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6. ACCESORIOS, SERVICIOS Y AYUDAS A LA NAVEGACION

Una vez construidos el rompeolas y los muelles o embarcaderos, se requieren varios componentes mecánicos menores para que el refugio pueda funcionar con eficacia y seguridad. Estos componentes se pueden dividir en tres grupos principales, según sea su función dentro del puerto:

Los dispositivos de amarre incluyen los bolardos, paragolpes de neumáticos, cuerdas de amarre y plomadas de fondeo. Las instalaciones de tierra incluyen la zona de reaprovisionamiento de combustible, el cabrestante del varadero, zona de descanso para los pescadores y de almacenamiento de redes y, a ser posible, unos puestos de venta y aseos. Las ayudas a la navegación consisten en dos linternas marinas (una roja y una verde) colocadas a la entrada del refugio pesquero. Podrían hacer falta también otras luces para marcar la presencia de canales de navegación o de arrecifes peligrosos.

ACCESORIOS Y SERVICIOS

La Figura 75 muestra un método simple de construcción de un bolardo de acero que se puede encastrar en hormigón. Tomando como base un tubo de acero de 100 mm de diámetro, se deberán cortar dos orificios a fin de permitir el paso a través de los mismos de una barra de acero de 20 mm de diámetro. Luego se deberán realizar unas ranuras en el extremo inferior del tubo a fin de aumentar su agarre dentro del hormigón. Una vez se haya insertado la barra a través del orificio, deberá asegurarse por medio de un punto de soldadura a cada uno de sus lados y a continuación debe rellenarse el tubo con hormigón. El bolardo se deberá encastrar entonces en el hormigón fresco, dejando unos 300 mm expuestos.

Figura 75
Bolardo de tubo simple.

Figura 75

La anilla de amarre es una alternativa que resulta más económica que el bolardo de acero. Esta consiste en un trozo de barra de acero de 20 mm de diámetro doblado hasta formar una anilla y soldado, y sujeto en su sitio como se muestra en

Figura 76
Anilla de amarre.

Figura 76

la Figura 76. La ventaja principal de la anilla de amarre sobre los bolardos convencionales es que mantienen el muelle libre de obstáculos. Tanto los bolardos como las anillas de amarre se deberían mantener a distancias no superiores a 5 m.

Todos los tipos de elementos de amarre a tierra fabricados en acero (bolardos de tubería y anillas de amarre) deberían estar protegidos contra la corrosión. Para los diferentes tipos de tratamiento consulte el Capítulo 8.

Siempre que sea posible, se deberán fijar parachoques al elemento de recubrimiento de un muelle duro a fin de evitar ocasionar daños a buques pesqueros. Se necesitarán pernos de anclaje para fijar los paragolpes al muelle.

Figura 77
Pernos de anclaje (taladrados).

Figura 77

Hay dos tipos de pernos de anclaje; uno que se utiliza en muelles donde el bloque de recubrimiento de hormigón ya existe, y otro para bloques de recubrimiento todavía no construidos.

El primer tipo de perno de anclaje es el perno tipo rawl (Figura 77) que se puede comprar en ferreterías especializadas. Primero se deberá taladrar un orificio en el hormigón ya existente y después se deberá insertar el perno. El elemento de agarre por fricción se activa al apretar el perno. Se recomienda un diámetro mínimo de 20 mm siempre que se utilicen cerca del mar, a fin de compensar el posible efecto de la corrosión.

El segundo tipo de perno de anclaje es el tipo que se puede fijar en lugares previamente determinados durante el proceso de construcción. Para construir el anclaje se deberán soldar juntas cuatro tuercas de 20 mm de diámetro y 6 elementos de anclaje por agarre de 6 mm de diámetro, como se muestra en la Figura 78.

Figura 78
Pernos de anclaje (preparados en obra).

Figura 78

Entonces se deberá marcar, en el encofrado externo, la posición en la que se requiere el perno de anclaje y se deberá taladrar un orificio de 22 mm de diámetro a través del molde. El anclaje sease gurará al encofrado con la ayuda de tornillos y echando hormigón a su alrededor. Una vez se retire el encofrado quedará un orificio limpio y sin obstrucción donde se podrá insertar el perno.

Figura 79
Paragolpes continuo de madera.

