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Comisión II. Los profesores, instructores y estudiantes

Presidente:
I. CLAVER (España)

Vicepresidentes:
S.K. SETH (India)
M. ABEDI (Irán)
F. FIRAT (Turquía)

Nota de la Secretaría

Moderador:
P.J. McKELVEY (Nueva Zelandia)

Secretarios técnicos:
J. PRATS LLAURADÓ (FAO)
J. UBEDA MOLINA (Argentina)

Los temas sometidos a la consideración de la comisión no requieren ser examinados en forma elemental, ya que la comisión representa el punto culminante de anteriores reuniones donde se consideró la enseñanza forestal: las reuniones educacionales en el Sexto Congreso Forestal Mundial y la exhaustiva Consulta Mundial sobre Enseñanza y Capacitación Forestal, celebrada en Estocolmo en 1971. Por otra parte, se han realizado muchos estudios promovidos por el Departamento de Montes de la FAO que han contribuido a preparar el camino para esta reunión superior. Asimismo, no deben pasarse por alto las consecuencias educacionales de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, de 1972, celebrada también en Estocolmo. En la preparación de esta nota de la secretaría, cuya finalidad es establecer un marco para debate y deliberación, se han tenido en cuenta esas actividades precedentes. Por consiguiente, se sugiere que los temas sometidos a la comisión pudieran examinarse desde un punto de vista más avanzado, dándose ya por conocidos, en gran medida, muchos detalles introductorios, que ya se han abordado en otras partes.

Los temas del programa constituyen una secuencia lógica. El tema 1 comprende los objetivos y la planificación de la enseñanza forestal y refunde grande parte de lo que ya ha precedido. El tema 2 trata de la introducción de innovaciones exigidas por cambios de tecnología y actitudes sociales. El tema 3 se ocupa de las consecuencias educacionales de una conciencia, cada vez mayor, a escala mundial de la calidad ambiental. Son inevitables ciertas superposiciones de materia entre los tres temas, pero no significarán una pérdida de tiempo; muchas veces contribuirán a corroborar y realzar algunos elementos importantes.

Se ha considerado imposible distinguir entre enseñanza y capacitación por la sencilla razón de que toda capacitación tiene un contenido educacional; en esta nota de la secretaría se considera que ambas significan, en buena parte, lo mismo. Esta nota está redactada de forma sinóptica, apareciendo entre paréntesis los comentarios del moderador. Al final de cada tema se propone una serie de cuestiones para debate.

1. Objetivos y planificación de la enseñanza forestal

A NIVEL UNIVERSITARIO

Función del forestal profesional

La función del forestal profesional debe ser la de un generalista capaz de coordinar, sincronizar y transigir. Debe ser un planificador a largo plazo (Nilsson). (Los nuevos objetivos generales de los colegas forestales suecos [Nilsson] ampliar admirablemente este concepto.)

Para que el forestal profesional sea aceptado y aprobado por la sociedad, ha de interesarse por los temas sociales y económicos e identificarse con ellos. Debe tener aptitud para identificar problemas críticos y proporcionar soluciones racionales y coordinadas a los mismos. Los sectores oficiales y privados deben llegar a reconocer la necesidad de emplear los conocimientos de forestales profesionales para el bien de toda la sociedad (Anaya). Los países en desarrollo sienten la necesidad del empleo inmediato de recursos forestales en 31a economía nacional; en los países desarrollados, la preocupación ambiental hace necesario que los profesionales forestales se ocupen de vastos problemas de ordenación rural y agraria (Luna Lugo). Como ejemplo de participación efectiva en los problemas socioeconómicos está el caso de la Argentina, donde la creación de una Facultad de Ingeniería Forestal y un Instituto de Investigaciones en una región maderera ha surtido unas repercusiones provechosamente propulsoras en las comunidades industriales (Ledesma). Los forestales deben desempeñar la función de dirigentes comunitarios en los países en desarrollo (Salas).

No puede haber una preparación educacional correcta para todas las situaciones. En realidad, se pueden reconocer tres corrientes programáticas válidas: una que tiende a la competencia en la ordenación de los montes de producción para abastecer a la industria; otra que subraya los aspectos biológicos y ecológicos y aspira a hacer comprender las característica ambientales; y una tercera orientada hacia la especialización en la administración de los recursos naturales renovables y la adopción de decisiones (Anaya). (Una división programática en tres sentidos, bastante similar a la anterior, se expuso en la Consulta de Estocolmo: una variante para preparar expertos en ordenación de la silvicultura de producción; otra para especialistas ambientales y la tercera relativa a un grupo de dirigentes y técnicos especializados para la ordenación forestal inicial en los países en desarrollo. Se señaló que la necesidad de cada tipo de graduados variaría con las condiciones locales y con las etapas de desarrollo de los países [Sisam].)

Una enseñanza básica adecuada es requisito esencial previo para los estudios profesionales (Nilsson). En la Facultad de Ingeniería Forestal de Santiago del Estero se exige una sólida base preparatoria de ciencias puras (Ledesma).

(Si se acepta que un forestal profesional debe, en lo posible, ser un generalista, entonces cobra importancia la sugerencia de un enfoque profesional metadisciplinario, formulada en la consulta de Estocolmo [Westoby]. El enfoque metadisciplinario es el de un profesional con una base sólida en un campo concreto de conocimientos y con un conocimiento general de una problemática.)

No se han tenido suficientemente en cuenta las aspiraciones de los alumnos al planificar los cursos (Nilsson). (Los puntos de vista de los alumnos se formularon eficazmente en la consulta de Estocolmo y contribuyeron grandemente a las deliberaciones. Es una lástima que los estudiantes no estén mejor representados en esta comisión.) Vale la pena efectuar encuestas sistemáticas para determinar por qué los estudiantes eligen los estudios forestales y cuáles son sus expectativas de carrera, y asimismo seguir sus carreras después de haberse graduado (Nilsson). (Las aspiraciones de los alumnos influirán seguramente en la función de los forestales en el futuro.)

Desarrollo, evaluación y revisión de planes de estudio

Los objetivos del desarrollo influyen decisivamente en la índole y contenido de la enseñanza forestal (Luna Lugo).

Habrán de efectuarse profundos y atentos estudios casuísticos de todas las propuestas educacionales en los países en desarrollo; con ello se complementarán los estudios regionales generales ya efectuados. Esos estudios habrán de hacerse también en los países desarrollados, e incluso en escuelas establecidas, donde exámenes periódicos asegurarían que los programas se mantienen al día (Kulkarni).

(Actualmente se admite en modo general la importancia de la evaluación de los programas de estudio. La consulta de Estocolmo recomendó, entre otras cosas, que, en todo centro de educación y capacitación, la evaluación de la enseñanza y capacitación forestales reciba cada vez mayor atención. La cuestión importante consiste ahora en saber cuál puede ser la mejor forma de lograrlo, de suerte que puedan efectuarse con la máxima eficacia los necesarios reajustes en los programas.)

