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Anexo 2: los bosques Europeos y la silvicultura

Preparado a solicitud del Comité Ejecutivo de la Comisión Forestal para Europa de la FAO para mejor información sobre la dimensión europea de la silvicultura mundial.

La región europea está cubierta de bosques templados o boreales, que abarcan más del 30 por ciento de su superficie. Se trata de una cubierta forestal creada por el hombre a base de una reforestación intensa durante los 250 años últimos y a raíz de la extensa explotación de los bosques a lo largo de los siglos anteriores en este continente tan densamente poblado.

La idea de una ordenación sostenible, concebida en los primeros tiempos sobre todo como rendimiento sostenible de la madera, tuvo su origen en Europa hace varias generaciones. En tiempos más recientes, la combinación de las amenazas medioambientales y las apremiantes exigencias urbanas de disponer de varios esparcimientos de tipo forestal, han llevado a los forestales de la mayoría de los países a desarrollar políticas para colocar la producción de madera y la ordenación forestal dentro de un marco que asegure el cumplimiento a largo plazo de una sostenibilidad ecológica, así como el suministro de la entera gama de bienes y servicios que necesita la sociedad.

En muchos países, la aplicación de estas políticas depende de las actuaciones de un sinnúmero de propietarios forestales privados, que a menudo explotan pequeñas zonas forestales pero que controlan casi la mitad de la superficie de los bosques. Se han arbitrado instrumentos, incentivos y disuasivos de orden jurídico, reglamentario, económico o educacional para armonizar el comportamiento lucrativo con los objetivos de la sociedad, junto con prácticas de ordenación aplicadas directamente por forestales del sector público. Son políticas que hay que contemplar dentro de una tendencia global a una intervención y subvenciones estatales decrecientes. En el texto siguiente se documentan de forma más sistemática estos aspectos generales de los bosques y de las políticas forestales.

El debate sobre una ordenación sostenible de los bosques, y sobre todo acerca de la conciliación de las funciones económicas, ecológicas y sociales, ha cobrado alcance mundial y es de la mayor importancia para el futuro del sector forestal y para la formulación de políticas. Todo país y toda región tiene sus peculiares características ecológicas, climáticas, económicas, institucionales e incluso culturales, que imprimen un carácter específico a esa inquietud común y que exigen soluciones que se ajusten a cada caso. A este respecto, Europa - tomada aquí en su sentido estricto, pues grandes extensiones de Rusia tienen condiciones muy diferentes de las que predominan en la mayoría de otros países europeos - puede distinguirse de las otras regiones forestales del mundo por algunas características que comparten ampliamente sus miembros.

Historia

El bosque es el ecosistema en equilibrio ecológico de la mayoría de las regiones de Europa20; en los tiempos prehistóricos los bosques cubrían más del 80 por ciento del continente. El avance de la agricultura a lo largo de tantos siglos y los rápidos cambios de la revolución industrial redujeron la superficie forestal a menos de una cuarta parte en el siglo XIX. Sin embargo, en la situación europea los bosques se han demostrado resistentes, recuperándose cuando se ha aliviado la presión humana; a partir de mediados del siglo XIX o antes en algunos casos, los europeos cobraron conciencia de la importancia de los bosques y de la necesidad de preservarlos, expandirlos y aprovecharlos sosteniblemente.

Tendencias en cuanto a superficie, masa en crecimiento y aprovechamiento

Desde el comienzo de este siglo ha venido creciendo constantemente la superficie forestal en la mayoría de los países. La superficie censada de bosques de Europa21 en 1990 era de unos 195 millones de ha, o sea, un 35 por ciento de la superficie terrestre y casi 50 millones de ha más que en 1950, aunque la superficie de los ‘bosques en aprovechamiento’ había bajado de 143 a 133 millones de ha, debido a un aumento de las reservas forestales y otras zonas protegidas. (Una parte de este aumento se debe a variaciones en las predicciones, por lo que el aumento es inferior a 50 millones de ha).

20 A los fines de esta nota, Europa comprende los países nórdicos, los 12 países de la Unión Europea, Europa central y sodoriental y los Balcanes, así como Turquía, y los países en transición de una economía de planificación centralizada, incluidos los países bálticos, pero no los miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

21 Incluidas ‘otras tierras arboladas’, pero con exclusión de los países bálticos por razones de comparabilidad en el tiempo.