Figura 79

La forma más sencilla de construir un paragolpes es utilizando una tira continua de madera, como se muestra en la Figura 79. Este consiste en una tira de madera, con unas dimensiones aproximadas de 150 mm x 150 mm, a todo lo largo del muelle. Se podrá utilizar cualquier tipo de madera fuerte tratada como se describe en el Capítulo 4 siempre que la madera no esté en contacto con el agua del mar. La tira de madera deberá mantenerse en su sitio por medio de pernos de 20 mm de diámetro taladrados a intervalos de 1 m. Si la variación de las mareas fuera superior a 1 m se deberán colocar tiras verticales de madera a distancias aproximadas de 1 m. Sólo se deberán utilizar maderas adecuadas para este fin, debido a que el extremo inferior de una tira de madera de dichas características quedaría necesariamente inmersa en el agua durante la pleamar.

Figura 80
Paragolpes individuales.

Figura 80

Los neumáticos de coche usados son la forma más económica de proporcionar simples paragolpes. Para impedir que la cadena de suspensión del neumático rasque contra el costado de la embarcación se deberá fabricar una percha con una barra de acero de 20 mm de diámetro, que se insertará a través de un orificio realizado en la superficie superior del neumático colgado. El neumático paragolpes presentará así una superficie limpia de fricción cuando sea comprimido contra el costado de la embarcación.

Figura 81
Cable de amarre y plomada.

Figura 81

El paragolpes se colgará de un perno de anclaje asegurado al bloque de hormigón de recubrimiento.

La Figura 81 muestra una buena forma de organizar amarres en espacios congestionados sin la utilización de boyas o del ancla de la propia embarcación.

El amarre consiste en un tramo de cadena galvanizada ligera algo más larga que la embarcación a amarrar y asegurada al bolardo, unida a un largo adecuado de cuerda de entre 12 a 20 mm mediante un grillete en forma de «D». La pesada plomada de fondeo en la proa constituye el anclaje permanente al fondo del mar. A su llegada el pescador recoge el extremo de la cadena del bolardo y la sigue hasta llegar al grillete que asegura entonces a la popa. La proa se amarra directamente al bolardo. Cuando el pescador suelta su embarcación del punto de amarre la cadena se hunde hasta el fondo sin llegar a afectar a las hélices de la embarcación.

Figura 82.
Punto de reabastecimiento de combustible.

Figura 82

Para evitar la contaminación se deberá establecer un punto central de reabastecimiento de combustible como se muestra en la Figura 82. Se deberá construir una base de hormigón de un grosor aproximado de 200 mm y con un muro de contención alrededor de su zona central. La función de este muro consiste en recoger todo el combustible si el tanque llegara a tener fugas. La válvula principal deberá ser una válvula de paso directo fabricada de bronce (con un candado) y la pistola de suministro deberá ser del tipo de válvula esférica sin juntas de goma (los grifos normales de suministro de agua no son apropiados). El extremo final de la manguera se deberá colocar más alto que el nivel máximo del combustible dentro del tanque, a fin de impedir escapes accidentales. Se deberán depositar cubos de arena cerca del tanque con el fin de verterla en caso de escapes de combustible.

Figura 83
Cabrestante de varadero.

Figura 83

La mejor forma de aumentar la eficacia del varadero consiste en instalar un simple cabrestante de manejo manual, como el que se muestra en la Figura 83. Se deberá anclar a una base resistente de hormigón y se le debería instalar una rueda de trinquete dentada a fin de impedir deslizamientos accidentales. También se debería utilizar un pitón de seguridad para bloquear el tambor en su posición.

Aunque los cabrestantes se pueden confeccionar localmente, hay cabrestantes de acero disponibles de varias procedencias, por lo que se deberá considerar la posibilidad de adquirir uno a nivel de aldea.

Figure 84 Suministro de agua potable

Figura 84

Debería disponerse de agua potable corriente en todos los refugios pesqueros para la utilización personal de los pescadores y para las instalaciones sanitarias. La Figura 84 muestra una sencilla distribución del suministro de agua corriente. Para la realización de la misma se deberán elevar barriles de 200 litros de capacidad sobre un andamio a una altura de por lo menos 3 m sobre el nivel del suelo y se bombeará agua a los mismos por medio de una bomba manual que saque agua potable de una fuente segura de suministro como un pozo o un camión cisterna. También se pueden utilizar bidones de fibra devidrio o de plástico como tanques de suministro de agua.

