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Valor del muestreo de campo de baja intensidad
en los inventarios forestales nacionales

T. Thuresson

Tomas Thuresson es analista
forestal en el Consejo Forestal
Nacional, Jönköping, Suecia.

Un inventario forestal sobre el terreno con un muestreo de intensidad relativamente baja puede dar la información necesaria para tomar decisiones a nivel del país a un costo razonable.

La evaluación de los bosques se realiza mejor sobre el terreno

- STORAENSO

Uno de los objetivos más importantes de las evaluaciones de recursos forestales es el de servir de base para las decisiones (aunque a menudo se recopilen por otras razones los datos sobre recursos forestales). Una información fidedigna sobre la situación y las tendencias de los recursos forestales ayuda a los responsables a adquirir la perspectiva necesaria para orientar las políticas y los programas forestales.

Sin embargo, la información disponible sobre los recursos forestales mundiales es mucho más rudimentaria de lo que desearían quienes han de tomar las decisiones. Las actuales colecciones de datos están a menudo anticuadas y pueden contener graves errores sistemáticos. En algunos sectores, por ejemplo, se ha visto que tanto las cifras de crecimiento como los índices de recolección han sido muy subestimados (Thuresson, Drakenberg y Ter-Gazaryan, 1999). Además, las actividades de corta (legales e ilegales) han reducido en muchas zonas la validez de viejas series de datos. Las conclusiones sobre el desarrollo forestal se basan pues muchas veces en información incorrecta o insuficiente, que da lugar a decisiones erróneas.

Para el mejor conocimiento de los bosques en los países en que las actuales bases de datos forestales son de baja calidad, un inventario forestal nacional sistemático realizado sobre el terreno con baja intensidad, y si es posible con el apoyo de fotografías aéreas o desde satélite, puede facilitar una evaluación cualitativa general a un costo aceptable. Un inventario forestal con intensidad de muestreo relativamente baja, gran exactitud en las mediciones y errores aleatorios conocidos en las estimaciones puede valer para estimar las variables más importantes y deseadas a nivel del país, aunque el nivel de precisión no permita un desglose en zonas o clases más reducidas. La FAO está desarrollando actualmente un modelo de proyecto en apoyo de evaluaciones forestales nacionales con esas orientaciones. En este artículo se examinan la fiabilidad y los beneficios de tal muestreo de baja intensidad.

LA TELEDETECCIÓN NO PUEDE DAR TODAS LAS RESPUESTAS

En la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2000 (ERF 2000), y también en la ERF 1990, la falta de inventarios forestales sobre el terreno se compensó en alguna medida mediante análisis de datos obtenido mediante teledetección por satélite. La teledetección puede haber proporcionado una información valiosa para los análisis regionales y mundiales de la superficie forestal y sus cambios. Sin embargo, para otras muchas variables importantes similares, como la biomasa maderera sobre el terreno, su crecimiento y rendimiento, la madera comercializable, los productos forestales no madereros y los índices de biodiversidad, los datos obtenidos por satélite son insuficientes o inservibles sin parcelas de inventario forestal a base de muestreo. Además, para las variables de gestión y para evaluar la dinámica de las alteraciones naturales o causadas por el hombre en los bosques, los datos de teledetección tienen poco o ningún valor si no se combinan con una muestra suficientemente amplia de parcelas de inventario forestal (véase el artículo de Tomppo y Czaplewski en este número).

MUESTREO DE BAJA INTENSIDAD: ¿SON FIDEDIGNOS LOS RESULTADOS?

Estimar de antemano la precisión de cualquier tipo de inventario es difícil. Las necesidades de información de las autoridades, los tipos de bosques y otras condiciones, y la variabilidad dentro de las zonas de interés en todos los niveles (subparcela, parcela, comarca y región) varían considerablemente de un país a otro y dentro de cada país. En este artículo, se han escogido dos ejemplos para ilustrar los posibles resultados en distintas partes del mundo y con diferentes intensidades de inventario: el inventario de la encuesta forestal nacional de Suecia (Li y Ranneby, 1992) y un muestreo de baja intensidad realizado en Costa Rica (Kleinn et al., 2001).

La encuesta forestal nacional de Suecia

La encuesta forestal nacional de Suecia (1983-1987) se concibió como muestreo por conglomerados sistemático, siendo regular la distancia entre ellos, e idéntica dentro de cada condado. Los conglomerados eran lotes de muestreo circulares ( 5 a 10 m de radio) alineados a los lados de parcelas cuadradas. Los lados de las parcelas variaban de 400 a 1 800 m, y la distancia entre parcelas era de 5 a 22,5 km, según la región del país. El sistema de parcelas se concibió para que un equipo de tres o cuatro personas trabajara en una parcela cada día (incluidos los viajes).

