En el Africa oriental, continúan los disturbios civiles en el sur del Sudán y la situación alimentaria es crítica. La intensificación de los conflictos desde enero, particularmente en la provincia de Bahr El Ghazal, ha provocado nuevas oleadas de personas desplazadas y agravado una situación alimentaria ya inestable después de la cosecha reducida por la sequía de 1997. Se tienen noticias de una escasez generalizada de alimentos y de un aumento de la malnutrición. En otras partes de la región, la situación alimentaria se presenta difícil en Somalia, donde unas inundaciones relacionadas con El Niño, las peores en decenios, devastaron la cosecha secundaria de cereales de 1997/98. La situación de los suministros de alimentos sigue siendo difícil también en la subregión de los Grandes Lagos, como consecuencia de la cosecha inferior a lo normal de la primera temporada y de la persistencia de la inseguridad en algunas partes. Las perspectivas iniciales de las cosechas de cereales de 1998 son desiguales en la subregión.
Las perspectivas de la producción en el Africa austral son en general favorables, a pesar de las rachas prolongadas de tiempo seco registradas en algunas zonas, particularmente en la parte meridional de la subregión, que comprende Lesotho, Botswana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe. En Madagascar, las langostas siguen representando una amenaza grave para los cultivos. Unas misiones FAO/PMA están visitando actualmente Angola, Mozambique y Zambia para examinar los resultados de las cosechas de 1998 y evaluar la situación y las perspectivas de los suministros alimentarios en dichos países.
En el Africa occidental, gracias a las lluvias que han comenzado en el sur de los países que bordean el Golfo de Guinea, se pudo sembrar la primera cosecha de maíz. En el Sahel predominan condiciones calurosas y secas propias de la estación. Los notables progresos registrados en la situación alimentaria y la supresión del embargo en Sierra Leona han facilitado la distribución de asistencia humanitaria y la ejecución de las actividades de rehabilitación. Se señala, asimismo, alguna mejora en la situación alimentaria de la población de Liberia debida a una situación de seguridad más estable en todo el país, que permitió una distribución mejor de los alimentos y de la ayuda de socorro.
En Asia, las perspectivas para las cosechas tempranas de cereales de 1998 siguen siendo variadas. En China, se prevé una disminución de la producción de trigo de invierno debido a las condiciones de tiempo seco imperantes en algunas de las principales zonas productoras de trigo. En cambio, en la India y Bangladesh se prevén cosechas de trigo de nivel medio superior. En el Pakistán, se prevé una producción récord de trigo debido al aumento de la superficie sembrada y del empleo de fertilizantes. Una misión FAO/PMA que visitó recientemente Indonesia ha observado que el efecto de la grave sequía (atribuida a El Niño), unido a una crisis financiera sin precedentes, había socavado gravemente la seguridad alimentaria en el país. En 1998/99, se necesitarán 2 millones de toneladas de arroz, para lo cual se requerirá la asistencia internacional. En otras partes, se supone que en Filipinas las condiciones graves de sequía relacionadas con El Niño reducirán las cosechas secundarias de arroz y maíz de este año. En la costa asiática del Pacífico, la situación de los suministros de alimentos se ha visto perjudicada por la sequía en Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón, y por los ciclones tropicales en las Islas Cook.
El Niño sigue representando una amenaza para los cultivos en algunas partes de América Latina. En América Central y el Caribe, persisten un tiempo seco y temperaturas elevadas anormales relacionadas con El Niño, lo que pone en peligro la siembra de las cosechas de cereales de la primera temporada de 1998/99, que está a punto de empezar. En Cuba y Jamaica, en cambio, unas lluvias e inundaciones intensas han causado graves daños a los cultivos. En América del Sur, las lluvias torrenciales e inundaciones relacionadas con El Niño, unidas a las sequías registradas en algunas partes, continuaron afectando a los países andinos y otras zonas de la subregión, y causando daños a los cultivos de cereales de la primera temporada de 1998.
En la CEI, la nieve caída a destiempo ha retrasado los trabajos de campo de primavera en la parte europea, y agravado las dificultades crónicas relacionadas con la escasez de capital de explotación, insumos y maquinaria. Todo parece indicar que la cosecha de cereales de 1998 podría ser inferior a la de 1997.
Las perspectivas de las cosechas de cereales de 1998 siguen siendo satisfactorias en la CE, pero desiguales en los países de Europa oriental. En Bulgaria, Hungría y Rumania se prevé una reducción debida, en parte, a unas condiciones de siembra y crecimiento desfavorables.
En los Estados Unidos descendió la superficie sembrada con trigo de invierno, y se supone que disminuirá también la del trigo de primavera. Los cultivos de trigo de invierno se han beneficiado, sin embargo, de un tiempo favorable. Se han empezado a sembrar los cereales secundarios, y las proyecciones para la superficie de maíz son de un aumento marginal. En el Canadá, queda todavía por sembrar la mayor parte del trigo y de los cereales secundarios.
En Australia, los últimos pronósticos indican una disminución de la superficie sembrada con cereales de invierno. Pero se pronostica un aumento de la producción de cereales secundarios de verano de 1998, que se considera de menor importancia.