1/ El Sistema Mundial de Información y Alerta de la FAO está siguiendo de cerca los efectos de El Niño. Hay dos documentos de la FAO, uno sobre la evolución del fenómeno y otro sobre el análisis de sus posibles repercusiones en América Latina, a disposición de quien los solicite, o pueden consultarse en la página Web de la FAO en Internet.
PRODUCCION, SUMINISTROS, COMERCIO Y EXISTENCIAS MUNDIALES
DE CEREALES
| 1995/96 | 1996/97
estim. |
1997/98
pronóst. |
|
| (. . millones de toneladas . .) | |||
| Producción 1/ | 1 728 | 1 877 | 1 869 |
| Trigo | 547 | 590 | 600 |
| Cereales secundarios | 810 | 906 | 888 |
| Arroz (elabor.) | 371 | 381 | 381 |
| Suministros 2/ | 2 046 | 2 134 | 2 151 |
| Utilización | 1 796 | 1 847 | 1 867 |
| Comercio 3/ | 205 | 196 | 201 |
| Existencias finales 4/ | 258 | 282 | 280 |
Como
el margen de seguridad proporcionado por las existencias de reserva es relativamente
estrecho, hasta una pequeña disminución de las estimaciones de
la producción podría redundar en un fuerte aumento de los precios,
con graves consecuencias para la seguridad alimentaria de los países
de bajos ingresos y con déficit de alimentos, particularmente los que
dependen de las importaciones para atender gran parte de sus necesidades de
alimentos. La FAO estima actualmente que 29 de esos países ya están
haciendo frente a emergencias alimentarias de diversa intensidad (véase
el recuadro). Incluso suponiendo que las perspectivas para 1997/98 no sufrirán
modificaciones con respecto al pronóstico actual, habrá que esperar
por lo menos otro año más para reponer las existencias de cereales
hasta un nivel que garantice la seguridad alimentaria mundial, y la producción
de 1998 debería aumentar considerable-mente. En esta época del
año, en el hemisferio norte ya se está pensando en la siembra
de los principales cultivos de invierno que se recogerán en 1998. El
fenómeno actual de la fuerte alteración de las condiciones atmosféricas
provocada por El Niño, que debería alcanzar su punto culminante
entre diciembre y marzo, ya está constituyendo un motivo de preocu-pación
en algunas importantes zonas productoras, ya que si las condiciones atmosféricas
llegan a niveles extremos ello podría tener graves repercusiones en las
cosechas de 1998. Por consiguiente, se impone un seguimiento cercano de la situación
en los próximos meses, no sólo por lo que se refiere al resultado
defini-tivo de las cosechas de 1997, sino también a las pers-pectivas
para la producción de 1998.
Como se indicó anteriormente, el último pronóstico de la FAO relativo a la producción mundial de cereales en 1997 es de 1 869 millones de toneladas (incluido arroz elaborado), volumen cercano al del año anterior. A raíz de los resultados favorables de la mayor parte de las cosechas de trigo del hemisferio norte, el pronóstico de la producción mundial de trigo se ha revisado al alza a 600 millones de toneladas, superior en un 1,7 por ciento a la buena cosecha del año pasado y superior también a la tendencia por segundo año consecutivo. La última revisión se debe principalmente a un aumento de las estimaciones correspondientes a varios países de Asia, los Estados Unidos, y la CEI, que compensa con creces las revisiones a la baja para el Canadá, los principales productores de Africa, y Australia. Con respecto a los cereales secundarios, el pronóstico de la FAO relativo a la producción mundial de 1997 ha disminuido considerablemente desde el último informe de junio, a 888 millones de toneladas, 2 por ciento menos que la cosecha superior a la tendencia de 1996. Se prevé una producción algo mayor en América Central y América del Sur, Europa y la CEI, pero menor en Asia, Africa, América del Norte y Oceanía. El último pronóstico de la FAO para la producción mundial de arroz se ha revisado al alza, en 4 millones de toneladas, a 567 millones de toneladas (381 millones de toneladas de arroz elaborado), cifra prácticamente inalterada respecto a la de la cosecha sin precedentes del año pasado.
Aunque ya ha terminado la recolección de algunas cosechas mundiales de cereales de 1997 y las estimaciones de la producción son más seguras, todavía no se han recogido las cosechas principales de trigo del hemisferio sur, ni las cosechas principales de cereales secundarios del hemisferio norte, ni la cosecha principal de arroz de Asia. Por consiguiente, los pronósticos anteriores podrían estar sujetos a revisiones en el caso de que en los próximos meses se produjeran cambios importantes en las pautas meteorológicas. Como ya se ha mencionado, el fenómeno actual de El Niño, que se ha observado con fuertes manifestaciones desde marzo de este año, constituye un motivo de preocupación en algunas zonas del mundo, particularmente en el hemisferio sur donde podrían producirse graves anomalías atmosféricas. Pero las repercusiones más intensas de El Niño se prevén entre diciembre y marzo y, por lo tanto, las cosechas que corren mayor riesgo son las de los cultivos de cereales de 1998 que todavía no se han plantado.
