Los riesgos naturales, la sequ�a, los ciclones y las inundaciones registrados desde el principio del a�o han menoscabado gravemente la seguridad alimentaria de millones de habitantes de todo el mundo, provocado muchas muertes humanas y obligado a miles de personas a emigrar. Es m�s, en algunas zonas los problemas naturales se han visto agravados por las guerras y los disturbios civiles, mientras que en otros los problemas econ�micos contin�an afectando a la producci�n y el suministro de alimentos. En el Africa oriental, alrededor de 16 millones de personas, de los cuales m�s de la mitad en Etiop�a, est�n atravesando una grave situaci�n de escasez de alimentos, debido principalmente a la sequ�a. Se supone que debido al retraso de las precipitaciones y a la reciente escalada de la guerra aumentar� ulteriormente el n�mero de las personas necesitadas de asistencia alimentaria tanto en Etiop�a como en Eritrea. En Kenya, unos 3,7 millones de personas necesitan con urgencia asistencia alimentaria, mientras que en Somalia son m�s de 650 000 las personas que padecen una necesidad semejante, pese a alguna mejora registrada en los suministros alimentarios. En Tanzan�a, Uganda y el Sud�n, a pesar de una situaci�n alimentaria en general estable, se necesita asistencia alimentaria para varios cientos de miles de personas afectadas por malas cosechas o conflictos civiles. En el Africa septentrional, con la excepci�n de Egipto, las perspectivas para las cosechas de cereales son en general desfavorables debido a la insuficiencia de las precipitaciones recibidas desde comienzos del a�o. En cambio, en el Africa austral, pese a la situaci�n dif�cil del suministro de alimentos debida a las inundaciones y ciclones registrados en el sur de Mozambique y Madagascar, las perspectivas generales de las cosechas siguen siendo favorables en la subregi�n, con la probabilidad de que la producci�n total supere a la del a�o pasado.
En el Cercano Oriente y Asia, las emergencias alimentarias y humanitarias m�s recientes se deben a una grave sequ�a que devast� los cultivos y el ganado en algunos pa�ses. En el Afganist�n, se pronostica un descenso de la producci�n a casi la mitad de la producci�n menguada del a�o pasado, mientras que millones de personas tienen poco acceso a los alimentos. Se necesita con urgencia ayuda alimentaria ya que es probable que la situaci�n empeore en los meses venideros al ir agot�ndose los pocos medios de subsistencia que quedan. En la Rep�blica Isl�mica del Ir�n, la producci�n agr�cola corre peligro a causa de la sequ�a, aunque es probable que las p�rdidas sean menos graves de lo previsto. En el Pakist�n y la India, algunas zonas quedaron tambi�n asoladas por la sequ�a, que provoc� grandes p�rdidas de ganado y la emigraci�n de miles de personas en busca de agua y alimentos. Mucho depende del comportamiento de las lluvias monz�nicas que deber�an comenzar ahora. En la RPD de Corea persisten las dificultades cr�nicas del suministro de alimentos, aunque van surgiendo signos optimistas a medida que van cobrando impulso las iniciativas concertadas para resolver los problemas econ�micos del pa�s. En Mongolia, la situaci�n alimentaria de los pastores n�madas sigue siendo inestable despu�s de un invierno considerado el peor en treinta a�os. En los pa�ses asi�ticos de la CEI, se pronostica una disminuci�n de la producci�n de cereales de 2000. Es probable que la situaci�n de los suministros alimentarios se mantenga estable en general, aunque sigue habiendo preocupaci�n por las poblaciones vulnerables de Armenia, Azerbaiy�n, Georgia y Tayikist�n, debido a la contracci�n econ�mica y a unos disturbios civiles prolongados. En Tayikist�n la producci�n de alimentos se ha visto afectada, adem�s, por la sequ�a. Contin�a la crisis humanitaria en Chechenia, donde se necesita una asistencia internacional en gran escala, lo mismo que en los Balcanes. Pero en la Provincia de Kosovo est� disminuyendo el n�mero de los beneficiarios gracias al mejoramiento de la situaci�n econ�mica. En los pa�ses sudamericanos y caribe�os, no obstante la sequ�a imperante en algunas partes de M�xico y Jamaica, la producci�n agr�cola deber�a continuar recuper�ndose de los desastres naturales devastadores de 1998.
