FAO/SMIAR - Perspectivas Alimentarias No. 1 , Febrero 1999 p. 3

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CEREALES



RESUMEN DE LA SITUACION DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

Las perspectivas para los suministros mundiales de cereales en 1998/99 han mejorado marginalmente desde el último informe de noviembre, debido a una ligera revisión al alza de la producción total de cereales estimada para 1998. Las últimas revisiones se refieren principalmente al aumento de la producción de trigo y cereales secundarios estimada para la Federación de Rusia, que ha compensado con creces la disminución de la producción arrocera. La producción mundial de cereales en 1998 se cifra ahora en 1 880 millones de toneladas (incluido el arroz elaborado), sólo un 1,3 por ciento menos que el nivel récord del año anterior. El volumen revisado de la producción de cereales sería un poco inferior a las necesidades de consumo previstas para 1998/99 y, en consecuencia, las existencias disminuirían algo, aunque marginalmente. La relación mundial entre las existencias y la utilización (17,2 por ciento) estaría dentro del margen de 17-18 por ciento que la Secretaría de la FAO considera el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial. Además, excepción hecha del arroz, se pronostica que las existencias de los grandes exportadores, que suelen ser el principal amortiguador contra las variaciones de la producción mundial, aumentarán considerablemente en 1998/99 como consecuencia del incremento de su producción en 1998 y la atonía de la demanda mundial de importaciones. Los prime-ros informes apuntan a una disminución de la produc-ción mundial de trigo en 1999 debido a una reducción de la superficie plantada, especialmente en los Estados Unidos y la CE; pero, en vista del aumento previsto de las existencias remanentes, los mercados internacionales de trigo siguen con poca actividad y los precios se mantienen relativamente bajos. Análogamente, sigue la atonía en los mercados de cereales secundarios y los precios están bajos. Aunque las perspectivas iniciales para las cosechas de cereales secundarios de 1999 en el hemisferio sur son en general favorables, mucho dependerá de las plantaciones de primavera en los principales países productores del hemisferio norte. En cambio, el agotamiento de las existencias arroceras a raíz de una merma de las cosechas obtenidas por algunos de los principales países productores en 1998, y la posible mengua de la segunda cosecha tailandesa debida a la sequía, han aumentado la presión sobre el mercado del arroz y los precios han subido.

PRODUCCION, SUMINISTROS, COMERCIO Y EXISTENCIAS MUNDIALES DE CEREALES

 
1996/97
1997/98
estim.
1998/99
pronóst.
 
(. . millones de toneladas . .)
Producción 1/
1 893
1 905
1 880
Trigo
590
614
598
Cereales secundarios
921
904
909
Arroz (elabor.)
383
387
373
Suministros 2/
2 154
2 207
2 211
Utilización
1 849
1 871
1 881
Comercio 3/
206
211
204
Existencias finales 4/
302
331
328
Produccion mundial de cereales

Como ya se ha mencionado, la última estima-ción de la FAO cifra la producción mundial de cerea-les de 1998 en 1 880 millones de toneladas (incluido el arroz en equivalente de arroz elaborado), 8 millo-nes de toneladas más que la estimación anterior. El último aumento recoge las revisiones al alza del trigo y los cereales secundarios, principalmente de la Fe-deración de Rusia, que compensan sobradamente la disminución del arroz en Asia. Conforme al nivel revi-sado, la producción mundial de cereales en 1998 sería de 25 millones de toneladas, volumen inferior en un 1,3 por ciento al del año anterior, pero todavía su-perior a la tendencia. La producción mundial de trigo se cifra ahora en 598 millones de toneladas, 4 millo-nes de toneladas más que el pronóstico anterior pero todavía un 2,6 por ciento menos que en 1997. La ma-yor parte de la merma se debe a la fuerte disminución de la producción de la CEI, pero también a las cose-chas notablemente menores de China y la Argentina. La última estimación de la producción de cereales secundarios se cifra en 909 millones de toneladas, alrededor de 6 millones de toneladas más que el pro-nóstico anterior y un volumen sólo marginalmente su-perior a la estimación revisada del año anterior.