En la revisión de los programas de estudio deben participar todos, graduados, instructores y alumnos (Anaya). Los objetivos educacionales generales deben traducirse primeramente en detalles programáticos por parte de los instructores. Luego los ensayos y los exámenes deben revelar en qué medida se han conseguido los objetivos. Es esencial una continua evaluación y revisión por parte de instructores, alumnos y empleadores. El problema clave es el de los métodos de comunicación entre instructores, alumnos y empleadores; entre otras formas posibles cabe enumerar las siguientes:

1. Participación directa de los alumnos en los comités de programas de estudio y en la evaluación de los planes de estudio y profesores.

2. «Coloquios» en que los profesionales puedan exponer sus opiniones sobre objetivos educacionales. I os empleadores necesitarían información anticipada y detallada sobre el status quo y las predicciones de los instructores para el futuro. También podrian examinarse las perspectivas futuras de empleo.

3. Creación de un comité de programación que pueda trabajar tanto dentro como fuera de los centros docentes con personas (no representativas) de las entidades empleadoras (Nilsson).

Los profesionales pueden apreciar los planes de estudio con referencia a un período de tiempo futuro más breve que los profesores que están menos intimamente interesados en los problemas corrientes de ordenación, pero que tienen conciencia de que sus alumnos ejercerán como forestales en el próximo siglo (Nilsson).

Organización y cooperación

En Suecia se sugirió que la silvicultura, la agricultura y la veterinaria debieran integrarse en una universidad de recursos naturales y ambiente (Nilsson).

No todos los países están en situación de impartir satisfactoriamente enseñanza forestal; de aquí que sea conveniente planificar y coordinar la enseñanza forestal (especialmente a nivel superior) sobre una base regional (Luna Lugo, Verduzco Gutiérrez).

(En la consulta de Estocolmo se convino en que era necesaria más cooperación internacional, especialmente entre instituciones docentes forestales y, como base para ello, debía haber un estudio detallado de todos los regímenes educacionales y de investigación tanto multilaterales como bilaterales. Asimismo, se recomendó que la FAO incrementase su función promocional e hiciese los preparativos pertinentes para una segunda Consulta Mundial sobre Enseñanza y Capacitación Forestales [Nilsson].)

A NIVEL VOCACIONAL

Análisis y planificación

La capacitación vocacional en los países desarrollados ha estado siempre vinculada a la escasez de mano de obra y a la mecanización. La situación cambia en los países en desarrollo donde, de ordinario, hay abundancia de mano de obra (Rodríguez GARCÍA).

La primera medida a la hora de planificar la capacitación vocacional debe ser un cuidadoso análisis de las necesidades y problemas. Habrán de reunirse los datos pertinentes a nivel nacional solicitándolos de los empleadores; deben aprovecharse los estudios realizados por expertos internacionales y habrán de utilizarse comparativamente los datos procedentes de otros países. Entonces podrán determinarse los objetivos pertinentes a nivel nacional (Rodríguez GARCÍA). Se sabe muy poco sobre las característica básicas de la labor y capacitación vocacional, y es necesaria una investigación completa sobre sus múltiples aspectos, en particular los de carácter sociológico. Los organismos internacionales interesados en la silvicultura y la enseñanza tienen que tomar la iniciativa de esa investigación (Mårsäter). A nivel de proyectos, deben efectuarse esmerados estudios casuísticos profundos antes de proceder con un plan (Kulkarni).

Los programas de capacitación vocacional deben hacerse con criterio amplio, tratando de promover el bienestar del trabajador forestal así como de mejorar su productividad (Sisam). (La consulta de Estocolmo recomendó que se atendiera especialmente a temas generales que pudieran mejorar las oportunidades de carrera de los trabajadores forestales y su situación en la sociedad.)

Entrando en más detalles, se puede decir que la planificación e iniciación de la capacitación vocacional debe llevarse a cabo en tres etapas. Como primer paso, deben efectuarse estudios analíticos conjuntos con los empleadores para convencerles del incremento de rentabilidad que resulta de la capacitación y de proporcionar empleo permanente; ello es especialmente importante donde exista un sector privado. Al mismo tiempo, debe iniciarse la capacitación de supervisores y también de operadores de máquinas. Los adultos que aspiren a ser capataces y que hayan recibido ya una capacitación propiamente tal como obreros - suelen estar empleados - pueden hacer cursillos que oscilen entre varias semanas y 3 - 5 meses. Los jóvenes, que de ordinario todavía no han estado empleados, pueden obtener diplomas de capataces después de 1 - 2 años en centros permanentes de capacitación. Luego, en una etapa posterior, los trabajadores adultos deben recibir capacitación para especializaciones en cursillos de 5 - 20 días. Sólo aplicando este enfoque completo puede tener éxito la capacitación vocacional cuando hay un sector privado y abundancia de mano de obra. En los países en desarrollo, donde no es factible una introducción rápida de la mecanización, es necesario, en una primera fase, aumentar la eficacia de las operaciones manuales y mejorar el utillaje; de esa forma puede mejorarse la productividad por lo menos en 10 - 20 por ciento (Rodríguez GARCÍA La evaluación de la capacitación es importante y puede determinar una innovación y mejora de los planes de estudios (Mårsäter). Sin embargo, la evaluación ha resultado difícil si no existe una amplia organización a nivel estatal (Chandra).

Instructores y enseñanza

La condición social y profesional de los instructores de capacitación vocacional en muchos países en desarrollo requiere mejora. Asimismo, han de contar con un servicio mejor de extensión/información que pudiera ser proporcionado muy bien por alguno de los organismos internacionales (Chandra).

La capacitación de instructores constituye un problema importante. En los países en desarrollo deben establecerse centros de formación de instructores, inicialmente con carácter regional. Entretanto, pudieran utilizarse como instructores los obreros especializados de países desarrollados (Mårsäter).

La labor ciclópea de capacitar a un gran número de obreros dedicados a trabajos de extracción y aserrío en la India fue afrontada preparando a centenares de instructores en el Proyecto de Centros de Capacitación en Extracción y enviándolos a instruir obreros en el puesto de trabajo. Los programas de capacitación se fijaron después de atento estudio y los instructores procedían de forestales del Estado, guardas forestales y sus homólogos en el sector privado. El objetivo principal de la capacitación era impartir conocimientos técnicos a los nuevos instructores e infundirles confianza. Ha habido un programa complementario de un año. Han surgido problemas por la dificultad de contratar instructores idóneos y por la falta de respuesta por parte de personas del sector privado que se muestran renuentes a invertir en capacitación y mecanización porque les falta seguridad en la tenencia de los montes (Chandra). En los países en desarrollo, la mayor parte de los progresos en capacitación vocacional se han realizado donde las operaciones forestales se hallan en manos del Estado en mayor o menor grado (Rodríguez GARCÍA

Una buena capacitación vocacional requiere: personal que pueda enseñar a nivel tanto de capataz como de obrero y que pueda tratar con los empleadores; centros permanentes de capacitación con suficientes medios de capital y mantenimiento; enseñanza inductiva que se «globulice» y no se reduzca a compartimientos estancos por materias; y cursillos ambulantes, que constituyen la mejor forma de enseñar a muchos obreros en un corto plazo (Rodríguez García).

Organización

(En la consulta de Estocolmo se convino en que debería haber una estrecha cooperación entre los encargados de la capacitación profesional, técnica y vocacional y que, en lo posible, los programas de enseñanza vocacional deberían administrarse mediante escuelas forestales de nivel técnico [Sisam].)

