que se usa con más frecuencia es el Tm2, Tm1/ ++, pero el tipo ideal debería ser el Tm22 Tm1/Tm2 Tm12.

- Cladosporium fulvum, la resistencia a este hongo es más para los cultivos del Centro y Norte de Europa y en alguna medida también para las regiones del norte del área mediterránea. Se distinguen en la actualidad 24 genes de resistencia representados por Cf-1 a Cf-24, que tienen grados distintos de eficacia. Los genes más utilizados en los cultivares comerciales son Cf-1, Cf-2, Cf-5 y Cf-9, pero incluso en variedades con los cuatro genes de resistencia ha habido problemas con razas del hongo. En las regiones mediterráneas de invierno suave, el empleo de cultivares con esta resistencia, en algunos incluso con tres genes, es superfluo y podría ser contraproducente por el riesgo a seleccionar razas más agresivas del hongo.

- Stemphylium vesicarium (gen Sm), tiene un especial interés sobre todo en las regiones del sur del mediterráneo.

- Pyrenochaeta y Phytophthora, hay muy pocas variedades resistentes. La resistencia a Pyrenochaeta (raíces leñosas o corchosas) (gen Py 1), va asociada con peor aspecto del fruto. Hay cultivares de tomate parcialmente resistentes a Phytophthora, que con un desarrollo lento de la enfermedad retrasan algunos días la destrucción del follaje. Esto puede ser útil para adoptar medidas curativas en el caso de un ataque débil, pero no en el caso de una epidemia.

- Otras enfermedades; en la actualidad los investigadores trabajan para crear nuevas resistencias e introducirlas en las variedades cultivadas; por ejemplo Clavibacter michiganensis, Pseudomonas tomato, Virus del Mosaico del pepino y Trialeurodes vaporariorum.

B.2 Híbridos más difundidos

El uso de híbridos F1 resulta muy interesante en cultivo protegido, ya que permiten por una parte producciones más tempranas y abundantes y por otra parte facilitan la introducción bastante rápida de resistencias a distintas enfermedades, dado que los genes más importantes son de tipo dominante.

En zonas afectadas por enfermedades del suelo son populares las variedades "Noria" y "Elcy", ambas VF2N, para la producción de frutos medianos; mientras que en las zonas donde el problema es la salinidad se cultiva más el híbrido "Carmelo" que es de mayor tamaño.

Los productores que tratan los racimos con fitorreguladores aprecian sobre todo "Vemone" (Tm) y Amphora" (VFC5Tm), debido a que sus frutos son menos susceptibles a las deformaciones.

En otras regiones se prefiere "Daniela", Arletta", "Royesta", "Tenor", "Cobra", etc.

En lo que respecta a los tipos de crecimiento determinado, se cultiva mucho "Luca", "Quatuor", "Balca", y sobre todo "Prisca".

C. Técnicas de cultivo

C.1 Ciclo de cultivo

El tomate se cultiva tanto en ciclo corto como largo. El cultivo de ciclo corto se utiliza para cultivo secundario en el otoño y como cosecha principal al principio de la primavera. Aunque no exclusivamente, se encuentra sobre todo este ciclo en las regiones meridionales del Mediterráneo.

El cultivo de ciclo largo se utiliza principalmente en las producciones de invierno a primavera en las regiones meridionales y en las cosechas de primavera a verano de las regiones del norte del Mediterráneo. Tanto las variedades semideterminadas como las determinadas son adecuadas para los cultivos de ciclo corto, pero no obstante hay que insistir en que son las variedades indeterminadas las más frecuentes en cultivo protegido, en toda el área mediterránea sea cual sea el ciclo de cultivo seguido.

C.2 Tipos de protecciones

Se emplean diferentes sistemas de protección para el cultivo de tomate como son, invernaderos, pequeños túneles de plástico, cortavientos y acolchado.

El acolchado y/o los cortavientos se reservan exclusivamente para las variedades cuya recolección se efectúa solamente en otoño u otoño/invierno, en especial en las regiones meridionales.

Los túneles pequeños se utilizan para las producciones de finales de la primavera en las zonas del sur, o las del comienzo del verano en el norte.

Los cultivos en invernadero constituyen el tipo clásico de cultivo protegido.

Las variedades de crecimiento determinado y semideterminado son las que responden mejor al cultivo en túneles pequeños, mientras que las variedades de crecimiento indeterminado son más adecuadas para los otros tipos de abrigo.

C.3 Sucesión de cultivos

En general, el tomate constituye el cultivo principal, pero puede ser utilizado como cultivo secundario.

Teniendo en cuenta que la mayor parte de los cultivos importantes bajo invernadero son de la familia de las solanáceas o de las cucurbitáceas y que ambas son sensibles a las mismas enfermedades del suelo, Fusariosis y Verticilosis, Nemátodos, Pyrenochaeta ("corky root"), enfermedades bacterianas, sería utópico suponer que un medio eficaz de lucha pueda ser la rotación. Por ello los horticultores deben recurrir a otras técnicas de prevención y control sanitario, como el uso de variedades resistentes, la desinfección del suelo, la lucha biológica etc. El cultivo de hortalizas de otoño que pertenecen a otras familias, como por ejemplo lechuga, judía verde, etc., está más difundido en la zona norte del Mediterráneo.

En general los horticultores realizan rotaciones variables y en muchos casos tienen tendencia al monocultivo.

C.4 Semilleros

Normalmente las plántulas de tomate se crían en semilleros. No obstante en condiciones especiales como por ejemplo los suelos arenosos de regiones desérticas de Israel o el Sur de Túnez, los tomates son sembrados directamente, con 1 ó 2 semillas por golpe. Esta técnica proporciona cosechas más tempranas, de mayor rendimiento y desarrollo y asimismo con gran resistencia frente al estrés hídrico.

En muchos países del área mediterránea la producción de plantas en los semilleros se realiza en bloques o en macetas de diferentes diámetros, mientras que en algunas regiones de Africa del Norte se siembra 1 ó 2 gr/m2 de semilla y después se procede al repicado a raíz desnuda.

Incluso aunque el cultivo se haga en un suelo desinfectado, la producción en semillero propicia la contaminación por nemátodos.

Con densidades muy elevadas o plantaciones retrasadas se suele producir a menudo plantas ahiladas. En estos casos es preferible realizar el trasplante antes de las 4 hojas verdaderas.

La preferencia de uso de bloques o dados de sustrato prensado en lugar de macetas de plástico, de papel, o de turba, se debe a su menor costo y mayor facilidad de manipulación. Algunos países utilizan dimensiones relativamente pequeñas (4 cm en Marruecos) por la falta de materiales orgánicos en el mercado. No obstante, en otros países las macetas tienen un diámetro superior de 7 a 8 cm y casi siempre el sustrato es a base de turba.

La utilización de maceta de 8 cm de diámetro, permiten evitar el trasplante antes de la aparición del primer racimo, mientras que los bloques de 10-12 o de 12-14 cm permiten mantener la planta en el semillero hasta el desarrollo o incluso la floración del primer racimo, siempre y cuando la densidad de plantas no sea excesiva.

Parece más económico el retrasar el trasplante al invernadero frío y calentar los semilleros en los que se cultiva a una densidad alta de 20 a 40 plantas por m2, que calentar los invernaderos en los que las plantas están a una densidad normal.

C.5 La siembra directa

La siembra directa en bloques o macetas tiene la desventaja del encamado, que puede resultar un verdadero problema después del riego. Los mejores resultados se obtienen sembrando a densidades elevadas (3-10 gr/m2) en bandejas, realizando a continuación el repicado a macetas cuando aparezca la primera hoja.

Entre las técnicas más tradicionales que se han venido utilizando muy ampliamente y que en la actualidad se han abandonado, podemos mencionar:

- La vacunación o preinmunización contra el TMV, que hoy en día ya no vale la pena, pues se dispone de nuevas variedades resistentes, que producen cantidades suficientes de polen con temperatura baja.

- El injerto sobre portainjerto KVNF, que se usaba en casos de suelo infectado por Verticilosis o Fusariosis y que en la actualidad se combate igualmente mediante el uso de variedades resistentes. No obstante en el caso de Pyrenochaeta ("corky root") aún se utiliza el injerto, aunque ya están apareciendo variedades resistentes. En el caso de injertar variedades resistentes.

En el caso de injertar variedades resistentes al TMV, el propio portainjerto debe ser resistente también, con el fin de prevenir reacciones necróticas a alta temperatura. Asimismo está generalizada la termoterapia en la producción industrial de semillas, lo que garantiza su sanidad en relación al TMV.

Las temperaturas óptimas de germinación se sitúan en torno a los 25ºC, mientras que para la formación de los cotiledones son convenientes de 22 a 25ºC. Entre el momento de aparición de la primera hoja y la plantación, la temperatura del aire debe oscilar entre 12-15ºC y 18-20ºC. Con temperaturas más elevadas y escasa luminosidad se retrasa la aparición del primer racimo y se favorece un crecimiento ahilado. Con temperaturas inferiores obtendremos plantas fuertes con un número menor de hojas antes del primer racimo, aunque con un crecimiento más lento y floración retrasada.

Las plantas en semillero necesitan riegos a intervalos regulares, cuya duración va a depender del estado de desarrollo de la planta y del clima. Las plantas cultivadas en cajoneras tradicionales requieren menos agua que las cultivadas en maceta, siendo las plantas cultivadas en dados de sustrato prensado las que tienen mayores necesidades de agua. De cualquier modo el sustrato juega un papel primordial tanto sobre la cantidad de agua que hay que aportar, como sobre la frecuencia del riego.

C.6 Trasplante y densidad de plantación

La densidad de plantación oscila entre las 2 y 4 plantas/m2, dependiendo del vigor de la variedad, de la fertilidad del sustrato y de la salinidad, tanto del suelo como del agua de riego. En el caso de que la fertilidad no sea muy elevada o que el nivel de salinidad sí lo sea, la densidad de plantación será de 3,5 a 4 plantas/m2, mientras que en condiciones normales sería de 2,5 plantas/m2. En circunstancias especiales puede recurrirse a una densidad de plantación elevada (6 a 8 plantas/m2) con el fin de obtener un alto rendimiento en un período de tiempo corto.

El trasplante puede hacerse en líneas individuales (1 x 0,25 a 0,4 m), o en líneas pareadas (1,2 x 0,8 x 0,25 a 0,4 m). Este último método es muy frecuente ya que permite el riego localizado y la calefacción por acolchado termorradiante.

C.7 Tutorado y poda

Cada planta de tomate se sujeta por medio de una cuerda arrollada a su tallo, cuyo extremo superior está atado a un cable horizontal situado a 2-2,2 m del suelo. El extremo inferior puede estar bien fijado directamente al pie de la planta, o bien a otro hilo colocado a nivel del suelo o por último también puede atarse a una piqueta pequeña situada junto al pie de cada planta.

En las regiones más septentrionales el cultivo se prolonga durante un período bastante largo, lo que obliga al horticultor a que una vez la planta ha alcanzado el hilo superior, ésta vaya bajando por el hilo de la planta correspondiente en la fila pareada con ella (Fig. 92 a). Cuando se usa el tutorado oblicuo (Fig. 92b) los segmentos horizontales de los tallos se apoyan en un soporte de madera o metálico de 50 cm. de alto.

En las variedades de crecimiento indeterminado deben eliminarse los brotes axilares con cierta regularidad, ésto no es tan necesario en variedades determinadas.

Fig. 92. Tutorado y poda.

El pinzamiento del extremo apical para limitar el crecimiento de la planta sólo se practica con variedades indeterminadas. En las regiones meridionales se efectúa tras la aparición de 6 a 10 racimos, mientras que en el norte se espera a tener de 8 a 12 racimos. Cuando el tomate es un cultivo secundario sólo se llega a 4 ó 5 racimos, limitándose a 3 ó 4 cuando se trata de un cultivo de alta densidad.

La supresión de las hojas inferiores mejora las condiciones de luminosidad para los frutos, lo que revierte en una coloración más homogénea y una maduración más rápida. Puede hacerse cuando el cuarto racimo esté en flor, ya que en general sólo se mantienen cuatro racimos con follaje. La eliminación de hojas también proporciona mayor aireación y disminuye los riesgos de enfermedades criptogámicas, como son Botrytis cinerea, (moho gris), Phytophthora infestans (mildio), Sclerotinia sclerotiorum (podredumbre blanda), etc.

C.8 Fertilización

Las dosis de abonado van a variar de una región a otra dependiendo sobre todo de la riqueza del suelo, del clima y del método de riego. No obstante, como regla general, la dosis de fertilizante se ajustará a las cantidades absorbidas por el cultivo. Dejando aparte las diferencias regionales, se considera que para la producción de 1 tonelada de tomate son necesarios:

2,2-2,7 kg de N

0,3-0,4 kg de P

2,5-3,2 kg de K

3,6-4,3 kg de Ca

0,3-0,6 kg de Mg

Este cálculo se ha realizado sobre la base del rendimiento citado y debe distribuirse según el tipo de fertilizante utilizado:

- Generalmente el fosfato y los abonos orgánicos (estiércol y otros) deben incorporarse al suelo en el momento de la preparación del invernadero.

- El 50% del potasio se aplica antes de la plantación y el resto durante las 10-12 primeras semanas del cultivo.

- El nitrógeno se aplicará desde el momento en que el cultivo está en marcha, hasta aproximadamente un mes antes del final de la recolección, a razón de una aplicación quincenal.

Las temperaturas elevadas del suelo facilitan la absorción de nutrientes e influyen de modo fundamental sobre la precocidad y el rendimiento total, sin embargo no afectan a la cantidad de nutrientes absorbidos por tonelada de frutos, con la excepción del magnesio. Hay que señalar que la eliminación precoz, tanto de brotes laterales, como de hojas, reduce de forma considerable la absorción de fertilizantes como K, P y Mg.

C.9 Riego

La cantidad total de agua que necesita un cultivo protegido de tomate es muy variable ya que depende del tipo de cultivo, del ciclo y calendario, del suelo, de la región y del clima.

Las plántulas no necesitan grandes cantidades de agua, pero desde el momento del trasplante hasta la recolección de los primeros frutos, cada planta en las condiciones específicas del área mediterránea, va a requerir unos 75 litros de agua repartidos durante 60 días. Es conveniente administrar más de 2 litros de agua por día y por planta a partir de la floración del segundo racimo, de tal modo que se calcula que las necesidades totales de una cosecha basada en 6 racimos será de unos 130 litros.

En las regiones septentrionales del área mediterránea, los surcos han sido sustituidos por riego localizado. mientras que en el Norte de Africa aún se riega mediante surcos. Hay que insistir en que el riego localizado permite una utilización mucho más eficaz del agua, produciéndose un buen desarrollo con un menor consumo.

El exceso de agua provoca la asfixia de las raíces, lo que a su vez causa deficiencias de Mg, de P y de N junto con la caída de flores. Por otra parte una carencia de agua aumenta la salinidad lo que conlleva necrosis apical del fruto. Cuando se producen alternancias de exceso y déficit de agua el resultado es el agrietamiento de los frutos.

C.10 Recolección

En la mayor parte del Mediterráneo la recolección se sigue haciendo de modo tradicional, solamente en Francia se están realizando intentos de recolección mecanizada.

Los frutos destinados al mercado local se recolectan cuando están prácticamente maduros, por lo menos en estadio de coloración naranja, menos en Italia y España en que la recolección se realiza en estadio más precoz por la demanda de tomate verde. Los frutos destinados a la exportación se recolectan cuando están empezando a colorearse.

Las operaciones de selección y clasificación por tamaño del fruto se realizan aún manualmente en algunos países, sobre todo en el Norte de Africa, la única excepción son los frutos destinados a la exportación. En los demás países todas estas operaciones se efectúan mecánicamente, sea cual sea el destino final del fruto.

Algunos horticultores recurren al Ethrel para acelerar la maduración, sobre todo en cultivos secundarios de ciclo corto. Tanto la pulverización localizada de los racimos, como los tratamientos para toda la planta pueden proporcionar mayor cantidad de frutos coloreados antes del final del ciclo. Lo más corriente es pulverizar la planta con una solución de 2000 ppm de etileno dos semanas antes de la recolección.

C.11 Cultivo en sustratos y cultivo hidropónico

Estas dos técnicas permiten por una parte resolver problemas de enfermedades del suelo y por otra evitan los trabajos de desinfección del mismo.

Por lo general los cultivos en sacos de sustrato y los cultivos hidropónicos aumentan la precocidad y el rendimiento, facilitando además el manejo del riego y la fertilización y un equilibrio entre la fructificación y el crecimiento.

Estas técnicas exigen menos energía para mantener la temperatura óptima al nivel de las raíces, lo cual es más importante aún que la temperatura del aire.

No obstante, estas técnicas están menos desarrolladas en el área mediterránea que en regiones más septentrionales, debido a que si no hay un buen control del sistema, pH, conductividad, temperatura, fertilización, riego, pueden surgir diversos problemas. Desde luego la capacidad de amortiguamiento es muy escasa en el cultivo en sacos y totalmente nula en el sistema hidropónico, en el caso de un error o un fallo de la instalación.

C.12 Mejora de la fructificación

El uso de la técnica de vibración localizada sobre racimos individuales, o vibración generalizada mediante espolvoreadora de motor neumático, resultan muy útiles cuando hay poca cantidad de polen fértil o cuando el problema se debe a dificultades en su transporte por exceso de humedad o por temperatura muy baja. La vibración eléctrica requiere al menos uno o a veces dos tratamientos cada tres días, mientras que otras técnicas necesitan un tratamiento diario.

Se puede paliar la insuficiencia o ausencia total de polen funcional, mediante la pulverización de fitorreguladores de tipo auxínico que han sido estudiados especialmente para estimular el desarrollo de frutos partenocárpicos. La pulverización se realiza cuando al menos 3 ó 4 flores están abiertas en el racimo, pudiendo ser necesaria la repetición del tratamiento a la semana siguiente.

Por lo general se recomienda localizar la pulverización exclusivamente en los racimos. La concentración va a depender del tipo de auxina que se utilice, siendo la más frecuente un 5% de producto comercial. Los tratamientos a base de ácido B-naftoxiacético son menos agresivos que los de L-naftilacético y pueden hacerse asimismo para pulverizar las hojas.

Las aplicaciones auxínicas pueden provocar deformaciones en los frutos, acostillado, apuntamiento del ápice, huecos y pulpa verde, etc., de mayor o menor intensidad según las variedades.

Los mejores resultados se obtienen mediante la combinación de las dos técnicas, o sea la pulverización de los racimos con una concentración del 2,5%× y la vibración de los mismos.

D. Rendimiento potencial

La producción teórica de un cultivo a ocho recimos por planta, es de 10 a 12 kg/m2 en el sur del Mediterráneo y de 12 a 15 kg/m2 en el norte. Podemos esperar rendimientos superiores si dejamos diez racimos, sobre todo en áreas septentrionales. No obstante, en realidad las producciones medias no sobrepasan los 7 a 8 kg/m2 en Africa del Norte y los 10 kg/m2 en el norte del Mediterráneo.

Los cultivos secundarios de tomate en invernadero y los normales bajo túnel pequeño, no arrojan resultados potenciales tan elevados, ya que su rendimiento medio no supera los 5 a 6 kg/m2.

E. Enfermedades y plagas mas importantes

- La podredumbre del cuello en plántulas puede ser debida a la infección del sustrato por Rhizoctonia solani, Fusarium solani o Pythium.

- La necrosis redicular puede ser provocada por Pyrenochaeta lycopersici (raíces leñosas o corchosas) en suelo frío a 14-18ºC o por Colletotrichum coccodes en suelo más cálído (25ºC).

- La podredumbre del cuello puede deberse a Phytophthora nicotianae parasitica a 10-15ºC, a Didymella lycopersici a 15-20ºC y a Botrytis cinerea.

- Síntomas de marchitez pueden aparecer por Verticillium dahliae a 18-20ºC o por Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici a 25-28ºC.

- El chancro bacteriano está producido por Clavibacter michiganensis.

- Hay otras enfermedades que se producen en condiciones de humedad y atacan a las hojas y los frutos, por ejemplo Alternaria solani (negrón o marchitez temprana), Phytophthora infestans (mildio), Botrytis cinerea (podredumbre gris) y Sclerotinia sclerotiorum (podredumbre blanda). Algunas enfermedades atacan solamente a las hojas, como son Stemphylium vesicarium con aire húmedo y caliente, Leveillula taurica (oidio, cenicilla) con aire seco y caliente y Cladosporium fulvum (o Fulva fulva) con aire caliente y húmedo.

Las enfermedades criptogámicas encuentran un medio muy favorable en las condiciones de baja temperatura y humedad elevada. Cuando aparecen sobre las hojas o los frutos puede tratárselas con pulverizaciones fungicidas. De cualquier modo una buena ventilación, incluso durante la noche, permite luchar eficazmente contra la mayoría de estas enfermedades ya que de este modo se consigue reducir la humedad relativa.

En el tomate se observan algunas enfermedades bacterianas como Clavibacter michiganensis (chancro bacteriano), Pseudomonas corrugata (médula negra), Xanthomonas campestris pv. vesicatoria (sarna o roña bacteriana) Pseudomonas syringae pv. tomato (salpicado de manchas).

Las enfermedades bacterianas son muy difíciles de combatir ya que en general se transmiten por las semillas y por ésto es necesario controlarlas en el propio proceso de producción de las mismas. No obstante, los efectos pueden reducirse evitando humedades excesivas durante el cultivo, así como con tratamientos a base de cobre, que pueden ser muy útiles.

También se pueden presentar algunas virosis o mosaicos de los que los más importantes son: TMV (virus del mosaico del tabaco) y ToMV (virus del mosaico del tomate) que se transmiten por vía mecánica; CARNA-5, variante de CMV (virus del mosaico del pepino), que ataca de modo especialmente virulento al tomate y se transmite a través de pulgones; TSWV (tomato spotted wilt virus) virus del Bronceado del tomate, difundido a través del trips Frankliniella occidentalis y también por semilla. Se trata de un virus polífago que ataca a casi 300 especies y del que por el momento no se dispone de resistencia genética. La eficacia de los tratamientos insecticidas contra el vector no es suficiente y se debe cuidar preventivamente evitando la infección en los semilleros. El uso de barreras de mallas antitrips o de cubiertas flotantes, puede ser una solución.

Las enfermedades por micoplasmas en el tomate son "stolbur" y "tomato yellow leaf curl".

Ambas son transmitidas por insectos: los cicadélidos para la primera y la mosca blanca, Bemisia tabaci, para la segunda. Estas enfermedades suelen atacar a los cultivos de otoño de las regiones meridionales del Mediterráneo.

Los nemátodos Meloidogyne incognita y M. javanica pueden hacer estragos sobre todo en cultivos de tomate en suelos ligeros, pobres en materia orgánica y en regiones donde la temperatura del suelo sea relativamente alta en invierno. La desinfección del suelo es solamente un remedio parcial, de modo que sólo por la resistencia genética podría resolverse el problema.

La araña roja, Tetranychus urticae, puede causar daños muy graves durante la primavera.

Hay algunas enfermedades fisiológicas como el argentado y las agallas foliares, que pueden producirse cuando se mantienen temperaturas bajas o niveles de humedad elevados en el invierno.

Las variedades de crecimiento determinado pueden sufrir una falta de hierro en el comienzo de la maduración, sobre todo cuando el riego es excesivo y se encharca el terreno. La carencia de fósforo se hace patente cuando las temperaturas son demasiado bajas, mientras que las deficiencias de magnesio son el resultado de temperaturas nocturnas demasiado altas. La falta de calcio casi siempre está relacionada con el uso de algunos tipos de sustrato.

F. Costos del cultivo

El cultivo del tomate es muy intensivo y exige mucha mano de obra, sobre todo para las tareas de tutorado, poda, defoliación y también por el hecho de tener que manejar grandes cantidades de producto de peso relativamente pequeño.

Es muy difícil obtener una producción temprana de buena calidad sin utilizar calefacción.

Es evidente que resulta imposible calcular un precio de costo del tomate para todo el conjunto de la cuenca mediterránea, ya que ésta varía de una región a otra según el método empleado. Como ejemplo se ofrece la distribución de los costos calculados para Túnez:

invernadero:

35%

materiales de cubierta:

25%

abonos y productos fitosanitarios:

9%

maquinaria:

4%

mano de obra:

18%

agua:

1%

varios:

7%

G. Principales factores limitantes de la producción

Uno de los problemas de la producción de tomate es la dificultad para obtener una cosecha precoz de buena calidad. La precocidad depende de las temperaturas nocturnas mínimas y medias del aire y del suelo y la calidad depende además de la humedad relativa durante la noche. Este problema de la precocidad afecta a toda el área mediterránea, pero sobre todo a la zona norte.

Normalmente los rendimientos son inferiores en las países meridionales debido a la influencia negativa de temperaturas del aire elevadas, aunque los rendimientos pueden aumentar con una buena ventilación de los invernaderos.

Otro factor decisivo en la producción es la lucha contra las enfermedades. Se trata de un problema con facetas múltiples ya que necesita un buen control del clima, combinado con las resistencias genéticas, el diagnóstico precoz de las enfermedades y el tratamiento adecuado.

6.2.1.2 Pimiento (Capsicum spp.)

A. Descripción general

El pimiento pertenece al género Capsicum, de la familia de las solanáceas. Los Cápsicum cultivados pertenecen a las cuatro especies siguientes C.annuum L., C.frutescens L., C.pendulum Willd., C.pubescens R. & P. pero sobre todo a la primera citada C.annuum. Entre las variedades cultivadas sólo encontramos algunas que pertenezcan a la especie C.frutescens L. (Tabasco, Uvilla, Piquinita, etc). Por otra parte los cultivares procedentes de C.pendulum Willd y de C.pubescens R. & P., sólo son cultivados en las montañas el primero y en la faja del Perú y Ecuador, el segundo.

Las variedades cultivadas de la especie Capsicum annuum L. pertenecen a varias subespecies o variedades botánicas. la mayoría de las variedades que se cultivan en invernadero producen frutos voluminosos, de sabor dulce y son de los tipos grossum cylíndricum latum. También se encuentra el tipo longum que produce tanto variedades picantes como dulces. Finalmente se emplea de modo excepcional el tipo acuminatum de frutos pequeños y picantes.

Las especies cultivadas y sus parientes las silvestres, son similares ya que su fruto es una cápsula o baya lustrosa y más o menos hueca. En su mayoría se llevan al mercado cuando aún están verdes, adquiriendo una coloración amarilla y/o roja si se les deja en la planta hasta la maduración completa. Son más numerosas las variedades que tienen sabor picante. En el caso del pimiento tipo paprika, el fruto no se utiliza sólo como hortaliza sino que se utiliza también como especia (variedades picantes) y como colorante de la carne (pimentón obtenido del fruto seco).

El pimiento se cultiva en invernadero en todo el mundo. En el Mediterráneo constituye uno de los cultivos principales que puede situarse inmediatamente después del tomate en la mayoría de los países, con la excepción de Túnez donde la paprika picante y el pimiento dulce representan un 55% de la superficie total de invernaderos.