Unas cosechas más abundantes obtenidas en Asia y Africa compensan las cosechas reducidas de Europa y la CEI. En los principales países productores de arroz del hemisferio norte la recolección de la cosecha principal de arroz de 1998 prácticamente ha termi-nado, y en algunos ya se está plantando la segunda cosecha. La estimación actual de la FAO relativa a la producción mundial de arroz en 1998 es de 557 millo-nes de toneladas, 4 millones de toneladas menos que el informe anterior y 20 millones de toneladas menos que la producción récord revisada de 1997. La última revisión a la baja se debe a los daños causados por las inundaciones en algunos de los principales países productores de arroz de Asia.

Las perspectivas iniciales para la cosecha de trigo de 1999 apuntan a una disminución de la pro-ducción, aunque es probable que la producción mun-dial total sea superior a la media de los últimos cinco años. Las plantaciones de trigo de invierno descen-dieron en los Estados Unidos a causa de unas malas perspectivas para los precios, y es probable que tam-bién disminuya por la misma razón la cosecha de Canadá, que se plantará en primavera. En Europa, las malas condiciones del tiempo registradas en oto-ño, combinadas con un aumento del requisito de de-tracción de tierras en la CE, dieron lugar a una reduc-ción de la superficie plantada con trigo de invierno. En la CEI, las perspectivas son inciertas. Se ha señalado una reducción de la superficie plantada en la Fede-ración de Rusia, pero, si en la presente temporada las condiciones atmosféricas son normales, la produc-ción debería recuperarse respecto a los niveles redu-cidos por la sequía de 1998. En Asia, persisten condi-ciones de sequía en las partes septentrionales y nor-doccidentales de China, que podrían provocar otra mengua de la producción de trigo. En la India y el Pakistán, en cambio, las condiciones son buenas y la producción debería ser semejante a la del año pasado.

Con respecto a los cereales secundarios de 1999, en algunos de los principales países produc-tores del hemisferio sur ya se han plantado. En el Africa austral, las perspectivas son favorables gracias a unas lluvias buenas que favorecieron las plantacio-nes en toda la región. Lo mismo dígase de América del Sur, donde en general las condiciones atmosfé-ricas han favorecido las plantaciones. En la Argentina, tras la cosecha sin precedentes de 1998, la superficie plantada ha disminuido pero sigue sien-do superior a la media, mientras que en el Brasil se señala una recuperación respecto de la superficie re-ducida del año pasado. En el hemisferio norte, ya se han plantado algunos cereales secundarios de in-vierno, pero la mayor parte se sembrará en abril y mayo. En los Estados Unidos, las intenciones de los agricultores respecto a la siembra de los cereales secundarios de primavera son todavía muy inciertas. Aunque las tierras en las que no se plantará trigo dejan margen para aumentar la superficie sembrada cereales secundarios, mucho dependerá del movi-miento del mercado en las semanas venideras, y el atractivo que ejerzan los cereales forrajeros en com-paración con los productos no cerealeros. En Europa, se estima que, al igual que el trigo, también ha des-cendido en toda la región la superficie plantada con cereales secundarios, pero la mayor parte de dichos cultivos se plantará recién en primavera. En la zona ecuatorial y en el hemisferio sur, las perspectivas para la cosecha de arroz de 1999 (temporada prin-cipal) son en general favorables, aunque la siembra se retrasó en algunos países sudamericanos por problemas relacionados con el tiempo. La recolección de las cosechas suele comenzar alrededor de marzo.

El pronóstico de la FAO relativo al comercio mundial de cereales en 1998/99 (julio/junio) se ha re-visado al alza desde el último informe en un 2,7 por ciento, situándose ahora en 204 millones de tonela-das, volumen todavía inferior en alrededor de 7 millo-nes de toneladas, o sea el 3 por ciento, a la estima-ción revisada del año anterior. La última revisión re-coge principalmente el aumento de las importaciones de trigo previstas en la CEI y algunos países asiá-ticos, pero también unas pequeñas revisiones al alza del comercio de cereales secundarios y arroz. Las im-portaciones mundiales de trigo en 1998/99 se pronos-tican ahora en 93 millones de toneladas, 1,8 millones de toneladas más que el pronóstico anterior, pero alrededor de 2 millones de toneladas menos que el año anterior. Todavía se estima que las importacio-nes mundiales de cereales secundarios se manten-drán prácticamente inalteradas respecto al año ante-rior en 90 millones de toneladas, mientras que el co-mercio de arroz en 1999 disminuirá de forma pronun-ciada respecto al nivel sin precedentes de los últimos años, situándose en un nivel más normal de alre-dedor de 21 millones de toneladas. La fuerte dismi-nución del comercio de arroz se debe principalmente a una recuperación de la producción de algunos países, que en 1997 se vio menguada por los pro-blemas meteorológicos relacionados con El Niño.

