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SECCIÓN III. LAS FUNCIONES DE LAS ASOCIACIONES INTERMEDIAS EN EL MODELO RED-IFO DE DESCENTRALIZACION

La metodología de la descentralización (regionalización/diferenciación) y sus políticas de acompañamiento (información/capacitación/organización) no son por supuesto compatibles con un Estado centralizado que sólo se reconoce a si mismo como actor único del desarrollo (ofreciendo activamente estrategias y servicios) frente a beneficiarios pasivos de sus políticas. En una estrategia centralizada, no se requiere el diálogo porque no existe el reconocimiento de los interlocutores y aún menos de sus diferencias. Por el contrario, la diferenciación y la regionalización suponen que haya un diálogo entre interlocutores que tienen lógicas de funcionamiento diferentes. Para realizar esa metodología y esas políticas, es necesario que las instituciones de los estados centralizados dejen su lugar a nuevas instituciones capaces de crear las condiciones del diálogo entre las organizaciones de productores y los otros actores del desarrollo rural: organizaciones internacionales, ministerios encargados del desarrollo rural, sector privado, ONG, etc.

Pero se requiere también que las nuevas instituciones no sean, como en el pasado, el resultado de una concepción centralizada del Estado para aportar la información, la capacitación y la organización a las poblaciones rurales, sino más bien una creación de las propias poblaciones rurales, que se dan de esa manera sus propias estructuras representativas y técnicas para estar en condiciones de dialogar con todos los socios del desarrollo. Es por ello que el eje estratégico del modelo RED-IFO consiste en la creación, la reconversión o el reforzamiento de las asociaciones intermedias. Son estas asociaciones quienes tienen vocación a participar en la definición de estrategias de desarrollo rural en asociación estrecha con los otros actores del desarrollo rural.

a) Las asociaciones intermedias pueden orientar las acciones del Estado en cuanto a la diferenciación de políticas que debe acompañar a la descentralización.

b) Aportan una capacidad de síntesis y de regionalización de las demandas y de las necesidades de las poblaciones rurales.

c) Las asociaciones intermedias pueden convertirse en interlocutores suficientemente maduros para construir alianzas estratégicas con los otros actores del desarrollo rural.

Sin embargo, para jugar esos tres papeles, se requiere que las asociaciones intermedias se den los medios de hacerlo mediante la creación de los organismos que les permitan cumplir sus funciones de representación, de coordinación y de apoyo técnico. No es posible precisar aquí cual sería la configuración de esos organismos ya que ellos dependen de la historia propia a las asociaciones intermedias, de sus niveles de madurez y de las condiciones particulares a cada zona geográfica y a cada país. Lo que se propone ahora en el marco de la presentación del modelo RED-IFO de descentralización es, por un lado, explicitar cuales son las funciones que las asociaciones intermedias deberán jugar en el proceso de descentralización y, por otro lado, ilustrar el tipo de organismo que podría ayudarles a cumplir esas funciones. Cinco funciones y organismos parecen importantes a señalar aquí.
1. La diferenciación de las políticas y la regionalización de las demandas buscan tomar en cuenta las problemáticas específicas de cada tipo de productor, de cada región y de cada cadena productiva. Es necesario entonces que las asociaciones intermedias sean capaces de disponer de la información sobre esos tres tipos de tipologías, afín de poder hacer proposiciones sobre el contenido deseable de las políticas diferenciadas. La creación de un observatorio estadístico sería un instrumento adecuado a esta función.

2. Las asociaciones intermedias deberán identificar las problemáticas específicas de cada cadena productiva en sus diferentes fases: crédito, insumos, producción, transformación y acondicionamiento, comercialización y distribución. Conforme se vayan desarrollando, las asociaciones intermedias podrían entonces constituir colegios por cadena productiva, encargados de identificar las necesidades en capacitación que resultan de las problemáticas de la cadena, de transmitir informaciones básicas sobre los componentes de la cadena al observatorio estadístico y establecer con el ministerio encargado del desarrollo rural un diálogo para darle a conocer las evoluciones actuales y previsibles de cada cadena. La lógica de cadenas productivas es importante porque es el primer eslabonamiento para la construcción de alianzas estratégicas entre los productores agrícolas y el sector privado, afín de volver compatibles las exigencias de los mercados en términos de calidad con las características de los insumos, los métodos de producción, los procesos de acondicionamiento y las redes de distribución que permitan llegar a los mercados objetivo.