En la parte meridional de Europa hay alrededor de 7000 ha. que producen unas 260.000 toneladas, siendo en Italia y en España donde está más extendido el pimiento dulce. Italia produce alrededor de 110.000 toneladas en una superficie aproximada de 2.900 ha, lo que corresponde a una producción media de 36 toneladas por ha. En España el cultivo ocupa unas 3.500 ha y la producción es de unas 127.000 toneladas, lo que corresponde asimismo a una media de 36 toneladas por ha. En Grecia la producción se calcula en unas 12.000 toneladas. En el Norte de África hay 200 ha de pimiento dulce en Marruecos, cuya producción es principalmente destinada a la exportación, aunque la parte no exportable por calidad insuficiente es consumida en el mercado interior. En Túnez la producción de pimiento picante (paprika) alcanza las 27.000 toneladas con un rendimiento de 30 toneladas por ha.

Fig. 93. Diferentes formas de crecimiento del pimiento.

B. La planta

El pimiento es una planta vivaz, cultivada generalmente como anual aunque en condiciones especiales puede ser bianual (Norte de Africa). Es herbácea aunque se vuelve rápidamente leñosa, de tal forma que en condiciones normales el tallo es suficientemente fuerte para soportar la parte aérea. Debido a que en cultivo protegido el desarrollo es más vigoroso y los frutos son mayores, se necesita el soporte de tutores para evitar que las ramas se quiebren.

B.1 Crecimiento

El pimiento es una planta de porte erguido. Después del nacimiento de la flor apical, el tallo principal se divide en dos ramas, a veces más, que nacen en la parte apical y semejantes al tallo principal (Fig. 93).

Cuando las dos ramas son igualmente vigorosas, se desarrolla una planta perfectamente equilibrada, cuya altura viene determinada por la longitud de los entrenudos. Es evidente que el tipo de entrenudos cortos es más conveniente para el cultivo al aire libre o bajo túnel pequeño, (Fig 93a), mientras que el tipo que produce ramificaciones de vigor desigual es más ventajoso para el cultivo tutorado en invernadero (Fig 93b). En este caso tanto el tallo principal como las ramas laterales muestran un buen desarrollo (Fig 93c) lo que implica el pinzamiento de los brotes laterales.

Se conoce dos variantes de este sistema:

- La primera corresponde al tipo semejante el descrito como normal, con la sola diferencia de que las ramas laterales están poco o nada desarrolladas en condiciones normales de cultivo. Se puede remediar esta ausencia de ramas laterales pinzando el tallo principal antes que ramifique (Fig 93d).

- En la segunda variante, después de la ramificación, el tallo principal desarrolla entrenudos muy cortos, deteniendo muy precozmente su propio crecimiento. Las ramas laterales alcanzan la misma altura que el tallo principal, adquieren el mismo porte erguido y se determinan (Fig 93e). Hay una variante fasciculada de este tipo que es adecuada como cultivo secundario temprano (Fig 93f). Se obtiene un crecimiento de tipo completamente determinado, cuando se inhibe el crecimiento del tallo principal y las ramas laterales no se desarrollan nada en absoluto ((Fig 93h).

Con las plantas que tienen entrenudos muy cortos se puede obtener el tipo roseta. Este tipo detiene su crecimiento muy tempranamente (Fig 93h) o desarrolla un tallo de entrenudos largos que termina de nuevo en una roseta (Fig 93i). Por lo general los tipos en roseta no producen flores.

B.2 Raíces

El sistema radicular del pimiento está formado por una raíz principal de gran vigor rodeada por una cabellera de raíces laterales. La mayor parte de las raíces se sitúa en la zona superior del suelo (0-25 cm), pero también pueden profundizar hasta 60-70 cm en un área de 50 cm de ancho. Después del trasplante el sistema radicular primario algo dañado desarrolla nuevas raíces adventicias, situándose el conjunto radicular resultante en zonas más superficiales. Cuando se practica el aporcado, pueden aparecer raíces adventicias en el tallo, pero este fenómeno es menos frecuente que en el tomate. la masa radicular es comparativamente pequeña en relación con el resto de la planta, siendo la proporción entre el peso de las raíces y el peso total de la planta más grande cuando la planta es joven (15-17%), que en la fase adulta (7-9%). hay ciertas especies silvestres que poseen un sistema radicular más profundo y extendido, lo que las hace interesantes por su mayor tolerancia a la sequía.

B.3 Hojas

La hoja es de forma oval, elíptica o lanceolada, de margen entero, glabra normalmente, aunque algunas veces más o menos cubierta de pelos. Es de color verde claro u oscuro y en ocasiones de color violáceo. De una planta a otra vamos a encontrar enormes variaciones en las dimensiones y la cantidad de hojas, así la superficie de la hoja del pimiento paprika para pimentón es normalmente menor que la de los pimientos de fruto grande.

B.4 Flores

Normalmente las flores del pimiento dulce son solitarias. Algunas veces en el caso de los pimientos picantes pueden aparecer en grupos de 2 ó 3 e incluso en ocasiones excepcionales de más de 5 (variación fasciculada).

Las flores aparecen tanto en el ápice de las ramas como en las axilar de las hojas, dándose la circunstancia de que suelen ser más numerosas en las axilas de las hojas del tallo principal que en las de las ramas laterales.

El estilo varía en longitud y según la posición relativa del estigma y de los estambres, encontraremos las anteras al mismo nivel del estigma, o a un nivel por encima o por debajo del mismo. En las variedades de frutos grandes la autofecundación es lo más frecuente, mientras que en el caso de las variedades de pimentón (paprika) de fruto largo y puntiagudo, es más general la fecundación cruzada debido principalmente a la posición más o menos alta del estigma con respecto a las anteras.

Cada planta produce varios centenares de flores que pueden cuajar al 100% cuando son las primeras y van sobre el tallo principal, bajando este porcentaje hasta el 80% para las flores posteriores del mismo tallo y limitándose a un 20-30% e incluso a veces a un 10% para las flores de las ramas laterales.

B.5 Frutos

El fruto del pimiento es una baya hueca que, dependiendo de la posición del pedúnculo, erecto o abatido y del peso del fruto, va a desarrollarse total o parcialmente erguido o péndulo. Los frutos inclinados o péndulos están más abrigados por las hojas y protegidos contra el asoleamiento, además de que su recolección es mucho más fácil.

El pedúnculo se prolonga en el interior del fruto a través de la placenta que sigue la forma del propio fruto. Los pedúnculos de los tipos de pimiento pimentonero son más finos que los de las variedades de frutos gruesos.

Las glándulas de las variedades picantes contienen capsicina; sin embargo podemos obtener frutos dulces de variedades picantes, sobre todo en invierno y cultivados en invernadero.

El contenido de capsicina en los pimientos para pimentón picante alcanza su máximo nivel cuando el fruto llega a la maduración verde y adquiere un aspecto negruzco, como si estuviera cubierto de hollín.

Hablando en términos generales, lo normal es que el fruto se desarrolle con rapidez y que no transcurran más que 18 días entre el cuajado y el estadio de madurez verde y no sean necesarios más que otros 17 días para llegar a la madurez total (fruto rojo o amarillo). No obstante el lapso entre el cuajado y ese estado de madurez verde dependerá de la variedad y de las condiciones de temperatura, variando entre 3 y 10 semanas y del mismo modo el tiempo necesario para la obtención de frutos totalmente maduros y coloreados de rojo o amarillo es también muy variable.

La forma del fruto depende del número de carpelos y de semillas. El fruto de los pimientos pimentoneros está formado normalmente por 2 ó 3 carpelos, mientras que los frutos cilíndricos o redondeados suelen tener 3 ó 4 y los frutos de forma de tomate pueden tener incluso 5 carpelos.

El número de semillas, que depende de la polinización y fecundación, influye de modo primordial en la forma del fruto, de tal modo que cuando hay pocas semillas el volumen del fruto es menor. Algunas variedades pueden producir frutos partenocárpicos bastante bien formados y que carecen o contienen pocas semillas. La expresión de la partenocarpia parece estar influida también por las condiciones del cultivo.

El grosor del pericarpio es una de las características importantes para la valoración de las variedades, de tal modo que el pimiento cultivado para consumo como verdura, debe tener un pericarpio carnoso, mientras que el pimiento pimentonero deberá tenerlo bastante fino.

C. Exigencias climáticas

C.1 Temperatura

El pimiento se considera una planta exigente en temperatura si lo comparamos con el conjunto de hortalizas cultivadas en el Mediterráneo. La temperatura influye en su crecimiento, en su fertilidad, e incluso en las dimensiones del fruto, de tal modo que éste no se desarrollará correctamente a menos que se provean temperaturas determinadas. Si las temperaturas son demasiado bajas el fruto es delgado y puntiagudo y si son demasiado altas el fruto es rechoncho.

El pimiento exige niveles térmicos específicos. El mínimo para la fructificación es aproximadamente 15ºC, estando la temperatura biológica mínima cercana a los 11ºC. Por debajo de este nivel el pimiento va sufriendo progresivamente daños irreversibles que dan lugar a crecimiento raquítico, caída de frutos y flores jóvenes y necrosis de las hojas.

La temperatura óptima de germinación es de 25 a 30ºC. Temperaturas altas durante el día (14-25ºC) y por la noche 20-21ºC), aseguran un buen crecimiento vegetativo en los primeros estadios del crecimiento y también aseguran el buen prendimiento de la planta después del trasplante. Después del trasplante las raíces sólo se desarrollarán bien si la temperatura del suelo es de 22 a 24ºC, requiriendo para un buen crecimiento posteriormente una temperatura diurna del aire igual o mayor de 28-30ºC. No obstante una temperatura demasiado alta (35ºC) pueden perjudicar al desarrollo de las flores, al cuajado y al posterior desarrollo de los frutos, sobre todo cuando las plantas son viejas ya que las plantas jóvenes son menos sensibles a estas condiciones.

Las temperaturas óptimas para crear un buen equilibrio entre el crecimiento vegetativo y la fructivicación están entre 22-23ºC por el día y 18-19ºC por la noche, debiendo oscilar entre 15 y 20ºC la temperatura del suelo.

Por lo tanto, el pimiento necesita una temperatura alta para asegurar su primer crecimiento vegetativo y una temperatura más baja para la formación de las flores, teniendo en cuenta que durante el desarrollo de los frutos la temperatura del aire puede bajar hasta los 15-17ºC por la noche. Las temperaturas inferiores a 10-12ºC o superiores a 35ºC son desfavorables para el desarrollo del fruto de cualquier modo. En el caso de cultivo en invernadero frío se estima que son necesarios 1.800 grados-días para el período comprendido entre la plantación y la primera recolección.

C.2 Humedad

El pimiento es muy sensible a los niveles de humedad relativa altos, siendo el nivel de humedad ideal del 70-75%. Niveles superiores favorecen los ataques de Botrytis y el aire más seco es perjudicial para el cuajado del fruto y provoca el aborto floral.

C.3 Luz

Esta especie no es particularmente sensible a la duración de la luz aunque aparentemente la duración media del día favorece la formación de flores.

Las exigencias en intensidad luminosa son bastante limitadas ya que sus hojas alcanzan el máximo de actividad fotosintética con una intensidad luminosa aproximadamente de 0,4 cal. cm-2.min-1.

C.4 Varios

Entre las características de esta planta que pueden desembocar en problemas específicos se puede citar:

- Un ritmo irregular de crecimiento; se calcula que a lo largo de los 120 primeros días del ciclo, la producción diaria de materia fresca es cuatro veces inferior a la de los 30 días siguientes (curva exponencial de crecimiento).

- Gran sensibilidad del sistema radicular tanto al exceso como a la falta de agua; se debe cultivar en suelos que tengan buenas propiedades físicas.

- Riesgo seguro de desequilibrio entre el volumen de la parte aérea y el del sistema radicular, cuando la temperatura del aire sea baja, ésto significa que durante el ciclo invernal pueden estar limitadas tanto la absorción de agua como de minerales.

- Bajo nivel de saturación fotosintética de las hojas, de tal modo que una buena producción necesita un índice elevado de área foliar (LAI).

D. Variedades

En algunos países magrebíes se cultivan variedades apreciadas por sus frutos verdes de sabor picante, no obstante en la cuenca mediterránea se prefiere variedades de frutos en forma de prisma, de cubo o de cono y de sabor dulce.

Por lo tanto, es el destino de la producción el que fuerza la elección varietal; en algunos países europeos, por ejemplo Alemania, se prefiere los frutos cúbicos, mientras que en otros como Francia o Italia, se prefiere otras formas. Por todo lo anterior, a pesar de que la capacidad de rendimiento es más alta en las variedades de frutos de forma de prisma, no siempre son estas las elegidas.

Las variedades que se utilizan normalmente en cultivo protegido en las regiones mediterráneas son del tipo normal determinado, con entrenudos cortos o medianos y ramas desarrolladas por igual. Los frutos tienen tanto forma cúbica, como cilíndrica o prismática y su pericarpio es muy carnoso. Dentro de este tipo se utilizan mucho los híbridos F1.

En el Norte de Africa (Argelia y Túnez) el tipo más utilizado es el pimiento picante de frutos largos y puntiagudos y pericarpio fino.

Para los cultivos secundarios debe utilizarse tipos completamente determinados o fasciculados. Tanto el tipo determinado como el normal de entrenudos cortos pueden cultivarse bajo túnel pequeño; los primeros se cubren sólo de modo temporal, mientras que los últimos se protegen durante todo el cultivo.

Los híbridos F1 de pimiento dulce son los más utilizados por una serie de buenas razones, como por ejemplo la disponibilidad de semillas en el mercado, su adaptación perfecta a las condiciones ambientales de invernaderos de plástico o de cristal, su buena capacidad de producción, la uniformidad de plantas y follaje y por último el que son precoces además de resistentes a algunos hongos y virus. Por todo ello se justifica el costo más elevado de la semilla híbrida.

Los híbridos de fruto prismático del tipo Lamuyo han sido los más cultivados hasta ahora. La mejora genética realizada recientemente ha conseguido nuevos híbridos, cuyo fruto es parecido al de Lamuyo en la forma aunque su carne es amarilla. Todas las compañías de semillas han desarrollado híbridos del tipo Lamuyo y de frutos de forma cúbica (Yolo Wonder) que adquieren un color amarillento o rojizo cuando aún no están maduros. También se ha trabajado de modo específico para crear tipos resistentes a las virosis, la mayoría de los cuales son resistentes al TMV. Además en el mercado también están disponibles algunos tipos resistentes a otros virus como el PVY o por lo menos tolerantes a algunas enfermedades como Phytophthora capsici. Teniendo en cuenta las condiciones climáticas de la cuenca mediterránea hay que destacar que las temperaturas muy elevadas pueden impedir la expresión de la resistencia genética al TMV, que está basada en un gen de hipersensibilidad.

Hay que admitir que aunque se han conseguido importantes progresos en el campo de la genética, aún deben realizarse más esfuerzos orientados hacia la creación de variedades nuevas que estén mejor adaptadas a las condiciones de cultivo protegido en la zona mediterránea. Entre los aspectos que deben mejorarse pueden mencionarse los siguientes:

- la respuesta fisiológica a las condiciones de estrés que se producen por las amplias oscilaciones de temperatura y humedad;

- la aptitud para el cuajado del fruto en condiciones de baja temperatura y alta humedad, así como el aprovechamiento de la partenocarpia;

- que la recolección se concentre en un lapso de tiempo corto que facilita su uso como cultivo secundario;

- la eficacia fotosintética mayor por unidad de superficie de hojas, para un crecimiento vegetativo menor;

- la resistencia a enfermedades: TMV, CMV, PVY, TEV, Verticillium, Phytophthora capsici, Leveillula taurica, Xanthomonas y a los nemátodos (Meloidogyne sp.).

- la capacidad de producir frutos comerciales aún cuando sean de origen partenocárpico o contengan un número reducido de semillas;

- el carácter del crecimiento determinado, pero sin los problemas e inconvenientes que tienen las variedades disponibles en la actualidad, que producen frutos de menor tamaño y de carne demasiado delgada.

E. Prácticas culturales

E.1 Ciclos de cultivo

Los ciclos varían tan ampliamente incluso dentro de una misma región, que la recolección está escalonada a lo largo de un período muy largo. No obstante, los ciclos más frecuentes en el área mediterránea comienzan en invierno, iniciándose las cosechas en abril, e incluso a veces en Febrero y Marzo, para las plantaciones de finales del otoño, en países como España y Marruecos. Hay ciclos más tempranos que parten de principios de otoño, produciéndose entonces la recolección a partir de finales de Noviembre.

El empleo de cvs de tipo propiamente determinado o fasciculado permite un cultivo secundario en el otoño, cuya plantación se realice a comienzos de Septiembre y la recolección desde mediados de Noviembre hasta mediados de Diciembre.

Por lo tanto el suministro de productos que provienen del cultivo protegido, está asegurado de forma casi ininterrumpida desde el final del otoño hasta el comienzo del verano siguiente. El mercado europeo está suministrado principalmente por países como España, Italia y Marruecos; otros países como Grecia y Túnez aseguran el suministro en invierno y en primavera.

En la cuenca mediterránea el pimiento puede cultivarse con algunas limitaciones en invernadero sin calefacción durante los meses más fríos, por lo que la producción está prácticamente asegurada para todo el año. Sin embargo es muy baja en los meses de Febrero y Marzo. No obstante en la mayor parte de las regiones meridionales del Mediterráneo, el pimiento se cultiva por lo general en abrigos o túneles fríos, encontrando solamente cultivos con calefacción en el norte de Italia y otras regiones, que no disponen de un clima típicamente mediterráneo. Las diferencias que pudiera encontrarse entre las distintas regiones van a referirse más a los ciclos de cultivo sin afectar prácticamente a los aspectos biológicos o técnicos.

E.2 Sucesión de cultivos

Normalmente el pimiento ocupa el primer lugar en la secuencia de cultivos, dándose la circunstancia de que su ciclo dura casi siempre todo el período de utilización del invernadero. Otras veces el pimiento viene a continuación de los cultivos de otoño-invierno, como son el calabacín, la lechuga o las judías verdes. Muy rara vez se cultiva a continuación de otras solanáceas o cucurbitáceas, debido a la duración de su ciclo, aunque después de un cultivo secundario de pimiento hecho en otoño, aún es posible realizar un cultivo precoz de melón o sandía.

E.3 Multiplicación

El pimiento es adecuado para semillero tradicional o en macetas pequeñas, seguido de trasplante posterior. En el caso de sembrar en lecho de tierra, conviene dejar separaciones, de tal modo que cada plántula disponga de un espacio de 10 cm2 aproximadamente; por lo tanto teniendo en cuenta que un gramo de semilla tiene de 100 a 150 semillas, para cada m2 de semillero se utilizan alrededor de 6 gramos de semilla. En los países mediterráneos lo más corriente es el semillero en macetas pequeñas o en macetas de turba, se va extendiendo cada vez más la producción de plantas en bandejas de poliestireno de alveolos troncopiramidales de 3 a 4 cm. En invierno es muy difícil alcanzar las condiciones de temperatura óptima para germinación y crecimiento de las plántulas, por ello se emplea invernaderos con calefacción. Como ya se ha citado la temperatura debe mantenerse en los 24ºC y sin sobrepasar los 28ºC hasta la el brote que tiene lugar de 12 a 15 días después de la siembra. En este momento la plántula requiere cuidados especiales, la temperatura debe reducirse y hay que controlar bien las necesidades de riego, el aporte de abono y la protección fitosanitaria. El trasplante se efectuará normalmente a las 8 ó 10 semanas del brote, antes de la aparición del primer botón floral. En el caso de semillero en macetas el trasplante puede retrasarse hasta el momento de aparición del primer botón floral.

E.4 Trasplante

El trasplante debe hacerse en suelo bien preparado tanto desde el punto de vista físico, como desde la protección fitosanitaria y la eliminación de malas hierbas. En este sentido la desinfección química es un método en expansión; se puede también disponer de acolchados para cubrir el suelo.

La plantación suele realizarse en hileras simples colocadas a una distancia de 1 m. En la hilera las plantas suelen tener una separación de 40 a 50 cm lo que supone 2 a 2,5 plantas/m2. A veces se utilizan líneas dobles o pareadas a 1,30 m de distancia entre ellas.

En cultivo secundario la densidad de plantación es sensiblemente superior, pudiendo alcanzar las 5 a 8 plantas/m2.

El tutorado y la poda no requieren tantas horas de trabajo como en el tomate y la berenjena.

E.5 La poda

En las condiciones normales del Mediterráneo, con su época de cultivo y tipo de abrigo característico, no suele ser necesario podar la planta en el período de crecimiento. Se requiere simplemente la eliminación de los brotes que salen del tallo por debajo de la primera ramificación y asimismo cortar algunas ramas laterales y hojas. De cualquier modo es preferible mantener un follaje abundante, a menos que exista el riesgo de Botrytis, ya que la eficacia fotosintética de las hojas es bastante limitada y sólo disponiendo de una gran superficie de hojas activas se puede contar con una producción aceptable de materia seca. Por lo tanto la poda sólo se hace necesaria en los casos de cultivo en invernadero con calefacción o de crecimiento rápido y excesivo.

La poda intensa, que consiste en la eliminación de todos los brotes y la mayor parte de las ramas, puede ser útil practicada en el invierno para superar los problemas de la temperatura baja, crecimiento lento, ausencia de fructificación y favorecer el crecimiento a partir del momento de subida de las temperaturas. En algunos casos se corta toda la parte aérea hasta la parte inferior de la primera ramificación. Esta técnica se utiliza sobre todo en plantaciones al aire libre, a mediados de Diciembre, precediéndose a continuación a cubrir las plantas con un túnel pequeño y consiguiendo de este modo una nueva cosecha sobre finales de Marzo.

E.6 Tutorado

A diferencia de los cultivos al aire libre, en el caso de cultivo protegido los tallos del pimiento suelen ser débiles, hasta el punto de no poder soportar el peso de los frutos y romperse con mucha facilidad. Por ello es necesario preparar un sistema de soportes para sostener las ramas, que garantice en cualquier caso una buena exposición de las hojas a la luz junto con una aireación suficiente. El tutorado del pimiento se realiza de manera muy sencilla mediante mallas horizontales de 5 x 5 cm o con alambres colocados a ambos lados de la línea de plantas y a 2 ó 3 niveles sobre el suelo, por lo general a alturas de 30, 50 y 70 cm.

E.7 Fertilización

El abonado debe ser objeto de un cuidado especial ya que la planta:

- dispone de un sistema radicular muy sensible al exceso de sales,

- es muy exigente en N, P y K,

- exige además un alto nivel de nitrógeno ininterrumpidamente,

- no crece de modo uniforme sino que lo hace lentamente en las primeras fases y después con rapidez cuando comienza el desarrollo de los frutos.

Según trabajos realizados recientemente en Francia se ha comprobado que 40 toneladas de pimiento verde producido en invernadero, extraen del suelo aproximadamente 350 kg de N, 43 kg de P, 498 kg. de K y 30 kg de Mg. La producción de frutos maduros aumenta aún más estas extracciones nutrientes. Se sabe que la absorción de elementos fertilizantes alcanza su máximo desde el momento del cuajado de las flores, no obstante debemos proporcionar un aporte adecuado de N, P y K desde el momento del trasplante.

E.8 Riego

En lo que respecta al aporte de agua, es oportuno tener en cuenta que el sistema radicular es bastante reducido por lo que la planta es poco tolerante a situaciones de déficit hídrico. El riego debe respetar la norma de "poco pero frecuente" ya que un suelo demasiado seco o excesivamente salino, puede producir necrosis en las raíces y favorecer las enfermedades por hongos y un suelo encharcado reduce el vigor de las plantas.

Aunque se calcula que la cantidad de agua necesaria por kilo de producto fresco oscila entre los 70 y 100 litros, se sabe que ésta puede variar en función de la duración del ciclo, de la época y del método de riego, desde 4000 a más de 10.000 m3/ha.

El sistema más extendido en la cuenca mediterránea es el riego localizado ya que parece que proporciona importantes economías de agua y favorece una absorción más regular por las raíces. Aún cuando es posible utilizar aguas salobres en el área mediterránea, hay que tener en cuenta que el pimiento es más sensible a la salinidad que otras solanáceas; un contenido salino del 1,8% en el suelo ó 1,2% en el agua produce una bajada del 25% en la producción.

E.9 Otras prácticas culturales

Hay diversas prácticas que se han desarrollado en invernaderos con calefacción, como son el enriquecimiento del aire con dióxido de carbono o la iluminación artificial, que son de difícil aplicación en el área mediterránea. La aplicación de reguladores del crecimiento para el cuajado y desarrollo del fruto no es frecuente en el pimiento; es difícil aplicar sustancias de tipo auxínico en plantas de flores aisladas y más difícil aún en el caso de los pimientos picantes de fruto pequeño. La pulverización de todo el follaje de la planta provoca daños y deformaciones en las hojas y los frutos tienen un desarrollo anormal, con el ápice apuntado, lo que conlleva una depreciación considerable de los tipos Lamuyo o Yolo Wonder.

F. Principales plagas y enfermedades

El pimiento es sensible a numerosos parásitos y enfermedades. En el cultivo protegido hay que tener precaución con determinados virus, hongos, bacterias, insectos y nemátodos. La necrosis apical del fruto es un problema a tener muy en cuenta, sobre todo en condiciones de suelo o agua salinos o de abonados excesivos.

Hasta el momento presente se ha conseguido mejorar la resistencia de las plantas a determinados virus y hongos, pero ésto dista mucho de ser una resistencia total y estable, por lo tanto el pimiento debe ser objeto de una cuidadosa protección contra los parásitos del suelo mediante su esterilización con bromuro de metilo o cualquier otro producto específico.

Otros medios de control pueden ser:

- Uso de semillas desinfectadas con productos como el fosfato trisódico para neutralizar el TMV; no obstante hay que tener en cuenta que este tratamiento reduce significativamente la capacidad germinativa;

- Realizar el cultivo del pimiento inmediatamente después de la esterilización del suelo y antes de ocuparlo con ningún otro cultivo para limitar los riesgos de TMV, Rhizoctonia solani, Fusarium solani, nemátodos y Phytophthora capsici;

- Garantizar una buena aireación de los invernaderos para evitar la infección por Botrytis:

- Utilizar riego localizado para evitar la propagación de Phytophthora capsici aplanoconides.

En abrigo plástico es necesaria la aplicación de productos químicos para la prevención de Botrytis cinerea, Rhizoctonia solani, Verticillium dahliae y Leveillula taurica, ya que las condiciones microclimáticas favorecen su desarrollo. Puede llegar a producirse una infección de Cercospora spp., Alternaria spp., Colletotrichum spp., Fusarium spp., Sclerotium y Sclerotinia, Xanthomonas, etc lo que justificaría el uso de tratamientos curativos.

Entre las plagas más frecuentes encontramos Trialeurodes vaporariorum (mosca blanca) y los pulgones que son vectores de virus, así como los ácaros. La tendencia de los últimos años es hacia la lucha biológica y/o medios cromoatractivos, para evitar los tratamientos químicos.