Mientras que los empleadores pueden contribuir a la capacitación vocacional, tal vez mediante una contribución para capacitación, es preferible que las autoridades forestales y docentes lleven a cabo la capacitación. Entonces la capacitación vocacional forestal puede integrarse con el sistema educacional general de un país (Mårsäter).

Los requisitos organizativos para la capacitación vocacional comprenden una administración descentralizada con centros regionales de capacitación, supervisores ambulantes y un órgano central encargado de la dirección, coordinación, etc. El servicio español de extensión es un ejemplo de una capacitación vocacional bien organizada. En Japón existe un sistema descentralizado de capacitación vocacional para los propietarios de bosques privados. Se trata de la Organización de Extensión Forestal, que cuenta con especialistas y agentes de distrito que actúan a nivel local. Los programas consisten en breves cursillos formales y capacitación colectiva de autoayuda en que se presta la maquinaria. Existen planes para un instituto de capacitación laboral forestal, en que se insistirá en la capacitación para el empleo de maquinaria (Endo).

TEMAS SUGERIDOS PARA DEBATE

a) ¿Piensa la comisión que un objetivo educacional debiera ser el dar una capacidad profesional metadisciplinária a los jóvenes forestales? En ese caso, ¿cuál es la mejor forma de conseguirlo?; ¿qué modificaciones programáticas serien necesarias?; ¿debería intentarse a nivel de subgraduado?

b) Ha llegado a conocimiento de la comisión una propuesta para integrar las disciplinas de orientación agraria al objeto de constituir una universidad de recursos naturales y ambiente. ¿Estima la comisión que las gestiones de este tipo pueden llevar a un aislamiento académico perjudicial respecto de disciplinas enseñadas en las universidades «normales»?

c) La inseguridad en actividades privadas de aserrío o extracción en los montes públicos de los países en desarrollo tiende a impedir la introducción de la mecanización y una adecuada capacitación vocacional. ¿Cuál considera la comisión que seria el remedio mejor, derechos a más largo plazo para la extracción de madera a favor del sector privado o intervención del Estado? ¿O hay otras soluciones?

Bibliografía

(1) ANAYA, H. 1972 Cómo determinar y perfeccionar un plan de estudios en materia forestal: el caso de un país. en desarrollo. (Memoria general C. II)

(2) BARGHOORN, A.W. 1972 La preparación profesional y la investigación en los campos forestales y madereros en América Latina. (Memoria especial C II)

(3) CHANDRA, ROMESH. 1972 Forest worker instructor training: approaches and problems in India. (General paper C. II)

(4) ENDO, T. 1972 Present vocational education and training and its problems in forestry in Japan. (Special paper C. II)

(5) KULKARNI, D.H. 1972 Plea for extending in - depth case studies as essential preparative in the process of development planning of forestry education. (Special paper C II)

(6) LEDESMA, N.R. 1972 La enseñanza universitaria y la investigación forestal como instrumento para el desarrollo de los pueblos. (Memoria general C. II)

(7) LUNA LUGO, A. 1972 Bases para la planificación de la enseñanza forestal. (Memoria general C. II)

(8) (Mårsäter)., B. 1972 Training of forest workers. (General Paper C. IV)

(9) NILSSON, E.E. 1972 Clarifying the objectives of forestry education. (General paper C. II)

(10) RODRIGUEZ GARCIA MANUEL. 1972 Planeamiento y organización de un sistema nacional de formación forestal vocacional. (Memoria general C II)

(11) SALAS, HERNÁN COPIES. 1971 Forestales del mañana. (FO:WCFET/71/4)

(12) SISAM, J.W.B. 1972 Applying the findings of the First World Consultation on Forestry Education and Training. (General paper C. II)

(13) VERDUZCO GUTIÉRREZ, J. 1972 La planificación de la enseñanza y de la extensión forestal. (Memoria general C II)

(14) WESTOBY, Jack C. 1971 La enseñanza forestal: ¿a quién y para que? (FO: WCFET/71/6)

2. Innovaciones en la enseñanza forestal

A NIVEL UNIVERSITARIO

En lo futuro habrá probablemente una gama más amplia de participantes en la enseñanza forestal. Es probable que los administradores forestales procuren intervenir más en la planificación de los programas de estudio para asegurarse que la enseñanza sea pertinente; a su vez, los centros docentes esperarán cooperación por parte de los administradores para la investigación y la capacitación práctica (Sisam, Kozinski y Rukuba). Una mala definición de los objetivos en forestería ha conducido a veces a una enseñanza sin propósito determinado; esto puede remediarse consiguiendo que la profesión ejerza más influencia en los programas de estudio mediante unos vínculos comunicativos formales con los instructores (Hughes). Los estudiantes de montes deben tener más intervención en su propia enseñanza. La inclusión de estudiantes e instructores no forestales en los cursos de montes pudiera contribuir a una imagen de la forestería en las universidades (Sisam, Kozinski y Rukuba).

La ordenación forestal debe enseñarse insistiendo en sus aspectos sociales y con mayor consideración de las politices nacionales. El plan de trabajo no es una base adecuada para enseñar ordenación forestal, ya que ofrece un alcance demasiado simplificado. Para lograr una enseñanza más eficaz de la ordenación forestal, los forestales no han de ser sustituidos en materia de ordenación por graduados procedentes de otras disciplinas relacionadas con las ciencias sociales. Un remedio consistiría en revalidar la forestería como disciplina de postgrado para muchos, permitiendo así la admisión de graduados en ciencias sociales, y destacar los estudios de ordenación. Aunque éste pudiera ser el medio mejor de formar ordenadores forestales, no seria adecuado para la capacitación de biólogos forestales, a menos que los programas de estudios forestales se concentren en los principios, y la capacitación técnica aplicada la imparta posteriormente el órgano forestal nacional. Pudieran darse varios cursillos de repetición para subsanar una serie de deficiencias educacionales (Hughes). (En la consulta de Estocolmo se reconoció que, si no se introducen mejoras sustanciales en la eficiencia administrativa, los forestales perderán la iniciativa en la ordenación de recursos [Sisam. Kozinski y Rukuba].)

La Universidad de Ibadán ha organizado programas de cuatro años para la graduación en tecnología de la madera e ingeniería forestal, destinados a formar personal para los puestos de dirección técnica en las industrias nigerianas de la madera. La motivación para trabajar en industrias se fomenta incluyendo periodos de 10 semanas (40 - 50 semanas en total) de trabajo industrial a lo largo del plan de estudios cuatrienal (Redhead). (En la consulta de Estocolmo se convino en que, para los países en desarrollo, la mejor forma de impartir esos programas es mediante el establecimiento de una escuela de montes [Sisam, Kozinski y Rukuba].)

Se ha formulado una propuesta útil para la capacitación profesional en los países en desarrollo, que exige el empleo de servicios de capacitación universitaria y técnica. Los alumnos pasarían uno o dos años en una universidad local y luego otros dos años en una escuela forestal de grado técnico. Luego acabarían el plan de estudios con un último año en la universidad» local» (Heath).