3. Para prepararse al diálogo con el Estado y con los otros actores del desarrollo rural y hacer proposiciones sobre la orientación general del desarrollo rural o, por ejemplo, sobre el ritmo de la descentralización, es necesario que las asociaciones intermedias puedan disponer de la información global y pertinente sobre el contexto económico, institucional y tecnológico en el cual evolucionan las poblaciones rurales. Esta función podría ser asegurada mediante la creación de un observatorio económico encargado de sistematizar y globalizar la información sobre i) la normalización y la regulación del Estado, ii) las ventajas comparativas de cada región y de cada cadena productiva en el marco nacional y en el de los mercados globalizados, iii) la evolución de los mercados en términos de productos prometedores y de evoluciones de precios, iv) las alternativas tecnológicas disponibles para los procesos de especialización/diversificación productiva y de modernización tecnológica, y v) las oportunidades de negocios rentables.

4. Las asociaciones intermedias deben cumplir una función de apoyo al reforzamiento de las competencias de las poblaciones rurales para permitirles asegurar la realización de las acciones transferidas por la descentralización pero también para construir las alianzas productivas con el sector privado y hacer una utilización óptima de las competencias de las ONG. Un instituto de apoyo técnico podría ser la estructura que permita cumplir esta función de transferencia de competencias y de capacitación. Este instituto debería tener una presencia fuerte a nivel local para asegurar una respuesta adaptada a las circunstancias y problemáticas de cada tipo de productor y de cada cadena productiva. Esta presencia local podría ser completada recurriendo a las competencias del sector privado, de las entidades (públicas y privadas) de investigación agronómica y de capacitación, así como a las competencias de las ONG.

5. Las asociaciones intermedias, por último, además de ser el marco de la concertación entre los propios productores, deben promover modalidades de diálogo con el Estado afín de frenar las tendencias a la aparición de clientelismos y a la apropiación de la descentralización por los poderes regionales y las élites regionales. Esas modalidades podrían tomar la forma de comités de concertación que serían el espacio principal del diálogo entre esas asociaciones y la representación sectorial del Estado. Permitirían a la vez tratar de una manera concertada las problemáticas específicas de cada cadena productiva y formular de una manera clara y coherente las demandas de apoyo al Estado y a los otros actores del desarrollo rural. Un organismo igualmente importante podría ser la creación de una red de asociaciones intermedias para facilitar los intercambios de información, de experiencias y de ayuda mutua. Esa red podría organizar los flujos de información entre las asociaciones intermedias regionales y proponer las acciones de cooperación técnica entre ellas. La red aumentaría la capacidad de diálogo y de proposición de las poblaciones rurales con los otros actores del desarrollo rural.

Hoy se asiste a un consenso sobre el hecho que el sector rural tiene un papel decisivo que jugar en los objetivos de reducción de la pobreza, de seguridad alimentaria y de mejora de la gestión de los recursos naturales. La descentralización puede mejorar el desempeño de las acciones orientadas hacia el desarrollo de dicho sector. Pero el consenso no basta. Se requiere además que en cada país sea organizado un dispositivo institucional que permita transformar el consenso en desarrollo rural durable y participativo. El objetivo del modelo RED-IFO es ayudar a los actores del desarrollo rural a identificar los riesgos, las potencialidades y las condiciones de éxito de una política de descentralización. El núcleo central del modelo es la creación de las condiciones que permitan la participación de las poblaciones a la elección y a la realización de las acciones que determinan su devenir.

La FAO reconoce con ese modelo que la descentralización sólo puede desplegar todas sus potencialidades en estrecha relación con el reforzamiento de la democracia. Es de esta manera que puede realizarse el pasaje de una lógica de la oferta hacia una lógica de la demanda:

i) bajo el impulso de los beneficiarios de las políticas,

ii) sin que la descentralización produzca vacíos y

iii) construyendo una estrategia global, coherente, participativa y portadora de una lógica de especialización productiva, de modernización tecnológica y de creación de ventajas comparativas dinámicas, que no juegue solamente en beneficio de los actores más fuertes y mejor organizados.

Se requiere entonces una nueva alianza para el desarrollo rural durable, viable y participativo en el cual las poblaciones rurales participen plenamente a la extensión de los mercados rurales, del ahorro y de la inversión, tres factores clave en todo proceso de desarrollo rural.


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