En el Africa oriental, donde hasta ahora han sido escasas las precipitaciones ca�das en la subregi�n durante la campa�a actual, las perspectivas iniciales para las cosechas de 2000 son en general desfavorables, lo que hace pensar en la probabilidad de que la cr�tica escasez de alimentos experimentada actualmente persista hasta bien entrado el a�o 2001. Ya hay en la subregi�n 16 millones de personas que est�n atravesando una grave situaci�n de escasez de alimentos.
En Etiop�a, se prev� una p�rdida casi total de la cosecha "Belg", debida a una sequ�a persistente. Ya hay m�s de 8 millones de personas para las que escasean gravemente los alimentos. El conflicto fronterizo con Eritrea contin�a agravando las dificultades alimentarias. La situaci�n es particularmente grave en las zonas pastorales del este y el sur, en las que se se�alan muertes relacionadas con la inanici�n, particularmente entre los ni�os. En Eritrea, la reanudaci�n de las hostilidades con Etiop�a ha creado una crisis humanitaria que oblig� a unas 750 000 personas a abandonar sus casas y fincas, y muchas de ellas se cruzaron al Sud�n. Hay, adem�s, 211 000 damnificados a causa de la sequ�a en las zonas del litoral del pa�s. En Kenya, la situaci�n del suministro de alimentos es alarmante en los distritos pastorales septentrionales, orientales y nordoccidentales, asolados por varias sequ�as consecutivas. Tambi�n se ha perdido en gran parte la campa�a actual de "lluvias largas", por lo que las perspectivas alimentarias para 2000/01 son malas. En vista del gran n�mero de personas que est�n sufriendo una situaci�n de grave escasez de alimentos, el Gobierno ha lanzado �ltimamente un llamamiento pidiendo asistencia internacional en gran escala. En Somalia, pese a alguna mejora experimentada en la situaci�n del suministro de alimentos en el sur, donde al final de febrero se recolect� una cosecha secundaria Deyr mejor, m�s de 650 000 personas siguen haciendo frente a una grave escasez de alimentos y, adem�s, unas lluvias fuertes han causado inundaciones y algunos da�os en las partes centrales y meridionales del pa�s. En Tanzan�a, a pesar de que la situaci�n del suministro de alimentos se ha estabilizado, se necesita asistencia alimentaria para cerca de 800 000 personas aquejadas de inseguridad alimentaria, principalmente en Dodoma, Mara, Shinyanga, Singida, Tabora, Tanga y sur de Mwanza, que sufrieron una tercera mala cosecha consecutiva. En el Sud�n, pese a la estabilidad de los suministros de alimentos, alrededor de 2,4 millones de personas afectadas por la sequ�a y los prolongados conflictos civiles contin�an dependiendo de la asistencia alimentaria. En Uganda, la situaci�n del suministro de alimentos sigue siendo inestable en los distritos septentrionales de Kotido, Morito, Gulu y Kitgum y en el distrito occidental de Bundibugyo, debido principalmente a los disturbios civiles pero tambi�n a la mala cosecha obtenida en el norte en la �ltima campa�a.
El 6 de junio de 2000, las Naciones Unidas hicieron un llamamiento interinstitucional pidiendo 378 millones de d�lares EE.UU. para prestar asistencia a alrededor de 13,4 millones de personas damnificadas de Etiop�a, Kenya, Eritrea, Somalia y Djibouti.