A NIVEL TÉCNICO Y VOCACIONAL

El reclutamiento para las escuelas técnicas se ha visto favorecido con dos innovaciones. En Suecia, los institutos de nivel secundario superior comprenden ahora una opción forestal de dos años, de la que se puede pasar fácilmente a la escuela técnica forestal, y viceversa. En Canadá se imparte ahora capacitación ambiental a nivel subprofesional. lo que ha fomentado el ingreso en las escuelas técnicas forestales triplicándolo o cuadruplicándolo. Se justifica la inclusión de la capa citación ambiental porque son los técnicos y los operarios quienes tienen más contacto con el público en general (Heath).

Se sugiere la relación 1:4:20 para aspirantes profesionales, técnicos y vocacionales respectivamente. En Escandinavia y Europa Oriental, se han adoptado medidas positivas para asegurar la coordinación de los tres tipos de capacitación. En algunos casos, entre las requisitos de ingreso a las escuelas técnicas y profesionales puede figurar la terminación satisfactoria de la capacitación al nivel precedente. Con este sistema se consigue un graduado profesional más competente y mejor motivado (Heath). (En una ponencia presentada a la consulta de Estocolmo se recomendaba que los alumnos técnicos más capaces deberían poder pasar a estudios más adelantados [Delphin].)

Los planes de estudio de las escuelas técnicas canadienses se han hecho más especializados. Actualmente existen opciones expresas para pesca, caza, recreación y cuencas hidrográficas, extracción y productos madereros. Estas innovaciones son indicativas de una mayor conciencia acerca de la necesidad de integrar los usos forestales (Murphy).

Nuevos métodos pedagógicos pueden reducir los períodos de capacitación de forma espectacular. Los talleres móviles son muy eficaces para la capacitación técnica y vocacional. Promete mucho la enseñanza que emplea los principios del aprendizaje programado (o simulación) y la que se basa en estudios colectivos o en enfoques sistemáticos; estos últimos están en contraste con la tradicional enseñanza por materias. Ha mejorado la calidad de los instructores de las escuelas técnicas y vocacionales en Canadá porque actualmente los hombres empleados por el gobierno y la industria tratan de pasar temporadas en los establecimientos docentes para ponerse al ida técnicamente; su presencia mejora la aplicabilidad de la enseñanza y la respuesta de los estudiantes. Se da también una tendencia feliz por parte del personal docente a emprender trabajos consultivos y de otro tipo con carácter regular, lo que les ayuda a mantener su competencia profesional. Es necesaria la cooperación franca de instructores y empleadores a la hora de evaluar la capacitación a intervalos regulares (Heath).

Existe - una tendencia bien acogida hacia una administración más simplificada. En Suecia hay una Junta de Empleo Forestal que coordina toda la enseñanza forestal hasta el nivel técnico. En Canadá se tiende a que las escuelas vocacionales y técnicas sean administradas por una autoridad única; en muchos casos comparten las mismas instalaciones. En Ontario una junta consultiva provincial mixta controla las admisiones y los programas de estudio. En muchas partes de Canadá, comités consultivos de representación amplia aseguran que los programas docentes estén orientados adecuada y prácticamente. Este objetivo encuentra también en Alberta el apoyo de los Ministerios de Educación y Recursos Naturales, que comparten la responsabilidad de los programas de estudios técnicos (Heath).

El intercambio regular de puntos de vista e información entre personal docente técnico y vocacional a nivel local, nacional e internacional es interesante para lograr impartir una capacitación lo más eficaz posible (Heath). (La consulta de Estocolmo recibió seguridades de que la FAO estaba pronta para realizar el intercambio de información y experiencias relativas a la enseñanza forestal en todos los niveles [Sisam, Kozinski y Rukuba].)

ENSEÑANZA CONTINUADA

(La enseñanza continuada fue debatida en la consulta de Estocolmo; en una ponencia bien informada se ex puso la enseñanza formal como elemento catalizador que elevaba la capacidad de una persona para absorber enseñanza no formal y aplicarla, y se hablaba del objetivo de proseguir la enseñanza formal como elemento idóneo para renovar esa función catalítica, que tiende a mermar con el transcurso del tiempo [Westoby]. La consulta reconoció la importancia de una enseñanza continuada y recomendó, entre otras cosas, becas, cursillos y viajes de estudio para instructores y también permisos con fines de estudio tanto para el personal docente como administrativo.)

Las principales innovaciones que han originado la necesidad de una enseñanza continuada son: las limitaciones de la capacitación profesional inicial; el aumento de las exigencias educacionales por parte de quienes desean progresar en sus carreras; los progresos tecnológicos; y el ambiente sociopolítico renovado en cuanto a la forestería (Stoltenberg y Dils). Los medios tradicionales de autoperfeccionamiento ya no bastan, de suerte que hacen falta unos estudios más formalizados después del bachillerato para que el forestal no se vea reducido a una función demasiado angosta (Guillard).

Como objetivo general, el forestal ha de procurar ampliar la base científica de su actividad y mejorar sus conocimientos técnicos (Oblivin). Ya, más en detalle, debe mantenerse al ida en tres sectores vitales: tendencias en el consumo de productos y en la industria, silvicultura de áreas de captación y ordenación de las tierras para esparcimiento público. Es notable que la experiencia en Francia demuestre que los forestales, a la hora de proseguir su formación, eligen materias que les mantengan lo más próximos posibles a sus colegas más jóvenes y a otras profesiones, por ejemplo. análisis económico y ordenadores electrónicos, con preferencia a materias estrechamente ligadas a sus tareas. Una meta importante es la actitud para trabajar como miembro de un equipo interdisciplinario (Guillard).

En la enseñanza continuada son evidentes los puntos siguientes: cada forestal es único y debe, por lo tanto. tener un plan de estudios personal; el que emplea al forestal debe interesarse en ello; gran parte de la enseñanza se verificará fuera de las aulas. Para que un programa de enseñanza continuada prospere debe proporcionar: cursos integrados y pertinentes, que donde mejor pueden planearse es en el seno de comités que comprendan forestales, empleadores e instructores; cursos a comerciables que estén orientados prácticamente y preparados convenientemente; cursos accesibles, cuyo lugar de celebración no será muchas veces una universidad; planes completos de estudios que estén bien concebidos y anunciados; y profesores competentes. El problema de la accesibilidad a los cursos puede ser superado mediante nuevos métodos docentes, como televisión educativa, envío periódico por correo de cintas magnetofónicas o reuniones de fin de semana. Procede una especialización institucional y una coordinación regional; ningún organismo puede organizar programas de estudios completos (Stoltenberg y Dils).

El mejor modo en que el forestal puede estar al tanto de los progresos técnicos es mediante visitas, debates y demostraciones; y el medio mejor de conocer los adelantos en la investigación es hablando con los investigadores. Donde haya una exposición teórica, ésta debe ir unida a una aplicación práctica. La experiencia enseña que las progresiones previstas de las reuniones de seminarios son de una eficacia especial. Cada reunión debe ser breve (3 a 5 días), de carácter intensivo y limitarse a un tema concreto. La eficacia de das reuniones podrá intensificarse mediante un estudio preparatorio de la literatura distribuida de antemano y con el estudio consolidado de determinadas publicaciones después. El tamaño más apropiado para un grupo de estudio es de l5 a 20 personas; los participantes deben ser de igual categoría, pero deben tener diferentes funciones; ello ofrece la oportunidad de que cada uno mire más allá de su propio campo de trabajo. Es necesaria una evaluación del curso (Guillard).