En cada parcela había como promedio cuatro o cinco lotes de volumen, nueve o diez lotes de tocones y también lotes de regeneración. Se inventariaron en total unas 2 250 parcelas, 20 000 lotes de volumen (10 000 en tierras forestales) y 20 000 lotes de tocones (en tierras forestales) al año.

Se utilizó un método aproximado para simular el coeficiente de variación (error relativo medio) en porcentaje para un inventario de un solo año con diferentes números de parcelas (50, 100, 250 y 500) repartidas sistemáticamente por el país, sobre la base de cifras presentadas por Li y Ranneby (1992). Se realizó la simulación para las siguientes variables: área forestal (hectáreas); volumen total de madera en pie (m3/hectárea con corteza) en el área forestal; área recolectada (hectáreas de corta a tala rasa) en el área forestal; y volumen total recolectado (m3/hectárea con corteza) en el área de superficie forestal.

Los resultados revelan que el área total y el volumen de madera en pie pueden estimarse con bastante precisión incluso con relativamente pocas parcelas (Cuadro 1). En cambio, el área de corta a tala rasa y el volumen recolectado se estimaron con poca precisión.

CUADRO 1. Errores medios relativos simulados de un inventario único, dados diferentes números de parcelas, sobre la base del diseño de la encuesta forestal nacional de Suecia 1983-1987

Número de parcelas

Coeficiente de variación en porcentaje de la estimación

Superficie forestal total

Superficie de corta a tala rasa por año en tierras forestales

Volumen total de madera en pie

Volumen total recolectado en tierras forestales

50

7.5

48.0

9.0

33.0

100

5.3

33.9

6.4

23.3

250

3.4

21.5

4.0

14.8

500

2.4

15.2

2.8

10.4

El reconocimiento forestal nacional sueco ilustra los diferentes resultados que pueden obtenerse con diferentes intensidades de inventario. Aquí se muestra una masa de piceas en Suecia

- STORAENSO

Inventario piloto en Costa Rica

El reciente inventario forestal piloto en Costa Rica (Kleinn et al., 2001) se concibió como muestreo de cuadrícula sistemático utilizando fotografías aéreas para la interpretación de clases de uso de la tierra y conglomerados de mediciones sobre el terreno. Se dispuso de un total de 159 fotografías, de cuadrados que medían sobre el terreno de 2,7 a 4,5 km de lado, abarcando dos tercios de la superficie total de Costa Rica. Se tomaron muestras de 40 lugares próximos a las fotografías y se midieron 34 parcelas de inventario cuadradas, consistentes en una unidad de referencia de 1 x 1 km2 con una parcela interior de 500 x 500 m2. En los lados de esta parcela se establecieron subparcelas de 150 x 20 m2, dentro de las cuales se midieron todos los árboles de más de 30 cm de diámetro a la altura del pecho. Además, en tres niveles de subparcelas menores encajadas (de 20 x 10 m2, y circulares de 3,99 y 1,26 m de radio) se midieron y contaron los árboles menores y los pimpollos. El tiempo dedicado al trabajo de campo fue de 7 a 12 jornadas de trabajo por parcela (excluida la preparación y el trabajo de oficina). El trabajo de campo consistió no sólo en medir los árboles, sino en entrevistar a los propietarios sobre temas como usos de la tierra y necesidades de los bosques.

Se estudiaron cuatro variables del inventario de Costa Rica: área forestal total; recursos arbóreos fuera de los bosques, es decir tierras no forestales con capacidad para sustentar árboles; volumen comercial (>30 cm de diámetro) en el bosque; y volumen comercial (>30 cm de diámetro) de los recursos arbóreos no forestales. Las dos primeras variables se estimaron a partir de las 159 fotografías, y las dos últimas sobre la base de las 34 parcelas de muestreo. El coeficiente de variación en porcentaje se simuló para 50, 100, 250 y 500 fotografías (para las dos primeras variables) o parcelas (para las dos últimas variables), sistemáticamente repartidas por el país.