G. Economía

El fruto se comercializa cuando aún está verde o cuando está completamente maduro y su carne ha adquirido una coloración roja o amarilla. En el primer caso se presenta el problema de la elección del momento de la recolección, ya que si el fruto se recoge antes de que haya acabado de crecer totalmente, no tiene ni buena conservación, ni buena tolerancia al transporte. El momento ideal para recoger los frutos es cuando empiezan a brillar y cuando se destaca más la coloración verde oscura. Los frutos que permanecen en la planta después de este período, adquirirán pasadas unas tres semanas una coloración uniformemente roja o amarilla.

Aunque el pimiento maduro alcanza en el mercado un precio superior al pimiento verde, su producción lleva consigo una pérdida de producto de un 20-25%, por lo tanto hay que resolver en cada caso el problema del momento de la recogida considerando los factores biológicos y económicos. En la cuenca mediterránea es muy corriente recoger el pimiento verde en invierno y primavera, ya que el precio de mercado es bastante interesante, incluso en los últimos años algunos horticultores tratan el fruto verde con etileno (2000 a 4000 ppm) para darles un aspecto y coloración maduros. De cualquier modo la recolección debe realizarse cuidadosamente, ya que si se rompe el pedúnculo puede dañarse el fruto y los tallos jóvenes, La frecuencia normal de recolección es de una vez por semana.

Los frutos deben comercializarse lo más rápidamente posible ya que sólo podrán conservarse adecuadamente durante unos 8 a 10 días si la temperatura es de 8 a 10 ºC con una humedad relativa del aire del 90-95%.

No es posible realizar un estudio económico del cultivo del pimiento ya que todos los elementos que intervienen sufren variaciones:

- Hay grandes diferencias entre los países productores y el tipo de abrigo utilizado.

- Incluso dentro de la misma región se encuentra diferencia en el tipo de explotación y su manejo, en las fluctuaciones de los precios a lo largo de los años e incluso en los diferentes períodos de comercialización de un mismo año.

A pesar de todo es posible revisar algunos conceptos básicos que permitirán una valoración económica:

a) el pimiento necesita menos mano de obra que otras solanáceas como el tomate y la berenjena. Estos necesitan aproximadamente 5000 h de trabajo por ha, mientras que para el caso del pimiento este tiempo se reduce a la mitad.

b) Las necesidades de trabajo a lo largo de todo el ciclo no son homogéneas.

c) Los precios caen significativamente desde final del invierno hasta el final de la primavera, de tal modo que la relación es de 3 en Febrero frente a 1 en Junio.

d) El rendimiento medio por ha varia enormemente, sobre todo dependiendo la duración del ciclo y de la época de producción.

e) Los costos de producción varían mucho de una región a otra, no obstante como estimación general podemos considerar:

material

25%

mano de obra y servicios

50%

varios

25%

Para una precisión mayor habría que revisar cada caso particular. Por ejemplo los datos de Túnez se ofrecen a continuación en forma de porcentajes:

costo del invernadero

41%

lámina de plástico de cubierta

29%

fertilización y tratamientos

7%

tracción mecánica

6%

mano de obra

14%

agua

1%

varios (semillas, tutores, etc)

2%

f) Los costos por unidad de producto son un 15-20% inferiores a los de la producción de tomate y berenjena.

H. Principales factores limitantes de la producción

Hay que destacar que las trabas que ofrecen más dificultad al aumento de los rendimientos, están más relacionadas con el medio ambiente y las condiciones climatológicas que con la capacidad de producción de la propia planta; en este sentido hay que insistir en el hecho de que pueden producirse enormes variaciones en los rendimientos.

El cultivo bajo plástico presenta algunas limitaciones en los procesos fisiológicos durante el invierno y la primavera. Las temperaturas bajas dificultan el crecimiento vegetativo y el cuajado, asimismo las temperaturas muy altas provocan la caída de las flores y la humedad excesiva por su parte dificulta las actividades vegetativa y reproductora. Para terminar cabe mencionar que los problemas relacionados con la duración del día y la intensidad luminosa son menos importantes.

El camino a seguir para aumentar la producción, consiste en profundizar en el entendimiento de los aspectos fisiológicos relacionados con ella y en cultivar plantas mejor adaptadas a las condiciones limitantes citadas.

6.2.1.3 Melón (Cucumis melo)

A. Descripción general

A.1 Raíces

El sistema radicular del melón es abundante aunque superficial. La raíz principal es fuerte, pivotante y se ramifica en raíces secundarias y laterales abundantes. No forma raíces adventicias, lo que dificulta enormemente la regeneración de raíces dañadas, esta circunstancia desaconseja realizar transplantes a raíz desnuda, siendo más conveniente sembrar en macetas, en bandejas o en el sitio directamente.

A.2 Tallo y hojas

El eje principal del tallo es un simpodio del que salen numerosas ramas principales y secundarias. Este tallo es rastrero, pero dispone de unos zarcillos que se desarrollan en las axilas de las hojas y le permiten trepar. El tutorado supone una operación laboriosa ya que no se trata solamente de ayudar a la planta a trepar, sino que también hay que podar las ramas laterales para asegurar un buen desarrollo del tallo principal.

A.3 Flores

Los cultivares pueden clasificarse en dos categorías según los tipos de flores. Monoicos cuando la planta desarrolla flores masculinas y femeninas y andromonoicos que poseen flores masculinas y hemafroditas.

Las flores nacen en las axilas de las hojas, siendo las masculinas mucho más numerosas que las femeninas y las hermafroditas. La proporción entre el número de flores femeninas o hermafroditas y el número de flores masculinas depende de los cultivares, de la interacción temperatura-luz y de los efectos producidos por fitorreguladores. Los días largos, las temperaturas elevadas y las giberelinas, favorecen la aparición de flores masculinas, mientras que por su parte los días cortos, las temperaturas bajas y las auxinas favorecen la aparición de flores femeninas o hermafroditas.

El vigor de la planta no favorece la aparición de flores femeninas, de tal modo que cuanto mayor es el vigor más tardía será la aparición de las primeras flores femeninas. Por lo tanto la proporción entre flores femeninas y masculinas va aumentando desde el tallo principal hacia las ramas laterales y también aumenta desde la base hasta el ápice. La poda, al favorecer la ramificación de la planta, fuerza la aparición de flores femeninas y permite obtener una cosecha más temprana.

A.4 Polinización

La polinización del melón es entomófila. Para los cultivares monoicos es imprescindible el transporte del polen de la flor masculina a la femenina y para el caso de los andromonoicos, aunque no haya incompatibilidad entre el polen y el ovario de las flores hermafroditas, se recomienda la polinización con abejas ya que puede ocurrir que no coincida el momento de la dehiscencia de las anteras con la receptividad del estigma o incluso que no haya suficiente cantidad de polen.

Los sacos polínicos se abren con una temperatura de al menos 18-20ºC, lo que no supone ninguna dificultad para las condiciones de invernadero; no obstante, para el caso de las variedades más tempranas, cuando la polinización no sea posible, aún disponiendo de abejas, por falta de polen o por dificultades de liberación del mismo, se podría recurrir a la aplicación de auxina (4-CPA) o de citocinina (benciladenina) sobre las flores para mejorar la fructificación. Esta es una operación laboriosa y cara, que no es aconsejable y lo conveniente es evitar una fructificación demasiado temprana en condiciones atmosféricas que aún no son favorables. Debido a que el crecimiento vegetativo en estas circunstancias es débil, la producción será poco importante y además quedará inhibida la fructificación posterior.

Una buena polinización es fundamental para conseguir uniformidad en la fecundación de los óvulos. Si ésto no es así los frutos pueden crecer deformes por diferencias de crecimiento del pericarpio. Hay una elevada correlación entre el número de semillas por fruto y el peso del mismo. Ciertos cultivares como "Ogen" pueden ser más o menos partenocárpicos y sin embargo esta correlación también se verifica en ellos. Por tanto la polinización es un factor primordial para aumentar el peso del fruto y la productividad.

A.5 Caída de frutos jóvenes

La caída natural de los frutos es algo frecuente en el melón. Puede producirse muy pronto, inmediatamente después de la antesis o más tarde cuando los frutos miden entre 3 y 5 cm de largo e incluso aunque haya suficiente semilla. El número de frutos que llega a madurar es sólo 3 ó 4 para variedades de fruto de tamaño pequeño y 2 ó 3 cuando el fruto es de gran tamaño. La caída de los frutos depende de:

- competencia ente los mismos frutos;

- competencia entre los frutos y los ápices vegetativos;

- la relación entre el número de hojas y el número de frutos.

Por lo tanto es necesario mantener un número mínimo de hojas para alimentar a cada fruto. En esta situación de competencia, los primeros frutos inhiben el cuajado y el crecimiento de los posteriores. Puede aparecer una segunda formación de frutos en la parte alta de la planta, después de haber recolectado los primeros. Para intentar contrarrestar este fenómeno hay que prestar mucha atención a la nutrición de la planta, a la destrucción de hojas por parásitos y al L A I (índice de área foliar). Hay que destacar que cuanto más expuestas a la luz estén las hojas, más grandes y numerosos serán los frutos.

A.6 Fruto

El fruto crece según una curva sigmoide. Entre la fructificación y el momento de la maduración transcurren entre 30 y 50 días, de tal modo que la duración de este período va a depender del cultivar y del ambiente. El melón presenta un punto climactérico (incremento en el desprendimiento de CO2 en el momento de la maduración). La aplicación de etileno acelera el proceso de la maduración, de tal modo que cuanto más precoz es el tratamiento más rápida es la maduración, aunque con el inconveniente de una menor calidad del fruto y asimismo un menor contenido en azúcares.

Es difícil caracterizar el sabor y dulzor del fruto debido a que dependen de un gran número de productos químicos. De cualquier modo y en la mayoría de los casos hay una relación muy cercana entre el dulzor del fruto y su contenido en azúcares. Para cuantificar la calidad se recurre generalmente al valor Brix, que se utiliza para la evaluación del contenido de azúcares del zumo.

B. Exigencias ecológicas

El melón es uno de los cultivos protegidos más exigentes en calor y luz. Por ello es una planta difícil de cultivar en invierno incluso en invernadero con calefacción.

Las plantas expuestas a poca intensidad luminosa sólo producen frutos de pequeño calibre y con bajo contenido en azúcares. También ocurre el mismo problema cuando las hojas son atacadas por parásitos, ya que la producción de azúcar por parte de las hojas disminuye. Se ofrece seguidamente una tabla de temperaturas mínimas y óptimas en grados centígrados:


Mínima

Óptima

Crecimiento vegetativo

12

22 - 26

Germinación

15

24 - 35

Temperatura del suelo

10

18 - 20

Maduración del fruto

-

25 - 30

Las temperaturas bajas enlentecen el crecimiento y aceleran la formación de flores femeninas. Al principio de la primavera en invernadero frío, las plantas tienen poca altura y las hojas son pequeñas, mientras que en el verano ocurre el fenómeno a la inversa.

Cuando la temperatura es demasiado alta, por encima de 30ºC, la respiración aumenta y los frutos maduran muy rápidamente, amarillean enseguida y dan como resultado un bajo contenido de azúcares y escasa calidad.

La temperatura del suelo juega un papel primordial en el crecimiento de las plantas y en la absorción de agua y de nutrientes. Así, en primavera, el acolchado con lámina de PE transparente permite aumentar la temperatura del suelo, con lo que se conseguirá una mejora en los resultados.

C. Variedades

Aunque ha habido muchos intentos de clasificación del melón, aún no se ha llegado a una definitiva debido a la característica polimórfica del mismo. Las variedades botánicas más importantes de Cucumis melo son var. cantalupensis, var. saccharinus, var. reticulatus y var. inodorus. Los cultivares son híbridos derivados de estas variedades botánicas lo que explica su amplia diversidad. Es difícil encontrar cultivares que pertenezcan a uno solo de estos grupos.

La elección de cultivares se debe a las características de los frutos que tengan más aceptación en el mercado. Los frutos son muy diferentes entre sí en tamaño, forma (redonda u ovalada), piel (lisa o rugosa), color (amarillo, verde, salmón), etc. Por lo tanto el primer criterio de selección es el del fruto mejor vendido, viniendo a continuación criterios relativos a resistencia a enfermedades, sobre todo las del suelo (ver epígrafe 5.4), también relativos a productividad, precocidad, adaptación al medio climático, al comportamiento del fruto en la manipulación y el transporte, etc.

En cultivo protegido en el área mediterránea son los cultivares del tipo cantalupo, de frutos redondos y piel lisa o rugosa y un peso aproximado a los 800-1000 g, los que tienen mayor aceptación. Aunque se cultivan muchas variedades, son los híbridos del tipo F1 los que ocupan un lugar preponderante debido a su gran productividad y a poseer la planta características muy apreciables.

Además de los estudios dedicados a la productividad, existen programas de investigación con vistas a mejorar la resistencia del melón a enfermedades como Fusarium, Oidio, Virus 1 del pepino y nemátodos. También hay trabajos de mejora de la calidad del fruto y de su resistencia a la manipulación.

En cada zona del Mediterráneo existe preferencia por un cultivar de melón determinado, esta elección parece estar determinada por el propio gusto local, así:

- Galia, en Portugal, España, Grecia, Turquía, Chipre, etc.

- Jivaro, en Túnez, Argelia, Marruecos, etc.

- Védrantais, en Francia, Argelia.

D. Prácticas culturales

D.1 Epoca de plantación

En cultivo protegido se planta por lo general en primavera ya que sus exigencia climatológicas impiden su cultivo en invierno. Si se obtiene en otoño, no puede competir con la producción tardía hecha al aire libre. En la sucesión de cultivos puede colocarse a continuación de uno de invierno como la lechuga o uno de otoño como el tomate, la judía verde, etc.

La época de plantación varía según las zonas, aunque por lo general no se puede sembrar antes de mediados de Febrero a menos que se disponga de calefacción y ésto incluso en las zonas más cálidas del Mediterráneo.

D.2 Sistemas de cultivo

Hay dos sistemas, por un lado el cultivo rastrero y el cultivo trepador en espaldera. El primer sistema es más barato, se practica en invernaderos rudimentarios, exigiendo menos mano de obra al no necesitar tutorado, aunque la producción es más limitada. Con este sistema y en buenas condiciones se puede recoger de 4 a 5 kg de fruto por m2 mientras que con el cultivo en vertical puede llegar a 6-7 kg por m2.

En general, puede decirse que el cultivo rastrero proporciona una producción más precoz pero menor. En algunos mercados hay preferencia por el fruto desarrollado en espaldera, sólo porque se supone que tiene más calidad por no haber estado en contacto con el suelo; sin embargo otros consumidores piensan que éste es un tipo artificial de cultivo y lo consideran de menor calidad. Hay que añadir que la posición del pedúnculo del fruto permite al consumidor determinar el tipo de cultivo del que procede.

D.3 Densidad de plantación

Para un cultivo rastrero se considera que 1,8 plantas por m2 es una media razonable, mientras que en el caso del cultivo vertical se puede poner 2,5 plantas por m2. No obstante esta media puede variar según sea el vigor de la planta, la luz y la época del cultivo, de tal modo que si disponemos de plantas poco vigorosas y buenas condiciones de luz, podemos incrementar la densidad. Cuanto más alta sea la densidad mayor será la producción por m2, pero simultáneamente disminuirá el número de los frutos por planta y su tamaño.

D.4 La poda

A continuación se ofrecen algunos datos generales relativos a la poda, pasando a continuación a describir algunos de los procedimientos más interesantes:

- la poda estimula la ramificación y disminuye el vigor de la planta, favoreciendo la aparición de flores femeninas;

- cuanto más enérgica es la poda, más se reduce el vigor, de tal forma que los cultivares vigorosos deben podarse de modo intenso;

- la poda tiene más influencia sobre la precocidad que sobre la producción total;

- la elección de un sistema de poda depende de la distancia entre las plantas, del tipo de cultivar, del medio, etc. Por lo tanto no hay un sistema de poda ideal para todos los casos.

En la actualidad los cultivos rastreros no se suelen podar, como mucho se les poda el tallo principal por encima de la segunda o tercera hoja para que se produzca una ramificación secundaria. Las podas más complejas exigen un suplemento de mano de obra que no siempre está compensado por la rentabilidad de una producción precoz. No obstante, algunas veces se practica el aclareo de los frutos para aumentar la calidad y el tamaño de los restantes.

Para el caso de los cultivos verticales, que sí requieren poda, hay diferentes modalidades (ver fig. 94).

- La planta no se pinza y el tallo principal se tutora.

- El tallo principal se pinza por encima de la segunda hoja.

- El tallo principal se pinza por encima de la primera hoja.

Fig. 94. Diversos procedimientos de poda de melón cultivado en espaldera:

(a) plántula no pinzada

(b) pinzamiento por encima de la segunda hoja

(c) pinzamiento por encima de la primera hoja

(d) planta de dos tallos principales

(e) ramificaciones secundarias pinzadas por encima del primer fruto

(f) ramificaciones secundarias pinzadas dos hojas por encima del primer fruto

El hecho de pinzar el tallo principal y provocar así la emisión de ramificaciones aumenta la precocidad; sin embargo esta operación no se realizará cuando aparezcan las primeras flores femeninas muy precozmente, en cuyo caso es mejor suprimirlas para que no compitan con el crecimiento de la propia planta.

Se puede forma la planta con uno o dos tallos principales que se apoyan en tutores, aunque lo más corriente es mantener un solo tallo. Si se forma con dos tallos en un cultivar vigoroso (d) se producirá un decremento en el vigor y un aumento de la precocidad.

Las ramas secundarias que parten del tallo principal, pueden pinzarse por encima del primer fruto (e) o por encima de las dos hojas que siguen a este primer fruto (f).

El primer procedimiento reduce el número de hojas y es adecuado para los casos en que la iluminación es buena y la densidad de plantación es alta.

D.5 Riego

El riego bien administrado aumenta la producción y la calidad de los frutos. La dosificación puede calcularse a partir de la ETP (Evapotranspiración potencial) con lo que se consideran las exigencias de la planta a lo largo del ciclo y se suministra el riego de acuerdo con ellas; así en el caso de una región de alta insolación se considera que las cantidades a aplicar son:

- un 40 a 90% de la ETP durante el período de crecimiento de la planta,

- un 100% de la ETP entre la floración y el desarrollo completo del fruto,

- 95% de la ETP durante la maduración.

Un exceso de agua en el momento de la maduración del fruto pueden hacer que éste se agriete.

D.6 Exigencias nutritivas

Una producción de 60 Tm/ha de melón, corresponde a una extracción de aproximadamente 200 kg de N, 34 kg de P y 230 kg de K. La absorción de nutrientes cambia a lo largo del ciclo, pero puede considerarse proporcional a la absorción de agua. El exceso de nitrógeno hace que la planta adquiera demasiado vigor y produce un retraso en su precocidad. El potasio favorece la formación de azúcar, de modo que aumenta la calidad del fruto. Hay que añadir que resulta muy útil cuando se dispone de poca luminosidad. El molibdeno, por su parte, es uno de los oligoelementos esenciales ya que su carencia puede provocar una parada del crecimiento.

D.7 Semillero

No se considera necesario abordar de modo específico el tema de semilleros, no obstante conviene recordar que el melón no soporta el transplante a raíz desnuda y que las plantas jóvenes por su parte, necesitan una temperatura alta. Cualquier lesión que sufren las raíces puede causar su pudrición. Los viveros deben disponer de calefacción ya que en caso contrario, el período de brote de las plantas se va a alargar o se va a hacer irregular.

Si el melón se planta en un suelo infestado por Fusarium, debe injertarse sobre Benincasa cerifera o sobre Cucurbita ficifolia, aunque ésta última presenta problemas de afinidad con algunas de las variedades cultivadas.

Los túneles pequeños de plástico se utilizan con mucha frecuencia incluso dentro de los invernaderos, ya que presentan muchas ventajas para el cultivo rastrero. En primavera los túneles pueden quitarse desde la segunda mitad del ciclo,. El cultivo bajo túnel es similar al realizado en invernadero, la única diferencia es la densidad de plantación que es inferior en túnel (1 planta/m2) y también es diferente la producción.

E. Enemigos principales

El melón es sensible a muchos insectos, ácaros y enfermedades, igual que otros cultivos protegidos. No obstante hay dos muy específicas que merecen un cuidado preferente:

Fusarium: es la enfermedad más importante y está provocada por Fusarium oxysporum var. melonis. Este hongo vascular vive en el suelo y penetra en la planta a través del sistema radicular. Hasta el momento presente se tienen clasificados cinco tipos o razas fisiológicas. La resistencia de la planta depende de un sistema poligénico, lo que hace que sean muy largos y difíciles los programas de mejora para crear cvs. resistentes. Los síntomas dependen de la raza, pero normalmente las plantas presentan gomosis o amarilleamiento y mueren con rapidez, de tal forma que puede perderse la cosecha en su totalidad. Las esporas del hongo son muy resistentes a las fumigaciones y a la esterilización mediante vapor, lo que hace muy difícil desinfectar el suelo por completo. El método de lucha más eficaz es la plantación de cvs resistentes o el injerto sobre portainjertos adecuados. Recientemente se ha realizado ensayos de "solarización" del suelo que han dado buenos resultados en algunas zonas concretas.

El oidio, Erisiphe spp., se presenta muy a menudo en este cultivo. Hay cuatro especies que atacan al melón y se desarrollan muy rápido en las condiciones de invernadero. Las hojas se cubren de un micelio semejante a un polvillo blanco. Aunque existen cultivares resistentes a este hongo, también hay en el mercado buenos fungicidas sistémicos que lo combaten con toda eficacia.

Otras enfermedades frecuentes son Verticillium en el suelo, Ascochyta en el tallo y las hojas, Anthracnosis en los frutos, en el Virus 1 del pepino.

F. Principales factores limitantes

El costo de producción por unidad de superficie es semejante al de la producción de tomate. Tanto la poda como el tutorado son capítulos que aumentan considerablemente los costos de mano de obra. Es por ésto, que en algunos casos las plantaciones cultivadas en espaldera son menos rentables que las rastreras, ya que aunque su cosecha es superior, el incremento de costos influye negativamente en el resultado. Las tareas de recogida son baratas y más fáciles en melón cultivado en espaldera.

En cada región o país existen problemas específicos que dificultan la expansión del cultivo del melón. Entre otros podemos citar la poca elasticidad del mercado, la infección del suelo por Fusarium y las exigencias climáticas de la planta.

6.2.1.4 Berenjena (Solanum melongena L.)

A. Descripción general

La berenjena es una planta herbácea anual de la familia de las Solanáceas.

A.1 Raíces

En cultivo protegido el sistema radicular es superficial, lo que permite la posibilidad de cultivar berenjena sea cual sea la profundidad del suelo.

A.2 Tallo

El tallo principal es de porte erecto y se ramifica en ramas espinosas cuyas hojas enteras son verdosas y a veces también espinosas.

A.3 Flores

La flor violeta, de cáliz acrescente, aparece de modo aislado o en ramilletes de 2 ó 3 flores. En el caso de los ramilletes, sólo uno de los frutos alcanzará el tamaño normal, mientras que los otros quedan atrofiados. Los frutos de cultivares distintos pueden variar en dimensiones y color, pudiendo ser alargados, esféricos, ovalados y de colores tan diversos como negro, violeta, blanco o listado.

A.4 Exigencias climáticas

La berenjena es una planta subtropical termófila cuyas exigencias en temperatura son como siguen:

mínima letal

0-2ºC

mínima biológica

10-12ºC

máxima biológica

32-35ºC

óptima nocturna

17-22ºC

óptima diurna

22-27ºC

mínima de germinación

12-15ºC

óptima de germinación

20-30ºC

máxima de germinación

35ºC

Necesita un nivel de luminosidad alto sin el que la fructificación se produce con mucha dificultad y el crecimiento vegetativo se acelera (ahilamiento).

Cuando la humedad es excesiva no es posible obtener una buena floración y fructificación. El nivel ideal se sitúa entre el 50 y el 65% según la temperatura.

En la cuenca mediterránea y durante el período invernal, el clima de invierno sufre por lo general una carencia de luminosidad, descenso de la temperatura y aumento del nivel higrométrico. Todas estas condiciones son desfavorables al desarrollo y crecimiento de la berenjena en especial en la fase juvenil y van a provocar anomalías en las flores, hipertrofia de las hojas, crecimiento excesivo y una fructificación escasa. Hay que aclarar que este problema afecta menos a las regiones meridionales del Mediterráneo que a las septentrionales. En lo que respecta al nivel higrométrico, cuando es muy elevado puede disminuir la actividad fotosintética de algunos cvs. debido al cierre parcial de los estomas cuando alcanzan su nivel de saturación de agua, que produce una reducción de la absorción de CO2 y por lo tanto, una disminución en la producción de azúcar y de materia seca. Por otra parte con el aire muy húmedo se reduce la transpiración dado que el déficit de saturación es pequeño y también lo será la diferencia entre la tensión del vapor del interior y el exterior de las hojas ésto a su vez conlleva el descenso de absorción de agua y elementos nutritivos. Parece ser que las variedades de Extremo Oriente y de las regiones meridionales están mejor adaptadas a este tipo de condiciones bajo plástico.

A.5 Suelo

La berenjena se adapta muy bien a diferentes tipos de suelo, aunque un suelo de textura media y de pH entre 6 y 7 es el que responde mejor a sus exigencias. El exceso de humedad en el suelo perjudica a las raíces sobre todo cuando las plantas son jóvenes.

B. Variedades

B.1 Características deseables

Las plantas empleadas en cultivo protegido deben responder a exigencias tales como, crecimiento limitado, no tener tendencia a la hipertrofia, ciertas aptitudes partenocárpicas, buena floración y buena fructificación en condiciones invernales, resistencia a Verticillium dahliae, buen rendimiento y buena calidad.

B.2 Cultivares

Entre los cultivares más comúnmente cultivados encontramos:

- Cvs. de fruto esférico (grupo meridional):

Bonica F1, Mission Bell F1, Midnite F1 (color morado oscuro).

- Cvs. de fruto alargado (grupo occidental):

Baluroi F1, Eras F1, Marfa F1 (color morado oscuro)

Se indica a continuación los tipos que se cultivan en la mayoría de los países mediterráneos:

- Baluroi en España, Italia, turquía, Chipre, Túnez, Argelia, Marruecos.

- Bonica en Portugal, España. Grecia. Chipre, Túnez, Marruecos.

B.3 Exigencias del mercado

En cada mercado vamos a encontrar unas preferencias distintas, así el consumidor español demanda frutos de forma esférica y color oscuro, mientras que el francés prefiere los frutos alargados. Hay que destacar una preferencia muy localizada a lo largo de la costa este española, donde el público pide fruto listado en violeta sobre fondo blanco, que se produce a partir del cultivar "Listada de Gandía".

C. Practicas culturales

C.1 Período de cultivo y ciclo

Dependiendo de la región el ciclo cultural puede comenzar con transplante desde Noviembre hasta Enero, con vistas a conseguir una producción precoz en la primavera, que puede ir desde Marzo hasta Junio-Julio. En algunas regiones se da una poda fuerte de tal modo que se consigue una segunda cosecha en otoño. En el Mediterráneo septentrional las plantaciones tardías producen desde Mayo hasta el final del verano.