En el Africa austral, la recolecci�n de las cosechas de cereales est� muy avanzada. Pese al tiempo seco imperante durante el per�odo vegetativo, seguido de un exceso de lluvias, ciclones e inundaciones que causaron da�os graves a la infraestructura y a los cultivos, en general la producci�n de la subregi�n deber�a ser buena. Los pron�sticos m�s recientes indican una producci�n total de cereales superior a la del a�o pasado y a la media, gracias a las condiciones favorables reinantes en las principales zonas productoras de ma�z. Sin embargo, el impacto de las condiciones atmosf�ricas en la producci�n de este a�o var�a seg�n los pa�ses y, dentro de �stos, de una regi�n a otra. En Sud�frica, el principal productor de la subregi�n, las estimaciones provisionales indican una producci�n de ma�z de 9 640 000 toneladas, una tercera parte m�s que el a�o anterior y un volumen superior a la media. Ello se debe a un aumento de la superficie sembrada y de los rendimientos, no obstante los graves da�os causados en algunas provincias por las inundaciones. El excedente exportable de ma�z en la campa�a comercial 2000/01 se estima en 1,5 - 2 millones de toneladas. En Malawi, gracias a las lluvias abundantes recibidas entre febrero y abril se pudo recuperar la cosecha de ma�z, afectada por el tiempo seco registrado en las principales zonas productoras. La producci�n se calcula en 2,3 millones de toneladas, cifra casi igual a la del nivel m�ximo alcanzado el a�o pasado. Se prev�n excedentes exportables por segundo a�o consecutivo. En Zimbabwe, pese a una mejora de las condiciones de crecimiento de los cereales, los crecientes disturbios civiles registrados a partir de abril, unidos a una grave escasez de combustible, han trastornado las operaciones de recolecci�n y la producci�n podr�a resultar escasa. En Mozambique, los graves da�os causados por las inundaciones en las partes meridionales y una ligera disminuci�n de los rendimientos en las principales zonas productoras han redundado en una merma de la producci�n de ma�z con respecto al buen nivel del a�o pasado, a 994 000 toneladas. Mientras en las zonas septentrionales hay excedentes de ma�z, en las provincias meridionales el suministro de alimentos es extremadamente dif�cil. En Zambia, pese a unas inundaciones localizadas, las precipitaciones abundantes ca�das desde febrero permitieron la recuperaci�n de la principal cosecha de ma�z, estimada en 918 000 toneladas, un 7 por ciento m�s que el a�o pasado. En Angola, la producci�n de cereales secundarios disminuy� del 6 por ciento respecto al a�o pasado, a 500 000 toneladas, debido principalmente a la irregularidad de las lluvias recibidas durante el per�odo vegetativo. La persistente inseguridad contin�a provocando desplazamientos de poblaciones en gran escala. El n�mero de PDI ha aumentado a 2,6 millones, de los cuales 1,9 millones necesitan asistencia alimentaria de urgencia. En Swazilandia, el exceso de lluvias y las inundaciones registradas durante la campa�a, as� como la disminuci�n del 10 por ciento de la superficie plantada, determinaron un fuerte descenso de la producci�n de ma�z de este a�o. La cosecha principal de ma�z se calcula en 72 000 toneladas, un 37 por ciento menos que en 1999. En cambio, en Namibia, las lluvias abundantes ca�das durante la campa�a beneficiaron a los cultivos de ma�z y mijo. Los pron�sticos m�s recientes indican que la producci�n de cereales secundarios duplicar� con holgura el nivel medio del a�o pasado. En Lesotho, la producci�n de ma�z se pronostica en 116 000 toneladas, 7 por ciento menos de la cosecha casi normal del a�o pasado. El tiempo seco imperante al comienzo de la campa�a, seguido de unas lluvias excesivas ca�das desde febrero, perjudic� a los rendimientos. En Botswana, los pron�sticos m�s recientes indican una producci�n de cereales secundarios superior al nivel del a�o pasado; el aumento de la producci�n de sorgo compens� con creces la merma de la producci�n de ma�z afectada por las grandes inundaciones registradas en las provincias orientales y meridionales.
En el Africa septentrional, las perspectivas para las cosechas de cereales de 2000 que se est�n recolec-tando ahora son en general desfavorables, excepto en Egipto. Como consecuencia de las precipitaciones insuficientes ca�das desde mediados de enero, la producci�n total de cereales para la subregi�n se pronos-tica en alrededor de 22,9 millones de toneladas, 14 por ciento menos que el a�o pasado. La producci�n de trigo, situada en 9,2 millones de toneladas, deber�a ser inferior en un 18 por ciento a la de 1999, mientras que la de cereales secundarios se pronostica en 8,1 millones de toneladas, 15 por ciento menos que la pro-ducci�n inferior a la media del a�o anterior. En Argelia y Marruecos, las escasas precipitaciones recibidas desde mediados de enero, unidas a unas temperaturas anormalmente elevadas, provocaron p�rdidas en m�s de la mitad de la superficie plantada con trigo y cebada. Como consecuencia, se prev� una producci�n muy menguada, que incluso podr�a llegar a ser la mitad de la producci�n reducida a causa de la sequ�a del a�o pasado. En T�nez, pese a una plantaci�n de nivel medio, las precipitaciones inferiores a lo normal y mal distribuidas en marzo y abril afectaron gravemente a los rendimientos del trigo y la cebada. En cambio, en Egipto, gracias a unas condiciones de crecimiento satisfactorias, la producci�n de trigo se calcula oficialmente en 6,6 millones de toneladas, frente a la buena cosecha de 6,3 millones del a�o pasado.
