FAO/SMIA: Perspectivas alimentarias no 1/2, febrero 1998

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SON AHORA 37 LOS PAISES CON PROBLEMAS DE SUMINISTROS ALIMENTARIOS DEBIDOS A EL NIÑO


Aunque la producción de cereales de los países en desarrollo ha disminuido, según las estimaciones, sólo ligeramente en 1997 respecto al buen nivel del año anterior, el número de países que hacen frente a emergencias alimentarias ha pasado de 31 que eran el año pasado a 37, debido principalmente a los efectos de El Niño. 

En Africa, las dificultades en materia de suministros alimentarios se han debido principalmente a la alternancia de sequías e inundaciones en la mayor parte del Africa oriental, donde se han producido pérdidas considerables de cosechas y ganados. En Somalia, unas lluvias torrenciales relacionadas con El Niño causaron grandes inundaciones en la segunda quincena de octubre y provocaron pérdidas de vidas humanas y daños a los sistemas de producción de alimentos. Catástrofe ésta que se sumó a una serie de malas cosechas consecutivas que ya habían afectado gravemente la seguridad alimentaria del país. En Kenya, unas lluvias fuertes relacionadas con El Niño caídas en las dos primeras décadas de enero, después de dos meses de lluvias persistentes, provocaron graves daños a las viviendas y a la infraestructura y dejaron muchas aldeas aisladas por las inundaciones. El Gobierno ha lanzado un llamamiento pidiendo ayuda internacional para las zonas inundadas. Según los informes, el brote de fiebre del Valle de Rift que ha afectado en octubre al ganado se ha trasmitido al hombre causando víctimas y pérdidas considerables de animales. En Uganda, unas lluvias torrenciales caídas desde mediados de noviembre, principalmente en la parte oriental, provocaron inundaciones, pérdidas de vidas humanas, daños a las viviendas y a la infraestructura y pérdidas localizadas de cosechas. En Tanzanía, unas lluvias torrenciales caídas en la primera quincena de enero en relación con el fenómeno de El Niño provocaron inundaciones generalizadas, daños a la infraestructura y el aislamiento de algunas zonas del país, así como pérdidas localizadas de cosechas. En Etiopía, la producción se vio afectada por las lluvias irregulares recibidas durante el período vegetativo, las fuertes lluvias imprevistas caídas durante la recolección y una utilización menor de fertilizantes. En Burundi, la inseguridad que impera en todo el país, un notable retraso de la estación de las lluvias en la mayor parte del país y unas lluvias fuertes seguidas de inundaciones han perjudicado la producción de alimentos durante la campaña actual. En Rwanda, los rendimientos de los cultivos resultaron afectados por el retraso de un mes de la estación de las lluvias y por problemas atmosféricos localizados. Los disturbios civiles siguen trastornando las actividades agrícolas en el noroeste del país. En el Africa occidental, aunque la situación relativa a los suministros alimentarios es en general satisfactoria, en Liberia la producción de alimentos es todavía inferior a los niveles anteriores a los disturbios civiles, no obstante los aumentos registrados últimamente gracias a la paz y estabilidad relativas que reinan. En Sierra Leona, predomina todavía la inseguridad en varias partes del país, especialmente en el este y el sudeste. Aunque se estima que la producción agrícola de 1997 superó en un 20 por ciento a la del año anterior, muchas zonas se han visto afectadas por los desplazamientos de la población. En algunos países sahelianos, algunas zonas obtuvieron cosechas malas y hace falta ayuda exterior para la población afectada. En el Africa austral, las condiciones han sido hasta ahora favorables para los cultivos de la mayor parte de la subregión, pese a los temores que había de una posible sequía provocada por El Niño. Sin embargo, en Angola, las actividades agrícolas y la situación de los suministros alimentarios continúan viéndose impedidas por los problemas de seguridad que afectan algunas partes del país. En Mozambique, entre las zonas que suscitan preocupación figuran las provincias occidentales de Tete y Manica, en las que unas rachas secas registradas en noviembre y diciembre pueden haber afectado a los cultivos tempranos en algunos distritos. 

En Asia, tras las inundaciones registradas durante dos años consecutivos en la R.P.D. de Corea, en el verano pasado hubo una gran sequía y un tifón de gran fuerza destructiva que provocaron una situación alimentaria muy grave. En otras partes, como en Mongolia, persisten problemas de suministros de alimentos, particularmente entre los sectores vulnerables de la población. En el Iraq, pese a una mejora de la situación gracias al acuerdo de petróleo por alimentos, la malnutrición sigue siendo un problema grave en todo el país. En otras partes de Asia, las sequías relacionadas con El Niño han afectado la producción de cereales en Indonesia, China, Filipinas y Tailandia, así como en Papúa Nueva Guinea, del arco del Pacífico. 

En América Central, se están registrando problemas alimentarios de urgencia en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, donde las cosechas de cereales de la primera temporada se vieron gravemente afectadas por una racha seca relacionada con El Niño y las de la segunda temporada no lograron aliviar la situación debido a la persistencia del mal tiempo. En el Caribe, la situación de los suministro de alimentos sigue siendo difícil en Haití, debido sobre todo a la merma de la producción de cereales de la primera temporada causada por una sequía prolongada, mientras que en la República Dominicana unas lluvias torrenciales caídas en el oeste y el noroeste han afectado gravemente muchos cultivos importantes para la seguridad alimentaria de la zona. 

En la CEI, las poblaciones vulnerables, entre las que se cuentan las personas desplazadas en el interior, los refugiados y los ancianos de Armenia, Azerbaiyán, Georgia y, particularmente, Tayikistán, siguen necesitando ayuda alimentaria selectiva. 


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