FAO/SMIA - Perspectivas Alimentarias No. 3, junio 2001 p. 4

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Más de 60 millones de personas afectadas por catástrofes naturales o provocadas por el hombre siguen necesitando ayuda alimentaria 1/


A mediados de 2001, todavía se siguen sintiendo en muchas partes del mundo las repercusiones de las grandes catástrofes registradas en 2000.

En Africa oriental, pese a las lluvias favorables caídas en la mayor parte de la región y a las buenas cosechas de la temporada secundaria obtenidas en algunas partes, la seguridad alimentaria de alrededor de 18 millones de personas sigue viéndose debilitada por los efectos de las devastadoras sequías registradas últimamente y los disturbios y conflictos civiles del pasado o todavía en curso. En el Sudán, las perspectivas de los suministros alimentarios son muy inestables en algunas partes y se prevé que empeorará en los próximos meses al comenzar la temporada de carestía. En Eritrea, las perspectivas para la campaña agrícola de 2001, que recién ha comenzado, siguen siendo poco prometedoras ya que la mayor parte de los agricultores todavía no puede volver a sus fincas y hay grandes parcelas de tierra todavía inaccesibles debido a las minas terrestres. Otro motivo de gran preocupación es la lentitud con que se está respondiendo al llamamiento humanitario. En Kenya, las perspectivas del suministro de alimentos han mejorado en algunos distritos pastorales gracias a las copiosas lluvias recibidas. Los de la parte oriental, sin embargo, todavía tienen que recuperarse porque las precipitaciones recibidas hasta ahora han sido escasas. En Etiopía, la actual cosecha "belg" favorable, precedida de la buena cosecha "meher" recogida al final del año pasado, ha mejorado significativamente la situación del suministro de alimentos en el país. Sin embargo, alrededor de 6,5 millones de personas afectadas por sequías sucesivas y por la guerra con el vecino país de Eritrea dependen de la ayuda alimentaria. En Somalia, el acceso a los alimentos ha mejorado en general, pero los efectos de la prohibición de la importación de ganado impuesta por los países de la Península Arábiga y el nivel alto de la inflación han reducido el poder adquisitivo de grandes sectores de la población. En Uganda y Tanzanía, la situación general del suministro de alimentos es satisfactoria gracias a las precipitaciones favorables recibidas. En Africa occidental, la situación alimentaria ha empeorado en algunas partes del Sahel, debido a la merma de las cosechas obtenidas al final de 2000, principalmente en Burkina Faso, el Chad y el Níger, y se han comenzado a distribuir alimentos a las poblaciones afectadas. Sierra Leona y Liberia siguen dependiendo en gran parte de la asistencia alimentaria internacional, mientras que Guinea ha sido objeto de los ataques de los rebeldes en las zonas fronterizas, que afectaron a las actividades agrícolas y han causado desplazamientos de la población en gran escala. En Africa central, aunque la situación alimentaria y nutricional de unos 2 millones de personas desplazadas en el interior de la República Democrática del Congo es sumamente grave, la inseguridad impide la distribución de ayuda humanitaria. En Burundi, la situación alimentaria se presenta difícil para 324 000 personas desplazadas en el interior del país y para las personas afectadas por la sequía en algunas provincias. En Africa austral, las inundaciones de febrero y marzo afectaron a cerca de un millón de personas en Mozambique, Malawi, Zimbabwe y Zambia, cuyos gobiernos han formulado un llamamiento pidiendo asistencia alimentaria. En Angola, la persistencia de la guerra civil ha provocado el desplazamiento de 2,5 millones de personas, y su número sigue creciendo, de los cuales 1,5 millones de personas necesitan ayuda alimentaria de urgencia.

En Asia, varios países hacen frente a una carestía de alimentos derivada principalmente de condiciones atmosféricas desfavorables. La República Popular Democrática de Corea continúa tropezando con graves dificultades para el suministro de alimentos debido a una grave sequía y a una regresión de la economía. En Mongolia, las pérdidas de ganado debidas al rigor de varios inviernos consecutivos han repercutido seriamente en los suministros alimentarios y los ingresos de las familias, y la situación alimentaria de los grupos vulnerables sigue siendo inestable. Se prevé que la persistencia de la sequía en el Pakistán y la India menguará la producción de trigo en 2001. En Laos y Camboya, la situación general del suministro de alimentos sigue siendo en general satisfactoria aunque todavía se sigue necesitando asistencia alimentaria selectiva para las familias afectadas por las inundaciones. En los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos de la CEI afectados por la sequía en 2000, principalmente Armenia, Georgia y Tayikistán, alrededor de 4 millones de personas continúan necesitando asistencia internacional para sobrevivir. En el norte de Uzbekistán, las poblaciones vulnerables de Karakalpakstan han sufrido graves pérdidas de alimentos y necesitan socorro.

En el Cercano Oriente, tres años consecutivos de sequía han reducido gravemente la producción de ali-mentos en algunos países, habiéndose registrado descensos particularmente pronunciados en el Afganistán, Jordania, la República Islámica del Irán, el Iraq y Siria. En el Afganistán, una mala cosecha de cereales por tercer año consecutivo ha exasperado la ya grave crisis alimentaria. Más de 3 millones de personas dependen de la asistencia alimentaria internacional. En conjunto, las perspectivas son pocos prometedoras para los ganaderos de la región, ya que han aumentado las tasas de mortalidad del ganado debido a la escasez de forrajes y de agua. En América Latina y el Caribe, cerca de 800 000 personas continúan recibiendo asistencia alimentaria de la Comunidad Internacional. En América Central, hay 200 000 personas que reciben asistencia en El Salvador, 240 000 en Honduras, 86 000 en Nicaragua y 66 000 en Guatemala, debido principalmente a las pérdidas de cosecha provocadas por las condiciones atmosféricas, los terremotos y los efectos devastadores del huracán "Mitch" (1998). En Haití, se continúa proporcionando ayuda alimentaria a las familias más pobres durante los meses críticos entre una cosecha y la otra. También están recibiendo asistencia alrededor de 41 000 personas desplazadas por la violencia en Colombia, 20 000 personas afectadas por las inundaciones en el Perú y 100 000 personas castigadas por la sequía y las inundaciones en Bolivia. En Europa siguen necesitando ayuda alimentaria las poblaciones vulnerables de los Balcanes, especialmente en la República Federativa de Yugoslavia, Chechenia (Federación de Rusia) y las zonas circundantes.


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