En el Africa occidental, la estaci�n de las lluvias comenz� en el Sahel a finales de abril y mayo en el sur de Burkina Faso, el Chad, Guinea Bissau y Mal�, el extremo sudoeste del N�ger y el extremo sudeste del Senegal. A principios de junio, predominaron condiciones secas en el resto del Senegal, Cabo Verde, Gambia y Mauritania, conforme al r�gimen meteorol�gico normal del Sahel. En el N�ger, en cambio, las llu-vias se retrasaron algo, pero una vez empezadas han comenzado los preparativos de la tierra y las siem-bras. Tambi�n se ha dado comienzo a la siembra de secano en Mauritania y el N�ger. Los cultivos est�n despuntando satisfactoriamente en el sur de Burkina Faso, el Chad y Mal�, pero se necesitan lluvias mejora-das en las semanas venideras. La disponibilidad de semillas es en general suficiente gracias a las cosechas entre superiores a la media y de nivel m�ximo obtenidas en 1999 en la mayor�a de los pa�ses sahelianos. Con respecto a las plagas, la situaci�n se mantiene tranquila. A mediados de abril aparecieron algunas langostas del desierto en el sudeste de A�r, en el N�ger, y durante mayo en Adrar (Mauritania). Es probable que aparezcan langostas adultas en el sur de Mauritania en n�mero reducido, y que desoven al comenzar las lluvias.
En el sur de Benin, C�te d'Ivoire, Ghana, Nigeria y el Togo, se est� desarrollando satisfactoriamente la cosecha principal de ma�z plantada en marzo. Las escasas lluvias ca�das a principios de marzo se vieron contrarrestadas por las abundantes precipitaciones recibidas al final del mes. En abril/mayo, la siembra del mijo y sorgo coincidi� con el comienzo de las lluvias en el norte. En Liberia, la plantaci�n del arroz est� muy avanzada. En Sierra Leona, las actividades agr�colas y la distribuci�n de semillas y aperos se vieron trastornadas por el recrudecimiento de los disturbios civiles en mayo.
En el Africa central, el ma�z plantado �ltimamente se est� desarrollando en forma satisfactoria en el Camer�n y la Rep�blica Centroafricana. Las perspectivas agr�colas mejoraron en la Rep�blica del Congo despu�s del acuerdo de paz. En cambio, en la Rep�blica Democr�tica del Congo, en la que se est� a punto de recolectar otra mala cosecha de la campa�a B, la agricultura sigue vi�ndose limitada por los disturbios civiles.
La temporada principal del arroz est� muy avanzada en los pa�ses de la zona ecuatorial, mientras que en muchos otros pa�ses han comenzado o est�n a punto de comenzar los preparativos de la tierra y la siembra, principalmente del arroz y los cereales secundarios, coincidiendo con la llegada de las lluvias monz�nicas. En el Jap�n, Filipinas, la Rep�blica Democr�tica del Congo y la Rep�blica de Corea, la siembra de las cosechas de arroz y ma�z de la temporada principal terminar� en junio, y se recoger�n en octubre/noviembre. Las perspectivas iniciales son satisfactorias, aunque se se�alan condiciones excesivamente secas en la RPD de Corea. En China, se prev� que la siembra de los cultivos tempranos e intermedios de arroz terminar� dentro de poco, mientras que en Tailandia, Camboya, Laos y Viet Nam ha comenzado la siembra de los cultivos de la temporada principal h�meda, que representa la mayor parte de la producci�n total de arroz. En el subcontinente, la plantaci�n del arroz y los cereales secundarios de la temporada principal khariff comenzar� en breve, en coincidencia coincidir con la llegada de las lluvias monz�nicas del sudoeste, que comenzaron a su debido tiempo. Al sur del ecuador, est� casi terminando la recolecci�n de la cosecha principal de arroz, y dentro de poco dar� comienzo la siembra de los cultivos de la segunda temporada, la temporada seca.