Figura 85
Depósitos de agua interconectados.

Figura 85

Los barriles de 200 litros de capacidad (número de tanques necesarios según el número de instalaciones previstas) pueden estar fabricados en acero galvanizado o plástico (fibra de vidrio) pero todas las tuberías deberían estar fabricadas preferiblemente en plástico o PVC rígido. La Figura 85 muestra cómo se deben interconectar los varios depósitos a fin de proporcionar un mayor suministro de agua potable. Cada uno de los depósitos cuenta con un orificio de ventilación y un grifo de cierre que permite aislarlo del resto para su limpieza sin necesidad de interrumpir el suministro de agua.

La Figura 86 muestra la distribución necesaria para suministrar agua corriente procedente del mar a un desembarcadero aislado de playa, apropiada para lavar el pescado y para la higiene personal básica.

Figura 86
Suministro de agua del mar por tubería para desembarcadero de playa.

Figura 86

El factor más importante que hay que tener en cuenta en estos casos es que el agua del mar corroe el acero con mucha rapidez a menos que éste haya sido tratado con recubrimientos de muy alto coste. La mejor forma de eliminar los problemas relativos a la corrosión del acero es sustituir los elementos de acero por otros fabricados en plástico siempre que sea posible. Los elementos de acero inoxidable son muy caros y deben quedar limitados a elementos críticos como el grifo de válvula esférica (fabricado en bronce y teflón).

Las tuberías de succión y de persión deberán estar fabricadas en PVC, el depósito de almacenamiento de agua de fibra de vidrio y se deberá adecuar la bomba manual al bombeo de agua del mar mediante su galvanizado. En las zonas en que la costa sea arenosa, la manguera de succión puede estar sujeta a un pilón de muelle o al rompeolas o bien se puede hundir en la arena conectada a un drenaje de arena. Se debe tener mucho cuidado al construir el drenaje de arena (un barril agujereado relleno de áridos entre finos y bastos) debido a que la arena que pueda entrar en la bomba debido a la fuerza de la succión de la misma llegará a dañar la válvula de accionamiento. Es aconsejable utilizar un simple sifón desarenador.

Figura 87
Puesto de limpieza de pescado.

Figura 87

La Figura 87 muestra un sencillo puesto de limpieza de pescadoconstruido en hormigón. Una tubería de plástico perforado recorre la parte superior del puesto y, mediante una válvula apropiada (de plástico o de acero inoxidable), proporciona agua corriente procedente del mar o agua dulce procedente de un depósito de almacenamiento. Para evitar contaminar la zona del refugio, el agua que se desagua del puesto (y que contiene sangre) debe ser llevada a un sumidero si se utiliza agua del mar o, aún mejor, a un tanque séptico si se utiliza agua dulce (Figura 90).

Figura 88
Sumidero.

Figura 88

La Figura 88 muestra un sumidero típico, que es la forma más efectiva de drenar a la tierra el efluente biológicamente contaminado. Se corre, sin embargo, un gran riesgo de contaminar las aguas freáticas (del subsuelo) si el sumidero está demasiado cerca de la fuente de suministro de aguas subterráneas como, por ejemplo, un pozo somero de extracción de agua.

Como norma general, en las partes arenosas de muchas costas, los sumideros deben quedar limitados a la zona del refugio pesquero, lejos de los pozos que suministran agua a la aldea. Los sumideros no se pueden utilizar en los terrenos arcillosos. Los efluentes procedentes de los puestos de limpieza y despiece de pescados y de los servicios sanitarios deberían, de hecho, ser previamente tratados por medio de un tanque séptico antes de su drenaje en un sumidero, a menos que se utilice agua del mar.

Figura 89
Tanque séptico.

Figura 89

Los tanques sépticos son cámaras rectangulares con dos o tres compartimientos separados y normalmente enterrados por debajo del nivel del suelo, que reciben las aguas contaminadas de los puestos de limpieza de pescado y de los servicios sanitarios (cuartos de baño) (Figura 89).

Después de un filtrado basto a través de una criba de sumidero, los efluentes quedan retenidos dentro de los compartimientos durante un período de entre uno a tres días. Durante ese período, los elementos sólidos en suspensión se depositan por sedimentación en el fondo del tanque, donde son atacados y digeridos por bacterias.