Cuadro A1
Bosques Europeos en torno a 1990

 paísesbosques y otras tierras arboladas variación 1980-90masa en crecimientoincremento anual netotalascubierta forestalbosques y otras tierras arboladas per cápitamasa en crecimiento per hectáreatalas en porcentaje del incremento anual neto
 (millones de ha)(millones de m3)(por ciento)(ha)(m3)(por ciento)
Finlandia23,40,061 67969,755,9774,687280
Islandia0,1n.a.n.a.n.a.0,020,54n.a.n.a.
Noruega9,60,0057117,611,8312,266067
Suecia28,00,002 47191,057,5693,278863
países nórdicos61,10,064 721178,3125,2553,397770
Bélgica0,60,02904,53,3200,0614575
Dinamarca0,50,1543,52,3110,0911665
Francia14,20,081 74265,948,0260,2512373
Alemania10,70,472 67463,142,7310,1324968
Grecia6,00,011493,33,4470,6025102
Irlanda0,40,05303,51,660,127045
Italia8,6n.a.74313,68,0280,158759
Luxemburgo0,10,00200,70,4340,2423054
Países Bajos0,30,01522,41,3100,0215654
Portugal3,10,1416711,310,9360,295496
España25,60,0145027,815,0510,661854
Reino Unido2,40,2420311,18,1100,048573
Unión Europea72,51,046 374210,5144,9310,218869
Austria3,90,1495322,017,3470,5024679
Suiza1,20,073605,85,3300,1830491
Europa central5,10,211 31327,822,6410,3525981
Bulgaria3,70,0840510,64,8330,4111045
República Checa2,60,0261718,813,3340,2623471
Hungría1,70,082298,26,1180,1613774
Polonia8,70,051 38030,527,3280,2315990
Rumania6,30,001 20231,616,0270,2719250
Eslovaquia2,0n.a.3609,75,6410,3818158
Europa oriental24,90,234 193109,573,1290,2616867
Albania1,40,00731,01,6520,4550163
Croacia2,5n.a.2988,86,2440,5112171
Chipre0,30,0030,30,6310,411206
Israel0,1n.a.40,20,160,033229
Yugoslavia (excl. Croacia y Eslovenia)5,90,351 05613,613,4330,3517898
Eslovenia1,1n.a.2075,32,5530,5419247
Turquía20,20,0375919,817,2260,343887
Europa sudoriental31,50,382 40048,941,5290,357685
Estonia1,9n.a.2438,43,3441,2412739
Letonia2,8n.a.4398,66,2441,0315972
Lituania2,0n.a.3218,43,7310,5416443
Países Bálticos6,60,001 00325,513,1400,8515151
EUROPA201,71,9120 004600,4420,3360,359970

Fuentes: Evaluación de recursos forestales FAO/CEPE de 1990; suplemento sobre países de reciente constitución; estimaciones para ETTS V

Desde la década de los cincuenta, las talas han venido siendo siempre inferiores al crecimiento del bosque (incremento anual neto), lo que ha permitido que los bosques europeos vengan suministrando cantidades aún mayores de madera al propio tiempo que aumentan simultáneamente la masa y crecimiento del patrimonio forestal. Casi todos los países europeos cuentan con sistemas para asegurar que los bosques no se aprovechen de forma insostenible, por lo menos desde el punto de vista de la producción de madera. Sólo dos países (Albania y Grecia) han comunicado talas superiores al incremento anual neto en ocasión de la Evaluación de los Recursos Forestales de 1990. También ha habido desde luego variaciones en la calidad de los bosques de Europa. Están en marcha iniciativas internacionales para desarrollar los instrumentos analíticos y de medición que puedan registrarlas científicamente.

Múltiples funciones de los bosques de Europa

Apenas si hay ahora en la región bosques primarios (en el sentido de que nunca han sido tocados por el hombre). La mayoría de los bosques europeos se explotan para producir toda una serie de bienes, sobre todo madera, así como muchos bienes no madereros de importancia local, y servicios como esparcimiento, protección (de suelos, cuencas e infraestructura de transporte en las regiones montañosas), y la conservación de la naturaleza. Cada día se reconoce más la importancia de los bosques de Europa como un ‘sumidero del carbono’ importante22. Como la masa en crecimiento supera a las talas, no hay una absorción/almacenamiento neto del carbono en la biomasa. La gestión humana a lo largo de los siglos ha conformado los bosques de Europa, creando montes de gran belleza y ricos en biodiversidad (como los bosques selectivos de Europa central y las antiguas tierras boscosas de Inglaterra), así como unos bosques rentables de producción de madera, que a menudo son también valiosos por los bienes y servicios no madereros que proporcionan.