Las emergencias alimentarias y humanitarias m�s recientes que se produjeron en la regi�n se deben a una grave sequ�a que ha devastado los cultivos y el ganado en algunos pa�ses, particularmente en el Afganist�n, la Rep�blica Isl�mica del Ir�n, el Pakist�n y la India. En el Afganist�n, una reciente misi�n de evaluaci�n de cultivos y suministros alimentarios de la FAO y el PMA observ� que el pa�s est� al borde de una crisis alimentaria de proporciones, ya que millones de personas tienen poco o ning�n acceso a los alimentos debido a una grave sequ�a y a los continuos problemas econ�micos. La necesidad de importaci�n de cereales en la actual campa�a comercial se calcula en 2,3 millones de toneladas, cifra sin precedente y m�s del doble del volumen del a�o pasado (1,1 millones de toneladas). En la Rep�blica Isl�mica del Ir�n, la producci�n de este a�o se ve nuevamente amenazada por la sequ�a en 18 provincias del pa�s, prin-cipalmente en el sur, el este y el centro. Entre los grupos vulnerables, particularmente de las zonas rurales, la situaci�n del suministro de alimentos es un motivo de preocupaci�n. En el Pakist�n, una grave sequ�a devast� la provincia de Baluchist�n y parte de la provincia de Sindh, provocando una gran escasez de agua y alimentos en las zonas m�s afectadas. Adem�s, varios millones de cabezas de ganado se encuentran en una situaci�n precaria. En la India, algunos estados centrales y occidentales resultaron tambi�n gravemente damnificados por la sequ�a y la consiguiente escasez de agua y piensos. Entre los otros estados afectados figuran Rajast�n, Madhya Pradesh, Andhra Pradesh y Orissa. En Orissa, la sequ�a se a�ade al cicl�n devastador del a�o pasado que caus� la muerte de varios miles de personas y la salinizaci�n de las zonas agr�colas. Como consecuencia, este a�o no hubo cosecha de invierno y una gran parte de la poblaci�n de ese estado contin�a dependiendo de la asistencia alimentaria prestada por el Gobierno.
En otras partes, la situaci�n alimentaria de los pastores de Mongolia sigue siendo inestable despu�s del invierno pasado, considerado el peor en 30 a�os, que caus� la muerte de numerosas cabezas de ganado y destruy� los medios de vida de miles de pastores. El Gobierno ha pedido ayuda alimentaria y humanitaria internacional para la poblaci�n damnificada. Contin�an las dificultades cr�nicas del suministro de alimentos en la Rep�blica Popular Democr�tica de Corea, lo que hace pensar que continuar� dependiendo de la asistencia alimentaria. Hay, sin embargo, signos que permiten nutrir un moderado optimismo gracias al impulso que van cobrando los esfuerzos concertados para resolver los problemas econ�micos del pa�s. La situaci�n del suministro de alimentos contin�a mejorando en Timor Oriental debido a la ayuda alimentaria internacional y a las cosechas mejoradas de ma�z y arroz de este a�o, que se vieron menos afectadas de lo previsto por los disturbios civiles del a�o pasado.
En cuanto a los ocho pa�ses de la CEI situados en la regi�n asi�tica, ahora se est� plantando trigo en Kazajst�n, el mayor productor. A principios de junio, se hab�an plantado 11 de 12 millones de hect�reas. Las langostas representan una amenaza potencial para los cultivos. Se prev� que la producci�n ser� inferior a la de la excelente cosecha del a�o pasado (14 millones de toneladas). En los restantes pa�ses, los infor-mes m�s recientes indican que la superficie total sembrada con cereales de invierno ha disminuido s�lo en Georgia y Armenia, debido en parte a la competencia de las importaciones y al notable aumento de los pre-cios del combustible. Sin embargo, el tiempo caluroso y seco imperante en abril y mayo afect� gravemente a los cultivos de secano en los pa�ses de Asia Central. En Tayikist�n, donde alrededor de la mitad de los cultivos es de secano, las perspectivas son malas debido tambi�n a la persistente escasez de insumos. En Uzbekist�n y Turkmenist�n, la superficie sembrada con cereales de invierno ha aumentado. Las condicio-nes de crecimiento han sido en general satisfactorias hasta ahora para las tierras de regad�o, y, si continua-ra un tiempo normal hasta la terminaci�n de la cosecha, la producci�n del trigo de invierno podr�a continuar aumentando. Se est� terminando de plantar el arroz, los cereales secundarios de primavera y el algod�n.