El resultado de esto es que el volumen de los fangos sedimentarios queda muy reducido y el efluente resulta asimismo clarificado. Si el refugio pesquero es lo suficientemente grande como para justificar la construcción de un tanque séptico, o si el refugio se encuentra tan cerca de los pozos de suministro de agua dulce de la aldea que se necesita un tanque séptico como medida de protección contra la contaminación, entonces todo el sistema de agua de drenaje debería utilizar agua dulce, en lugar de agua del mar. A diferencia del agua del mar, el agua dulce mantendrá el tanque séptico funcionando al nivel máximo de eficacia, asegurando que la capacidad contaminante del efluente que sale del tanque séptico sea mínima. Se debería recabar asistencia técnica por lo que respecta a las dimensiones y especificaciones del tanque séptico.

La Figura 90a muestra una distribución típica de desembarcadero de playa, con el sumidero cercano al puesto de limpieza de pescado y con empleo de agua del mar. Esta distribución se deberá utilizar sólo si la aldea se encuentra a una distancia de por lo menos 100 m.

La Figura 90b muestra una distribución similar para un puesto de limpieza de pescado situado muy cerca del pozo de suministro de agua potable de la aldea. En este caso, sin embargo, el sumidero se debe situar tan lejos del pozo como sea posible.

La Figura 90c, en cambio, muestra una distribución completa para una combinación de refugio/aldea pesquera, que requiere la instalación de un tanque séptico. El efluente procedente del puesto de limpieza de pescado pasa a través de la criba de sumidero y al tanque séptico a través de un colector. El efluente procedente de los servicios también pasa al tanque séptico vía otro colector. El efluente de los lavabos, sin embargo, se lleva a un sumidero diferente a fin de impedir la entrada de detergentes al tanque séptico. Esta distribución debe hacerse funcionar sólo con agua dulce. Lo ideal sería que las tuberías estuvieran fabricadas en PVC y tener pendientes de entre el 2 y el 4 ponciento.

Para poner en marcha el proceso biológico en el tanque séptico se deberá insertar un trozo de carne podrida en la primera cámara. También se pueden comprar granulados especiales.

La Figura 91 muestra un cobertizo de usos generales hecho de madera. La estructura básica del cobertizo consiste en pilones de madera de 150 mm de diámetro hincados en el suelo y unidos a varios niveles por travesaños de madera. Cuenta también con cerchas de madera que soportan chapas de material galvanizado o de amianto o techos fabricados con materiales locales. Si no se pudieran hincar los pilones de madera en el suelo se deberán fabricar bloques de cimentación de hormigón alrededor de la base.

Figura 90
Diferentes sistemas de drenaje de las aguas.

Figura 90

Toda la madera utilizada en el cobertizo debería estar tratada como se describe en el Capítulo 8 a fin de proteger la estructura de un posible ataque de insectos. Todos los elementos de sujeción deberán estar fabricados en acero galvanizado.

El cobertizo de madera se puede utilizar para una amplia variedad de usos como, por ejemplo, almacén, construcción de embarcaciones, lonja de comercialización de pescados o cooperativa de peseadores. Si se fuera a utilizar el cobertizo como una lonja de comercialización de pescados se recomienda el seguimiento de las especificaciones adicionales que se dan a continuación (Figura 92):

Con las recomendaciones anteriores se podrá lavar la lonja de pescado fácilmente con la ayuda de una manguera sin causar daños a los pilones de madera.

Almacenamiento en frío y hielo. En climas cálidos, las capturas recién pescadas se echan a perder con mucha facilidad, reduciendo así el valor de la pesca. Dicho deterioro puede ser impedido o retrasado mediante ahumado (apropiado sólo para ciertos tipos de pescado) o por medio de algunos tipos de tratamiento en frío. El ahumado requiere grandes cantidades de madera procedentes de árboles que están desapareciendo con gran rapidez y que en el futuro requerirán fuentes renovables (plantaciones).

El método alternativo de preservación es por enfriamiento. A bordo de pequeñas embarcaciones pesqueras se puede lograr dicho enfriamiento utilizando hielo triturado almacenado en heladeras especialmente fabricadas. En un puerto pesquero, el hielo (en forma de bloques o de copos) normalmente se fabrica in situ con una máquina de fabricación de hielo.