La enseñanza continuada debe efectuarse a intervalos de no más de 5 a 10 años (Sisam, Kozinski y Rukuba). (En una ponencia presentada a la consulta de Estocolmo se sugerían intervalos de unos 2 años [Speidel].)

Al igual que la actualización de los graduados, la enseñanza continuada es necesaria para elevar el nivel de los técnicos y obreros especializados (Yavorsky, Oblivin), para hacer que el público en general tenga más conciencia y comprensión en materia de silvicultura, y para profundizar la apreciación de todo el mundo por el rendimiento sostenido de los beneficios forestales y las obligaciones que ello entraña (Yavorsky).

Se bosqueja una planificación continua para iniciar y mantener una enseñanza continuada para los profesionales, técnicos y obreros especializados en un pequeño país en desarrollo: la primera medida es determinar los objetivos mediante consultas con los grupos interesados. Luego deberá nombrarse un director del programa y un consejo consultivo. Habrá que estimar los recursos institucionales disponibles - como órgano central se piensa en una escuela de montes - así como los recursos de la industria y otras organizaciones. Luego deben determinarse las necesidades concretas de capacitación mediante encuestas y consultas personales. Llegados a ese punto, pueden decidirse los planes de estudio, las estructuras de los cursos académicos y los métodos didácticos. Las fases finales abarcan la promoción de programas, su evaluación y revisión (Yavorsky).

Las universidades y las escuelas forestales deben desempeñar una función clave (Guillard, Stoltenberg y Dils), y las asociaciones profesionales y sociedades de alumnos deben tener interés activo por la organización de una enseñanza continuada (Guillard). Sin embargo, las universidades pueden presentar algunos inconvenientes para la enseñanza continuada, debido a una ubicación inconveniente y métodos docentes limitados, que tal vez no sean adecuados (Stoltenberg y Dils). (Existe un ligero conflicto entre Guillard y Stoltenberg y Dils respecto a la función de las universidades.)

La enseñanza continuada puede centrarse en una universidad o puede llevarse a cabo simultáneamente con el trabajo. Cada día resulta más institucionalizada y más vinculada a la enseñanza profesional inicial (Guillard, Oblivin). Representa una inversión mayor de tiempo y recursos que la preparación de cursos para subgraduados (Stoltenberg y Dils). Tiene sus consecuencias el cambio de una formación formal precedente a otra más orientada a «aprender la forma de aprender» (Guillard).

En Francia, a partir de 1971, los profesionales han gozado por ley del derecho a seguir su capacitación, y las empresas están obligadas a contribuir a los gastos (Guillard). Una mayor participación en una enseñanza continuada puede exigir el empleo de personal supernumerario (Sisam, Kozinski y Rukuba).

EXTENSIÓN

(La consulta de Estocolmo formuló críticas sobre los programas de extensión generalmente ineficaces en materia de montes [Sisam, Kozinski y Rukuba].)

Los propietarios de montes privados se enfrentan con exigencias antagónicas que pesan sobre sus montes. Por una parte, está la necesidad de aumentar la producción maderera para satisfacer la demanda de la industria, lo que lleva consigo una ordenación más intensiva, economías de escala, talas y un mayor empleo de máquinas, dada la escasez de la mano de obra. Por otra parte, están las exigencias de la utilización múltiple de sus montes y de los beneficios ambientales; los conservacionistas se resisten muchísimo a la extracción de madera. En esta situación difícil, los propietarios privados necesitan ayuda, tal como información sobre las tendencias de la demanda de diversos productos forestales, ventajas comparativas de los diferentes métodos silvícolas y de aprovechamiento, y sobre la medida en que pueden llegar a un compromiso entre objetivos de producción y ambientales (Holopainen).

La comunicación con propietarios de montes privados es difícil, porque viven apartados y también porque la forestería suele ser pocas veces su única o incluso su principal ocupación. El medio más eficaz es tal vez la televisión. Sin embargo, es necesario luchar con otras presiones promocionales. Por esta razón, hace falta investigar las actitudes ante la forestería, empleando para ello los métodos de las ciencias del comportamiento, y estudiar también la eficacia de los diversos métodos de enseñanza y comunicación utilizados (Holopainen). (En la consulta de Estocolmo se recomendó que las escuelas de montes estudien la introducción de cursos sobre comunicaciones y relaciones públicas [Sisam, Kozinski y Rukuba].)

Además de servicios de información, debe facilitarse ayuda profesional a los propietarios de montes privados para ayudarles a resolver problemas de ordenación difíciles (Holopainen).

TEMAS SUGERIDOS PARA DEBATE

a) ¿Aboga la comisión por el desarrollo, a escala mayor que la actual, de la forestería como disciplina de postgrado en las universidades, para muy diversos alumnos y concentración en los principios y una capacitación técnica postuniversitaria proporcionada por los empleadores?

b) ¿Se inclina la comisión a favor de que el ingreso en las escuelas técnicas y profesionales dependa de la terminación satisfactoria de la capacitación al nivel precedente y de una determinada cantidad de prácticas de campo? El resultado de esto ¿seria el sistema más eficaz de enseñanza o los cursos correspondientes serien inaceptablemente largos?

c) ¿Cuál es la opinión de la comisión sobre la probable repercusión de una enseñanza continuada completa en la enseñanza formal, inicial y oficial en ciencias forestales? Por ejemplo, ¿permitirá esto una formación menos teórica y más práctica a nivel del primer grado o del primer curso técnico?

Bibliografía

(1) DELPHIN, RÉMY. 1971 La eficacia de la educación forestal de nivel medio. (FO: WCFET/71/30)

(2) GUILLARD, J.P. 1972 L'éducation permanente des forestiers. (General paper C. II)

(3) HEATH, VICTOR. 1972 Technical and vocational training in forestry. (General paper C. II)

(4) HOLOPAINEN, V. 1972 Information and technical advice for private forest owners: new problems and approaches. (General paper C. II)

(5) HUGHES, J.F. 1972 The role of universities in training forest managers. (General paper C. II)

(6) LUNA LLORENTE, F. 1972 Influencia del Servicio de Extensión Agraria en el sector forestal de explotaciones agropecuarias. (Memoria especial C. II)

(7) MURPHY, P.J. 1972 Forest technology training in Canada. (Special paper C. II)

(8) OBLIVIN, A.N. 1972 Scientific - technical progress and the tasks of forest education in the Soviet Union. (General paper C. II)

(9) REDHEAD, J.F. 1972 The development of teaching in wood technology and forest engineering in the University of Ibadan Nigeria. (Special paper C. II)

(10) SISAM, J.W.B. KOZINSKI, JAN & RUKUBA M.L.S.B. 1972 Applying the findings of the first World Consultation on Forestry Education and Training. (General paper C. II)