En general, las perspectivas iniciales indican que en los ocho pa�ses de la CEI clasificados como asi�ticos la producci�n total de cereales y legumbres de 2000 ser� inferior a la de 1999 (24 millones de toneladas). Pese a que los pron�sticos se�alan una disminuci�n de la cosecha de trigo, es probable que la situaci�n del suministro de alimentos se mantenga en general estable, salvo en Tayikist�n, donde es probable que, como efecto de una mala cosecha, la necesidad de importaci�n de trigo exceda de la necesidad habitual de mercado de ese pa�s, y aumente tambi�n la necesidad de ayuda alimentaria en vista del car�cter end�mico de la pobreza. En todos estos pa�ses, las estad�sticas globales no dejan ver las disparidades cada vez mayores de los ingresos de los individuos ni la existencia de personas social y econ�micamente vulnerables que apenas logran sobrevivir. En Armenia, Azerbaiy�n, Georgia y Tayikist�n, pa�ses en los que la fuerte disminuci�n del PIB posterior a la independencia se vio agravada por prolongados disturbios civiles, las poblaciones vulnerables (incluidos los refugiados y las PDI) contin�an necesitando asistencia alimentaria.
En el Cercano Oriente, la persistencia de la sequ�a y de la inseguridad contin�a afectando a la producci�n agropecuaria en muchas partes. En el Iraq, dos a�os consecutivos de sequ�a y de insuficiente disponibilidad de insumos agr�colas esenciales afectaron gravemente a la agricultura, exacerbando una situaci�n alimentaria ya de por s� dif�cil. En Jordania, pese a algunas lluvias beneficiosas ca�das en la campa�a agr�cola de invierno, la insuficiencia general de las precipitaciones afect� a la producci�n en algunas partes. En Turqu�a, las lluvias favorables recibidas �ltimamente y una cubierta de nieve contin�an beneficiando el desarrollo del trigo que se recoger� a partir de junio, modificando radicalmente los efectos que hab�a producido al principio de la campa�a el tiempo seco. Seg�n las previsiones, la cosecha de trigo ser� buena.
En Am�rica Central y el Caribe, entre las principales actividades agr�colas figuran la plantaci�n, al comenzar la estaci�n de las lluvias en mayo, de los cultivos de cereales y frijoles de la primera temporada de 2000/01. La superficie plantada con ma�z, el cereal principal, en Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Nicaragua deber�a ser de nivel medio, semejante al de 1999/2000. En Honduras, las perspectivas han mejorado desde el pron�stico anterior y se prev� que la plantaci�n de ma�z estar� en torno a la media, lo que representa una recuperaci�n con respecto al a�o pasado. En M�xico, donde varios estados del norte han sido declarados zonas de desastre debido a una sequ�a prolongada, se ha comenzado a plantar la cosecha de primavera/verano sobre todo en los principales estados de la zona centromeridional. La superficie prevista deber�a situarse en torno a la media. En el Caribe, una sequ�a grave y prolongada ha afectado a los cultivos alimentarios en Jamaica, principalmente las hortalizas, ra�ces y tub�rculos. En cambio, en la Rep�blica Dominicana, Cuba y Hait�, el tiempo normal registrado �ltimamente benefici� a los cultivos en desarrollo.
En las partes meridionales de Am�rica del Sur se ha comenzado a plantar la cosecha de trigo de 2000/01 y se est� recogiendo la cosecha de ma�z de 2000. En la mayor�a de los pa�ses se prev� una superficie plantada de nivel medio. En la Argentina, la producci�n de ma�z deber�a ser ligeramente superior a la media, lo que significa una importante recuperaci�n respecto al a�o pasado. En el Brasil, tambi�n se prev� una producci�n entre media y ligeramente superior a la media. En Chile, se espera una recuperaci�n sustancial de la producci�n de ma�z respecto a la cosecha afectada por la sequ�a del a�o pasado. En el Paraguay y el Uruguay, ha vuelto a llover en forma normal pero la cosecha ha sido escasa debido a una grave racha seca que dur� varios meses.