Los precios internacionales del trigo siguieron relativamente débiles en los dos últimos meses, debido a una actividad comercial en general limitada. Al final de enero, el trigo No. 2 de los Estados Unidos (rojo duro de invierno, fob) se cotizó en 125 dólares EE.UU. por tonelada, alrededor de 8 dólares EE.UU. menos por tonelada que en octubre de 1998 y 20 dólares EE.UU. menos por tonelada que hace un año. La falta de demanda y la fuerte competencia entre los exportadores han ejercido también una presión sobre los precios de la nueva cosecha en la Argentina, que se debilitaron en las últimas semanas, pese a las previsiones de una producción reducida. Con respecto a los cereales secundarios, el repunte de las ventas de exportación al final de 1998 contribuyó poco a aliviar la situación floja del mercado, y los precios siguen presionados a la baja. Al final de enero, los precios de exportación del maíz de los Estados Unidos se cotizaron en 97 dólares EE.UU. por tonelada, cifra ligeramente inferior a la de octubre y 19 dólares EE.UU. menos por tonelada que hace un año. Los precios internacionales del arroz comenzaron también a sentir la presión de la contracción de la demanda hacia fines de 1998, pero se recuperaron algo a principios de 1999, cuando el aumento de las cotizaciones del arroz tailandés comenzó a sostener el mercado. En enero el índice de la FAO para los precios de exportación del arroz (1982-84=100) promedió en 125 puntos, 1 más que en diciembre, aunque los precios siguen siendo por lo general más bajos que los de hace un año.

El pronóstico de la FAO relativo a las existencias de cereales para las campañas agrícolas que terminan en 1999 se ha elevado desde el último informe en 4,5 millones de toneladas, a 328 millones de toneladas, lo que representaría un volumen poco inferior a sus niveles de apertura. El último aumento se debe principalmente a una mayor creación de existencias de trigo y cereales secundarios prevista en los Estados Unidos, y a la posibilidad de una reducción menor en algunos países de la CEI en los que, según las estimaciones actuales, la producción ha descendido menos de lo que se había señalado anteriormente. En cambio, las últimas informaciones confirman el marcado descenso de los inventarios mundiales de arroz. No obstante, de concretizarse los pronósticos actuales de la producción y la utilización, la relación mundial entre las existencias de cereales al final de la temporada de 1999 y la utilización tendencial en 1999/2000, situada en el 17,2 por ciento, estará todavía dentro del margen de 17-18 por ciento que la Secretaría de la FAO considera el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.



DESASTRES NATURALES SIN PRECEDENTES AGRAVAN LAS EMERGENCIAS ALIMENTARIAS

En los últimos meses de 1998 se registraron anomalías atmosféricas extremas, relacionadas con el fenómeno de La Niña, que provocaron inundaciones catastróficas en algunas partes de América Latina y Asia, y causaron numerosas víctimas humanas, pérdidas de propiedades, viviendas y cultivos, y cuantiosos daños y destrucción de la infraestructura.

En América Central, el huracán "Mitch" ha causado verdaderos estragos: más de 9 500 víctimas, más de 3 millones de personas afectadas, daños sin precedentes a las viviendas, la infraestructura y la agricultura. Los países más afectados fueron Honduras y Nicaragua, en los que se perdieron grandes cantidades de cultivos alimentarios y se prevé para 1999 una fuerte disminución de la producción de los principales productos de exportación. Los efectos del huracán también se hicieron sentir en El Salvador, Guatemala y algunas partes sudoccidentales de México, así como en Costa Rica y Panamá. La comunidad internacional ha enviado asistencia de socorro, y se han comenzado programas de rehabilitación de la agricultura.