Desde junio, el pronóstico de la FAO relativo a las importaciones mundiales de cereales de 1997/98 (julio/junio) ha aumentado en 4 millones de toneladas, a alrededor de 201 millones de toneladas, lo que representaría un aumento de alrededor de 5 millones de toneladas, o sea el 2,5 por ciento, con respecto al volumen reducido de los años anteriores, pero un volumen todavía inferior al de 1995/96 en el que las importaciones mundiales aumentaron a 205 millones de toneladas, a pesar del nivel récord de los precios. La última revisión se debe al aumento de los pronósticos relativos al trigo y a los cereales secundarios, mientras que el pronóstico sobre el comercio de arroz en 1998 sigue inalterado. Las importaciones mundiales de trigo en 1997/98 se cifran ahora en 94 millones de toneladas, 1,8 millones de toneladas más que la estimación revisada del volumen de 1996/97, debido principalmente al aumento de las importaciones de los países en desarrollo, especialmente de Africa, que compensaría con creces la disminución de las importaciones totales de los países desarrollados. Las importaciones mundiales de cereales secundarios en 1997/98 (julio/junio) se pronostican en 89 millones de toneladas, 2,5 millones de toneladas más que el volumen del año anterior. El aumento de las importaciones de los países en desarrollo, que se pronostican cercanas al nivel sin precedentes de 1995/96, representa toda la expansión prevista para este año. El incremento previsto en dichos países compensaría sobradamente la disminución, por sexto año consecutivo, de las importaciones de cereales secundarios de los países desarrollados. Todavía es demasiado pronto para hacer un pronóstico del comercio mundial de arroz en el año civil 1998, pero según los primeros indicios las exportaciones aumentarán a 18 millones de toneladas.
Las perspectivas actuales para la utilización de cereales en 1997/98 son de 1 867 millones de toneladas, volumen superior en alrededor del 1 por ciento a la tendencia a largo plazo (1984/85-96/97). La última revisión se debe a un ajuste al alza de la utilización de trigo y arroz, mientras que ahora se prevé que la de cereales secundarios será inferior al pronóstico anterior. El consumo de trigo se cifra en 591 millones de toneladas, casi el 2 por ciento más que el año pasado. La mayor parte del aumento se debería a un incremento del consumo humano, aunque la abundancia del trigo de baja calidad de este año podría fomentar una utilización mayor de piensos, particularmente en América del Norte y Europa. Según los pronósticos actuales, la utilización de cereales secundarios seguirá aumentando en la campaña 1997/98, si bien a un ritmo más lento que en los últimos años. La utilización total de cereales secundarios debería alcanzar los 893 millones de toneladas, volumen superior en menos del 1 por ciento al del año pasado. A la fuerte y continua demanda de maíz amarillo para piensos en varios países de Asia se debe la mayor parte del aumento previsto para la pre-sente campaña. Por lo que se refiere al arroz, se prevé que el pronóstico relativo al consumo en 1997/98 estará en torno a la tendencia, 383 millones de toneladas, ya que el consumo de China, en particular, debería seguir aumentando.
Los precios internacionales de exportación de trigo aumentaron notablemente en las últimas semanas, en respuesta a la fuerte demanda de varios países, particularmente de Asia y Africa del Norte. En la cuarta semana de agosto, los precios del trigo de la mayoría de las procedencias han subido al menos 15 dólares EE.UU. en comparación con principios de julio, aunque fueron considerablemente inferiores al período correspondiente del año pasado; el trigo No.2 de los Estados Unidos (fob de HRW) se cotizó en 154 dólares EE.UU. por tonelada, 38 dólares EE.UU. menos que hace un año. También se han fortalecido en las últimas semanas los precios internacionales del maíz, ante las perspectivas de una escasez del producto. Al final de agosto, los precios del maíz se cotizaron en alrededor de 115 dólares EE.UU., al menos 10 dólares EE.UU. más por tonelada que el mes anterior, pero todavía 75 dólares EE.UU. menos que en el mismo período del año pasado. Con respecto a los precios internacionales del arroz, el índice de la FAO para los precios de exportación del arroz (1982-84=100) promedió en 130 puntos en junio y julio, poco más que en mayo pero 9 puntos menos que el promedio del mismo período de hace un año. Sin embargo, los precios bajaron notablemente en agosto a medida que se acercaban las cosechas en el Lejano Oriente y las perspectivas seguían siendo favorables. En Tailandia, los precios descendieron en 1997 a sus niveles más bajos. El promedio de los precios del Thai 100B fue de 300 dólares EE.UU. en agosto, frente al promedio de 337 dólares EE.UU. del mes anterior.