También se puede hacer el transplante entre Agosto y Septiembre para recolectar desde Octubre hasta Mayo-Junio.

Los cultivos en invernadero son los más frecuentes aunque podemos encontrar casos aislados de cultivo bajo túnel o sobre acolchado.

C.2 Secuencia cultural

Debido a la duración de su ciclo, la berenjena ocupa la posición principal en la alternativa, no obstante, podemos incluir un cultivo otoñal de ciclo corto como el pepino o el gladiolo, o incluso en el caso de que se la pode con vistas a una cosecha de otoño, podemos plantar a continuación melón, pepino de fruto semilargo o sandía.

C.3 Producción de la planta

Cuando no se hace repicado, se siembra en macetas de 8 x 8 x 8 cm., llevando la planta a su sitio cuando tiene 5 ó 6 hojas. El semillero en macetas más pequeñas de 5 x 5 x 5 ó en bandejas de alveolos, llevando la planta a su lugar cuando tiene 3-4 hojas, también da buenos resultados, sobre todo porque reduce el volumen de sustrato necesario y ésto es muy importante en el área mediterránea. En el otoño y el invierno la planta se lleva a su lugar al mes y medio o dos meses después de la siembra.

Como en la actualidad no existe una variedad de berenjena que sea resistente a Verticillium ni a los Nemátodos, se injerta sobre portainjerto de tomate KVFN o sobre especies de Solanum silvestres como S. sodomeum, S. torvum, S. syssimbrifolium. La berenjena injertada sobre tomate es más precoz debido a las pocas exigencias de calor del tomate, pero por otro lado es necesario tutorar las plantas. Si se injerta sobre S. sodomeum no es necesario tutorar y las plantas resisten mejor la sequía, pero como contrapartida la producción comienza más tardíamente.

La berenjena no tolera las bajas temperaturas, de modo que no está de más la instalación de medios simples de protección del frío para los invernaderos del semillero, sistemas sencillos y poco costosos, como por ejemplo:

- calefacción por aire forzado para asegurar una temperatura mínima de 10 a 11ºC,

- colocación de materiales de cobertura aislantes (PE termoaislante,PVC, EVA),

- colocación de cubierta doble,

- utilización de túneles en el interior del invernadero.

Con la utilización de doble cubierta y de túneles pequeños en los invernaderos, se necesita prestar una atención especial a la eficacia de la ventilación, ya que conviene evitar temperaturas excesivas que, junto a la falta de luminosidad, dan como resultado plantas débiles.

Cuando las plantas son jóvenes, es necesario regular la fertilización, el riego y la humedad del aire con buen criterio, con el fin de reducir el ritmo de crecimiento.

C.4 Preparación del suelo

Por lo general se acepta que es necesario emplear unos 8 kg de estiércol por m2, tres meses antes de colocar la planta y además un abonado de fondo que podría consistir en 100 kg de N, 65 a 75 kg de P, 80 kg de K y 50 kg de Mg por hectárea, seguido por una labor profunda y acabando con una labor de fresado.

C.5 Distancia entre plantas

Una densidad adecuada es de 2 plantas por m2. El espacio entre hileras por su parte es de 90-1000 cm estando las plantas sobre la hilera a una distancia de aproximadamente 50-60 cm.

C.6 Poda y tutorado

Dado que el tallo tiene porte erguido, basta con un sistema sencillo de soporte que consista en cuerdas extendidas horizontalmente, que vayan aumentando su altura de modo gradual para adaptarse al crecimiento de las plantas. Con este tendido de cuerdas que corre paralelo a las líneas, se forma un pasillo necesario para las operaciones de recolección. A pesar de que la poda no influye en la producción de un modo decisivo, sí es una práctica necesaria para asegurar una buena aireación del follaje y evitar ataques de Botrytis cinerea y de Sclerotinia.

Un buen sistema de poda consiste en eliminar los brotes laterales hasta el nivel de la primera flor, de modo que las dos ramas que salgan posteriormente constituyen el armazón de la planta. Asimismo deberán eliminarse periódicamente ramas interiores y hojas viejas para asegurar el paso de aire.

C.7 Fertilización

Se realizan aportes de abono en cobertera del orden de 300 kg de N y 250 de K por ha, a partir del cuajado de los primeros frutos.

Fig. 95. Poda de la berenjena.

a: se eliminan los brotes laterales por debajo de la primera flor;

b: formación a dos tallos;

c: se eliminan brotes axilares del interior de la planta y hojas viejas.

C.8 Riego

El riego debe restringirse hasta la primera fructificación, pero desde este momento son necesarios riegos regulares y abundantes de tal modo que las necesidades anuales de agua se sitúan entre 4000 y 7000 m3/ha.

C.9 Fructificación

Hay algunas anomalías que afectan a la fructificación durante la estación fría ya que:

- Las temperaturas bajas pueden provocar un desarrollo anormal del ovario, así como limitaciones en la fertilidad del polen o en el propio proceso de fecundación.

- Con niveles de humedad elevados se dificulta la dehiscencia de las anteras y el transporte del polen al estigma.

Para solucionar estos problemas hay distintos procedimientos:

- Proporcionar una buena aireación para bajar el nivel de humedad y mejorar la polinización.

- Usar cultivares del tipo meridional, que producen frutos normales aún cuando la polinización sea escasa.

- Emplear fitorreguladores que favorecen la fructificación durante los períodos de frío, además de emplear mochilas de espolvoreo para vibrar las flores en las horas más calurosas del día, para mejorar la polinización de esta forma.

C.10 Recolección y comercialización

La recolección se realiza cuando los frutos han adquirido brillo y color uniforme y antes de que maduren las semillas. El peso puede variar desde 125 a 200 g y el procedimiento de cosecha es cortar el peciolo con tijeras unos 2 ó 3 cm por encima del cáliz. Hay que señalar que los frutos arrugados no admiten ni almacenaje ni transporte y que mediante el calibrado podemos clasificarlos en una de las dos categorías siguientes:

1) categoría de frutos homogéneos en la que se incluyen de 5 a 6 frutos redondos por kg, o de 6 a 8 frutos alargados por kg;

2) categoría de frutos menos homogéneos.

Normalmente el envasado se hace en caja o cajón de 10 kg, pudiendo conservarse durante un período aproximado de 10 días a una temperatura de 4-5ºC.

D. Principales plagas y enfermedades

Entre los parásitos de la berenjena bajo plástico los más comunes son Trialeurodes vaporariorum, mosca blanca, Myzus persicae, pulgón, Meloidogyne spp, nemátodos, Leptinotarsa decemlineata, escarabajo dorado, Tetranychus urticae, araña roja, Pythium spp., Verticillium dahliae, Botrytis cinerea y Sclerotinia sclerotiorum.

E. Economía

En cultivo protegido y dependiendo del ciclo y el sistema de crecimiento se puede esperar una producción de 5 a 10 kg por m2.

El costo de la mano de obra alcanza aproximadamente el 60% del total de gastos, representando el costo en material vegetal en torno al 10-15% y los productos agroquímicos y otros un 20%.

F. Principales factores limitantes

Este cultivo es mucho menos importante que el pimiento y el tomate y es que la demanda aumenta muy lentamente y éste es probablemente el factor que más dificulta su desarrollo. Esto explica la escasa atención que se le presta en los programas de investigación y selección en las empresas productoras de semillas, así como el que aparezcan en el mercado muy pocos nuevos cultivares cada año.

Por otro lado los altos niveles de humedad que se producen en invernadero favorecen los ataques de Botrytis, sobre todo en las flores y los frutos jóvenes, lo que influye muy negativamente en la producción. La lucha contra Botrytis es costosa pero se dispone de compuestos específicos muy eficaces para su control, siempre y cuando se combine su empleo con buenas prácticas de cultivo que faciliten la aireación del follaje.

Por último la alta sensibilidad de la berenjena a Verticillium dahliae junto con el elevado gasto de mano de obra, limita su desarrollo frente a otros cultivos menos exigentes.

6.2.1.5 Pepino (Cucumis sativus L.)

A. Descripción general

El pepino es una planta anual de tallo herbáceo que pertenece a la familia de las cucurbitáceas.

A.1 Raíces

El sistema radicular es denso, fibroso, extenso y superficial. No desarrolla raíces adventicias, por lo que no puede ser transplantado a raíz desnuda.

A.2 Tallo

El tallo poligonal es herbáceo y de crecimiento indeterminado, de tal forma que si se le coloca un tutor puede ir trepando por medio de zarcillos.

A.3 Flores

Las flores son amarillas y se desarrollan en las axilas de las hojas.

El pepino es una planta típicamente monoica aunque también se encuentran variedades andromonoicas, dioicas y hermafroditas, Las variedades que se cultivan más comúnmente pertenecen al grupo monoico, dependiendo el sexo de sus flores del estadio de desarrollo de la planta. En principio los primeros botones florales producen flores masculinas y los botones situados más arriba dan lugar a flores femeninas, que van aumentando en frecuencia según la planta crece. En los primeros estadios de desarrollo las flores son bisexuales, pero más adelante quedará determinado el sexo definitivo por la genética de la planta, por la posición de la flor en el tallo, por el medio ambiente y por el nivel de hormonas endógenas. El número de orden del nudo donde aparece la primera flor femenina es un carácter regulado genéticamente.

Los días largos y las temperaturas altas favorecen el desarrollo de flores masculinas, mientras que los días cortos con temperaturas normales inducen las femeninas. Las condiciones óptimas de inducción de flores femeninas se producen cuando las temperaturas nocturnas son bajas y las temperaturas diurnas se sitúan en torno a los 17-24ºC. Durante los días calurosos del comienzo del otoño y del final de la primavera los cultivares ginoicos pueden producir flores masculinas que deben ser eliminadas.

La proporción de flores masculinas en relación con las femeninas, depende también del nitrógeno y de los hidratos de carbono contenidos en los tejidos de la planta. El abonado nitrogenado favorece la aparición de flores femeninas.

La aplicación de sustancias de crecimiento como ANA, AIA, 2-4D etc., favorece la inducción de flores femeninas incluso en condiciones de día largo y de temperaturas altas. Las giberelinas favorecen el desarrollo de flores masculinas, siendo el contenido endógeno de giberelinas más elevado en plantas monoicas que en plantas ginoicas. El ethephon favorece el desarrollo de flores femeninas desde los primeros estadios de crecimiento.

A.4 Fruto

Los frutos son largos, cilíndricos, lisos o ligeramente espinosos. Su carne es jugosa y de poco valor nutritivo. Las variedades más importantes de frutos largos son partenocárpicas. Sus frutos son de forma más regular pero se deforman si las flores son fecundadas ya que la presencia de semillas produce diferencias de crecimiento del pericarpio.

A.5 Exigencias climáticas

El pepino es menos exigente que el melón en lo relativo a temperatura. Se puede considerar que la mínima de germinación está cercana a los 12ºC y la óptima sobre los 30ºC. Por encima de los 35ºC la germinación resultará dudosa. Respecto a la temperatura del aire, la óptima se sitúa alrededor de los 18-20ºC durante la noche y de 20 a 25ºC durante el día. No conviene sobrepasar los 27ºC a menos que haya mucha radiación. La temperatura del suelo por su parte debe permanecer por encima de los 12ºC.

Se aconseja mantener el nivel de humedad atmosférica entre el 70 y el 90%, ya que el pepino es tan exigente en humedad, que en determinadas zonas los horticultores deben recurrir al riego por aspersión.

Las condiciones climatológicas propias de los invernaderos de plástico en la cuenca mediterránea, no responden de modo completo a esas necesidades ya que las temperaturas nocturnas con frecuencia son bajas, además hay grandes oscilaciones de temperatura y humedad entre el día y la noche y por último otro inconveniente son los excesos térmicos diurnos durante la primavera y el otoño.

A.6 Suelo

El pH óptimo del suelo es de 6 a 7. Cuando el contenido de materia orgánica es elevado, la planta puede soportar bien un pH de 8. El suelo debe drenar bien ya que el pepino no tolera el exceso de agua.

B. Variedades

B.1 Características deseables

En el cultivo protegido es deseable el carácter ginoico, que consiste en plantas que no tienen más que flores femeninas. Este tipo de plantas produce frutos de mejor calidad debido a la ausencia de polinización, mayor precocidad y menos necesidad de mano de obra.

Se conocen tres grupos de cultivares:

a) Frutos semilargos (20-30 cm o más), monoicos, entre los que se encuentra Marketer, Ashley, Saticoy, Triumph, Astrea, Pioneer, Champion. Admirable, Robusta, Pacer, Cherokee, Palomar, Numbat, Victory, Dasher, Nory, Challenger, Quick Set, etc.

Este es el tipo de mayor aceptación entre los consumidores de las zonas mediterráneas.

b) Frutos largos (30 cm o más), partenocárpicos, muy resistentes al transporte, Hay tres tipos de híbridos:

- Monoicos que poseen flores masculinas y flores femeninas como el Sporu, Green Sport, Bitspot, Cresta, Picador, etc.

- Plantas que tienen pocas flores masculinas como Brillante, Princesa, Rocket, etc.

- Ginoicos, que sólo poseen flores femeninas son el tipo más cultivado en la actualidad, como ejemplos Corona, Pepinex 69, Virgo A, Sandra, Daleva, Pandorex, Uniflora-D-C, Monique, Fenspot, Farbio, etc.

Este grupo se destina a la exportación a mercados de Europa central y Norte ya que aunque están bien adaptados a la zona mediterránea, no son apreciados por los consumidores meridionales.

c) Frutos pequeños y cilíndricos (menos de 15-20 cm), como Pepita, Minisol, Delilah. En las regiones más meridionales del Mediterráneo se cultiva algunas veces el melón "serpiente" (Cucumis melo var. flexuosus), que es un melón de tipo pepino, que se adapta bastante bien a las condiciones de temperaturas elevadas y estrés hídrico, Los cultivares más utilizados en el Norte de Africa son "Fakhouze", "Adjour" y "Bagdadi".

B.2 Resistencias a enfermedades y plagas

En la actualidad los cultivares tienen diversos grados de resistencia a las enfermedades; a título de ejemplo se menciona:

- Asunta, Bella, Pepinova, Vetomil + Ashley, Dasher, Voctory, son resistentes al oidio y al mildio.

- Brunex, Corona, Farbio, Farbiola, Pepinex, son resistentes a la Cladosporiosis y a Corynespora.

- Femscore y Mildana son resistentes a las cuatro micosis citadas.

- Avir, Jason + Ashley, Challenger, Dasher, Victory son resistentes a CMV.

La elección de cultivar es totalmente distinta para cada uno de los países y ésto sin tener en cuenta las variedades locales. Sólo Pepinex se cultiva en un gran número de ellos como por ejemplo España, Grecia, Turquía, Egipto, Túnez, Marruecos, etc.

C. Practicas culturales

C.1 Época y ciclo de cultivo

Tanto España como otros países del Mediterráneo concentran la producción de pepinos de fruto largo en el otoño e invierno, ya que es en este momento cuando está muy parada la producción de los países importadores de Europa Central y del Norte. Los semilleros se hacen en invierno frío de PE durante la segunda quincena de Julio o principios de Agosto. La recolección comienza en Septiembre y acaba en Febrero, aunque los meses más importantes son Noviembre, Diciembre y Enero. Este ciclo de otoño-invierno reduce el gran potencial productor de los nuevos híbridos, que dan una producción mayor cuando se cultivan en el ciclo de primavera.

Los cultivares de frutos semilargos se cultivan sobre todo para el mercado interior. Se siembra en Enero o Febrero y la recolección se realiza en primavera. Previamente puede colocarse un cultivo de ciclo corto como el gadiolo, calabaza, lechuga, judía o berenjena, siendo ésta última podada al final de la cosecha de verano para volverla a poner en producción en otoño con el propósito de recoger una cosecha suplementaria. Cuando el pepino se cultiva en ciclo de otoño, se puede plantar anteriormente un cultivo de primavera como el melón, sandía, tomate, judía verde o pimiento.

C.2 Producción de la planta

La planta puede producirse de formas distintas:

- por siembra directa;

- por siembra en la propia finca, en macetas de tierra prensada, bloques o dados, bandejas de alveolos etc. para su transplante posterior al terreno;

- comprando las plantas para el transplate a firmas especializadas productoras de planteles.

Cuando se practica la siembra directa durante la estación fría, la pregerminación supone un ahorro de tiempo considerable. Las semillas se colocan sobre una superficie permanentemente húmeda mediante el uso de aspersores que despiden agua tibia de 21 a 30ºC y son mantenidas bajo estas condiciones y con una temperatura ambiental de 25ºC, hasta la germinación que se produce a los 4 ó 5 días.

Para los cultivos de primavera el repicado no se realiza hasta aproximadamente 40 días después de la siembra y para los cultivos de otoño el tiempo necesario es de 25-30 días. hay que tener en cuenta que se necesita de 250 a 300 g de semillas por cada 1000 m2 de plantación en invernadero.

Para el pepino, como para la mayoría de las hortalizas, hay distintos tipos de sustrato que siempre deben cumplir dos condiciones, por un lado que permitan una buena capacidad de retención del agua y al mismo tiempo que sean muy porosos. Un suelo ideal sería el que estuviese compuesto de turba, arena y tierra a partes iguales en volumen.

Cada vez se tiende más a evitar el repicado con el fin de economizar mano de obra.

Para los semilleros del ciclo otoñal, debemos proveer sombreado para proteger a las plántulas contra las altas radiaciones solares del verano y además para mantener niveles adecuados de humedad en el sustrato y en el aire.

C.3 Preparación del suelo

El suelo en el que se va a plantar debe prepararse enterrando de 8 a 10 kg de estiércol con abonos minerales. Para una producción de 100-120 Tm de fruto/ha se considera que la fórmula ideal es de 1,3-1,8 kg de N; 0,3-0,5 kg P; 2-2,7 kg K; 0,7-1,5 kg Ca y 0,2-0,3 kg Mg por cada tonelada de fruto. Se recomienda muy especialmente el aporte de potasio por su influencia en la economía de agua, el transporte de los azúcares, la calidad del fruto y la resistencia a las enfermedades. Antes de desinfectar el suelo debe labrarse y fresarse.

C.4 Transplante

La plantación en invernadero se realiza cuando se han desarrollado de 8 a 10 hojas, No es conveniente colocar más de 2 plantas por m2 para evitar que compitan entre ellas por aire y luz.

C.5 Poda y tutorado

El pepino es una planta trepadora que se adhiere al tutor gracias a sus zarcillos. El tutor puede prepararse simplemente mediante hilos o mallas de plástico o fibra, siendo el tipo de malla más adecuado el entramado de 20 x 20 cm. La planta alcanza una altura de 1,50 a 2 m.

Otro sistema más sencillo consiste en colocar un hilo individual a cada planta, como en el caso del tomate, pero hay que tener en cuenta que este método es más caro en mano de obra.

En lo que se refiere a labores de poda ofrecemos a continuación un esquema de operaciones:

Especies de fruto largo.- deben eliminarse los frutos que aparecen en las zonas bajas del tallo principal a menos de 60-70 cm de altura. Asimismo deben eliminarse todos los tallos secundarios que salgan por debajo de los 2 m de altura, de tal forma que los frutos deben cuajar en el tallo principal. Desde la altura de 2 m se deja desarrollar 3 ramas que se van conduciendo por el tutor de la línea adyacente y se podarán según el criterio ya expuesto. Por último deben quitarse todos los frutos malformados y todas las hojas viejas, para facilitar la aireación.

Especies de fruto semilargo.- Se eliminan todos los frutos y tallos secundarios hasta una altura de 40-50 cm, a continuación hay distintas posibilidades:

a) se podan los tallos secundarios dejando un fruto y/o una hoja y se eliminan los frutos que salgan del tallo principal.

b) se podan los tallos secundarios dejando dos frutos y/o dos hojas y se eliminan los frutos que salgan del tallo principal.

c) se dejan los frutos del tallo principal y se podan los tallos secundarios a un fruto y dos hojas.

d) se podan los tallos secundarios a un fruto y dos hojas hasta 1 m de altura, después se podan dejando dos frutos y tres hojas hasta 2 m de altura y se eliminan los frutos del tallo principal.

De cualquier modo si llegan a aparecer ramas de tercer orden deben ser eliminadas. El tallo principal por su parte debe ser despuntado a dos metros, podándose las ramas que pudieran salir de la manera explicada.

C.6 Fertilización

Se calcula que un cultivo de primavera o de otoño que produzca 12 kg por m2, extrae del suelo:

1.40 g de N por kg de fruto

0,30 g de P por kg de fruto

2,20 g de K por kg de fruto

0,30 g de Ca por kg de fruto

0,20 g de Mg por kg de fruto

A partir de estos valores y suponiendo el riego localizado, deducimos que el suministro de fertilizantes al suelo se puede resumir del siguiente modo:

A partir del 7º día después del transplante (por m2 y por día):

0,5 g de nitrato de potasa

0,2-0,3 g de fosfato monoamónico

0,4-0,6 g de nitrato amónico

A partir del 45º día después del transplante (por m2 y por día):

1,0-1,5 g de nitrato de potasa

0,2-0,3 g de fosfato monoamónico

0,2-0,3 g de nitrato amónico

0,2 g de sulfato magnésico (una aplicación semanal)

C.7 Riego

Los sistemas de riego más utilizados, son los que permiten localizar el agua y las sustancias nutritivas en las zonas cercanas a la planta. El pepino es muy sensible a la salinidad por lo que algunas veces debe lavarse el suelo antes del transplante.

C.8 Recolección y comercialización

La recolección se hace cuando los frutos toman un color verde oscuro, las nervaduras se suavizan, la punta se redondea y por último cuando el fruto tiene un diámetro uniforme.

Mediante el calibrado se clasifica a los frutos dentro de tres categorías que son extra, I y II. Los frutos largos se envuelven en plástico para mejorar su conservación y protegerlos durante el transplante. Mediante este procedimiento se garantiza una conservación perfecta del fruto en condiciones normales de hasta 15-20 días e incluso de un mes si se dispone de frigorífico.

El tamaño más apreciado en el mercado europeo es el de frutos de 400 a 500 g que permiten llenar una caja de 5 k con 12 unidades

C.9 Rendimiento

En producción de otoño en invernadero frío se obtiene de 10 a 15 kg por m2, mientras que en la de primavera bajo las mismas condiciones se llega a los 18-25 kg.

D. Principales plagas y enfermedades

Hay diversos parásitos y enfermedades que atacan al pepino. En los estadios más tempranos Pythium spp. es muy peligroso. Más adelante los hongos como el mildio (Pseudoperonospora cubensis), Botrytis cinerea, Alternaria alternata (Cucumerina tenuis), Fusarium oxysporum f. sp. cucumerinum, el oidio (Erysiphe spp.) Sphaerotheca fuliginea, Cladosporium cucumerium, Corynespora ssp., suponen también importantes amenazas para la planta. No obstante hay mejoras introducidas en determinados cultivares que los hacen resistentes o tolerantes a la segunda y tercera enfermedad de las mencionadas, así como también a las tres últimas.

Hay ciertos virus igualmente patógenos para los que se ha desarrollado resistencia genética, por ejemplo el CMV (Virus del Mosaico del Pepino, Virus I) propagado por los pulgones y heridas sufridas por la planta, el CGMV (Virus II del Pepino, Cucumber Green Mottle Virus).

Las plagas más frecuentes son los pulgones, la mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum), (Lyriomiza spp.), la araña roja, Tetranychus urticae y los nemátodos.

E. Economía

Las operaciones de poda y recolección son muy laboriosas, lo que convierte al pepino en un cultivo muy exigente en mano de obra.

Los gastos principales se reparten del siguiente modo:

mano de obra

más del 50%

material vegetal

20%

productos agroquímicos y varios

25%

F. Principales factores limitantes

Además de los factores climatológicos de los que ya se ha hablado y que son un problema compartido con otros cultivos en las condiciones de la cuenca mediterránea, la principal dificultad es la salinización progresiva del suelo y del agua, sobre todo en algunas zonas. Convendría añadir asimismo la variabilidad del mercado internacional que no permite ningún tipo de previsiones de demanda ni de precios.

6.2.1.6 Calabacín (Cucurbita pepo L.)

A. Descripción general

El cultivo del calabacín está muy extendido en el Mediterráneo donde se consume el fruto inmaduro, las plántulas e incluso, antes de la antesis, las flores masculinas. Se cultiva tanto en invernadero como en tunelillo. en algunos países se cultiva en áreas muy reducidas la Lagenaria siceraria (Mol.) Standl. cuyos frutos alcanzan los 90 ó 100 cm de longitud y que se consumen cocidos; se trata de los "zucchini" según la denominación italiana.

Las variedad de C. pepo que son más adecuadas al cultivo protegido, son las que tienen entrenudos cortos, porte semierguido, sin zarcillos y que se conocen con el nombre de "calabacines ramificados".

A.1 La raíz

El sistema radicular está muy desarrollado, consta de una raíz principal pivotante que se desarrolla rápidamente y puede alcanzar 1,50 m de profundidad, aunque el resto del sistema se concentra prácticamente en su totalidad hasta 60 cm de profundidad.

La raíz principal produce raíces laterales casi exclusivamente en áreas inmediatas a la zona apical (1 mm). Esta parte puede dañarse muy fácilmente en el transplante, lo que pondría en riesgo la vida de la plántula, por ello es más aconsejable la siembra directa.

A.2 El tallo

El tallo principal de la planta es un verdadero simpodio que, en el caso de las variedades ramificadas y contrariamente a lo que ocurre con otras cucurbitáceas, crece con lentitud. Por ésto tanto el tallo como las ramas son relativamente cortos. La planta puede adquirir un porte erecto o rastrero, pero en cualquier caso normalmente no se emplean tutores.

A.3 Otras características

Hay que tener en cuenta otras características que se dan en las condiciones de cultivo protegido en la zona mediterránea:

- Las variedades ramificadas son monoicas, o sea que las flores son unisexuadas. Por lo tanto en el interior del invernadero hay que crear condiciones adecuadas para facilitar la fecundación. Afortunadamente las flores son bien visibles y su número no muy elevado.

- La rapidez con que crecen los frutos después de la fecundación y la necesidad de recolectarlos a tiempo, para evitar que haya competencia entre los frutos adultos y las flores u otros frutos jóvenes en período de crecimiento.

- La reacción rápida e intensa de la planta a las variaciones térmicas e higrométricas, hacen necesario vigilar el cultivo cuidadosamente.

A.4 Exigencias climáticas

El calabacín al igual que otras cucurbitáceas, demanda condiciones de calor para su desarrollo, e incluso en sus variedades ramificadas, que son más resistentes, no soportan las heladas. Por lo tanto no se puede cultivar en invernadero frío más que en las zonas donde no haya riesgo de helada. Sin embargo C. pepo necesita temperaturas menos elevadas que otras cucurbitaceas y hortalizas de estación calurosa. El nivel óptimo que asegura una buena germinación, se sitúa entre 20 y 25ºC, aunque es suficiente con 14-15ºC. Disponiendo de la temperatura óptima, la germinación se realiza en cuatro días, no obstante las semillas pueden conservarse mucho tiempo a 4ºC.