Las perspectivas para las cosechas de cereales de 2000 son en general favorables en la mayor�a de los pa�ses de la CE. En las partes meridionales las condiciones mejoraron notablemente a finales de abril y principios de mayo gracias a unas buenas precipitaciones. La FAO pronostica ahora la producci�n total de trigo en 105,6 millones de toneladas (1999: 97,6 millones de toneladas) y la de cereales secundarios en 105,7 millones de toneladas (1999: 102,2 millones de toneladas). En otras partes de Europa, las perspectivas para las cosechas de cereales de este a�o han empeorado algo en los pa�ses sudorientales debido a la persistencia de un tiempo seco a lo largo de varias semanas. Los informes m�s recientes indican que en muchas partes los rendimientos ser�n semejantes a los niveles reducidos, a causa de la sequ�a, del a�o pasado. En los pa�ses balc�nicos contin�a prest�ndose asistencia internacional en gran escala a las poblaciones vulnerables. En la Rep�blica Federativa de Yugoslavia (excluida la provincia de Kosovo), alrededor de 1,1 millones de beneficiarios contin�an recibiendo asistencia alimentaria, incluidos los refugiados, las PDI y las personas marginadas econ�mica y socialmente. En la provincia de Kosovo, el n�mero total de los beneficiarios se ha reducido de 900 000 a 600 000, gracias a las mejoras de la situaci�n econ�mica de la provincia y a una disminuci�n de los gastos invernales. En Albania y la ex Rep�blica Yugoslava de Macedonia se sigue prestando asistencia a la poblaci�n vulnerable damnificada por la guerra de Kosovo.
En los cuatro pa�ses de la CEI situados al oeste de los Urales (Belar�s, Moldova, la Federaci�n de Rusia y Ucrania) las perspectivas han empeorado. Las estimaciones m�s recientes indican que la superficie sembrada con cultivos de invierno (principalmente trigo y centeno) para la cosecha de este a�o es mayor que el a�o pasado. Las condiciones invernales han sido en general favorables, con predominio de temperaturas m�s benignas y precipitaciones suficientes en la mayor�a de las zonas. En primavera, sin embargo, el tiempo ha sido muy variado. Unas heladas ca�das a destiempo en mayo, as� como la sequ�a, han causado da�os a los cultivos en algunas partes de Belar�s, Moldova, el sur de Ucrania y Rusia y han retrasado demasiado las plantaciones de cereales y legumbres de primavera en los Urales y las Nuevas Tierras. Como consecuencia, la superficie total sembrada con cereales y legumbres de primavera disminuir�. En otras partes, las siembras de primavera (con excepci�n del ma�z) est�n casi terminando. En vista del empeoramiento de la situaci�n de la cosecha, el pron�stico de la FAO relativo a la cosecha de cereales y legumbres de 2000 se ha rebajado a 67 millones de toneladas, frente a los 60 millones de toneladas de 1999. En Ucrania, la incertidumbre sobre la superficie sembrada en las fincas reorganizadas �ltimamente dificulta el acceso al cr�dito, y el uso cada vez m�s insuficiente de insumos apunta a una producci�n no mucho mayor que la mala cosecha del a�o pasado (27 millones de toneladas). En Belar�s, las continuas dificultades econ�micas y el mal tiempo deber�an limitar los rendimientos. En Moldova, la helada y la sequ�a han mermado el potencial de la cosecha, y se pronostica que la producci�n ser� inferior al bajo nivel de 2,2 millones de toneladas alcanzado en 1999.