(11) SPEIDEL, G. 1971 La enseñanza forestal en Europa Occidental con inclusión de Israel y Turquía. (FO: WCFET/71/2f)

(12) STOLTENBERG, CARL & DILS, ROBERT E. 1972 Updating professional skills to meet changing forestry needs. (General paper C. II)

(13) WESTOBY, JACK C. 1971 La enseñanza forestal: ¿a quién y para qué? (FO: WCFET/71/6)

(14) YAVORSKY, J.M. 1972 Planning a programme of continuing education for forestry in a developing country. (General paper C. II)

3. El medio ambiente y las nuevas perspectivas de la profesión forestal

En los últimos 80 años más o menos, la forestería en los Estados Unidos ha atravesado una era proteccionista, una era de aplicación múltiple y una era ambiental. (Esta secuencia puede ser, o llegar a ser, común a otros países, por lo cual este enfoque histórico es útil.) Durante la era proteccionista - aproximadamente desde 1890 hasta la segunda guerra mundial - el forestal se granjeó la aprobación pública como conservacionista y no hubo problemas en atraer buenos elementos a la forestería. Durante la era de aplicación múltiple - desde la segunda guerra mundial hasta los años 60 - la inclinación del forestal para conseguir el máximo de la producción maderera le ganó a la profesión la desaprobación pública. Al empobrecerse la imagen de la profesión, la entrada de nuevos elementos resultó afectada desfavorablemente y en algunas escuelas el número de alumnos de montes bajó; asimismo, parecieron reducirse los talentos extraordinarios. Además, los planes de estudio tendieron a diversificarse y a especializarse en el desarrollo de diversos programas de recursos naturales, pero la forestería, en general, perdió su interés para los estudiantes y resultó relativamente mucho menos protegida. La era ambiental - que comenzó en los años 60 - no sustituyó tanto la era anterior como la aumentó. Actualmente, las percepciones ambientales del público se agudizan a la vez que la madera le parece menos importante (James, Craws y Garland).

Los forestales han de admitir esta creciente preocupación del público por el ambiente y ajustar consiguientemente sus actitudes profesionales. En materia de conservación ambiental, las principales consideraciones forestales son la suficiencia de las reservas forestales, la protección forestal, la utilización recreativa de los montes y la conservación del suelo. También son importantes la función de acondicionamiento de la atmósfera de los montes y la contribución que una silvicultura estable hace a un buen paisaje (Van Miegroet).

El objetivo general de la forestería es el grado óptimo de duración de la utilidad del monte para el hombre. Para conseguirlo, deben elegirse aplicaciones primarias apropiadas para los diferentes sectores del monte; la dificultad de la elección estará muchas veces entre objetivos de producción maderera y objetivos sociales y ambientales. El forestal debe ser capaz de distribuir los montes de tal suerte que se cubran perfectamente las necesidades de la gente. El forestal debe colaborar con los expertos en otras disciplinas en la planificación y administración de la tierra. No debe olvidarse, en esos empeños multidisciplinarios, que los montes no pueden reducirse a menos de una cierta superficie mínima necesaria para satisfacer las múltiples necesidades de la población. Ante los actuales problemas ambientales, el forestal debe pasar de una responsabilidad administrativa individual y una competencia técnica regional a una administración colegiada y una especialización profesional. Esta nueva función exige una base más amplia de conocimientos científicos, una comprensión más social y un mayor conocimiento de los factores ambientales (Van Miegroet).

Por desgracia, las escuelas de montes no han respondido debidamente para proporcionar los nuevos requisitos educativos. En las universidades, otras profesiones y disciplinas toman la iniciativa en muchos sectores ambientales, donde los forestales disponen de conocimientos iguales, si no mayores. Si las escuelas de montes son demasiado lentas en cambiar como deben, tanto éstas como la profesión se verán reducidas a aceptar unas funciones de importancia secundaria (Nordin).

Son requisitos importantes de los estudios ambientales los que sean multidisciplinarios, que insistan en la síntesis e integración y que haya suficiente flexibilidad en las universidades para hacer posible el concurso de todos los medios pertinentes. Debe insistirse en la enseñanza a nivel de subgraduado, de suerte que pueda prestarse suficiente atención a las innovaciones necesarias en los programas de estudio. Deben aprovecharse los nuevos métodos docentes, también aquí en modo que haya más oportunidades para innovaciones en los programas. Los programas de estudio deben evaluarse sin cesar y ser dinámicos para incorporar los cambios. Las escuelas de montes deben llegarse a organizar de forma menos rígida para que puedan introducir innovaciones e intercambiar programas de estudios con otros departamentos y cooperar con ellos. Deben mantenerse menos apartadas en la universidad y tiene que hacerse menos hincapié en las barreras departamentales, y más en las esferas de interés común. Los programas de bachillerato pudieran dar más importancia a los estudios de los recursos naturales de orientación ambiental, de ordenación y del paisaje (Nordin).

La enseñanza forestal tendrá ahora que tratar de conseguir una comprensión de la complejidad de los ecosistemas forestales y de la toma de decisiones que los afecta. Ello representará una inversión en la politice docente, porque, desde los comienzos de la enseñanza profesional en silvicultura, se ha tratado de simplificar los procedimientos de planificación y ordenación; ahora los esfuerzos deben orientarse hacia la complejidad (Spurr y Arnold). Las escuelas forestales deben cooperar e intercambiar información en los planes internacionales a fin de compartir los nuevos conocimientos y experiencias sobre problemas ambientales (Claver).

(Se ha dicho que la función más excelente en la enseñanza profesional no es producir elementos extraordinarios, sino atraer elementos que ya lo son [Duerr].) Redunda en beneficio de la profesión atraer elementos extraordinarios. Ello ejercerla un efecto propulsor conveniente; los elementos muy dotados mejorarían, llegado el caso, la imagen del forestal y esto, a su vez, atraería más elementos sobresalientes. Se necesitan diferentes talentos para las diversas fases de desarrollo forestal; los países con ingresos menores por habitante y recursos forestales abundantes necesitarán personas sobresalientes en tecnología y gestión empresarial; los países más ricos, los más desarrollados, insistirán más en el problema ambiental y necesitarán por tanto personas muy dotadas especializadas en ciencias sociales y biología (James, Craws y Garland).

Para atraer a personas con capacidad, la forestería debe presentarse como una profesión que tiene gran importancia y eficacia para resolver problemas sociales y ambientales apremiantes. Así, pues, el sistema educacional debe ser intelectualmente amplio y flexible, haciendo menos hincapié en dogmas tradicionales; es necesario que se produzca un cambio en los programas de estudio insistiendo menos en la ordenación maderera y más en la ordenación ambiental (James, Craws y Garland).

La forestería puede aparecer como la profesión predominante sobre recursos naturales. Un alcance educacional cabal y su flexibilidad hacia las necesidades de la sociedad puede hacer que el forestal resulte más aceptable que otros especialistas en recursos que se dedican a una única especialización o que, aun teniendo unos conocimientos científicos completos, carecen de competencia técnica (James, Craws y Garland). (Se plantea la cuestión de si ese alcance educacional implica una enseñanza forestal básica general. En este caso podrían surgir conflictos con la necesidad de una especialización profesional indicada en la ponencia de Van Miegroet y con la sugerencia de programas de bachillerato con estudios de recursos naturales de orientación ambiental mencionados por Nordin. Merece examen el tema de una enseñanza subgraduada general frente a una enseñanza especializada con respecto a los objetivos ambientales.)