La planificación de la instalación de una fábrica de hielo o de una cámara congeladora son sumamente complejas y se deben dejar en manos de los especialistas en la materia. Además, los altos costes del equipo y de los elementos fungibles podrían no justificar la realización del esfuerzo si no hay acceso a buenos mercados y los pescadores no pueden comercializar sus capturas a un precio más alto.

Podría ser más efectivo, desde el punto de vista de su coste, adquirir hielo ya triturado de proveedores comerciales y almacenarlo en cámaras de conservación en el puerto para su venta a pescadores, procesadores de pescado y a particulares.

AYUDAS A LA NAVEGACION

Los puntos distintivos y salientes están iluminados por la noche en casi todas las costas y en los lugares de peligro situados fuera de éstas luces pueden estar divididas en tres tipos:

Figura 91
Cobertizo de madera.

Figura 91

Figura 92
Mercado cubierto.

Figura 92

Todas las luces, boyas y señales deberán ajustarse a las especificaciones correspondientes a luces y formas definidas por las leyes de puertos y navegación del país del que se trate.

Las luces se distinguen unas de otras por su carácter. color y período.

Carácter. Una luz puede ser fija, parpadeante o de ocultación (una luz fija o constante que queda eclipsada o cubierta a intervalos regulares). Las boyas luminosas casi siempre llevan luces parpadeantes o de ocultación a fin de poder distinguirlas de las luces de posición de los buques fondeados.

Color. El color de una luz debe ser blanco, a menos que se especifique lo contrario. Las luces de posición son normalmente rojas (costado izquierdo o de babor) y verdes (costado derecho o de estribor).

Período. El período de una luz es el intervalo existente entre el comienzo de fases sucesivas. En una luz sencilla de parpadeo, el período es el intervalo de tiempo entre un destello y el siguiente: en un sistema de grupo de destello es el intervalo existente entre el comienzo de una fase completa y el comienzo de la fase siguiente.

Antes de instalar cualquier tipo de luces se deberá informar a la oficina estatal correspondiente (a la marina, guarda costera o ministerio de obras públicas) a fin de que se tomen las medidas del caso para revisar las cartas marítimas actuales de la zona.

La Figura 93 muestra una linterna marina fabricada en polietileno de alta densidad, también llamado «plástico pesado». El plástico normal se descompone cuando queda expuesto a la luz solar (la radiación ultravioleta quiebra el plástico), por lo que se debe evitar su uso. La mayor parte de las linternas vienen también con cuatro pernos de acero inoxidable para su fijación, así como una placa sensitiva a la luz que enciende la linterna automáticamente al anochecer y la apaga cuando llega el amanecer.

Figura 93
Pequeña linterna marina.

Figura 93

Las linternas más sofisticadas vienen con un cambiador automático de bombilla que puede sustituir automáticamente hasta seis bombillas fundidas. La visibilidad de la luz emitida por una de estas linternas depende de la potencia de la bombilla y de su altitud por encima del nivel del mar.

En el mar o en los canales de navegación, las linternas están normalmente montadas sobre una boya flotante (Figura 95) anclada (Figura 94).

Figura 94
Fondeo mar adentro de boya indicadora.

Figura 94

Figura 95.
Boya flotante.

Figura 96.
Baliza fija.

Figura 95-96

Figura 97
Faro de piedra

Figura 97

En las zonas sujetas a mareas, donde las rocas podrían quedar expuestas durante los períodos, de bajamar, se podría instalar un dispositivo marcador de mareas como se muestra en la Figura 96.

Las Figuras 97 y 98 muestran dos formas de construir faros sencillos para las bocannas de puertos. Una torre de piedra se puede fabricar con rocas disponibles localmente, unidas con cemento. Un tubo de PVC de 25 mm de diámetro encastrado en su interior lleva a un compartimiento donde están las baterías. Este compartimiento debería estar orientado hacia el lado contrario al mar y debería tener instalada una puerta apropiada hecha de placa galvanizada o de aluminio para proteger la batería de automóviles de 12 V que se requiere para hacer funcionar la luz.

Figura 98
Faro provisional

Figura 98

La Figura 98 muestra un arreglo o solución provisional para una torre de luz pero con la batería almacenada a larga distancia de la torre. En este caso se debería tener mucho cuidado en la selección de los cables de alimentación debido a que la caída de voltaje en un cable largo y delgado es considerable y la batería necesitará ser recargada con frecuencia. El cable debe ser tanto más grueso cuanto mayor sea la distancia.


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