Los niveles óptimos de crecimiento son de 20 a 25ºC para el día y 16 a 18ºC durante la noche; asimismo la temperatura óptima del suelo es de 15 a 20ºC. Respecto al nivel de crecimiento cero se sitúa aproximadamente en 10ºC, ya que por debajo de éste la planta sufre daños que se van a manifestar sobre todo en la primera fase, en que pueden aparecer necrosis o posteriormente durante la floración con la caída de flores jóvenes. Por ello lo más prudente es evitar la siembra en tiempo frío incluso en la zona mediterránea. También es importante la temperatura en el momento de la fructificación ya que la dehiscencia de la anteras sólo puede realizarse con una mínima de 12 a 14ºC.

El calabacín no tolera temperaturas muy elevadas, por encima de los 25ºC es necesario ventilar de forma adecuada. Tampoco son convenientes niveles de humedad demasiado bajos. Estas dos condiciones, que son típicas en los invernaderos en la primavera, pueden producir la pérdida de receptividad de los estigmas dificultando la fructificación y el comienzo del desarrollo del fruto.

Hay que tener en cuenta que las temperaturas altas, con mucha intensidad luminosa y condiciones de día largo favorecen la aparición de flores femeninas, mientras que las temperaturas próximas a los 18ºC con fotoperiodo relativamente corto favorecen la formación de flores masculinas.

Por último hay que añadir que en las condiciones climáticas del Mediterráneo la siembra de invierno tendrá una duración del ciclo de 90 a 120 días hasta la primera recolección, mientras que en el caso de un cultivo otoñal el ciclo tendrá entre 60 y 90 días.

B. Variedades

Las variedades más adecuadas para cultivo bajo abrigo, son de tipo ramificado, que no necesitan tutores y además se plantan con mayor densidad.

El calabacín posee una amplia gama de variedades, de formas y colores diversos. Los cultivares de piel poco coloreada son más apreciados en las zonas del Norte de África, mientras que en el área europea del Mediterráneo se prefieren frutos cilíndricos, no abombados, uniformemente verdes o verde oscuro o incluso moteados.

Los más aconsejables para el cultivo en invernadero en regiones mediterráneas son los híbridos F1 (Ambassador, Diamant, Diamond, Elite, Green Bush, President, Senator son los más conocidos). Este material tiene un elevado potencial productor, mayor que el de las variedades fijas, mayor rapidez de crecimiento, más precocidad algunos de ellos y resistencia o tolerancia a algunos virus, como el del pepino, CMV.

Generalmente las variedades de fruto oscuro son más precoces en producción y además sus frutos son de mejor calidad. Ello se debe a que poseen capacidad para fructificar partenocarpicamente aunque las temperaturas nocturnas sean bajas, o el día sea corto e incluso aún cuando la viabilidad del polen sea escasa, condiciones todas ellas muy frecuentes en los invernaderos de plástico. Entre los cultivares de color claro, los más interesantes parecen ser Greyzini y Clarita.

Tanto la elección como la creación de variedades pueden contribuir a la mejora de la producción del calabacín cultivado en invernadero y es que sería interesante conseguir variedades cuyo porte facilitase la recogida de frutos y que además fuesen tolerantes o resistentes al oidio. Esta enfermedad resulta muy peligrosa sobre todo en las condiciones de alta temperatura, que caracterizan la cuenca mediterránea.

A continuación se enumeran variedades ampliamente cultivadas en países del Mediterráneo:

- Diamond/Diamant: España, Francia, Italia, Túnez, Argelia, Marruecos.

- Elite: España, Francia, Italia, Turquía, Chipre.

C. Prácticas culturales

C.1 Ciclo y época de cultivo

En las zonas meridionales de Europa, sobre todo en Italia y España, el calabacín es un cultivo típico de otoño-invierno, de tal forma que el 60% de la producción de invernadero se recoge entre Octubre y Marzo. Esta planta responde mejor a las condiciones climáticas invernales que las solanáceas y que otras cucurbitáceas.

No obstante, sea prácticamente posible sembrarla a lo largo de todo el año, es evidente que los ciclos que comienzan a principios del otoño y producen durante el invierno son más rentables. Esto se debe a que si se siembra a finales de invierno, la cosecha va a competir con los calabacines cultivados al aire libre, que habrán pasado un corto período protegidos por un túnel de semiforzado. Por lo tanto el calabacín se coloca en primera posición en la alternativa de cultivos en invernadero, seguida de inmediato por una solanácea, pimiento o berenjena. Esto es perfectamente realizable porque el calabacín tiene un ciclo relativamente corto. Por otro lado desde el final de la primavera las temperaturas altas así como la baja humedad podrían acarrear graves prejuicios al calabacín, por ejemplo la necrosis apical del fruto y el oidio.

C.2 La siembra

Debido a la anatomía de sus raíces, el calabacín no tolera el transplante por ésto hay que sembrarlo directamente en la tierra o en pequeñas macetas. En este caso se transplanta cuando tiene 3 ó 4 hojas desarrolladas, teniendo siempre mucho cuidado de no dañar las raíces.

Las plantas se colocan en hileras separadas entre sí de 100 a 120 cm y dejando entre las plantas una distancia de 60 cm. Para la siembra directa se necesitan de 4 a 5 kg de semilla por ha, de tal forma que se introducen dos o tres semillas en cada hoyo de siembra para estar seguros de disponer de una buena planta por hoyo después del aclareo. En el caso de siembra en maceta es suficiente con dos kg de semilla por ha.

El suelo debe ser rico en humus, neutro o ligeramente alcalino y bien drenado. Los suelos ligeros aceleran la producción, mientras que los suelos pesados favorecen un mayor rendimiento. Los suelos ligeros, que son frecuentes en el Mediterráneo, necesitan un buen aporte de materia orgánica, aunque de cualquier modo el sistema radicular exige una buena preparación del suelo. Antes de la siembra es conveniente la aplicación de herbicidas como Chloramben, Bensulide, etc.

C.3 Tutorado y poda

El calabacín no necesita tutor ni poda, no obstante se debe eliminar las hojas viejas a partir del momento en que su actividad fotosintética no sea importante.

C.4 Fertilización

Esta especie es muy exigente en N y en K. La diferenciación de las flores femeninas implica un contenido correcto de nitrógeno. El K por su parte es necesario para controlar la actividad de los estomas y las pérdidas de agua por transpiración.

Para una producción de 40 a 50 t de frutos en cultivo protegido, se calcula una absorción de nutrientes de unos 170 kg de N, 30 kg de P y 320 kg de K, estimándose que el período de mayor absorción se produce inmediatamente después de la primera cosecha.

C.5 Riego

El calabacín es muy sensible al contenido de humedad del suelo, que debe mantenerse siempre a la capacidad de campo. En primavera los suelos arenosos del área mediterránea necesitan ser regados cada 3 ó 4 días. Los mejores sistemas para este tipo de cultivo son los de riego por goteo o similares. Se calcula que el volumen total de agua necesario por ha se sitúa entre 2000 m3 para riego localizado en período invernal y 9000 m3 el riego por surcos en período primaveral.

C.6 Varios

No es frecuente hoy en día el uso de fitorreguladores ya que aún no se conocen muy bien sus efectos, sobre todo cuando las temperaturas son altas. Además incluso en invierno con temperaturas bajas, la polinización y fertilización escasas no producen problemas tan importantes como en el caso de otras especies, ya que en estas condiciones el calabacín puede llegar a alcanzar un tamaño comercial con pocas semillas e incluso sin ellas. De cualquier modo una fructificación parcial puede producir frutos deformados.

C.7 Recolección

La recogida de los frutos jóvenes puede hacerse en distintos estadios según la demanda del mercado. Se puede recoger el fruto cuando pesa 100 g aproximadamente, incluso con la corola todavía adherida, o cuando pesa de 200 a 300 g. La recolección de frutos pequeños debe hacerse cada dos días y la recolección de los más grandes cada 3 ó 4. El rendimiento es mayor cuando el fruto se recolecta grande, pero el rendimiento económico final es prácticamente el mismo porque los frutos pequeños se venden más caros.

Los frutos pueden conservarse durante 2 a 3 semanas, siempre y cuando la temperatura se mantenga entre 0 y 4ºC y el nivel de humedad entre el 90 y el 95%.

D. Principales plagas y enfermedades

Los problemas fitopatológicos más importantes son los siguientes:

- Cladosporium cucumerinum, sólo se produce en invierno con temperaturas bajas. Puede prevenirse utilizando semillas sanas y aplicando ciertos fungicidas.

- Oidio, sobre todo Sphaerotheca fuliginea, aparece en cultivo protegido en primavera cuando sube la temperatura; puede combatirse mediante el uso de fungicidas.

- Fusarium solani sp. cucurbitae, Sclerotinia sclerotiorum y Sclerotium rolfsii, son muy resistentes a los tratamientos fungicidas.

En determinadas condiciones microclimáticas, humedad y temperatura elevadas, puede ser un grave problema Botrytis cinerea sobre los tallos, hojas y frutos jóvenes.

Los virus también son una amenaza para el calabacín. El más peligroso es el Mosaico del Pepino (CMV). En la actualidad sólo se puede combatir por medios indirectos, como el uso de semillas tratadas y la lucha contra los pulgones. Parece que en un futuro próximo podrán prevenirse por la mejora genética.

E. Economía

Desde el punto de vista del beneficio neto, el cultivo del calabacín puede compararse al de solanáceas como el tomate o la berenjena.

Se puede hacer un cálculo económico a partir de los siguientes elementos:

- La producción media potencial por ha es del orden de 50 t, pero puede oscilar entre 30 y 70 según los ciclos y las condiciones técnicas.

- El precio de venta unitario medio de los calabacines es inferior al de otros productos.

- El costo de producción unitario es por lo general inferior al del pimiento y berenjena, pero superior al del tomate.

- Se puede estimar los costos del modo siguiente, un 20% en material, un 30% en mano de obra y un 15% en transporte, venta, etc.

La tabla que aparece a continuación ofrece una idea de los costos comparativos de distintas hortalizas.

Tabla 23. Cálculo comparativo de los costos de producción por unidad de superficie de algunas hortalizas en cultivo protegido en Sicilia (Crescimanno et al. 1993).

Hortalizas

Material

Mano de obra

Otros servicios

Total

Calabacín

100

100

100

100

Tomate

123

125

97

114

Pimiento

127

83

92

97

Berenjena

147

139

99

127

F. Principales factores limitantes

El calabacín parece tener un potencial muy importante pero poco explotado hasta el momento. La producción fluctúa mucho debido a insuficiencias del material vegetal, o a inadecuado manejo del cultivo según el ciclo.

En lo que se refiere al material vegetal, el disponer de variedades más tolerantes o más resistentes a los parásitos, sobre todo al oidio y el que estas variedades desarrollen más frutos partenocárpicos es un avance considerable.

Las técnicas culturales deberán resolver sobre todo problemas fisiológicos de crecimiento, que son debidos a variaciones de humedad del aire y del suelo.

6.2.1.7 Fresa (Fragaria x Ananassa Duch)

A. Descripción general

Se cultiva en invernadero, sobre todo, la fresa de fruto grande del tipo Fragaria x ananassa, llamada vulgarmente fresón y muy raramente se encuentra el tipo de fruto pequeño, Fragaria vesca L.

En el área mediterránea esta planta se cultivaba sobre todo por encima de los 40º de latitud Norte. Al sur de este paralelo es un cultivo de más reciente aparición, que se encuentra en una constante expansión no exenta de problemas muy diversos, a los que se va buscando solución.

El tallo es un rizoma corto con peciolos foliares largos y raíces fasciculadas, que descienden hasta una profundidad de 25 a 30 cm; de ellas el 70% se concentra en los 7 primeros cm y el 90% restante en los 15 primeros cm.

Su propagación vegetativa se hace en forma de estolones que necesitan fotoperiodo largo y temperaturas altas para formarse.

Sin embargo la iniciación de botones florales requiere por el contrario fotoperiodo relativamente corto, siempre que la planta haya alcanzado un desarrollo vegetativo adecuado; asimismo las temperaturas bastante bajas favorecen la floración, pero no obstante podemos encontrar diferencias según la variedad cultivada. Los fotoperíodos y temperaturas intermedias favorecen el desarrollo en roseta.

Hay una gran interacción entre la duración del día y la temperatura, de tal modo que las temperaturas altas hacen que la planta perciba un "alargamiento" de la duración real del día. Esto es la causa de que en las regiones del sur del Mediterráneo, se pueda encontrar formación de estolones incluso en Octubre, si las plantas se transplantan a invernadero.

El crecimiento vegetativo cesa cuando la temperatura cae por debajo de los 6-7ºC. Las condiciones climáticas óptimas para el crecimiento se sitúan en torno a los 10-13ºC por la noche y 18-22ºC por el día y en el momento de la floración y fructificación son mejores los niveles de humedad moderados, alrededor del 60-70%.

Hay asimismo que destacar que la fresa:

- prefiere un suelo rico en materia orgánica, con pH entre 5,5 y 6;

- es muy sensible a la salinidad del suelo y del agua superior al 1%;

- necesita cantidades importantes de abonos que pueden estimarse en 10 kg de N, 2,0 kg de P y 12 kg de K por tonelada de fruto.

B. Variedades

Las exigencias térmicas y fotoperiódicas que requiere la fresa cultivada en invernadero para producir la iniciación floral, nos permite clasificarla en tres grupos:

Un primer grupo de cultivares que llamaremos de "día corto", cuya inducción floral se produce cuando la duración del día es menor de 12 a 14 horas y la temperatura no es muy elevada. Los niveles fotoperiódicos de referencia varían de un cultivar a otro, de tal modo que algunas variedades poseen un período inductivo corto, mientras que en otras es largo. Asimismo es evidente que en el Sur del Mediterráneo, donde los días entre el 21 de Septiembre y el 21 de Marzo son más largos que en las regiones del norte, los cultivares que requieren un nivel fotoperiódico más largo, tendrán un período de inducción también más duradero que en las regiones septentrionales y por ésta razón proporcionarán mayores rendimientos que en el Norte. En las regiones de clima invernal suave, la inducción floral es contínua desde finales de otoño hasta principios de la primavera. Esto es lo que ocurre con algunas variedades californianas de las que las más conocidas son Tioga, Aliso y Sequoia. En otros lugares en los que la temperatura desciende por debajo de 6-7ºC, el crecimiento se detiene un cierto tiempo, reiniciándose la floración al final del invierno.

Algunas variedades tienen un nivel fotoperiódico bastante alto que les impide la inducción floral a finales del otoño, durante el invierno y a principios de la primavera en las condiciones mediterráneas, por lo tanto estas variedades no son adecuadas para el cultivo protegido en este área. Por lo general se las conoce como variedades "de día largo" y para algunos autores constituyen el segundo grupo de cultivares.

El último grupo es menos sensible al fotoperiodo. Se trata de variedades de más reciente creación, conocidas bajo el nombre de "día neutro". Su crecimiento y floración dependen principalmente de la temperatura, por lo que son muy adecuadas a las regiones más meridionales. Algunas variedades de este grupo, como son "Pájaro" y "Douglas" han demostrado buenos resultados en las regiones mediterráneas, pero aún es necesario mejorar la calidad de los frutos y su tolerancia a determinadas enfermedades.

En lo que respecta a la elección de cultivares en la región mediterránea, el de la fresa supone un caso especial, ya que después de los fracasos con cultivares europeos, los horticultores se decantaron por Tioga, de origen californiano y a continuación cada país ha intentado desarrollar cultivares semejantes mejor adaptados a sus propias necesidades.

Actualmente los cultivares más extendidos son:

Tioga: Portugal, Francia, Grecia, Túnez, Marruecos.

Aliso: Francia, Italia, Grecia, Turquía, Chipre, Líbano, Túnez.

Sequoia: Portugal, Francia, Italia, Grecia, Líbano, Túnez.

C. Prácticas culturales

La fresa es casi siempre un cultivo anual en invernadero, ya que el segundo año los rendimientos son menores y la calidad del fruto resulta mediocre.

Como en regiones más septentrionales, la plantación se hace de Junio a Septiembre según las condiciones climáticas del lugar, comenzando la recolección en Enero en el Norte de Africa y en Marzo, abril o Mayo en el Sur de Europa. Aunque se puede obtener una cosecha en otoño en el Sur del Mediterráneo, ésta suele ser de bajo rendimiento.

La fresa se cultiva en distintos tipos de túneles o en invernaderos fríos. El plástico debe colocarse en invierno después de haber mantenido a la planta a baja temperatura (alrededor de los 7ºC) con el fin de satisfacer las necesidades de horas frío.

Tras este período el abrigo proporciona temperaturas más altas que activan el crecimiento vegetativo y la fructificación, dando al fruto una mayor calidad. El uso de invernadero de cristal sólo se justifica cuando se desea un sistema de cultivo especial, cultivo vertical sobre sustratos artificiales, cultivo hidropónico, etc. Normalmente la fresa solo requiere protección durante una parte de su ciclo y recordemos que éste en el área mediterránea dura entre 8 y 10 meses.

Los aspectos más importantes de este cultivo son los siguientes:

- Preparación del suelo.- Los suelos pesados necesitan ser labrados hasta una profundidad máxima de 50-60 cm y los suelos ligeros sólo hasta los 40-50 cm. Es indispensable el aporte de materia orgánica. El cultivo se realiza en caballones o en surcos de 80 cm de ancho separados 40 cm. Es indispensable la esterilización del suelo con bromuro de metilo o cualquier otro desinfectante, cuando exista contaminación por Phytophthora cactorum.

Se utiliza acolchado de PE negro de 50 a 100 micras de espesor, para cubrir los caballones total o parcialmente. La colocación se realiza mecánicamente después de instalar el sistema de fertirrigación. No es necesario el tratamiento herbicida con trifluralina + lenacil, cuando el suelo se cubre totalmente con lámina de PE negro.

- Multiplicación de la planta.- La plantación se realiza desde Junio en las zonas del norte, hasta Septiembre en las más meridionales. Es recomendable el empleo de plantas frigo, para evitar problemas de enraizamiento inherentes al repicado de estolones demasiado recientes y además para resolver el aprovisionamiento ya que es difícil encontrar buenos estolones en la planta en el momento de la plantación, cuando ésta se hace pronto. La plantación precoz favorece el desarrollo de las plantas "en roseta" a principios del otoño y asimismo facilita una inducción floral que se prolonga durante un período de tiempo más largo, que puede proporcionar mejores rendimientos. Cuando se trata de una plantación tardía con estolones frescos, la iniciación floral no comienza hasta finales del invierno, con lo que el período de recolección se limita a unas cuantas semanas. Por lo tanto es más aconsejable comprar las plantas enraizadas, ya que además la preparación de los estolones en la propia explotación, produce problemas fitosanitarios.

La plantación se hace en hileras separadas entre sí 30 cm, con distancias entre las plantas de 15 cm. Con ello se obtiene una densidad de 6 a 8 plantas por m2. Las plantas se colocan en agujeros realizados en el acolchado plástico.

- Abonado.- En condiciones normales el aporte de abono mineral complementado con el orgánico se realiza previamente a la plantación. Las cantidades necesarias son de 40 kg de N, 34 a 50 kg de P y de 160 a 200 kg de K por ha. Se realiza un abonado complementario a finales de invierno, desde el comienzo de la floración hasta unas semanas antes de la recolección, a razón de un riego fertilizante a la semana hasta llegar a aportar un total de 100-150 kg de N y 80 kg de K por ha.

Los suelos alcalinos necesitan aportes de hierro en forma de pulverización foliar (quelatos) o en forma de azufre y sulfato de hierro incorporados al suelo antes de la plantación.

- Riego.- El riego por aspersión es muy aconsejable en el momento de la plantación ya que hace disminuir los efectos de las temperaturas altas del verano. Después de la floración es preferible el riego localizado y sobre todo por goteo, para evitar la aparición de enfermedades y problemas en la fructificación. La fresa necesita una buena reserva de agua en el suelo, pues en caso contrario se dificulta la absorción de P y de K.

Se calcula que son necesarios de 3000 a 9000 m3 de agua por ha y dado que el sistema radicular está poco desarrollado, deben hacerse riegos poco abundantes pero frecuentes, por lo menos cada 2 a 3 días.

- Otras técnicas.- En lo que se refiere al tiempo en que las plantas permanecen bajo cubierta, hay que señalar que este período comienza en Noviembre en las zonas más meridionales y en Enero en las más septentrionales, dependiendo esto también de las necesidades de frío de la variedad cultivada. Otras prácticas que deben realizarse son:

- La eliminación de las primeras flores y de los estolones después del transplante, para aumentar el vigor de la planta.

- La introducción de abejas para favorecer la frutificación.

- La utilización a veces de ácido giberélico a baja concentración, con el fin de activar el crecimiento después de la estación invernal. Recordemos que concentraciones muy altas producirían aborto floral.

- Recolección.- Se trata de una labor que está muy escalonada y resulta muy costosa ya que supone un 25-35% de los gastos totales.

La recogida debe hacerse a mano, por lo menos cada 3 ó 4 días y sólo se cortarán los frutos que hayan alcanzado un determinado estadio de maduración. En el caso de variedades de carne dura puede recolectarse con menos frecuencia. Es muy importante colocar los frutos directamente en las cajas de embalaje, porque la manipulación reduce sus posibilidades de conservación.

Los frutos deben ponerse de inmediato a temperatura de 5-6ºC al vacío o por sistema de refrigeración hidraúlica (vacuum o hydrocooling system). Se pueden conservar durante una semana manteniendo la temperatura a 0ºC y el nivel de humedad a un 95%.

D. Principales plagas y enfermedades

El peligro más importante es Botrytis cinerea y Phytophthora cactorum (mildio del pie del fresal) que atacan a los esquejes, a las flores y los frutos. Tambien supone un riesgo la presencia de otros hongos como Sphaerotheca macularis (oidio) que ataca a todas las partes de la planta y Mycosphaerella fragariae (viruela del fresal) que ataca a las hojas.

No debe olvidarse tampoco las virosis como el Moteado o Jaspeado del fresal, el virus de los Márgenes Amarillos, el Mosaico Rizado y el del Enrollamiento.

Por otra parte los pulgones y la araña roja deben vigilarse con atención.

E. Economía

La fresa es una planta con rendimientos potenciales muy altos, pero sin olvidar que su producción varía según las condiciones termofotoperiódicas. Además las distintas variedades responden de modo distinto a estas condiciones.

La producción media por ha se sitúa aproximadamente en 20 t, pero incluso se puede duplicar esta cifra. La creación de nuevas variedades menos sensibles a la temperatura y a la luz ofrecen perspectivas de producción más estable, lo que puede dar un nuevo impulso a este cultivo.

Se puede estimar que en Italia por ejemplo, la producción de 1 kg de fresas cuesta un dolar, lo que representa un incremento del 60% respecto al costo de producción al aire libre.

Los gastos pueden calcularse del siguiente modo:


Plantación (material y mano de obra)

25-30%

Cultivo

20%

Recolección

20%

Amortización de capital

25%

6.2.1.8 Lechuga (Lactuca sativa L.)

A. Descripción general

La lechuga tiene un ciclo corto y es poco exigente en temperatura, por ésto resulta muy interesante para cultivo protegido en las regiones septentrionales del Mediterráneo, donde es consumida de modo habitual.

La germinación dura 3 días a una temperatura entre 15 y 20ºC y 15 días cuando la temperatura es de 5ºC. Si se sobrepasa los 25ºC, la germinación ya no es tan efectiva dándose la circunstancia de que a 30ºC sólo alcanza el 12%. Por lo tanto cuando el tiempo es caluroso y soleado, debe sombrearse el semillero con el fin de bajar la temperatura del suelo. Las semillas de lechuga tienen una prolongada latencia, que puede romperse a baja temperatura, basta con humedecer las semillas y guardarlas a 2ºC durante 48 horas.

La lechuga puede tolerar las heladas ligeras pero no resiste bien temperaturas superiores a los 30ºC.

La formación del cogollo depende del balance entre la intensidad luminosa y la temperatura, de tal modo que cuando en invierno la luminosidad es débil y la temperatura nocturna es elevada, se puede inhibir el acogollado. También se puede observar este fenómeno cuando se utiliza un "acolchado radiante" con agua caliente cercana a la planta.

Por otra parte cuando los días son largos y las temperaturas altas, la lechuga tiende a subir a flor. Esto es más frecuente en verano y en otoño que en invierno y primavera, aunque se dispone de cultivares que son resistentes a la subida.

B. Variedades

Los dos tipos de lechuga que se cultivan más frecuentemente son:

- El tipo de "lechuga romana" de hojas largas y rectas, sin cogollo, cultivadas al aire libre en muchos países del Mediterráneo.

- El tipo de "lechuga acogollada", de hojas rizadas que forman una bola. Este es el tipo más cultivado y atendiendo a la consistencia de la hoja podemos clasificarlo como sigue:

- Los cultivares de cogollo rizado y hojas más consistentes, como Iceberg, Great Lakes, Batavia, etc., que se cultivaban sobre todo en los Estados Unidos y en la actualidad se cultivan también en el área mediterránea.

- Los cultivares de cogollo redondo de hojas tiernas mantecosas, como son Trocadero, Verpia, Ravel, Estiva, etc. que se cultivan sobre todo en Europa.

Para elegir un cultivar hay que tener en cuenta distintos factores:

- El gusto de los consumidores, que puede ser de cogollo rizado o mantecoso; de hoja verde oscura o verde clara; de un tipo determinado de tamaño, etc.

- La época de cultivo; así en verano debe ser un cultivar resistente a la subida a flor y a las temperaturas altas; en invierno debe tolerar la poca iluminación y las temperaturas bajas. No existe ningún cultivar que sea adecuado para todas las estaciones del año.

- La resistencia a las enfermedades, en especial a Bremia.

C. Prácticas culturales

Aunque el cultivo de la lechuga es más fácil que el de otras plantas como el tomate o el melón, requiere un cierto grado de precisión si se quiere obtener un cultivo uniforme que pueda ser recolectado de una sola vez.

Por lo general se realiza transplante, con preferencia sobre la siembra directa. Si se hace a raíz desnuda el ciclo de cultivo se alarga, las plantas no son tan uniformes y por ello debe recurrirse al uso de plantas criadas en cepellón de sustrato preparado en dados, macetitas, bandejas de alveolos, etc. Cuanto más pequeño es el cepellón más barato resulta, pero tiene el inconveniente de que la planta es más sensible a la sequía y hay que controlar el riego cuidadosamente. El uso de semillas pildoradas facilita la siembra y garantiza la uniformidad de la nascencia.

Hay que dejar una distancia entre las plantas dependiendo de su tamaño. Con una densidad de plantación alta se aumenta la producción por m2, pero simultáneamente disminuye el tamaño de la planta y favorece el desarrollo de hongos. Asimismo cuando las plantas están demasiado densas, el nivel de humedad aumenta porque se dificulta la circulación del aire. Por lo general se planta entre 12 y 20 unidades por m2.