El último pronóstico de la FAO relativo
a las existencias de cereales para las campañas agrícolas
que terminan en 1998 es de 280 millones de toneladas, volumen cercano al
reducido nivel del año anterior. Este último pronóstico
es inferior en unos 14 millones de toneladas al previsto anteriormente,
debido sobre todo a una notable reducción de los inventarios de
cereales secundarios de los Estados Unidos, donde el pronóstico
de la producción de 1997 ha disminuido considerablemente desde junio.
También se pronostica que disminuirán respecto al año
anterior las existencias mundiales de fin de temporada, debido principalmente
a la disminución de los remanentes de China y la India. Aunque se
pronostica un aumento de las existencias de trigo, principalmente en los
países importadores, los inventarios mundiales de trigo serán
muy reducidos en comparación con los niveles alcanzados al principio
de los años noventa. A nivel mundial, se pronostica que la relación
entre las existencias de fin de temporada de 1998 y la utilización
tendencial en 1998/99 será del orden del 15 por ciento, muy inferior
al margen del 17-18 por ciento que la Secretaría de la FAO considera
el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.
EMERGENCIAS ALIMENTARIAS EN 29 PAÍSESLa última evaluación de la FAO señala que hay un total de 29 países que están haciendo frente a emergencias alimentarias debidas a catástrofes provocadas por el hombre y/o naturales. En varias partes del Africa oriental escasean cada vez más los alimentos, debido principalmente a las repercusiones del tiempo desfavorable. En algunas zonas de Etiopía fracasaron las lluvias cortas y las cosechas "belg" fueron malas. En Kenya, la situación de los suministros alimentarios sigue siendo difícil y los precios son altos debido a la menguada producción de cereales de 1996/97. En Uganda, se está recogiendo una cosecha menor que el año pasado, y los precios del maíz y el frijol han aumentado considerablemente. La situación es particularmente difícil en la parte oriental, la más azotada por la sequía, y la parte septentrional, afectada por los disturbios civiles. En Somalia, se estima que la cosecha "Gu" recogida recientemente ha resultado escasa por tercer año consecutivo. En Tanzanía, la cosecha de cereales de 1997, que todavía se está recogiendo, debería ser considerablemente inferior a la del año pasado. En Burundi y Rwanda la producción es mayor que el año pasado pero aún así marcadamente inferior a los niveles anteriores a la crisis. En el Sudán, la situación alimentaria sigue siendo inestable en algunos estados de Darfur y Kordofan, afectados por dos malas cosechas consecutivas. En el Africa occidental, las condiciones de crecimiento son en general satisfactorias en el centro y este del Sahel, pero los cultivos de la parte occidental se han visto afectados por la sequía. En otras partes del Africa occidental, es probable que los disturbios políticos registrados últimamente en Sierra Leona afecten las actividades agrícolas y limiten la producción arrocera de 1997. En Liberia, la situación alimentaria es difícil pero va mejorando gradualmente. En el Africa austral, las perspectivas de los suministros de alimentos siguen siendo en general favorables, pero varios países siguen necesitando ayuda alimentaria, sobre todo Angola y Mozambique. Según los informes, en Madagascar las langostas han causado daños a los cultivos. En Asia, una misión de la FAO y el PMA llevada a cabo recientemente en la RPD de Corea ha observado que, tras dos años consecutivos de inundaciones en 1995 y 1996, una larga sequía registrada el verano pasado a la que se añadió la fuerza destructiva de un tifón causó cuantiosos daños a los cultivos. Es probable que la producción de alimentos descienda notablemente, y tenga repercusiones serias y duraderas en la ya grave situación alimentaria del país, especialmente en 1998. En otras partes, sigue siendo muy problemática la situación alimentaria de los sectores vulnerables de la población de Mongolia. En el Iraq, la situación se ha aliviado con la aplicación del acuerdo de petróleo por alimentos, pero todavía la malnutrición es un problema grave en todo el país. En la CEI, sigue haciendo falta ayuda alimentaria en Armenia,
Azerbaiyán, Georgia y, particularmente, en Tayikistán, donde
se estima que dos terceras partes de la población vive en una pobreza
tremenda como consecuencia de los continuos disturbios civiles.
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