Tal vez sea limitado el grado de comprensión ambiental logrado por el público, pero su reconocimiento de los valores ambientales aumenta rápidamente. El público exige cada vez más que se le escuche sobre cuestiones ambientales y que se respeten sus valores en decisiones que interesen a los montes (James, Craws y Garland). (La consecuencia es que los forestales deben estar en condiciones de explicar a la sociedad qué es lo que pretenden hacer y por qué, y persuadirla a aceptar sus propuestas.) Hace falta impartir a los forestales, en su capacitación básica, conocimientos prácticos en comunicaciones y relaciones públicas, de suerte que puedan lograr una exposición mejor y ser más convincentes (Nordin). (Los forestales se enfrentan muchas veces con un dilema profesional en las decisiones de ordenación que afectan a aspectos ambientales. Al seguir el principio de la consulta pública antes de decidirse, corren el riesgo de obtener reacciones sólo de elementos extremistas o no informados, que se oponen arbitrariamente a cualquier manipulación del medio ambiente, lo que puede paralizar un proyecto interesante. Por otra parte, los hechos consumados sin consulta previa al público pueden determinar una desaprobación tal de la profesión por parte de aquél que los forestales pueden conseguir menos a la larga. Este problema atañe mucho a la cuestión de la instrucción pública en materia forestal y merece también estudio aparte.)

TEMAS SUGERIDOS PARA DEBATE

a) ¿Representan las nuevas exigencias ambientales una mayor justificación para la especialización a nivel de subgraduado? ¿Está la comisión a favor de pro gramas especializados para subgraduados relativos a recursos ambientales, o se inclina más bien a un plan general de estudios básicos a nivel de subgraduado? Si la comisión está en favor de esto último, ¿cuál sería la mejor forma de incorporar a una enseñanza forestal general básica la simpatía por otras disciplinas conexas o cierto conocimiento de éstas? Una cuestión afín a ésta es la de cuál sería la forma de conseguir que los ingenieros, agrónomos, paisajistas, etc. sientan una mayor simpatía por la silvicultura y de impartirles algún conocimiento de ésta.

b) ¿Qué actitud debe adoptar el forestal en la escena pública con respecto a las consecuencias ambientales de sus propuestas de ordenación? ¿Debe aplicar constantemente el principio de la consulta pública antes de qualquier decisión y aceptar los retrasos o inconvenientes inevitables? ¿O debe ser menos deferente, adoptar las decisiones que considere buenas para el público e informarle después? Tal vez haya una actitud intermedia que puede adoptar. Pero, sea cual fuere la actitud que adopte, la idea que de la silvicultura tenga el público será un factor clave para el éxito o fracaso del forestal. ¿Cuál es la opinión de la comisión sobre este problema y cuáles son las consecuencias para la formación del público?

Bibliografía

(1) CLAVER, I. 1972 El papel de la escuela forestal antelas nuevas exigencias de conservación de la naturaleza. (Memoria general C. II)

(2) DUERR, WILLIAM A. 1972 The heredity and environment of professional forestry education. (J. For. 70 (1):21-24)

(3) JAMES, L.W., CRAWS, D.L. & GARLAND, J.J. 1972 Attracting talented students. (General paper C. II)

(4) NORDIN, V.J. 1972 Forestry education and the environmental crisis. (General paper C. II)

(5) SPURR, STEPHEN H. & ARNOLD, R. KEITH. 1971 Los cometidos de los profesionales forestales y la evolución económica y social. (FO: WCFET/71/3)

(6) VAN MIEGROET, M. 1972 Le forestier et les problèmes de l'environnement. (General paper C. II)

Memorias de la Comisión II

MEMORIAS GENERALES

Anaya, H.

Cómo determinar y perfeccionar un plan de estudios técnicos en materia forestal: el caso de un país en desarrollo

Chandra, R.

Forest worker instructor training: approaches and problems in India

Claver, I.

El papel de la escuela forestal ante las nuevas exigencias en materia de conservación de la naturaleza

Guillard, J.P.

L'éducation permanente des forestiers

Heath, V.

Technical and vocational training in forestry

Holopainen, V.

Information and technical advice for private forest owners: new problems and approaches

Hughes, J.F.

The role of universities in training forest managers

James, L.M., Craws, D.L. & Garland, J.J.

Attracting talented students

Kulkarni, D.H.

Plea for extending in - depth case studies as essential preparatives in the process of development planning of forestry education

Ledesma, N.R.

La enseñanza universitaria y la investigación forestal como instrumento para el desarrollo de los pueblos

Luna Lugo, A.

Bases para la planificación de la enseñanza forestal

(Mårsäter)., B.

Training of forest workers

Nilsson, W.E.

Clarifying the objectives of forestry education

Nordin, V.J.

Forestry education and the environmental crisis

Oblivin, J.F.

Scientific technical progress and the tasks of forest education

Rodríguez GARCÍA, M.

Planeamiento y organización de un sistema nacional de formación forestal vocacional

Sisam, J.W.B., Kozinski, J. & Rukuba, M.L.S.B.

Applying the findings of the first World Consultation on Forestry Education and Training

Stoltenberg, C. & Dils, R.E.

Updating professional skills to meet changing forestry needs

Van Miegroet, M.

Le forestier et les problèmes de l'environnement

Verduzco Gutiérrez, J.

La planificación de la enseñanza y de la extensión forestales

Yavorsky, J.M.

Planning a programme of continuing education for forestry in a developing country

MEMORIAS ESPECIALES

Barghoorn, A.W.

La preparación profesional y la investigación en los campos forestales y madereros en América Latina: análisis del desarrollo y de la situación actual y proposiciones para la continuación del desarrollo

Bonilla, J.A.

La necesidad de un curso de postgrado de ciencias forestales en la zona sur de América Latina

Endo, T.

Present vocational education and training and its problems in forestry in Japan

Luna Llorente, F.

Influencia del servicio de extensión agraria en el sector forestal de explotaciones agropecuarias

Redhead, J.F.

The development of teaching in wood technology and forest engineering in the University of Ibadan, Nigeria

Informe

1. La Comisión consideró sus deliberaciones como la culminación de otras actividades internacionales anteriores en materia de enseñanza forestal. Entre éstas figuraban muchas iniciativas del Comité Asesor sobre Enseñanza Forestal, de la FAO, y la Primera Consulta Mundial sobre Enseñanza y Capacitación Forestales, de la FAO, celebrada en Estocolmo en 1971 con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y de la Organización Internacional del Trabajo.

2. Las dificultades con que actualmente tropiezan los que se encargan de la enseñanza forestal obedecen, en parte, a la función cambiante de la forestería en un mundo en evolución, aunque también están vinculadas al problema de dar una capacitación suficientemente amplia en un tiempo aceptable teniendo presente la necesidad de:

a) abarcar un sector tecnológico en rápido progreso;
b) prestar mayor atención a los aspectos socioeconómicos de la forestería; y
c) promover mejores relaciones públicas.