Los resultados revelan que los coeficientes de variación para las interpretaciones de fotografías aéreas del área forestal y de los recursos arbóreos no forestales eran bastante bajos con unos cientos de fotos interpretadas (Cuadro 2). Las estimaciones de volumen comercial muestran coeficientes de variación más altos; pero, considerando que sólo se incluyeron en la estimación los árboles de más de 30 cm de diámetro, las cifras parecen bastante aceptables, lo que depende por supuesto de la precisión requerida.

CUADRO 2. Errores medios relativos simulados, dados diferentes números de fotografías (dos primeras columnas) o de parcelas (dos últimas columnas), sobre la base de un inventario único en Costa Rica

Número de fotos o parcelas

Coeficiente de variación en porcentaje de la estimación

Superficie forestal total

Recursos arbóreos no forestales

Volumen comercial
  (> 30 cm de diámetro),
árboles forestales

Volumen comercial (>30 cm de diámetro), árboles no forestales

50

6.8

9.3

14.3

31.7

100

4.8

6.6

10.1

22.4

250

3.0

4.1

6.4

14.2

500

2.1

2.9

4.5

10.0

ESTIMACIONES DE LOS CAMBIOS FORESTALES

Una variable presentada por la ERF 2000 que ha generado históricamente gran interés es la estimación del cambio en la cubierta forestal. Ni el inventario de Costa Rica ni el inventario forestal nacional de Suecia estimaron el cambio en la cubierta forestal. Sin embargo, el inventario sueco estimó la superficie de corta a tala rasa. Los coeficientes simulados de variación a partir de mediciones directas en superficies taladas son elevados: 48 por ciento con 50 parcelas y 12,5 por ciento con 500 parcelas. Así pues en Suecia, donde la superficie talada suele ser del 0,8 por ciento de la superficie forestal (tasa de deforestación que podría ser típica de muchas zonas), los límites de confianza absolutos son 0 a 1,6 por ciento con 50 parcelas y 0,6 a 1 por ciento con 500 parcelas. Con 50 parcelas los resultados tendrían poco valor para tomar decisiones en todo el país. Sin embargo, con 500 parcelas los resultados podrían ofrecer una base de información para muchas decisiones, con gran ventaja sobre la información disponible hoy en muchos países.

COSTOS

En el inventario de Costa Rica los costos se estimaron en unos 2 000 dólares EE.UU. por parcela. Es una cifra bastante elevada, pero se refiere no sólo a la medición de las variables forestales sino también a las superficies de distintos usos de la tierra y a entrevistas con la población local. Además, esta estimación incluye costos indirectos como planificación y viajes, proporcionalmente elevados ya que se inventariaron poco más de 30 parcelas. Un inventario con más parcelas habría reducido también probablemente el tiempo de trabajo por parcela, al ser menores el factor formación y el costo fijo por parcela. Sería posible, por consiguiente, reducir el costo por parcela para futuros inventarios similares.

Suponiendo que el costo por parcela pueda reducirse a la mitad con mayor eficiencia en inventarios mayores y mejor planificados, el costo de un inventario con 500 parcelas sería de unos
500 000 dólares EE.UU. ¿Es esto excesivo? Tal vez la respuesta esté en dar la vuelta a la pregunta: ¿Cuáles son los costos de decisiones basadas en una información incompleta e incorrecta?

CONCLUSIONES

Los procesos internacionales son cada vez más exigentes en lo que se refiere a variables de datos y calidad de los datos (véanse los artículos de Braatz y Prins en este número). Aun cuando haya muchas dificultades prácticas con los inventarios forestales, está claro que es preciso medir, contar y observar las variables más importantes en los bosques.

Los «inventarios» a partir de satélite suscitan a menudo interés por su bajo costo y su alta tecnología. Sin embargo, la alta tecnología es superflua desde el punto de vista de la información si falta la infraestructura. Además, las imágenes no pueden ofrecer toda la información requerida.

Aunque los ejemplos de este artículo son pocos y simplificados, pueden extraerse algunas conclusiones. Variables diferentes requieren métodos de inventario diferentes. Sin embargo, casi siempre el tipo de inventario escogido es una transacción entre distintas soluciones. Análogamente, los inventarios ilustrados en este artículo pueden no alcanzar la máxima precisión para las variables presentadas, pero sus errores medios son aceptablemente bajos para algunas de las variables más importantes. Las simulaciones de errores medios en los ejemplos de Suecia y Costa Rica muestran que es posible estimar la superficie forestal total y el volumen de madera en pie con bastante precisión, incluso con relativamente pocas parcelas de inventario. Los inventarios forestales de baja intensidad pueden pues brindar información útil para tomar decisiones tanto a nivel local como mundial, con o sin información adicional de datos obtenidos por teledetección.