Un cultivo que produce 4 kg de lechuga por m2 extra del suelo 100 kg de N, 20 kg de P y 200 kg de K. Se debe evitar un exceso de nitrógeno ya que retrasa la formación del cogollo y además puede aumentar el contenido de nitrógeno en la hoja hasta niveles de riesgo. En invierno la proporción K/N debe ser mayor que en verano ya que se necesita compensar la deficiencia de luz.

La lechuga no tolera la salinidad del suelo y por ello debe abonarse en pequeñas dosis, con el objetivo de evitar un aumento del contenido de sales del terreno. Asimismo se puede recurrir al riego para controlar la salinidad lavando el suelo antes de plantar. Cuando hay falta de agua, cosa muy frecuente en los rincones de los invernaderos por mala regulación de los aspersores, se ve aparecer síntomas de exceso de salinidad en las plantas, así por ejemplo las hojas toman un color verde oscuro, el crecimiento se debilita y la planta se queda plana y no desarrolla cogollo.

El ciclo de crecimiento oscila entre 60 y 80 días según el ambiente climático y la precocidad del cultivar. La producción depende del tamaño de las plantas en el momento de la recolección y del número de plantas por m2. Se considera un buen rendimiento cuando se recogen entre 3 y 4 kg por m2.

D. Principales plagas y enfermedades

Entre las enfermedades y parásitos que afectan a las lechugas se pueden citar los siguientes hongos:

- Bremia, mildio de la lechuga, que ataca a las hojas recubriéndolas de un micelio blanco que acaba por pudrirlas completamente. Existen algunos cultivares muy resistentes a varias razas de Bremia.

Los fungicidas más efectivos son el metalaxil, el curzate, el prothiocarb y algunos antioidios.

- Botrytis que produce una podredumbre gris de las hojas. Se puede combatir con fungicidas como iprodiona, vinclozolina, etc.

- Sclerotinia, cuya infección procede del suelo. El micelio blanco ataca al tallo, después la planta se marchita y muere rápidamente. Es necesario hacer una buena desinfección del suelo. Se puede combatir con éxito utilizando los mismos fungicidas que se emplean contra la Botrytis.

Estas tres enfermedades se deben generalmente al exceso de humedad, por lo tanto para evitarlas debe hacerse una buena aireación del invernadero, un empleo correcto del riego por aspersión y una utilización del acolchado plástico para evitar el contacto directo de la planta con el suelo húmedo. Los fungicidas sólo deben usarse como último recurso ya que hay que evitar la acumulación de residuos en las hojas que se producen cuando hay aplicaciones repetidas. El uso de fungicidas debe limitarse al semillero por dos razones:

- Evitar los primeros riesgos de infecciones desde el principio.

- Disminuir los residuos en el momento de la recolección.

Hay que destacar que los productos en polvo dan mejor resultado que las aplicaciones líquidas.

El "Tipburn" o necrosis marginal es una enfermedad fisiológica frecuente. Se trata de la necrosis de los bordes de las hojas que se produce por un desequilibrio hídrico entre la absorción de agua y la transpiración, que conlleva un déficit en calcio o una proporción Ca/K demasiado baja.

E. Principales factores limitantes

El beneficio bruto por m2 del cultivo de lechuga es inferior al de otros cultivos protegidos. No obstante es un cultivo rentable en muchos casos sobre todo en el Mediterráneo europeo, por la corta duración de su ciclo y por los bajos costos de producción. En la cuenca mediterránea no es normal producir lechugas en invernadero a lo largo de todo el año ya que se cuenta con las producciones al aire libre y porque en determinadas épocas las temperaturas son muy elevadas. El cultivo de lechuga se reserva sobre todo las zonas donde los inviernos no son suaves y están próximas a zonas urbanas, circunstancia ésta que reduce considerablemente los gastos de transporte.

6.2.1.9 Judía verde (Phaseolus vulgaris L.)

A. Descripción general

A.1 La raíz y el tallo

La judía verde es una leguminosa anual de raíces superficiales ramificadas. Algunos cultivares, como la judía de enrame, poseen un tallo voluble de 2 a 3 m de largo, mientras que la judía enana tiene un tallo de porte erguido de 40 cm.

A.2 Las flores

Las flores son axilares y salen en racimos de 4 a 8.

A.3 Exigencias climáticas

La judía verde es autógama, pero el medio ambiente influye en el desarrollo de frutos y semillas, de tal modo que con una temperatura baja de invierno se puede producir polen de mala calidad y una fecundación insuficiente que resulta en poca cantidad de semillas y vainas curvadas o "en ganchillo". El crecimiento de la pared del ovario depende de la presencia de semillas. En lo que se refiere a temperatura las exigencias de la judía verde son como sigue a continuación:

Tª óptima de germinación

15-25ºC

Tª mínima de biológica

10-12ºC

Tª óptima de desarrollo vegetativo

18-30ºC

Tª óptima de floración

15-25ºC

Las variaciones térmicas amplias producen vainas de mala calidad. Asimismo las temperaturas demasiado altas en el momento de la maduración de las vainas aceleran el desarrollo de semillas y de hebras, sobre todo si el suelo está algo seco. Hay que destacar que los cultivares enanos son menos exigentes en lo relativo a temperatura de lo que lo son los trepadores.

En la medida de lo posible es conveniente mantener una humedad atmosférica próxima al 60-70%.

A.4 Suelo

La judía verde crece bien en casi todos los tipos de suelos aunque prefiere los suelos ligeros y no tolera los excesivamente compactos ni mal drenados. Los suelos muy calizos producen vainas de calidad mediocre y con muchas fibras.

La judía verde es una de las plantas más sensibles a la salinidad del suelo.

B. Variedades

B.1 Características deseables

Entre las características más deseables para las variedades cultivadas bajo cubierta se destaca la precocidad, el alto potencial de producción, la ausencia total o parcial de hebras, la formación lenta de las semillas, la resistencia a enfermedades como antracnosis, mosaico, enfermedades bacterianas, etc. y por último que la forma de las vainas atienda a las demandas del mercado (vaina plana o cilíndrica).

Atendiendo a la longitud del tallo se puede clasificar la judía verde en:

- Judía verde enana, que no necesita tutorado.

- Judía verde de enrame, que se apoya en un sistema de cuerdas colocadas verticalmente; los cultivares más frecuentes en invernadero son de este tipo.

Dejando aparte algunos cultivares procedentes de otros países, los que se cultivan con más frecuencia en el mediterráneo son los tradicionales y entre ellos los más comunes son:

- Cultivares de enrame: Valencia, Buenos Aires, Garrafal Oro, Satsuma, Helda, Zondra, Romore, Cristal, Nerina, Bronco.

- Cultivares enanos: Garrafal Rabona, Mocha Blanca, Kora, Contender, Eagle, Strike, Amilcar.

C. Prácticas culturales

C.1 Crecimiento y ciclo

En lo que respecta al cultivo en invernadero podemos distinguir dos ciclos:

a) Siembra de Diciembre a Enero para producción de primavera que abarca desde Marzo a Julio. En ese caso la judía puede ser precedida de un cultivo de pimiento, de tomate de ciclo corto, de pepino de otoño o de lechuga.

b) Siembra de Septiembre a Octubre para una producción de Diciembre a Febrero. En este caso puede ser seguida por un cultivo de sandia o melón en las regiones meridionales o también por un calabacín o incluso tomate, o pepino de primavera, así como pimiento en las regiones más septentrionales.

En el caso de cultivo con acolchado o túnel pequeño, dependiendo de la altitud y el microclima de la región, la siembra se realizará desde Febrero hasta Marzo y la recolección desde Mayo a Agosto.

En lo que se refiere a las variedades enanas, la recolección dura de 40 a 50 días y comienza de 55 a 85 días después de la siembra. La recolección de variedades de enrame por su parte, dura de 60 a 90 días y comienza de 65 a 95 días después de la siembra. La cosecha de las vainas se efectúa de 7 a 12 días después de la antesis.

C.2 Densidad de plantación

La siembra directa se hace a golpes o en hilera para las variedades enanas y solamente a golpes para las de enrame.

En las variedades de enrame es como sigue:

1,00 x 0,33 m

3 semillas por golpe

1,00 x 0,50 m

4-5 semillas por golpe

1,25 (pasillo) x 0,80 (línea) x 0,70 (plantas)

5-7 semillas por golpe

En las variedades enanas, cuando se siembra en líneas, la separación entre plantas debe ser de 5 cm.

0,60 x 0,40 m

5-7 semillas por golpe

Cuando las plantas han alcanzado los 15 cm de altura deben ser aporcadas.

C.3 Poda y tutorado

Los cultivares enanos no necesitan poda, pero en los de enrame es necesario pinzar las ramas laterales por el 3º ó 4º nudo, además de que es muy conveniente eliminar algunas hojas para facilitar el paso del aire.

Para asegurar el soporte de las plantas en cultivos de invernadero se instala un sistema de cuerdas verticales.

C.4 Fertilización

Hay que tener muy presente que debe controlarse el aporte de nitrógeno el principio del crecimiento, para evitar que éste sea excesivo. Por otra parte no se aconseja utilizar abonos de acción lenta ya que la judía verde es un cultivo de ciclo corto. Por esta razón lo mejor es aportar N al suelo antes de la siembra, no realizando otro abonado durante los primeros estadios a menos que sea realmente necesario.

Para una producción de 3 a 5 kg lo normal es la aplicación de las siguientes dosis:

200-270 kg/ha de N

250-330 kg/ha de K

64-95 kg/ha de P

30-50 kg/ha de Mg

Esta planta es muy sensible al déficit de algunos oligoelementos como Cu, Mn, Zn, etc., por lo que se pueden obtener muy buenos resultados mediante una fertilización completa. Finalmente añadir que la judía verde también es muy sensible al exceso de Bo y de Cl, Na.

C.5 Riego

La tierra debe estar bien empapada de agua antes de la siembra; después no es necesario regar nuevamente hasta que la planta haya alcanzado los 15 cm de altura. La judía no tolera el exceso de humedad, por lo que el riego debe controlarse muy bien durante el primer estadio de crecimiento aumentándolo a partir de la floración. Se calcula que la cantidad de agua necesaria por ha de cultivo de primavera, está en torno a los 3000-4000 m3. Asimismo esta especie no tolera el agua salina, sobre todo si contiene iones Cl. Por último téngase en cuenta que si el agua contiene 250 mg/l de cloro el rendimiento va a experimentar una disminución del 20-25%.

C.6 Recolección y comercialización

La cosecha de las vainas se realiza cuando están verdes y antes de que se formen las semillas. Debe recogerse cada 4 a 6 días para que los frutos sean homogéneos y de buena calidad. Si se recolecta en un estadio de desarrollo precoz no hay disminución del rendimiento total, sino que muy por el contrario se estimula la floración y el producto se vende a un precio mayor.

Se calcula que la cantidad de vainas que puede recoger un hombre por día es de 70 kg aproximadamente.

Las vainas se distribuyen en dos grupos según su tamaño y forma:

Nº 1: vainas normales

Nº 2: vainas curvadas, ligeramente deformadas y con semillas desarrolladas

El embalaje consiste en sacos de 25 kg o en cajas de 8 a 10 kg para el mercado local, o bandejas de 5-10 kg destinadas a la exportación. Se puede almacenar a una temperatura de 2-4ºC y con un nivel de humedad del 85%.

C.7 Rendimiento potencial

La producción de variedades enanas en condiciones favorables puede alcanzar 1,5 a 3,0 kg por m2. Un ciclo otoño-invierno en invernadero frío puede proporcionar 1-1,5 kg por m2.

Las variedades de enrame cultivadas en primavera producen de 2 a 4 kg por m2, pero estas cifras disminuyen quedándose en 1,5-2 kg m2 para los cultivos realizados en otoño-invierno.

D. Principales plagas y enfermedades

Es necesario combatir los pulgones para evitar infecciones por virus. Otros parásitos que también son frecuentes son la mosca blanca Trialeurodes vaporariorum, la araña roja Tetranychus urticae, antracnosis Colletotrichum lindemuthianum, Botrytis cinerea, la grasa Pseudomonas phaseolicola y Xanthomonas phaseoli, el mosaico común de la judía (PV1) y el mosaico amarillo de la judía (PV2).

E. Economía

Los gastos de producción de un cultivo temprano de primavera son en semillas un 3%, en productos agroquímicos (abonos y plaguicidas) un 14%, en mano de obra un 74% en varios (agua, plástico, etc) un 9%.

F. Principales factores limitantes

Los dos problemas fundamentales que frenan la expansión del cultivo de judía verde son:

a) La cantidad de trabajo que se necesita a la hora de la recogida, que supone un inconveniente tan importante, que la judía sólo se practica asociada a un cultivo principal como el tomate, el pimiento o la sandía en algunas zonas mediterráneas. Por ésto sería de enorme utilidad el disponer de cultivares que permitieran la recolección mecánica de una sola vez.

b) La enorme sensibilidad de este cultivo a la salinidad del suelo y del agua.

Fig. 96. Cultivo secundario realizado en otoño, antes de la colocación de la cubierta de plástico (Túnez).

6.2.1.10 Sandía (Citrullus lanatus Mansfed=C. vulgaris L. Schrad)

A. Descripción general

La sandía es un cultivo centenario del área mediterránea, del que se tienen numerosas referencias en la literatura antigua, donde recibe distintas denominaciones locales. Parece ser que, sin ningún género de duda es el clima mediterráneo el más adecuado a las exigencias de luz y calor de esta planta.

En los últimos años se ha producido el paso del sistema tradicional de cultivo al aire libre al protegido, que se extiende continuamente. El objetivo que se persigue es adelantar la recolección del verano algunos meses, sirviéndose sobre todo de túneles pequeños que protegen a la planta sólo durante los primeros estadios de desarrollo. Tanto la biología floral como el tipo de crecimiento de la sandía, son los dos problemas más importantes para el desarrollo del cultivo en invernadero, ya que dificultan algunas de las prácticas culturales.

La sandía es una planta anual con un sistema radicular superficial que produce largos y vigorosos estolones. Las hojas son pinnadopartidas divididas en 3 a 5 lóbulos redondeados, divididos a su vez en segmentos con entalladuras profundas que no llegan al nervio principal. Tiene zarcillos ramificados. Las flores son amarillas, de sépalos verdes y con corola muy dividida y nacen aisladas en la axila de la hoja. La planta es monoica o andromonoica y su ciclo de floración comienza con la aparición de flores masculinas que se desarrollan entre el 3º y el 8º nudos, dependiendo de las condiciones del medio. Las flores femeninas o perfectas nacen entre el 8º y 12º nudos. La proporción entre flores masculinas y femeninas o perfectas viene determinada por el genotipo.

Los frutos son voluminosos de 2 a más de 15 kg, de forma redonda o alargada, de color verde o a rayas, siendo su carne casi siempre roja, aunque algunas veces es amarilla. Respecto a las semillas su tamaño y color es variable. Se calcula que en cada gramo de semillas hay entre 8 y 25 unidades.

Las exigencias de la planta se pueden resumir del siguiente modo:

A.1 Clima

La sandía no tolera las heladas en ninguno de sus estadios de crecimiento. Sus exigencias térmicas son como sigue:

- Germinación: para germinar necesita de 25 a 28ºC con mínimas de 15-16ºC y máximas de 40ºC.

- Crecimiento: son necesarios de 21 a 26ºC durante el día y de 15 a 18ºC por la noche.

- Las temperaturas inferiores a 17ºC enlentecen el crecimiento considerablemente. Las temperaturas bastante bajas o altas, por encima de los 32ºC, favorecen el desarrollo de flores masculinas a expensas de un número menor de flores femeninas o hermafroditas. Aunque no puede decirse que los niveles altos de humedad perjudiquen a la planta, su nivel ideal oscila entre el 70 y 80%.

Por otra parte la sandía exige una gran intensidad luminosa para alcanzar su capacidad total de fotosíntesis, de tal modo que la radiación lumínica debe alcanzar por lo menos 1,1 cal/cm2/min y que las situaciones de sombra deben evitarse siempre. Aunque el crecimiento no depende mucho de la longitud del día, sí se sabe que el desarrollo de las flores femeninas está más favorecido por los días cortos (8 horas) que por los días largos (16 h).

A.2 Suelo

Los mejores suelos para la sandía deben tener un pH entre 5,5 y 6,5. Los suelos ligeros que se calientan rápidamente en la primavera favorecen la maduración. Asimismo es posible obtener buenos rendimientos con suelos más o menos pesados siempre que se riegue correctamente y que no se acumulen excesos de agua. En cualquier caso el contenido de humus debe ser elevado.

A.3 Nutrientes

Sólo se dispone de cálculos relativos a cultivos de sandía al aire libre y éstos indican que por tonelada de producción se necesita 1,7 kg de N, 0,6 kg de P y 2,2 kg de K. En lo referente al cultivo en invernadero se supone que estas cifras deben ser más altas, aunque no hay ningún cálculo disponible hasta el momento.

B. Variedades

Hay una amplia gama de cultivares diferentes en forma, tamaño y color exterior, pero en cultivo protegido se prefieren los frutos pequeños de 2 a 10 kg, que tienen más demanda fuera de estación.

Por lo general se trata de variedades precoces que con las condiciones climáticas adecuadas maduran en 70/80 días y fuera de estación en 100/120 días.

La conocida variedad Sugar Baby es la más cultivada en distintos países como Portugal, España, Italia, Grecia, Chipre, Túnez y Marruecos y se caracteriza por frutos redondos de color verde oscuro y por su gran precocidad.

Otras variedades e híbridos F1 son Crimson Sweet, que se cultiva en Italia, Grecia, Chipre, Líbano y Túnez; también Fabiola, Sweet Meat, Sweet Ball, Miyako y asimismo algunas veces sobre todo en Túnez, cultivares de frutos grandes y voluminosos como Charleston Gray y Royal Charleston. Muy recientemente se han introducido en algunos países cultivares triploides sin semillas, con muy buenas características comerciales.

La investigación debería orientarse hacia la obtención de plantas tolerantes o resistentes a un mayor número de enfermedades. En la actualidad sólo contamos con cierta tolerancia a la fusariosis y alternariosis por parte de un número de variedades muy reducido.

C. Prácticas culturales

C.1 Época de cultivo

Debido a las exigencias climáticas de la planta tanto en temperatura como en luminosidad, no es posible, incluso en las condiciones del área mediterránea, sembrar en otoño y recolectar en invierno. Todos los ciclos de cultivo, incluidos los más precoces, deben comenzar entre Diciembre y Mayo para recolectar en primavera y verano. Los horticultores tunecinos comienzan a sembrar las variedades tempranas de invierno en el mes de Diciembre, realizando la recolección de Marzo a abril.

En el caso de utilizar túneles pequeños, la siembra realizada en invierno se recoge entre abril y Julio.

El lugar que ocupa la sandía en la alternativa de cultivos varía según se trata de un cultivo en invernadero o en túnel pequeño. Si se trata de un invernadero la sandía vendrá a continuación de un cultivo de invierno como lechuga o judía, en el caso de un túnel pequeño puede producirse antes o después de cultivos al aire libre como hortalizas y cereales.

C.2 Siembra

La sandía no puede transplantarse a raíz desnuda por lo tanto se tiene que realizar por siembra directa o en maceta en invierno o en cajoneras.

Cuando se elige la siembra directa, se puede utilizar un acolchado plástico transparente que acelera la germinación. Posteriormente cuando la planta haya salido, se practicarán agujeros en el plástico para la salida de las plántulas. Asimismo se puede recurrir al uso de semillas pregerminadas a razón de 1-2 kg por ha según el peso unitario. La distancia entre las plantas será de 100-150 cm, dejando entre las líneas un espacio de 150-100 cm.

Fig. 97. Cultivo de la sandía en invernadero frío en Sicilia.

C.3 Preparación del suelo

El sistema radicular de la sandía es bastante voluminoso aunque poco profundo y normalmente sobrepasa horizontalmente a los tallos rastreros, ya que su crecimiento es rápido en los 30-40 primeros cm de suelo. Por lo tanto la tierra debe trabajarse muy bien hasta los 40-50 cm de profundidad, incorporando estiércol si es posible.

Al preparar el suelo, hay que evitar que los tallos y los frutos entren en contacto con el agua de riego.

Inmediatamente antes de la siembra se aplica el abonado consistente en 100 kg de nitrógeno, 65-85 kg de P y 125-165 kg de K por ha. Posteriormente habrá que aportar complementos de nitrógeno en cantidad aproximada a los 100 kg por ha cuando los tallos empiecen a desarrollarse.

C.4 Binas y escardas

La eliminación de malas hierbas puede realizarse mecánicamente por medio de labores de bina periódicas o también mediante herbicidas como la butralina y clorthaldimetilo en preemergencia, o bien trifluralina y alanap 3 en postemergencia después de que aparezcan los tallos rastreros (ver párrafo 5.5).

C.5 Riego

El sistema de riego debe proporcionar agua constantemente ya que el estrés hídrico perjudica gravemente el crecimiento y la calidad del fruto.

El mayor nivel de exigencia de agua se produce en el intervalo de tiempo entre la aparición de los tallos y la fructificación. Además hay que recordar que el crecimiento del fruto sigue una curva sigmoide y que alcanza el 50% de su peso en los quince días siguientes al cuajado.

C.6 Otras técnicas

Hay un conjunto de técnicas necesarias que incluyen la poda, el tutorado, el control del cuajado del fruto, la retirada de la cubierta de los túneles y la ventilación de los invernaderos.

Cuando se cultiva en túnel hay que pinzar el tallo principal sobre cuatro hojas para que ramifique. También puede podarse de idéntica manera las ramas laterales. El sistema de cultivo vertical tiene muchas ventajas ya que, por una parte se puede aumentar el número de plantas por m2 y por otra quedan pasillos libres para la circulación y las operaciones culturales, pero sin embargo no siempre es fácil instalar soportes para las plantas; una solución útil es el uso de mallas de plástico.

En cultivo protegido la fructificación no es posible sin abejas o sin polinización mecánica, en este sentido el tamaño de las flores facilita la labor.

D. Rendimiento potencial

En esta modalidad de cultivo en general y en particular en invernadero, el rendimiento potencial se ve a menudo limitado por factores como un crecimiento insuficiente, las dificultades de fructificación, los riesgos del ambiente climático, el hecho de que la cosecha de Junio coincida con la producción al aire libre y la necesidad de cultivar variedades de fruto pequeño.

Los cultivos tempranos realizados bajo túnel pequeño producen entre 3,5 y 5 kg/m2, o sea una media de dos frutos por planta, mientras que en invernadero la producción puede llegar a 7-8 kg/m2. Teóricamente se considera que los cultivos verticales deben producir un rendimiento mayor.

E. Principales plagas y enfermedades

Hay varios hongos del suelo entre ellos Pythium spp. y Rhizoctonia solani que producen podredumbres del cuello de la raíz en las plantas, para combatirlos puede recurrirse al uso de semillas tratadas, la siembra o la plantación poco profundas y mantener el suelo a una temperatura relativamente alta.

La fusariosis es la enfermedad más devastadora y está producida por diferentes especies de Fusarium oxysporum var. niveum, que penetran por las raíces y atacan a la planta en diferentes estadios de crecimiento. Los primeros síntomas se producen en los extremos de los tallos, inmediatamente la planta se marchita y muere. Las condiciones más favorables para este hongo son las temperaturas altas, pudiendo permanecer en el suelo durante muchos años. Hay sistemas de lucha indirecta mediante rotación de cultivos de ciclo largo, aunque también pueden utilizarse suelos desinfectados y variedades resistentes o tolerantes.

Otras enfermedades posibles son la antracnosis, producida por Colletotrichum lagenarium, mildio, oidio, producida por Erysiphe cichoracearum. Y asimismo existe una amenaza constante de ataque de virus, nematodos (Meloidogyne spp.) y de pulgones.

Para terminar debe asimismo citarse el problema de la necrosis apical del fruto en fase de crecimiento. Parece ser que este problema está relacionado con un suministro irregular de agua. Con el uso de agua fría y con dificultades en el transporte de calcio desde el tallo a los frutos.

F. Aspectos económicos

De entrada puede decirse que el valor de la producción depende de su precocidad, de hecho todos los frutos que se comercializan antes de Junio se venden con facilidad y producen mayores beneficios.

Los costos de producción son inferiores a los de otras hortalizas, calculándose que son necesarias entre 400 y 700 horas de trabajo por ha y que la mano de obra representa un 40 a 50% del costo total de producción.

G. Principales factores limitantes

El principal obstáculo es la falta de conocimientos sobre las posibilidades de mejorar los rendimientos en el cultivo protegido. Además quedan aún un buen número de problemas por resolver, entre ellos el tutorado, la polinización, el riego, el abonado, la necrosis apical del fruto y por último la lucha directa o indirecta contra muchas de las plagas y enfermedades.

6.2.2 Cultivos Ornamentales

6.2.2.1 El Clavel (Dianthus caryophyllus)

A. Descripción general

El clavel es una planta semilefíosa que ramifica desde la base y desarrolla sus flores en el ápice del tallo. La flor normalmente se inicia por encima de una media entre quince y dieciocho nudos. En cada nudo nacen dos hojas opuestas y brotes axilares. Los nudos de la base del tallo dan lugar a brotes vegetativos mientras que los de la parte superior producen pequeños brotes con yemas florales que acompañan a la flor apical. La producción es tanto mayor cuanto más brotes se producen y cuanto más corto es el tiempo entre la recolección y el crecimiento de nuevas ramas. En condiciones climáticas favorables una planta de clavel puede producir entre 10 y 15 flores.

El factor más determinante sobre el ritmo de crecimiento y de floración a lo largo del año es la luz, de tal modo que el fotoperiodo y la intensidad luminosa van a influir tanto en la longitud del tallo, como sobre la ramificación y sobre el ritmo de crecimiento. El fotoperíodo corto produce tallos largos, flores grandes y muchos brotes laterales, sin embargo los dias largos favorecen la aparición de tallos más cortos y menos brotes axilares. Asímismo cuanto mayor es la intensidad luminosa mayor es el ritmo de crecimiento, por lo que este cultivo no es adecuado para las zonas donde la intensidad luminosa invernal sea inferior a los 20.000 lux.

El número de días que deben transcurrir desde el momento en que los botones alcanzan un diámetro de 7mm y la época de la recolección, depende fundamentalmente de la intensidad luminosa, de tal modo que se calcula que son necesarios 25 días en verano y 50 días en invierno siempre y cuando la temperatura no sea inferior a los 10ºC.

Por otra parte el crecimiento vegetativo y la floración no requieren temperaturas muy elevadas, basta con una minima de 8ºC y una máxima de 25ºC. Aunque la planta resiste temperaturas bajas hasta los -4ºC, las heladas pueden perjudicarle en distintos aspectos por ejemplo produciendo caída de las flores y modìficación del color. Las temperaturas superiores a 25ºC frenan el crecimiento y disminuyen la calidad de las flores por lo cual no se aconseja cultivar el clavel en áreas donde los veranos sean muy calurosos. Las grandes diferencias de temperatura entre el dia y la noche hacen proliferar el número de pétalos hasta el punto de que puede rasgarse el cáliz. Este fenómeno es muy frecuente en primavera cuando las noches son frías y los días muy claros y hace que la flor pierda parte de su valor comercial.