En Asia, algunos países siguen tropezando con dificultades alimentarias debido principalmente al mal tiempo. En Bangladesh, unas inundaciones monzónicas de grandes proporciones redujeron de forma pronunciada la cosecha principal de arroz de 1998. En Indonesia, pese a unas perspectivas favorables para la próxima cose-cha de arroz que se levantará en marzo/abril, la seguridad alimentaria sigue siendo inestable debido a la cose-cha menguada de 1998 y a los efectos de la crisis económica. En el Afganistán, las perspectivas para la co-secha de 1998 que se recogerá en mayo/junio siguen siendo una incógnita, debido principalmente a las hostili-dades que se están registrando actualmente en las provincias septentrionales, que representan una gran parte de la producción cerealera del país. En el Iraq, la malnutrición sigue siendo un problema grave, pese a alguna mejora registrada en el suministro de alimentos a raíz de la ejecución del acuerdo de petróleo por alimentos. En la RPD de Corea, a pesar de una cosecha de cereales mejorada, siguen experimentándose dificultades alimen-tarias graves debido a una combinación de problemas económicos y condiciones atmosféricas desfavorables. En Laos, no obstante las lluvias caídas últimamente, una sequía prolongada ha perjudicado gravemente los cultivos en algunas provincias, complicando la situación ya inestable del suministro de alimentos. En Mongolia, los sectores vulnerables de la población siguen tropezando con problemas alimentarios.

En el Africa oriental, pese a la cosecha de cereales en general satisfactoria de 1998, persisten las dificultades alimentarias debidas a las malas condiciones del tiempo en algunas partes y/o a los disturbios civiles. En el Sudán, se estima que alrededor de 2 360 000 personas de las partes meridionales necesitan asistencia alimen-taria de urgencia debido a los prolongados conflictos civiles. En Uganda, todavía se sigue necesitando asis-tencia alimentaria de urgencia para alrededor de 400 000 personas desplazadas en las zonas septentrionales, afectadas por las continuas insurgencias, así como para 130 000 personas en el este donde la cosecha fue mala. En Tanzanía, se necesita asistencia alimentaria de urgencia en algunas partes de las regiones centrales, septentrionales y costeras, en las que la cosecha fue escasa. En Etiopía, alrededor de 2 millones de personas vulnerables necesitan ayuda alimentaria este año, sin contar las que viven en las zonas pastorales y las personas desplazadas en el norte. En Burundi y Rwanda, se necesita ayuda alimentaria para numerosas personas desplazadas que se ven afectadas por la persistencia de la inseguridad en algunas partes.

En el Africa occidental, la situación de los suministros de alimentos es crítica en Sierra Leona, y sigue siendo difícil en Liberia. En el Sahel, es probable que haya dificultades alimentarias en algunas partes de Cabo Verde y Mauritania, donde las cosechas de 1998 fueron inferiores a la media. También se prevén dificultades en Burkina Faso, el Senegal y Guinea-Bissau.

En el Africa central, los disturbios civiles siguen trastornando la producción de alimentos en la República De-mocrática del Congo, particularmente en la región oriental de Kivu, donde se registra un desplazamiento cada vez mayor de la población. También está empeorando la situación de los suministros de alimentos en la Repú-blica del Congo, a raíz de los disturbios civiles que se han reanudado en la capital y en algunas otras ciudades.

En el Africa austral, se prevé para los meses venideros un empeoramiento de la situación alimentaria en Angola debido a la reanudación de las hostilidades, y una persistencia de las dificultades en Zambia donde la producción disminuyó notablemente el año pasado debido al mal tiempo. Otros países, como Lesotho, Namibia y Zimbabwe, tienen grandes necesidades de importaciones que deberían cubrirse sobre todo comercialmente, y con una ayuda alimentaria limitada.

En la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la crisis financiera de la Federación de Rusia ha incidido en las economías de los países de la región, aumentando la inflación y causando trastornos. La situación general de los suministros alimentarios no es crítica, ni siquiera en la Federación de Rusia, pero se han agravado las dificultades que experimentan los sectores pobres y otros grupos vulnerables, tales como los desocupados y los jubilados. Están comenzando recién ahora los envíos de ayuda alimentaria de socorro para las personas y zonas más afectadas de la Federación de Rusia. En Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Tayikistán, siguen necesitando asistencia humanitaria las poblaciones vulnerables, entre las cuales se cuentan los refugiados, las personas desplazadas y los ancianos que dependen de los beneficios sociales.

En Europa, las personas desplazadas de Bosnia y Herzegovina, Albania y Kosovo, provincia de la República Federal de Yugoslavia, están recibiendo ayuda alimentaria.


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