La producci�n total de la cosecha de cereales y legumbres de 1999 en los cuatro pa�ses de la CEI que est�n en la regi�n, calculada por la FAO en 93 millones de toneladas, super� s�lo en un 3 por ciento a la mala cosecha de 1998 y fue muy inferior a la media. Como consecuencia, la situaci�n del suministro de cereales y legumbres sigue siendo dif�cil en los cuatro pa�ses, y los precios de los cereales est�n subiendo. Las necesidades del consumo humano se est�n cubriendo con importaciones, pero la disponibilidad de piensos es muy limitada y es probable que la producci�n pecuaria se contraiga ulteriormente en 2000. Las importaciones totales de cereales para estos cuatro pa�ses se estiman actualmente en cerca de 10 millones de toneladas, m�s del doble del a�o pasado, debido a un aumento de las importaciones particularmente de Belar�s y la Federaci�n de Rusia. En la Federaci�n de Rusia, pese a que ahora se estima que las importaciones de cereales aumentar�n de forma pronunciada, de alrededor de 3 millones de toneladas en 1998/99 a cerca de 8 millones de toneladas en 1999/2000, no hay posibilidad de reponer las existencias utilizadas en 1998/99. Si se movilizaran fondos suficientes, las importaciones de cereales de Belar�s podr�an alcanzar los 1 350 000 toneladas, como consecuencia del m�nimo hist�rico alcanzado por la cosecha del a�o pasado (3,6 millones de toneladas). La cosecha de 1999 en Moldova (2,2 millones de toneladas) es casi suficiente para cubrir las necesidades de consumo. Ucrania, a pesar de la muy mala cosecha obtenida en 1999 (estimada en 27 millones de toneladas), seguir� siendo un exportador neto con exportaciones de hasta 3,1 millones de toneladas de cereales, principalmente trigo y cebada.
Las poblaciones de Chechenia y de las rep�blicas vecinas continuar�n necesitando una dosis considerable de asistencia humanitaria para cubrir una amplia gama de necesidades b�sicas en materia alimentos, vivienda, salud, nutrici�n, agua y saneamiento. La salud sigue siendo un problema importante tanto en Chechenia como en Ingushetia, debido a la insuficiencia de los servicios de agua y saneamiento. En Chechenia, las perspectivas alimentarias para este a�o son malas, debido a los da�os causados a la infraestructura, al ganado y a la industria vitivin�cola, y a la muy limitada disponibilidad de fondos e insumos para reanudar la producci�n, as� como a la necesidad de retirar las minas de las tierras cultivables. Las poblaciones repatriadas necesitar�n una cantidad considerable de asistencia humanitaria en los meses venideros.
En los Estados Unidos, las perspectivas para la cosecha de trigo de 2000 siguen siendo en general favorables y la producci�n total de trigo (de invierno y primavera) se pronostica oficialmente en 60,9 millones de toneladas, s�lo un 3 por ciento menos que el a�o anterior. La mayor parte de la cosecha de cereales secundarios se plant� al final de mayo, poco antes del calendario previsto, y unas lluvias importantes recibidas �ltimamente mejoraron las condiciones de crecimiento afectadas anteriormente por una sequ�a. En base a los informes sobre las superficies plantadas, y suponiendo precipitaciones suficientes durante el resto de la campa�a, la producci�n total de cereales secundarios de los Estados Unidos se pronostica en 271,3 millones de toneladas, 2,8 por ciento m�s que el a�o anterior. Con respecto al arroz, se prev� para este a�o una disminuci�n de la superficie plantada como efecto de los precios considerablemente bajos de ese producto en la campa�a anterior. La superficie sembrada con trigo deber�a mantenerse pr�cticamente inalterada respecto al a�o anterior, mientras que todo pareciera indicar un aumento de la superficie plantada con cereales secundarios.
En Australia, unas condiciones atmosf�ricas favorables han beneficiado a la plantaci�n de las cosechas de trigo y cereales secundarios de invierno de 2000. La superficie plantada con trigo de invierno deber�a ser de 11,8 millones de hect�reas, pr�cticamente sin modificaciones respecto del a�o anterior. Por lo que se refiere a la ce-bada, el cultivo principal de los cereales secundarios, todo parece indicar una fuerte recuperaci�n de la super-ficie plantada a casi 3 millones de hect�reas, tras la disminuci�n sufrida el a�o pasado. Sin embargo, aunque las condiciones atmosf�ricas para la plantaci�n y el desarrollo inicial de los cultivos de cereales de invierno son favorables, las cosechas corren peligro a causa de un brote de langostas. Se necesitar�n medidas de lucha intensiva en los meses venideros para prevenir el peligro de pestes muy perjudiciales m�s avanzado el a�o.