B. Variedades

La flor cortada pertenece a la especìe Dianthus caryophyilus, existiendo otras especies de Dianthus que se utilizan para planta de maceta o en macizos de jardín.

A partir de los primeros cultivares vivaces que aparecieron hace unos cìen años, se han creado los dos tipos más importantes que son:

- Los cultivares mediterráneos de cáliz laciniado, flor grande, entrenudos cortos y elevada resistencia a las temperaturas bajas.

- Los cultivares americanos de corola más reguiar, entrenudos más largos, flor más pequeña y muy sensibles a las temperaturas bajas.

En la actualidad todavía es posible encontrar algunos cultivares mediterráneos en el Sur de Francia pero las razas más extendidas por el mundo son el tipo americano o los híbridos obtenidos a partir de ambos tipos conservando sus ventajas respectivas.

Los cultivares se clasifican en dos grupos atendiendo al número de flores por tallo:

- el standard que posee una flor de gran tamaño en cada tallo.

- el miniatura que posee una abundante floración, aunque sus flores son pequeñas, nacen en los nudos superiores la flor superior siempre es eliminada.

Los cultivares más empleados pertenecen al grupo de claveles Sim en colores rojo, rosa ó blanco, siendo éste último el de mayor demanda ya que combina muy bien con colores como el azul, verde, etc.

Durante muchos años la investigación ha estado orientada hacia la mejora del tipo Sim en exclusiva con el fin de mejorar el tamaño, la forma y el color de sus flores además de aumentar su vigor y productividad, pero actualmente los daños producidos por hongos del tipo Fusarium (ver párrafo D), han hecho añadir la resistencia a esta enfermedad a la lista de características a mejorar.

Hay muy pocos países mediterráneos que cultiven clavel en invernadero pero los que lo hacen eligen el tipo Sim que se encuentra con frecuencia en Portugal, España, Francia, Chipre, etc. También puede verse el tipo Praline en España, Italia y Grecia.

C. Prácticas culturales

C.1 Multiplicación

La multiplicación del clavel se hace por esquejes. Esta operación debe realizarse con mucho cuidado ya que conviene evitar la contaminación por virus y hongos. Además debe disponerse de un equipo de nebulización y de camas desinfectadas. La multiplicación suele hacerse en viveros especializados que siguen su propio programa de mejora.

C.2 Plantación

Cuando los esquejes han enraizado se plantan en mesas de 1 m de ancho aproximadamente. La fecha de plantación depende de la época en que se desee recolectar las flores. Se calcula que entre el momento de la plantación y el de plena floración hay un intervalo de 110 a 150 días en invierno. Teniendo en cuenta que los precios son normalmente más altos en invierno, se explica que la mayor parte de las plantaciones se practique en Mayo o Junio con lo que la recolección puede empezarse en Septiembre u Octubre. En este caso los invernaderos se mantienen abiertos hasta Septiembre para que el clavel esté al aire libre durante todo el verano y aprovechar estas condiciones climáticas favorables.

C.3 Producción

La producción por m2 es proporcional a la densidad de plantación, aunque no hay que olvidar que cuando las plantas están muy densas el rendìmiento de flores es inferior. Asimismo las plantaciones excesivamente densas tienen problemas de ventilación y necesitan mayores inversiones por lo que una densidad aconsejable estaría entre las 20 y 30 plantas por m2.

C.4 Poda y desbotonado

El número de flores por planta depende del número de tallos, de modo que si se pinzan los primeros brotes se estimula la formación de ramas y con ello aumenta el numero de flores, aunque también se retrasa el momento de la floración. Existen varios procedimientos de poda:

- La poda simple que es indispensable y consiste en pinzar el tallo principal por encima del segundo par de hojas.

- La poda y media poda que consiste en seguir el mismo procedimiento que en la poda simple pero pinzando a continuación meramente la mitad de los brotes que salieron tras la primera operación. Este sistema permite reducir el número de flores de la primera recolección, evitando que la producción tenga oscilaciones importantes por lo menos a lo largo del primer año.

- La poda doble consiste en que una vez pinzado el tallo principal se pinzan de nuevo todos los brotes que puedan salir. Este procedimiento no es muy aconsejable ya que retrasa mucho la primera recogida y además aumenta excesivamente el número de tallos secundaríos.

Los tallos secundarios necesitan el apoyo de tutores, un sistema muy útil consiste en superponer de 3 a 5 mallas de 10 a 20 cm, de cuadrícula.

Cuando se utilizan cultivares estándar se deben eliminar todos los botones florales que nazcan desde la yema apical al sexto nudo. Normalmente esta operación se realiza cuando la yema apical ha alcanzado los 15 mm de diámetro. Si la operación se realiza demasiado tarde la competencia reduce significativamente el tamaño de la flor apical. En el caso de los cultivares enanos esta operación no es necesaria ya que basta con eliminar la flor del ápice para favorecer el desarrollo de las flores laterales.

C.5 Recolección

Tanto la época de la recolección, como el número de flores producidas están determinados por la longitud de tallo que el horticultor decide dejar en la planta cuando efectúa la recolección. En este sentido hay que tener en cuenta que en verano hay menos ramificación y por ésto es preferible cortar bastante alto de tal modo que se aumente el número de brotes secundarios y como consecuencia de ello aumentar también la producción invernal. Por lo tanto en invierno el corte deberá ser más bajo, situándose por lo general por encima del segundo o el cuarto par de hojas.

Las plantas de clavel pueden mantenerse en producción durante dos años ó bien renovarlas cada año. En el primer caso hay que cortarlas a finales de primavera para evitar una producción en el verano que es una época poco interesante económicamente porque el precio y la demanda son muy bajos. Las plantas pueden cortarse a una altura de 20 ó 30 cm mediante el uso de tijeras eléctricas corta setos. Estos trabajos deben estar terminados como muy tarde a principios de Junio, de tal forma que las plantas dispongan de tiempo suficiente para recuperarse y tener la primera floración antes de Octubre.

D. Principales piagas y enfermedades

Aunque el tema es muy amplio, puede decirse que la enfermedad más importante y más extendida en los cultivos de clavel es el marchitamiento producido por hongos del género Fusarium oxysporum f. sp. dianthi. Se trata de una enfermedad vascular en la que el hongo invade la planta desde el suelo infectado, produciendo amarilleado de las hojas y marchitez de la planta. Las esporas son tan resistentes a los productos químicos fumigantes que se desaconseja este tipo de cultivo en suelos infectados. No obstante, ya han empezando a aparecer nuevos cultivares tolerantes y se piensa que el problema estará resuelto en unos cuantos años.

Las enfermedades que con más frecuencia atacan al follaje son la alternariosis (Alternaria dianthi), la roya (Uromyces caryophyllinus) y la podredumbre gris (Botrytis cinerea). Estas enfermedades afectan también a las yemas florales. Teniendo en cuenta que los hongos se desarrollan y se multiplican con niveles de humedad elevados, el mejor método para combatirlos es la ventilación. De hecho los tipos de invernadero reservados al cultivo de clavel suelen ser de ventilación permanente ya que esta planta no es muy exigente en temperatura.

E. Principales factores limitantes

El clavel necesita mucha mano de obra. Las tres cuartas partes del trabajo se dedican a la eliminación de botones florales y a la recolección y por ésto en los países donde la mano de obra es cara se evoluciona hacia el cultivo de los cultivares "mini" que no necesitan eliminación de los botones. Por las mismas razones las pequeñas explotaciones familiares resultan más rentables que las grandes fincas.

El clavel está muy bien adaptado a las condiciones atmosféricas de las regiones mediterráneas, donde la insolación es abundante y el invierno es templado. Asimismo las zonas ecuatoriales situadas a más de 2.500 m de altitud son también apropiadas para el cultivo, de tal modo que países como Kenia, Colombia o Ecuador son grandes exportadores de clavel a Europa y Estados Unidos.

Los principales obstáculos al desarrollo del cultivo del clavel en el área mediterránea, son por un lado la disponibilidad y costo de la mano de obra, la tendencia hacia el cultivo de otras ornamentales, la infección del suelo por Fusarium y por último la competencia de los países de zonas ecuatoriales.

6.2.2.2 El Rosal (Rosa L.)

A. Descripción general

A.1 La planta

En la actualidad se dispone de una enorme variedad de especies botánicas del género Rosa y ello se debe a que se trata de un cultivo practicado desde la antigüedad. La rosa es una planta vivaz, que puede ser arbusto o trepadora, de tallo leñoso y de flores originalmente pentámeras.

A.2 Exigencias climáticas

El rosal es bastante resistente a las temperaturas bajas, aunque esta tolerancia depende del tipo de variedad. Con algunas excepciones puede afirmarse que la temperatura mínima letal se sitúa por debajo de 0ºC, oscilando la temperatura mínima biológica entre los 8 y los 12ºC y la temperatura máxima biológica entre los 30 y 32ºC. Esta planta necesita variaciones térmicas entre el día y la noche (termoperiodismo).

La temperatura nocturna es muy importante ya que determina la longitud del tallo floral; si es muy baja el tallo crece con lentitud, mientras que el botón floral terminal se diferencia demasiado precozmente y con ello la flor resultante poseerá un tallo corto. Las flores cultivadas sin calefacción, suelen producir tallos más largos en otoño que en primavera por las diferencias de temperatura nocturna. También influye la temperatura nocturna sobre el intervalo de tiempo que transcurre entre la poda y la recolección. En cultivos forzados hay que garantizar una temperatura bastante alta durante el período de formación y crecimiento del tallo para asegurar el desarrollo de las yemas florales. Por lo tanto debe mantenerse una temperatura diurna de 30ºC y nocturna de 15ºC durante los días posteriores a la poda, para bajarla en los 20 días anteriores a la recolección a 25ºC y 12ºC respectivamente; con ello se mejora la calidad de la flor y se asegura el comienzo de la producción a los 60 días de la poda.

Para conseguir una buena fotosíntesis, se debe mantener una relación constante entre la temperatura del aire y la higrometría, sobre todo en tiempo caluroso. Inmediatamente después de la poda el nivel de humedad debe ser alto, entre el 85 y el 90 % para estimular la formación de yemas y el crecimiento. Después y hasta 30 días antes de la recolección se debe mantener en el 70-75 %; posteriormente se reduce al 60 % hasta el fin del ciclo.

La luz juega un papel fundamental en la producción de la rosa y hay que tenerlo en cuenta a la hora de elegir el tipo de invernadero, su situación y la posibilidad de empleo del sombreado, ya que éste no sólo disminuye la temperatura excesiva sino que también reduce la radiación activa fotosintética.

A.3 El suelo

La rosa no tiene grandes exigencias en lo que se refiere a suelos, aunque prefiere suelos algo compactos en vez de los muy ligeros y necesita un buen drenaje.

B. Variedades y portainjertos

B.1 Características deseables de las variedades

La acertada elección de la variedad es esencial para conseguir un buen rendimiento económico y en este sentido las características más interesantes son las siguientes:

- Buena calidad y rendimiento elevado.

- Suficiente afinidad con el portainjerto.

- Bajas exigencias en temperatura para poder asegurar la producción en las condiciones del invierno mediterráneo.

- Flores homogéneas, bien formadas y de más de 35 pétalos.

- Coloración uniforme, intensa y perfume suave.

- Pedúnculo rígido.

- Follaje abundante.

- Plantas vigorosas y de fácil multiplicación.

- Intervalo de tiempo corto entre la poda y la floración.

- Resistencia a plagas y enfermedades.

- Buena tolerancia al envasado y transporte.

- Larga vida en vaso.

Es muy difícil encontrar todas estas características en una sola variedad y de hecho el 90% de la producción actual corresponde a una treintena de variedades.

Desde hace algunos años tanto los cultivadores como los investigadores intentan obtener variedades con mayor producción en invierno y pedúnculo de longitud mediana.

Las variedades destinadas a la producción de flor cortada pertenecen por lo general a los grupos de "Híbridos de té" o "Grandiflora". Ejemplos de las más importantes y conocidas son los siguientes (R= rojo; r= rosa; B= blanco; A= amarillo y N= anaranjado):

- Variedades de pedúnculo largo son Visa (R), Lovita (R), Baccara (R), Red Success (R), Alfa (R), Ilona (R), Chamade (R), Vega (R), Samantha (R), Lara ® Omega ®, White Success (B), Cocktail (A), etc.

- Entre las variedades de pedúnculo semilargo encontramos Mercedes (R), Bingo (R), Sonia ®, Carinella ®, Carina ®, Carte Blanche (B), Banzai k (A), etc.

- Por último entre las variedades Floribunda que son plantas reflorecientes de pequeño tamaño encontramos Garnette (R), Garnette Orange ®, Zorina (N), Carole ®, Blanca Nieves (B), Bonica (B), Evergold (A), etc.

Actualmente los cultivares que se encuentran en la mayor parte de los países mediterráneos son:

Sonia:

en Portugal, España, Francia, Italia, Grecia, Chipre, Líbano, Túnez, Marruecos.

Baccara:

en Francia, Italia, Grecia, Chipre.

B.2 Características deseables en los portainjertos

El portainjertos ideal debería poseer el mayor número posible de las características que se enumeran a continuación:

- Ser compatibles con las variedades comerciales cultivadas.

- Estar sanos y ser vigorosos.

- Mejorar el rendimiento y la calidad.

- Tener una vida productiva por lo menos de 6 a 8 años.

- Tolerar las bajas temperaturas para mejorar la producción de invierno.

- Capacidad para absorber bien los nutrientes y adaptabilidad a distintos tipos de suelo.

- Ser resistente a los parásitos del suelo.

- Ser resistente al oidio.

- Desarrollar un número mínimo de espinas.

Los portainjertos que se vienen utilizando normalmente en las áreas mediterráneas, son los R. indica major y R. manetti, que se multiplican por estaquilla. No toleran las bajas temperaturas y por ello no resultan adecuados para zonas frías en los que es más oportuno recurrir a portainjertos del grupo R. canina obtenidos de semilla.

R. indica major es un buen portainjerto para el cultivo en invernadero, pero es muy sensible al oidio y además presenta ciertas incompatibilidades con algunas variedades comerciales. Ambas circunstancias suponen inconvenientes a la hora del cultivo. Generalmente responde bien con suelos de pH entre 5 y 8, desarrollando un sistema radicular abundante, que resulta muy útil si se producen irregularidades en el suministro de agua.

R. manetti es también un buen portainjerto para el forzado invernal y además es compatible con la mayoría de las variedades comerciales. Su sistema radicular es poco abundante y más superficial que el de R. indica, por lo tanto es más adecuado a los suelos poco profundos y sobre todo va mejor en terrenos bien aireados.

C. Características culturales

C.1 Ciclo y época de cultivo

Un rosal se mantiene en cultivo durante un intervalo entre 5 y 8 años. No obstante las distintas variedades ofrecen diferencias en lo que respecta al ritmo de floración que no es continua sino en ciclos que se van sucediendo cada 6 a 8 semanas, dependiendo de la estación del año. Por lo tanto el horticultor que desea una producción continua debe ir forzando o retrasando el cultivo en determinadas parcelas o invernaderos por medio de una combinación acertada de una regulación precisa de la temperatura.

C.2 Preparación del suelo

El terreno debe ser labrado al final del verano hasta unos 60 cm de profundidad, después se debe aportar materia orgánica en una proporción entre 8 y 18 kg de estiércol por m2, o de 3 a 5 kg de turba y el resto de estiércol; todo ello se entierra junto con el abonado de fondo a un máximo por m2 0,20 kg de k y 0,05 kg de P. Después de esto se procede a la desinfección del suelo.

C.3 El trasplante

La plantación se hace entre Noviembre y Febrero. Una vez se han sacado las plantas de la cámara fría hay que dejarlas varios días en su propio involtorio cerrado con el fin de favorecer el desarrollo de raíces nuevas. Una vez que han salido algunas raíces finas y largas, debe procederse al tratamiento de las plantas con sustancias de enraizamiento y fungicidas. El trasplante se hace en un suelo húmedo, habiendo cortado previamente las raíces largas y deficientes. En el momento del trasplante y fechas posteriores hay que evitar la deshidratación de la planta a toda costa. Se puede disminuir las pérdidas de agua por transpiración cubriendo las plantitas con un túnel bajo hasta que hayan enraizado. Asimismo puede recurrirse a la pulverización de algún producto antitranspirante. Se conservan solamente 2 ó 3 ramas podadas a un mínimo de dos yemas.

La densidad de plantación más aconsejable es de 7 a 8 plantas por m2, dispuestas en doble hilera que a su vez está separada por un pasillo bastante amplio. Por lo general se recomienda dejar una distancia de 20 cm entre las plantas a lo largo de la hilera, siendo 1,20 m el ancho más adecuado para los pasillos que separan las dobles filas.

En el momento de la plantación hay que cubrir la planta de tierra hasta algunos cm por encima del injerto. Cuando se haya producido el enraizamiento hay que retirar la tierra de tal modo que el injerto quede a ras del suelo.

Las ramas jóvenes deben podarse a 3 ó 4 hojas cuando están verdes, para obtener una buena estructura, asimismo deben eliminarse las ramas débiles y tener en cuenta que en este estadio se recomienda mantener una temperatura nocturna entre los 13 y 16ºC.

C.4 Poda

Es necesario dejar un período de reposo vegetativo al rosal antes de la poda con el fin de permitirle que acumule reservas; para ello se deja de recolectar pero se continua con el riego y la fertilización hasta que se desarrolle un follaje espeso. En este momento se interrumpe el riego y la fertilización para que las reservas pasen a la estructura leñosa.

C.4.1 Poda en un cultivo en invernadero frío

Poda de invierno. se realiza en Enero y consiste en:

- Podar a 60-100 cm de altura dependiendo del vigor de la planta y del sistema de cultivo.

- Eliminar las ramas secas y débiles.

- Eliminar ramas superfluas si hay exceso de densidad o tienen pequeño diámetro.

- En el momento de la recolección hay que dejar en la planta una porción de la rama con dos hojas de 5 a 7 foliolos.

Poda de verano. se realiza en Agosto o principios de Septiembre, dependiendo del momento en que se desea comenzar la recolección de otoño y después de dejar un intervalo de 6 a 8 semanas de reposo. Se aconseja seguir el siguiente procedimiento:

- Cortar a 20 ó 30 cm por encima de la poda de invierno. Pueden conservarse las ramas inferiores si son débiles y no molestan, ya que proporcionan más superficie foliar en la época de otoño deficitaria de luz.

- Eliminar las ramas superfluas y las de diámetro inferior a un lápiz.

C.4.2 Poda un de cultivo forzado en invernadero con calefacción

En este caso no se interrumpe el ciclo de recolección durante el invierno. Se hace sólo la poda de verano después de un reposo. Para ello existen dos procedimientos:

- Podar la madera de un año a 80 ó 90 cm de altura, eliminando las ramas débiles, de tal modo que la producción queda asegurada en los brotes nuevos.

- Podar a 60 ó 70 cm y pinzar tres semanas más tarde los brotes nuevos a 4-7 hojas.

Algunas veces puede ser recomendable volver a pinzar dependiendo de la fecha en que se desea comenzar la recolección. En este caso los pinzamientos deben hacerse a 6-7 hojas. Está poda retrasa la floración entre 25 y 40 días según la estación y también aumenta la longitud y el diámetro de los tallos. A partir de la tercera o cuarta recolección y dependiendo de si se desea mantener o mejorar la estructura de la planta, se puede cortar el tallo por debajo del punto de poda anterior.

Estas podas en invernadero con calefacción se realizan en Junio o Julio, según sea el tipo de poda y sea la fecha prevista para la primera recolección.

C.4.3. Arqueado de ramas sin poda

El método más reciente de manejo del cultivo se basa en suprimir la poda y formar una falda de ramas vivas, consistente en despuntar y doblar por su base todas las ramas que no tienen calidad comercial y que serían eliminadas en el sistema de cultivo tradicional. El doblado se hace sin quebrar la rama, de modo que sigue viva, transpirando, fotosintetizando y enviando asimilados a los tallos comerciales y raíces. El conjunto de estas ramas arqueadas, llamado "pulmón" en unos países y "agobio" en otros, aumenta de modo estable la superficie foliar del cultivo, lo cual tiene asimismo efectos sobre el microclima del invernadero. Es muy importante que las ramas queden arqueadas por debajo de la línea horizontal, para evitar que broten yemas axilares, que consumirían asimilados y reservas, que deben ir exclusivamente a los tallos de flor.

Esta técnica de manejo mejora la producción de flores de mayor calidad.

C.5 Fertilización

El aporte de abono en cobertera es como sigue:


N

P

K

Contenido del suelo (ppm) en extracto, acuoso acuoso l:5

130-200

17-34

170-300

abonado:g/m2/año

200-100

20-13

125-80

Las necesidades de abono dependen principalmente de la absorción del cultivo. El análisis del extracto acuoso es un método útil para regular el suministro de abono pero no supone un cálculo de las necesidades de fertilización, por lo tanto aquí se ofrece a título informativo (ver párrafo 5.2 "fertilización").

Hay distintos sistemas de riego por aspersión baja, goteo, etc. que posibilitan el aporte localizado de los fertilizantes en disolución. Asimismo se recomienda la aplicación de dos abonados foliares en un período de diez días, a partir del momento en que los brotes alcanzan una longitud de 15 cm., para estimular el crecimiento vegetativo y paliar posibles deficiencias de micronutrientes.

C.6 Recolección y comercialización

El grado de apertura de las flores en el momento de la recolección, se establece tanto en función de los requerimientos del mercado, como del tiempo que se necesite para el transporte y de la variedad de que se trata. Por lo general se intenta conseguir que los tallos sean lo más largos posible, pero dejando 2 ó 3 yemas en la planta. La recogida debe hacerse durante las horas menos calurosas del día, eliminando las flores imperfectas. La clasificación se realiza en función de la longitud del tallo de modo que la clase extra tiene un tallo, de más de 90 cm, la 1ª de 80 a 90 cm, la 2ª de 70 a 80 cm y la 3ª de 50 a 70 cm.

A continuación se eliminan las hojas y espinas de los 20 últimos cm del tallo y se efectúa el embalaje en ramos de 20, 40 ó 60 unidades en cajas de 60 a 100 cm de longitud, 22 a 50 cm de anchura y de 9 a 10 cm de altura. Es preferible mantener las flores a una temperatura de 4ºC durante las 4 horas previas a la manipulación.

C.7 Rendimiento potencial

El rendimiento anual medio por m2, de un cultivo basado en una gama de variedades, se sitúa en torno a las 180 a 220 flores para los cultivares de tallo más corto y de 150 a 180 para los de tallo largo, de tal modo que cuanto más largo es el tallo menor será el rendimiento por m2.

D. Principales plagas y enfermedades

Los problemas patológicos más frecuentes del rosal son debidos a:

Hongos.- Oidio (Sphaerotheca pannosa); mildiu (Peronospora sparsa); manchas negras (Diplocarpon rosae); roya (Phragmidium mucronatum); podredumbre gris (Botrytis cinerea).

Artrópodos.- Pulgones, trips, araña roja (Tetranychus urticae).

Nemátodos.- Meloidogyne incógnita, M. halpa, Pratylenchus vulnus, Trichodorus christiei.

Virus.- Mosaico de la rosa, que es poco frecuente.

Bacterias.- Tumor del cuello (Erwinia tumefaciens).

E. Economía

La distribución de los costos de producción varía según el tipo de cultivo y las instalaciones. No obstante puede estimarse que para un cultivo frío en invernadero de poliéster rígido en España, los gastos se reparten del siguiente modo:

- Productos básicos (plantas, abonos, plaguicidas)

17%

- Mano de obra

37%

- Instalaciones y amortización

30%

- Varios (seguros, impuestos, intereses, etc.)

16%

F. Principales factores limitantes

Las dificultades y carencias que se encuentran con mayor frecuencia son:

- La falta de personal especializado para la dirección técnica.

- El riesgo económico del promotor de la explotación, debido al elevado alto costo de inversión en instalaciones y en material vegetal.

- En algunas zonas es un problema la falta de entidades de comercialización.

- La actual situación de descapitalización de las explotaciones familiares.

6.2.2.3 Planta de Interior

En la mayoría de los países mediterráneos hay una larga tradición en la producción de plantas ornamentales de interior además de dirigirse a la demanda del mercado propio tiene grandes posibilidades de exportación.

A. Prácticas culturales

Teniendo en cuenta que el área mediterránea dispone de una gran diversidad climática, puede afirmarse que es posible satisfacer las necesidades de una amplia gama de plantas ornamentales. De cualquier modo lo fundamental es el producir plantas de buena calidad en las condiciones económicas más ventajosas, con un mínimo de inversiones en instalaciones y sin olvidar que son preferibles las zonas sin riesgo de heladas.

A.1 Cultivos al aire libre

Al aire libre se pueden cultivar plantas como Ficus elástica para la producción de esquejes, algunos tipos de palmera como Phoenix canariensis, Washingtonia filifera y numerosas plantas crasas y cactos, Aloes, Euphorbia, etc.

A.2 Instalaciones sencillas

Entre las instalaciones más sencillas que pueden ser útiles citaremos los umbráculos, que filtran una parte de la luz y son especialmente adecuados para zonas sin viento. En ellos se puede cultivar plantas que necesiten sombra y no sean muy sensibles al frío, como es el caso de muchos cactos (Zygocactus, Schlumbergera, Epiphyllum, etc.), también Aralia japonica, Hedera, Asparagus, Aspidistra y muchas otras, dependiendo de las condiciones climáticas exteriores. Los umbráculos son útiles para reducir la luminosidad, pero en las noches de invierno sin viento no proporcionan una buena protección contra el frío, estimándose que la temperatura bajo el umbráculo no es más que 2 ó 3ºC superior a la registrada en el exterior y la temperatura del suelo se sitúa entre 3 ó 4ºC por debajo de la del exterior. Sin embargo en verano el umbráculo es de mucha utilidad ya que reduce considerablemente la temperatura exterior.

A.3 Los invernaderos

En este tipo de cultivos puede ser interesante realizar inversiones en instalaciones más complejas, como son estructuras metálicas cubiertas de cristal o plástico rígido, provistas de sistemas de calefacción o refrigeración. Estas instalaciones se justifican sobre todo en el caso de áreas cercanas a grandes ciudades con clima poco favorable o cuando se trata de cultivos especialmente exigentes.

También se puede utilizar invernaderos ligeros cubiertos de lámina de plástico, en cuyo caso se producen importantes oscilaciones de la temperatura y la humedad durante el día que pueden hacer necesario el uso de la doble cubierta como protección contra el frío o el sombreado con pintura blanca como protección del calor. Asimismo va a será el medio ambiente exterior el que determine la gama de plantas a cultivar, de modo que si no existe riesgo de helada se podrán producir plantas como Sanseviera, Ficus (benjamina, elástica, lyrata), Ananas, Schefflera, Philodendron, etc.

Un caso especial es el invernadero enterrado que se utiliza en Almería. Se trata de una protección simple con una gran inercia térmica, que permite el cultivo de plantas exigentes en calor sin suministro de calefacción en invierno (Dieffenbachia, Coediaeum, etc.).

Fig. 98. Invernadero enterrado utilizado en España.