22 Estimado por Kauppi et al. (Kauppi P., Mielikainen K. y Kuusela K. Biomass and carbon budget of European forests, 1971 to 1990, Science, Vol. 256, 3 de abril de 1992) en 85–120 millones de toneladas de carbono al año en madera de tronco, otra biomasa y productos forestales permanentes.

Propiedad forestal

Algo menos de la mitad de las tierras forestales europeas se hallan en manos privadas. En parte, pertenecen a grandes posesiones familiares tradicionales o a industrias forestales, pero en muchos países hay miles, incluso millones, de propietarios con parcelas muy pequeñas. En algunos países, las tradiciones forestales, el apoyo público y el cooperativismo y los servicios de extensión permiten que estos propietarios aprovechen sus bosques de forma intensiva y racional. Por lo que se refiere a otras partes, algunas tenencias están descuidadas, especialmente cuando la herencia se ha fragmentado con las sucesiones y los dueños han abandonado el campo para marchar a la ciudad.

Tendencias en los objetivos de ordenación

Madera

Entre 1913 y 1990, la producción total de madera aumentó un 42 por ciento, pero la de madera industrial lo hizo en un 160 por ciento, pues la madera que antes hubiera servido de combustible se ‘desvió’ para su empleo como materia prima. El aumento de la demanda de madera menuda ha sido especialmente intenso en las industrias forestales, primero por lo que se refiere a la pasta, pero luego también para los paneles a base de madera. Por algún tiempo, esa demanda creciente de madera de características esencialmente uniformes, la industrialización y mecanización cada vez mayores de todos los ramos de la economía, así como las presiones financieras, llevaron a los administradores forestales de muchas zonas a atribuir gran importancia a la productividad de grandes volúmenes de madera, a veces a costa de las demás funciones del bosque. Ahora bien, todo ello coincidió con un cambio profundo en las expectativas de la sociedad sobre qué es lo que los bosques deben producir. Actualmente ya está claro que la sociedad atribuye una importancia igual o mayor a los bienes y servicios no madereros del bosque.

Cuadro A2
Producción de madera rolliza en Europa*
(en millones de m3)

 19131938195019701990
leña1391271266958
madera industrial119170161268310
total258297287337368

* excluidos los países bálticos por razones de comparabilidad en el tiempo.

Producción no maderera

Una silvicultura de plantaciones muy eficiente ha creado bosques en algunas zonas que son pobres en biodiversidad y a veces poco atractivos a la vista. Esto pudiera considerarse como la consecuencia natural de una situación en que la fuente principal de ingresos de los administradores forestales eran las ventas de madera, y en el nivel de las subvenciones y los subsidios públicos muchas veces tampoco influía el valor de conservación, paisaje o esparcimiento del bosque, con lo que no existían incentivos para agenciar estos objetivos.

Una consecuencia importante de este fenómeno fue la de que hubiera en muchos países una diferencia cada vez mayor en las apreciaciones existentes entre los forestales y el público en general, cada vez más próspero y urbano en sus actitudes, y con una gran conciencia de las cuestiones ‘ecológicas’. Las reacciones ante esta situación fueron en algunos países más rápidas que en otros. La mayoría de las administraciones forestales han tomado ya medidas firmes para corregir esa tendencia, reconociendo plenamente la importancia de ambos valores, los madereros y los no madereros, en sus objectivos de ordenación. Varios países tomaron las medidas pertinentes hace unas décadas. Sin embargo, se necesitarán decenas de años para eliminar las huellas visuales de esas prácticas silvícolas erróneas y en muchos países habrá que reconstruir la confianza del público en la profesión y en las instituciones forestales. Hace falta una gran labor de investigación y de experimentación sobre las estrategias y los métodos de ordenación que se necesitan para lograr los bienes y servicios no madereros de la forma más eficaz y rentable posible.