3. En las deliberaciones de la comisión participó un grupo numeroso de estudiantes forestales, quienes compartieron la opinión de que el planteamiento de la enseñanza forestal variará ampliamente de una región a otra debido a sus diferencias en cuanto a antecedentes, necesidades y fase de evolución. Sin embargo, existen determinados elementos comunes.

4. La ciencia forestal es una síntesis de factores biológicos, económicos y sociales, recibiendo estos últimos una atención particular. Es importante inculcar en los forestales jóvenes un sentido de responsabilidad ética. La consideración importante es ante quién está obligado un forestal.

5. Los instructores en forestería tienen responsabilidad no sólo ante el público en general, los empleadores esta tales o privados y la comunidad académica, sino también ante los estudiantes presentes, pasados y futuros. A su vez, cada uno de estos grupos tienen responsabilidades frente a los profesores forestales. Tienen el derecho y el deber de criticar o elogiar la enseñanza forestal, según corresponda. En consecuencia, existe la necesidad de que aquellos que se encargan de la enseñanza forestal establezcan un significativo intercambio de opiniones con todos estos grupos.

6. Una comunicación más completa es esencial para determinar debidamente los objetivos de la enseñanza forestal y vencer los prejuicios e intereses de las diversas partes interesadas por dicha enseñanza. Esto es indispensable al objeto de llegar a cursos forestales que respondan a las necesidades forestales de cada país y que den a los estudiantes una base no sólo para adaptarse a los cambios, sino también para dirigir e influir dichos cambios en beneficio de la humanidad.

7. Es importante que el forestal participe en estudios de varias materias; sin embargo, al hacerlo así no deberá descuidar sus conocimientos especializados. Es plenamente conveniente que los trabajadores forestales a todos los niveles adquieran experiencia práctica y destreza manual en el bosque. A este respecto se citaron ejemplos sobre la buena calidad de los estudiantes que ya hablan tenido experiencia práctica.

8. La enseñanza continuativa en forestería es necesaria a todos los niveles, incluida la divulgación de información entre el público. Las facultades y escuelas de dasonomía deben participar en tal enseñanza continuativa en cooperación con los empleadores y con las sociedades profesionales.

9. La enseñanza continuativa es difícil para los forestales de los países en desarrollo porque en ellos los graduados, con frecuencia, están muy alejados de sus universidades nacionales y porque los profesores universitarios disponen de poco tiempo para contribuir a programas complementarios. Estas dificultades deben darse a conocer a los organismos internacionales pertinentes. como la FAO. Los forestales de los países en desarrollo deberían basarse en las prácticas forestales de sus propios países, perfeccionar y poner a prueba su experiencia mediante la práctica, asimilar los métodos de otros países y elevar su nivel teórico y competencia técnica al objeto de contribuir a la construcción de la forestalia en sus países.

10. La comisión quedó informada de que en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Suecia en 1972, se expresaron dos puntos de vista contrapuestos: el de los conservacionistas, que quieren dejar las cosas como están, y el de los usuarios, que desean utilizar los recursos para satisfacer las necesidades sociales y económicas de los pueblos. El forestal debe armonizar estos dos puntos de vista según las circunstancias, teniendo presente que los bosques son esenciales tanto para el desarrollo como para la protección del ambiente.

11. La comisión examinó el dilema de si un forestal deberla o no consultar con el público antes de tomar una decisión de ordenación que afecte a la calidad del medio, o bien si deberla hacer lo que crea que es mejor para el bien general e informar posteriormente al público acerca de lo hecho. En muchos países no hay más alternativa que consultar primero al público. Es de la máxima importancia que el público posea una sólida comprensión de la forestería y que los forestales conozcan suficientemente las necesidades y deseos de las personas a quienes afecta la forestería.

12. Sigue existiendo la necesidad de inculcar un a sentido forestal» entre todos los pueblos del mundo. Con frecuencia esto puede hacerce mediante ceremonias de varias clases. Los forestales deben ser elocuentes y, particularmente, hablar con los niños para hacerles comprender la importancia capital de preservar o restablecer la cubierta forestal del mundo y explicar la contribución que la forestería puede hacer al bienestar humano.

Recomendaciones

13. Para formar encargados de ordenar los recursos de las tierras boscosas, más conocidos como forestales, es necesario contar con forestales generales con una buena comprensión de la biología y economía forestales y que posean conocimientos especializados para fusionarlos y utilizarlos en la ordenación forestal y también interpretarlos y relacionarlos con condiciones sociales y económicas más generales.

14. Los instructores forestales deben cooperar más eficazmente con las autoridades forestales para proyectar la imagen de la forestería de manera que el público tenga plena conciencia de las ventajas que brinda la profesión forestal.

15. Al objeto de obtener estudiantes de gran capacidad académica y aptos para la profesión forestal, los instructores forestales deben conceder alta prioridad a las entrevistas con los posibles estudiantes para informarlos de los cursos, de las futuras oportunidades de empleo, de la naturaleza de la forestería y de la contribución de ésta al bienestar humano.

16. La competencia manual y práctica es necesaria en los trabajadores forestales a todos los niveles, incluidos los forestales profesionales. En consecuencia, todos los cursos de forestería deben contener ejercicios prácticos adecuados.

17. Los forestales graduados deben ser capaces de expresarse con soltura y precisión, tanto de viva voz como por escrito.

18. Dado que se reconoce cada vez más que la forestería está estrechamente relacionada con el bienestar humano, es importante que los estudiantes forestales de todos los niveles adquieran una conciencia social.

19. Antes de establecer nuevas facultades forestales, deberán analizarse minuciosamente el número y tipo de graduados necesarios y las oportunidades de empleo existentes. Debe concederse atención particular a los centros regionales internacionales con créditos de estudio transferibles, lo que podrá reducir la necesidad de escuelas nacionales.

20. deberían tomarse medidas especiales para que los instructores en forestería viajen a otros países y se informen de los métodos de enseñanza, las materias que se dictan y las tendencias de la forestería mundial. deberían también estimularse los encuentros internacionales de directores de escuelas profesionales, técnicas y vocacionales de forestería, al objeto de intercambiar informaciones. Estas reuniones serían muy provechosas: por ejemplo, se informó a la comisión de la extraordinaria reducción de los periodos de formación profesional que se consiguió mediante la adopción de nuevos métodos.

21. Deben adoptarse las providencias necesarias para que los instructores, empleadores y estudiantes participen en la formulación, evaluación y revisión de los cursos.

22. La comisión hizo suyas las recomendaciones de la primera Consulta Mundial sobre Enseñanza y Capacitación Forestales y quedó enterada con satisfacción de que muchas de ellas se hablan ya aceptado o llevado a la práctica.

23. Los forestales deben mantenerse en permanente contacto con sus colegas que se ocupan en problemas similares en todo el mundo para que puedan adoptarse y aplicarse las últimas técnicas. Unasylva, la revista forestal de la FAO, cumplía una misión muy útil en este sentido. La comisión recomendó que, pese a las limitaciones presupuestarias recientemente impuestas a la FAO, se busque la manera de seguir publicando esta revista y favorecer su perfeccionamiento.


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