Los costos de tales inventarios forestales de baja intensidad pueden parecer elevados para muchos países en desarrollo, pero desde una perspectiva internacional y desde el punto de vista de los responsables de las decisiones los beneficios pueden merecer el gasto. Sin embargo, para allegar los fondos precisos para los inventarios nacionales habrá que convencer a las autoridades responsables de que los datos derivados de esos inventarios son mejores que otras informaciones disponibles. En este punto, la comunidad internacional tiene probablemente la llave de la información futura sobre los recursos forestales.

Incluso los inventarios de baja precisión, como en el caso de Armenia (véase el recuadro), pueden dar información que altere toda la perspectiva sobre los recursos forestales. Si las autoridades no disponen de datos firmes, las decisiones se basarán en otras informaciones disponibles, conjeturas o simples suposiciones. Pero cuando las autoridades dispongan de más datos y vean la fuerza de basar sus decisiones en datos firmes, pedirán más variables, más exactitud y series temporales de datos. De esta manera, un inventario forestal de baja intensidad puede conducir a más trabajos de inventario con el resultado de promoción de la capacidad y mejor información.

Es importante observar que en principio se necesitan ambos niveles de inventario: inventario sistemático e imparcial basado en muestreo con precisión conocida para uso estratégico (toma de decisiones), e inventario completo para uso operacional (planificación de la gestión).

Para terminar, los inventarios forestales nacionales de baja intensidad tal vez no respondan a todas las demandas de información a nivel nacional o mundial, desde el punto de vista de un inventario forestal. Sin embargo, pueden ofrecer datos bastante avanzados para su uso en la toma de decisiones, y la información derivada de tales inventarios puede promover una actividad forestal nacional y nuevos inventarios que elevarán la capacidad profesional en la nación.

Un miembro del equipo del inventario forestal nacional de Costa Rica mide la longitud de una parcela de muestreo permanente en un bosque joven de latifoliadas

- CATIE

Bibliografía

Los resultados de los muestreos propician cambios de la política forestal: el caso de Armenia

Equipo del inventario forestal de Armenia navegando para localizar la parcela de

- T. THURESSON

muestreo

A veces las administraciones locales tienen datos procedentes de inventarios forestales subjetivos que a menudo están anticuados. En Armenia, por ejemplo, la base de datos disponible en 1998 contenía todavía resultados de inventarios de la antigua Unión Soviética. Se realizó un inventario objetivo estratégico de los bosques armenios, financiado por la Autoridad Sueca para el Desarrollo Internacional, para dar un mejor apoyo a las decisiones en el marco de la actual política forestal del país (Thuresson, Drakenberg y Ter-Gazaryan, 1999). En este inventario forestal de baja intensidad se abarcaron 270 subcompartimientos, estratificados por volumen y edad a partir de los datos del viejo inventario (con un promedio de diez parcelas circulares de 10 m de radio en cada compartimiento). Tres personas por término medio inventariaron un subcompartimiento cada día, excluido el trabajo preparatorio.

Los resultados fueron sorprendentes para los responsables de las decisiones. Por ejemplo, el crecimiento medido fue 2,86 ± 0,17 m3 por hectárea y año, el doble de la anterior cifra oficial de 1,4 m3 por hectárea y año. Los recuentos de tocones revelaron que las cortas totalizaron unos 600 000 m3 por hectárea y año (sobre 215 000 ha), unas seis veces el máximo oficial de corta permitida de 100 000 m3 por hectárea y año.

Los resultados del inventario incentivaron el cambio en la política forestal de Armenia. Se organizó un seminario basado en la nueva información para las autoridades responsables. Para muchos era difícil aceptar las grandes diferencias entre las viejas cifras oficiales y los resultados del muestreo aleatorio estratificado. Sin embargo, todos los participantes concluyeron que las cortas ilegales eran un grave problema y que las cortas no se realizaban en general de manera sostenible. Había que actualizar la política forestal, y para ello eran precisos nuevos procesos de inventarios locales.

En este caso el inventario objetivo sirvió como toque de atención, y propició también nuevas actividades de inventario por las autoridades locales, con miras a la realización de un inventario operacional completo basado en la madera en pie.

Medición de diámetro de un árbol en una parcela de muestreo en el inventario de Armenia; las mediciones indicaron que el crecimiento del árbol duplicaba la cifra oficial anterior

- T. THURESSON


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