Amenazas a los bosques europeos

Las dos amenazas que se ciernen sobre los bosques europeos y que han sido objeto de la máxima atención por parte del público son los incendios y la contaminación. En todo el sur del Europa, cada año los incendios destruyen centenares de miles de hectáreas de bosque23. En siglos anteriores, estos bosques se administraban como parte del sistema de aprovechamiento estable de las tierras rurales, que ha quedado ahora desestabilizado por los múltiples cambios del mundo moderno, concretamente el éxodo rural, el aumento del turismo, la pérdida de valor económico de los bosques, etc. No basta con acabar con los incendios, aunque sea importante. Los incendios son un síntoma de unos problemas socioeconómicos y de aprovechamiento de la tierra profundamente arraigados.

En algunas zonas, sobre todo en una amplia extensión del norte y centro de Europa, Polonia-República Checa-Alemania oriental, la contaminación ha provocado grandes daños en los bosques, incluso hasta el punto de hacer imposible la silvicultura tradicional. Ahora bien, se trata de un fenómeno fundamentalmente local o regional. La pérdida más generalizada de follaje que se echa de ver en las encuestas a nivel europeo realizadas cada año desde principios de los ochenta tiene causas más complejas; diríase que la contaminación sólo es una. Se está investigando sobre las complejidades de los ecosistemas forestales, principalmente sobre el efecto del sitio, del clima, de la contaminación y de sus interacciones. Sin embargo, en muchos países ya se han hecho grandes avances por lo que respecta a la reducción de las emisiones, concretamente las de SO2.

Aunque este aspecto interesa menos a la opinión pública, los bosques de Europa se hallan expuestos a daños continuos a causa de las tormentas (más de 100 millones de m3 quedaron arrasados en 1990), de los insectos (p. ej., el ciclo regular de infestación de los bosques polacos por la mariposa monja Lymantria monacha), y de las enfermedades.

23 Un promedio de 0.6 millones de ha a lo largo de la última década, con grandes variaciones de un año a otro.

Países en transición

Las ex-economías de planificación centralizada de Europa central y oriental, que se hallan ahora en transición hacia una economía de mercado, afrontan reajustes radicales en todos los sectores de su economía y sociedad, en particular del sector forestal y de los productos forestales. Cuestiones concretas relacionadas con el bosque son la propiedad forestal (restitución/privatización), el apoyo y control de los propietarios de bosques privados, las inversiones en industrias forestales anticuadas y que contaminan, la adaptación de los patrones comerciales, la adquisición de conocimientos comerciales y administrativos, etc. En la actualidad, la producción y consumo de productos forestales se hallan en niveles bajísimos, aunque algunos países han podido seguir exportando madera rolliza y aserrada a los mercados occidentales.

La silvicultura y la agricultura

La reforma de las políticas agrícolas de la mayoría de los países europeos está dejando libres muchos millones de hectáreas de tierras agrícolas para dedicarlas a otros usos, especialmente la silvicultura. Un grave problema con el que se enfrentan ahora los gobiernos es el de elaborar políticas eficaces a ese respecto que fomenten el establecimiento del tipo de bosques que necesita la sociedad, a la vista de todos los elementos.

El futuro

Los países europeos abrigan el propósito de contribuir activamente al esfuerzo internacional hacia un avance satisfactorio en el fomento de unas prácticas de silvicultura sostenible en todo el mundo. Ha habido dos Conferencias Ministeriales sobre la Protección de los Bosques en Europa, celebradas en 1991 (Estrasburgo) y 1993 (Helsinki); una precedió y otra siguió a la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro. Produjeron una serie de resoluciones de una importancia política cada vez mayor, para lo cual se ha establecido ahora un sistema expreso de aplicación y seguimiento. A nivel europeo se verificarán ulteriores avances siguiendo esa pauta. Los países europeos participarán también activamente en las iniciativas que acompañan a todo el proceso de la CNUMAD en materia de silvicultura, incluidos los esfuerzos para una Convención sobre Bosques que se basaría en los Principios Forestales, que se adoptaron en Río de Janeiro.

Para más información dirigirse a:

Sección de la Madera
Dirección de la Agricultura y la Madera NU/CEPE/FAO
Palais des Nations, CH-1211 Ginebra 10, Suiza
Teléfono: (4122) 917 28 74
Fax: (4122) 917 00 41


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