El exceso de luz en invierno se elimina por medio de una red de sombreado colocada en el interior del invernadero; ésta se retira en verano, procediéndose entonces a pintar de blanco la lámina plástica de la cubierta.

B. Sustratos, macetas y fertilización

Es conveniente el utilizar materiales de la propia región, como por ejemplo la corteza, la pinaza, la tierra volcánica, etc., lo que hace necesaria la realización de estudios particulares para cada zona. De cualquier modo lo importante es conseguir un sustrato ligero, bien aireado, que retenga el agua y los nutrientes y que esté libre de malas hierbas y de residuos tóxicos. Si no se dispone de este tipo de materiales se puede hacer una mezcla de turba y arena fina en la proporción 3:1, o incluso empleando sólo turba. En este caso, dependiendo del tipo de planta, al sustrato debe suministrársele de 0 a 2 g por litro de CaCO3 y de 1 a 3 g de una mezcla de abono cuya proporción puede ser de 10, 5, 12, 3 (N.P.K. Mg). Normalmente las plantas verdes sin flor necesitan más nitrógeno y las plantas de flor y de hojas coloreadas necesitan más potasio.

La aplicación de los abonos se hace por disolución en el agua de riego y mediante abonados foliares a razón de 1 a 3 g por litro de agua.

En la producción comercial de plantas en maceta, cada vez se utiliza más y tiesto de plástico, que es más ligera y resistente. Para garantizar el desagüe hay que asegurarse de que no se obstruyan los orificios de la base. Por último añadir que en caso de no disponer de calefacción en invierno deben evitarse los excesos de agua.

C. Exigencias ecológicas

Estas plantas no son muy exigentes en luz, normalmente entre 2.000 y 10.000 lux, por ello siempre hay que eliminar parte de la luminosidad.

Aunque a veces la baja temperatura puede ser un problema, casi siempre el problema primordial es el exceso, por ello hay que impedir que haya radiación solar en el interior del invernadero y para ésto la solución más simple, aunque no la más eficaz, es cubrir los invernaderos con pintura blanca que sea fácil de eliminar en invierno.

Para este tipo de cultivos es muy importante la calidad del agua, en primer lugar porque las plantas cultivadas en maceta son casi siempre muy sensibles al exceso de salinidad y además porque el riego con agua de alto contenido en carbonato de calcio puede producir manchas blanquecinas en la superficie de las hojas. Para eliminar cualquier problema con el agua hay que mantenerla entre 0,6 y 1 mS/cm a 25ºC.

D. Multiplicación

Debido a la amplia gama de especies cultivadas para interior es imposible explicar con detalle la multiplicación de todas ellas, por ésto diremos que de modo general debe disponerse de material sano y selecto.

Algunas plantas se multiplican por semillas (palmeras, bromeliáceas, Asparagus, Schefflera), otras por división de mata (Sansevieria) y la mayoría por esquejes. Los esquejes necesitan con frecuencia calefacción para enraizar, de modo que si no se dispone de instalaciones adecuadas, la multiplicación sólo podrá realizarse en verano. Cada vez se multiplican más las plantas ornamentales por cultivo de tejidos (cultivo "in vitro" o micropropagación).

E. Principales factores limitantes

La producción de plantas ornamentales en los países mediterráneos puede ser una actividad interesante, aunque es necesario resolver problemas tales como:

- Poner a punto las técnicas necesarias pero adaptadas a las condiciones del Mediterráneo.

- Desarrollar industrias auxiliares necesarias para el sector como son la producción de macetas de plástico, productos fitosanitarios, láminas de plástico, sustratos, etc.

- Crear empresas especializadas en la producción de plántulas o al menos ofrecer a los horticultores facilidades para su importación.

6.2.3 Cultivos Frutales

6.2.3.1 Vid (Vitis vinifera)

El cultivo de la vid bajo cubierta está muy extendido por Italia meridional, siendo menos frecuente en otros países como Portugal y España. Con él se pretende:

- Acelerar la maduración de la uva (Junio) de ciertas variedades tempranas.

- Cultivar variedades tardías protegiéndolas de las condiciones atmosféricas desfavorables (viento, lluvia, granizo, etc.) lo que permite recolectar hasta Diciembre.

El primero de los objetivos puede alcanzarse mediante el uso de invernaderos de plástico o con protecciones aún más sencillas como las redes antigranizo, tejidos de polipropileno o cortavientos, colocados individualmente sobre cada hilada de plantas. Sea cual sea el tipo de abrigo utilizado, la planta debe estar protegida desde el cuajado de las uvas en Febrero o Marzo hasta su maduración. La variedad más extendida en cultivo protegido en Italia es la Cardinal, cuya producción es así de mejor calidad, madurando sus frutos con un mes de anticipación aproximadamente, lo que supone una gran ventaja. Hay que señalar que su rendimiento supera a veces de un 10 a un 20% al obtenido en cultivo al aire libre, aunque este incremento de la producción puede ser debido a las mejores condiciones de riego y de fertilización, a la realización de una poda más larga o a la densidad de plantación más elevada.

Los problemas más característicos del cultivo protegido de la vid son:

- La ventilación de los invernaderos, que tiene que evitar tanto las temperaturas excesivas por encima de los 30ºC como los niveles elevados de humedad.

Normalmente los abrigos disponen de una sola cubierta como tejado y de un cortavientos lateral en la dirección de los vientos dominantes.

- La lucha contra enfermedades criptogámicas y en particular contra Botrytis, siendo la variedad de mayor resistencia la Italia seguida por Regina.

La variedad Cardinal es la más utilizada en cultivo protegido en Portugal, Italia, Grecia y Chipre.

- Los métodos de riego más convenientes son aquellos que no aumentan la humedad del aire, siendo los más aconsejables los de riego localizado.

En Italia se utilizan como cubierta láminas de PE o EVA, que deben colocarse antes del período de las lluvias de finales de Agosto y se mantienen hasta la recolección en Noviembre o Diciembre. Estas láminas se extienden sobre las viñas de modo que permitan la libre circulación del aire y una buena iluminación. Las maderas que se emplean como tutores pueden ser a la vez puntos de fijación del plástico. Hay que destacar que si el nivel de humedad del aire aumenta debe tenerse un cuidado especial en la prevención de Botrytis y otras enfermedades criptogámicas.

En Portugal se prefieren las mallas de polipropileno. Se colocan en el techo y sobre las paredes del abrigo sin preocupación por hacerlo estanco al agua ya que en este país la vid no tiene hojas más que a partir de Marzo que es cuando ha finalizado el período de lluvias. Las láminas de PP son porosas, lo que facilita la aireación y en consecuencia reducen la condensación. Además son más resistentes al rasgado que las láminas de PE o EVA y han permitido obtener resultados muy satisfactorios.

6.2.3.2 El Banano (Musa acuminata Colla AAA)

El cultivo del banano viene realizándose desde hace muchos años en algunas zonas privilegiadas del Mediterráneo; aproximadamente 175 ha. en Creta.

Las circunstancias económicas de los últimos años han propiciado el que en algunos países se estén realizando tentativas de cultivo protegido, así en Portugal hay algunas ha y en Creta que en 1.983 tenía alrededor de 60 ha. de banano, se ha venido aumentando la superficie bajo cubierta en un 15 ó 20% anualmente. En Marruecos estamos asistiendo a una verdadera explosión de este cultivo que desde las 80 ha. de 1.984 va aumentando progresivamente hasta el punto de que algunos aseguran que Marruecos es autosuficiente.

A. Descripción general

A.1 La planta

Se trata de una planta herbácea de tallo subterráneo muy corto (rizoma o cabeza), susceptible de formar retoños que lo hacen perenne. El conjunto de vainas foliares y hojas estrechamente imbricadas forma el tronco. La planta tiene unas 30 hojas cuyo ritmo de aparición dependerá de las condiciones climáticas.

A.2 Inflorescencia

Una vez ha brotado la yema apical se convierte en una inflorescencia sostenida por un tallo que se forma en el tronco y se va liberando poco a poco de las vainas y de los peciolos foliares.

A lo largo del eje de la inflorescencia aparecen brácteas, cada una de las cuales recubre un grupo de flores desnudas dispuestas en dos filas e imbricadas entre sí. Los primeros grupos de flores desde el 5º al 15º son femeninas, siendo los grupos que aparecen más tarde los que llevan flores estaminadas que suelen estar desprovistas de polen. A partir de su salida del tronco la inflorescencia se curva, pero la yema terminal permanece activa. Las espatas de color intenso van superponiéndose, dejando surgir gradualmente los frutos de banana que forman el racimo. En este momento los frutos jóvenes se enderezan y el racimo toma la posición inversa de la que tiene cuando está en el mercado.

Los racimos se recolectan cuando alcanzan el peso apropiado y cuando las bananas están aún verdes.

Fig. 99. Planta de banano con sus frutos y retoños. (Según CHAMPION J., "Le Bananier". Maison Neuve et Larose, Paris).

B. Exigencias ecológicas

Se trata de una planta tropical de regiones húmedas y calurosas que tiene exigencias climáticas que hay que tener en cuenta.

B.1 Insolación

El banano necesita un régimen de insolación bastante elevado, de tipo intertropical, que puede darse en el área mediterránea con relativa facilidad. Parece ser indiferente al fotoperiodo.

B.2 Temperatura

Su umbral de temperatura parece estar en los 16ºC, de tal modo que si no se llega a esta temperatura el meristemo terminal entra en reposo. Con temperaturas inferiores a los 20ºC se enlentece el ritmo de aparición de hojas nuevas. Parece ser que el límite inferior de temperatura que la planta puede soportar sin perjuicios es de 12ºC, estando la temperatura media óptima entre los 25ºC y los 30ºC.

Hay que ser muy cuidadoso a la hora de elegir la localización de los cultivos bajo abrigo en Africa del Norte para evitar inconvenientes de consideración.

B.3 El agua

Como en todas las plantas tropicales, se trata de un cultivo que necesita mucha agua de forma constante. El banano no soporta la sequía de modo que si le falta el agua las hojas y las vainas foliares se marchitan y el tronco se quiebra. Por lo tanto en el área mediterránea es conveniente instalar nebulizadores en los invernaderos. A pesar de todo la cepa es más resistente a la sequía prolongada que la parte aérea.

Si admitimos que en condiciones favorables el banano forma una hoja a la semana y esta hoja tiene una superficie de 1 m2 y si además contamos con que la planta normalmente tiene 15 hojas funcionales, nos encontramos con una superficie foliar total en torno a los 15 m2 lo que supone un indice de área foliar de 4. El CAI alcanza con mucha frecuencia valores entre 6 y 8 según el cv.

La evapotranspiración de una planta es de unos 25 l. por día soleado, lo que supone unos 6 l/m2 de suelo, que corresponde a precipitaciones mensuales de 100 a 150 mm. dependiendo de la insolación.

B.4 Viento

Es bien sabido que el viento produce erosiones en las hojas de los bananos cultivados al aire libre.

B.5 El suelo

El enraizamiento es poco vigoroso y necesita suelos ligeros, sin capas endurecidas que puedan limitar la profundidad de las raíces. Además no toleran la existencia de aguas estancadas de modo que la capa freática de estar por lo menos a 1 m. de profundidad.

Asimismo el pH óptimo es de 6 a 7,5.

C. Prácticas culturales

C.1 Preparación del suelo

La necesidad de realizar una labor profunda así como de preparar el drenaje antes de la plantación, va a depender del tipo de suelo y de la altura de la capa freática.

C.2 Plantación

Se puede utilizar distintos tipos de material vegetal siempre que tengan una yema apical o lateral. Lo más frecuente es plantar retoños que lleven una parte de rizoma y algunas raíces, siendo la altura del retoño de 1 m. aproximadamente. La densidad de plantación es de 2.000 a 2.500 retoños por ha para los cvs muy enanos y de 1.600 a 1.800 plantas por ha para los enanos.

Lo ideal es que el cuello del rizoma se coloque a unos 10 cm. del nivel del suelo, situando las yemas terminales siempre en la misma dirección para que las plantas queden alineadas y no invadan los espacios entre líneas o los caminos.

La plantación del banano en invernadero en la zona mediterránea, se realiza de tal modo que todos los estadios vegetativos y reproductores de la planta dispongan de las mejores condiciones climáticas. Por lo general se van quitando todos los retoños de la planta madre hasta finales de abril o principios de mayo, dejando que se desarrollen a partir de esta fecha con el fin de tener disponibles en Junio un número suficiente para hacer una nueva plantación o para reformar la ya existente.

C.3 Eliminación de hijuelos

Cuando el material de plantación es una yema central, no es necesaria la poda.

Cuando se ha empleado un retoño lateral de una planta, hay que suprimir el resto de los hijuelos para evitar la competencia por nutrientes. En Creta se suelen conservar tres brotes por planta de forma que el más viejo da los frutos y el segundo y el tercero dejan un intervalo de 3 ó 4 meses.

Fig. 100. Bananos en distintos estadios, en invernadero parral (Marruecos). (A)

Fig. 100. Bananos en distintos estadios, en invernadero parral (Marruecos). (B)

Fig. 100. Bananos en distintos estadios, en invernadero parral (Marruecos). (C)

C.4 Cuidados de la inflorenencia

Cuando la yema terminal brota, conviene facilitarle la salida apartando o incluso cortando las hojas que pudieran dañarle ya que la inflorescencia en el período de cuajado de los frutos no tolera ningún contacto rugoso.

Más tarde se suprime la parte masculina de la inflorescencia a unos 15 ó 20 cm. del último grupo de frutos y asimismo se eliminarán también todos los frutos que no parezcan susceptibles de dar buena calidad.

C.5 El deshojado

Para tener un buen acceso a las plantas hay que eliminar todas las hojas viejas que van cayendo por el tronco cuando están secas.

C.6 Mantenimiento del suelo

El cuidado del suelo es fundamental ya que el banano tiene un enraizamiento muy superficial y por ésto hay que evitar la competencia de las malas hierbas. Por lo general el suelo se mantiene desnudo, lo que no supone ninguna dificultad cuando la plantación es vieja porque las hojas proyectan sombra sobre el suelo. No obstante el problema surge durante las primeras semanas de la plantación e inmediatamente después de la primera recolección.

C.7 Riego

En el Mediterráneo el riego tradicional ha sido por surcos, pero en las explotaciones modernas se utiliza el sistema de riego por aspersión que proporciona además una buena higrometría en el invernadero.

C.8 Fertilización

Para una tonelada de frutos medianos se necesita de 1 a 2 kg. de N; 0,2 kg. de P; de 5 a 7 kg. de K; de 0,1 a 0,3 kg. de Ca y de 0,1 a 0,2 kg. de Mg.

Estas cifras demuestran que el banano exige grandes dosis de K en forma de sulfato mejor que de cloruro. Por otra parte es poco exigente en P y requiere una fertilización nitrogenada bien equilibrada.

Se calcula que la cantidad media de abonado por ha. es:

- 1.500 kg. de nitrato o sulfato amónico a razón de 6 kg. por riego.

- 2.000 kg. de sulfato potásico principalmente antes y durante la fructificación.

- Las necesidades de fosfato suelen estar aseguradas por el abonado orgánico cuya dosis es de 50 a 100 toneladas por ha.

C.9 Variedades

La variedad más interesante en la actualidad es "Dwarf Cavendish" perteneciente al grupo de los "Cavendish" o "sinensis" cuyo nombre común es "Pequeña enana". La altura de la planta no es superior a los 4 m. y sus frutos son cortos. El rendimiento de esta variedad es ligeramente inferior al de las "enanas", pero es más fácil su cultivo en invernadero por la altura que nunca sobrepasa los 5 m. frente a los 6 a 6,5 m. de las otras.

Es muy importante tener en cuenta el origen de los clones que se utilicen, sobre todo en las condiciones actuales en que con la técnica de micropropagación se tiende a multiplicar cualquier material disponible sin tomar en consideración su valor real. En este sentido Marruecos parece haber seleccionado líneas de gran interés.

C.10 Problemas fitosanitarios

Durante los primeros años del cultivo el productor se encuentra con pocos problemas fitosanitarios, pero después de algunos años surgen dificultades con los nematodos, lo que implica la utilización de nematicidas y asimismo ataques de araña roja lo que obliga a desmochar el cultivo cada 8 ó 10 meses. En lo relativo a la fusariosis hay que admitir que en la actualidad no se dispone de un tratamiento eficaz.

C.11 Varios

A. Tipos de invernadero utilizados

La altura de la planta obliga a utilizar invernaderos del tipo multiwave. Asimismo puede utilizarse el tipo "parral" pero con una altura mayor que puede ser de hasta 6 m., o de 5 m. para el caso de los clones más enanos (ver fig.102). En Creta hasta ahora se han limitado a construir invernaderos de tipo holandés, de estructura de madera, cubierta de plástico y con una altura media de 3m.

Las necesidades de ventilación no son muy elevadas debido a que los invernaderos tienen un gran volumen y también porque el nivel de humedad en el exterior es alto a causa tanto de la elevada tasa de evapotranspiración del cultivo como por el uso del riego por aspersión.

B. Maduración

La recolección es muy escalonada pudiendo realizarse en distintos momentos según la demanda del mercado.

Los racimos que se cogen verdes, se mantienen a una temperatura constante de 16ºC. La coloración amarilla aparece a partir del tercer día y desde ese momento el período de conservación será de 10 días si se mantiene la temperatura a un máximo de 16ºC.

6.2.3.3 La piña (Ananas comosus L.Merr.)

La piña es una planta originaria de América del Sur que ha aparecido en el Mediterráneo por su demanda tanto en fresco como en conserva. Es una planta de la familia de las Bromeliáceas de las que la mayoría son epifitas. Aunque la piña sea una planta terrestre tiene características comunes con otras plantas de la familia de tal modo que sus hojas en roseta forman un vaso por el que la planta recoge el agua, los nutrientes o los reguladores de crecimiento.

A. Descripción general

Se trata de una planta herbácea, perenne, de hojas largas alrededor de un tallo corto. Algunas variedades tienen hojas bordeadas por espinas más o menos numerosas. El fruto es una infrutescencia que se desarrolla a partir de la inflorescencia apical y está constituido por numerosos frutitos sin semilla adheridos entre sí, para formar la piña tal y como es conocida. El color del fruto puede variar desde el naranja al amarillo y para que sea sabroso debe madurar en la propia planta.

B. Exigencias ecológicas

Las mejores condiciones de crecimiento corresponden a un clima cálido y húmedo, sin grandes oscilaciones durante el año. Siempre que no haya riesgos de helada es posible producirla en el Mediterráneo en cultivo protegido. Además pueden obtenerse frutos de buena calidad si se tienen precauciones tales como evitar temperaturas demasiado altas, que pueden producir quemaduras tanto en las hojas como en los frutos y reducir los excesos de humedad en el suelo y en las plantas durante los períodos de temperaturas bajas.

La piña necesita suelos ligeros, bien drenados, ricos en materia orgánica y si es posible ligeramente ácidos. Es un planta que tolera el viento con la excepción del período de fructificación.

C. Variedades

Entre las variedades más conocidas, citaremos las siguientes:

- "Red Spanish" que tiene carne de color amarillo claro, es adecuada para el consumo en fresco y resiste el transporte.

- "Smooth Cayenne" de color amarillento y muy apropiada para conserva.

- "Natal Queen" que tiene carne de color dorado, es excelente para el consumo en fresco y se conserva bien una vez madura.

D. Prácticas culturales

D.1 Multiplicación

La piña es de fácil multiplicación a partir de los retoños que la planta produce de modo natural.

Fig. 101. Esquema de la piña con los distintos tipos de retoño.

Si sólo se utiliza este material existe el inconveniente de que se multiplican plantas sin tener en cuenta la calidad de sus frutos. Por lo tanto lo más aconsejable es arrancar las plantas que hayamos seleccionado previamente para la multiplicación, quitarles las hojas y cortar el tallo en trozos. Estos se desinfectan con una solución de permanganato al 2% y se introducen en turba cubierta de arena en un lugar fresco y protegido del sol. En las zonas más frías hay que utilizar calefacción. Unos treinta días más tarde comienzan a desarrollarse las yemas pudiendo obtenerse entre 10 y 15 plantas por tallo.

D.2 Plantación

Si el suelo no es rico en materia orgánica hay que aportar 10 kg/m2 de una mezcla de estiércol descompuesto y turba a partes iguales. A esta mezcla hay que añadir 1.000 kg/ha. de un fertilizante NPK 8-3-16. También habrá que aportar magnesio si el agua es pobre en este elemento. Una vez realizada la plantación basta con hacer dos aplicaciones foliares de urea, sulfato de hierro y magnesio cada 3 ó 4 días sobre todo durante la estación cálida.

Es muy difícil combatir las malas hierbas cuando las plantas están muy desarrolladas, aunque de modo preventivo puede utilizarse un acolchado bien sea de lámina de plástico negro o de arena. Las plantas se colocan en doble hilera con separación entre las hileras de 50 cm., entre las plantas 40 cm. y entre las dobles hileras 120 cm.

D.3 Inducción floral

La inducción de la diferenciación floral realizada artificialmente, es una práctica muy corriente para la que se utilizan distintos productos, aunque los mejores resultados se han conseguido con Ethrel (una solución de etephón). El tratamiento se realiza en el vaso que forma la planta y se repite de 2 a 3 veces dejando algunos días de intervalo.

D.4 Recolección

Si se desean frutos de calidad, la recolección debe hacerse cuando el fruto está coloreado y sobre todo cuando la zona de la base ha tomado un tono anaranjado. No obstante el momento exacto de la recolección depende de cada variedad.

E. Principales plagas y enfermedades

Si el material está sano y el suelo es nuevo, no se van a presentar muchos problemas.

De cualquier modo si cabe la menor duda respecto al estado sanitario, es mejor sumergir el material de reproducción en una solución a base de malatión y diazinon, ya que el problema principal es la cochinilla que es muy difícil de erradicar con los tratamientos clásicos.

Los nematodos también pueden ser un problema, por lo que hay que asegurar la ausencia de infección tanto en el material utilizado como en el suelo.

F. Notas generales

El cultivo de la piña puede ser interesante en los países en los que haya dificultades para la importación y cuando se deseen frutos maduros de buena calidad y a precios razonables.

6.2.3.4 La papaya (Carica papaya L.)

La papaya es una planta originaria de América Central, que se ha introducido en todos los países de clima cálido del mundo. Resulta un cultivo de gran interés tanto por su rapidez de crecimiento, como por la riqueza vitamínica de sus frutos.

A. Descripción general

Es una planta herbácea que puede permanecer en producción durante muchos años, aunque en la práctica no se mantiene más de tres o cuatro años. Normalmente posee un solo tronco que puede irse ramificando con la edad hasta alcanzar los 8 ó 10 m. Las hojas tienen un largo peciolo y son relativamente grandes e irregulares. Cuando caen dejan una cicatriz característica en el tronco. Es una planta polígama, de modo que se pueden encontrar tallos con flores masculinas, femeninas o hermafroditas. Esta circunstancia va a influir de modo decisivo en la reproducción.

B. Exigencias ecológicas

Aunque las condiciones idóneas para la papaya son los climas cálidos y húmedos, se ha adaptado muy bien al clima mediterráneo siempre y cuando no haya riesgos de helada. Durante el verano su crecimiento es muy rápido de modo que si se cultiva en invernadero de plástico y la temperatura sube demasiado, existe el riesgo de quemaduras. Por lo tanto es en la estación cálida cuando tiene mayores necesidades de agua y nutrientes.

Durante la estación fría el crecimiento se enlentece de tal modo que hay que evitar el exceso de agua que podría dañar al sistema radicular. Una gran ventaja de este cultivo es que no es muy exigente en lo relativo a la calidad del agua.

El gran tamaño de sus hojas la hace muy sensible al viento por lo que es preferible cultivarla bajo protección. Por último es una planta que prefiere los suelos profundos, fértiles y con buen drenaje.

C. Variedades

Como la mayor parte de las veces la reproducción se realiza por semillas, diremos que la variedad más conocida es Solo de Hawai con sus variantes Solo 5, Solo 8, Solo Kapone, Solo Sunrise, etc y otras como Puna y en particular en la zona de Florida Bluestem y Betty.

En cualquier caso para la zona mediterránea, un cultivo correcto debe hacer que las plantas alcancen poca altura, produciendo frutos de tamaño mediano de carne bien coloreada, preferiblemente rosada y con un elevado contenido en azúcares.

D. Prácticas culturales

D.1 Multiplicación

La multiplicación de la papaya se realiza principalmente por semillas. Distintos estudios realizados han demostrado que las flores femeninas fecundadas por flores masculinas dan lugar a un número igual de plantas masculinas y femeninas, lo que constituye un gran inconveniente ya que hay que poner varias plántulas en cada agujero para, cuando posteriormente florezcan y sean reconocibles, proceder a la eliminación de las plantas masculinas excedentarias. Sin embargo en el caso de flores pistiladas polinizadas por flores hermafroditas, se producen igual número de flores femeninas y hermafroditas y del mismo modo, las flores hermafroditas entre sí dan lugar a una planta femenina por cada dos hermafroditas. Por todo ello, resultan más interesantes los dos últimos casos.

La reproducción por esqueje o injerto es igualmente posible, pero su uso se reserva en exclusiva para aquellos casos en que se desee conservar una planta por algún interés particular.

D.2 Plantación

Ya que se trata de una planta con raíces profundas, hay que hacer una buena preparación del suelo aportando 1.000 kg. de superfosfato cálcico, 500 kg. de sulfato potásico y 50.000 kg. de estiércol por cada ha. Normalmente las plantas se colocan a una distancia de 2,5 x 2,5 m. ó 2 x 3 m. La mejor época es al final del verano para que las plantas no crezcan demasiado, pudiendo comenzar la recolección de 14 a 16 meses después.

D.3 Abonado adicional

Durante el primer año se debe aportar a cada planta 100 g. de nitrato amónico, 300 g. de superfosfato cálcico y 200 g. de sulfato potásico, duplicando estas cantidades en los años posteriores. Hay que tener en cuenta que tanto el agua como el abonado debe suministrarse sobre todo durante la estación cálida.

D.4 Recolección

Se realiza cuando el fruto ha adquirido color al menos en un 50% de su superficie.

E. Principales plagas y enfermedades

El principal problema en la zona mediterránea es la araña roja (Tetranychus sp.) y otros ácaros, que pueden combatirse mediante aplicaciones de azufre u otros productos específicos. Si se va a utilizar productos nuevos es necesario realizar ensayos previos o limitar los tratamientos a las horas más tempranas del día o por la tarde ya que las hojas son muy sensibles.

También pueden crear problemas el oidio o los nematodos.

En las zonas con grandes áreas de cultivo puede haber ataques de virus, sobre todo los mosaicos y las manchas en anillo (ringspot). En el caso de cultivo protegido, lo más aconsejable es utilizar mallas finas para impedir la entrada de los pulgones, que son los principales vectores de las virosis.

F. Notas generales

La papaya es un cultivo muy interesante para el área mediterránea ya que permite producir frutos de grandes cualidades gustativas y dietéticas y sobre todo porque esta producción se desplaza a la estación fría, que es cuando hay menos frutas en el mercado.s


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