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1. INTRODUCCION

1.1 Antecedentes históricos de la acción internacional

La necesidad de conservar los recursos genéticos de los peces ha sido sentida por los científicos relacionados con las pesquerías y por los acuicultores desde hace tiempo, especialmente en lo relativo a la sobreexplotación de las poblaciones naturales, a los efectos de las alteraciones a gran escala de los sistemas fluviales y a la domesticación de las especies a través de la acuicultura. El Simposio Mundial de la FAO sobre el Cultivo de Peces en Estanques de Aguas Tropicales (Roma, 1966) dio enfasis a la importancia de la selección genética y de la hibridación en el mejoramiento de las variedades de peces utilizadas para cultivo e hizo notar los problemas de la excesiva endogamia en las carpas cultivadas. La necesidad de un sistema internacional para la designación de líneas y stocks fue reconocida. En 1971, la FAO estableció un grupo de trabajo ad hoc sobre los recursos genéticos de los peces, que recapituló los progresos logrados en la selección genética en la cría de peces, identificó áreas de prioridad para la investigación e hizo varias recomendaciones para la conservación de los recursos genéticos de los peces. Se hicieron sugerencias sobre la urgente necesidad de encontrar métodos para lograr lo anterior, sobre la preparación de un catálogo de los recursos genéticos en peligro de extinción de uso potencial en la acuicultura y sobre la conveniencia de emprender una colecta de especies silvestres de uso potencial. Estas acciones no se han llevado a cabo, principalmente porque no ha habido consenso sobre los criterios necesarios para encuadrar este trabajo dentro de proporciones manejables. La Conferencia Técnica de la FAO sobre la Acuicultura, efectuada en Kyoto, Japón, del 26 de mayo al 2 de junio de 1976, reafirmó la necesidad de mantener la diversidad genética de los stocks propagados artificialmente, hizo notar que la transferencia indiscriminada de peces y moluscos en algunos casos ha tenido efectos adversos sobre las poblaciones autóctonas e invitó a incrementar la investigación sobre la genética de los peces, ya que existe una seria falta de información sobre este tema, lo que dificulta la formulación de programas de selección de cría.

Una estrategia para conservar la diversidad de las poblaciones naturales de peces y de otros organismos es disponer de reservas acuáticas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos (UICN) ha promovido activamente los parques marinos, y con la cooperación del Gobierno de Japón, del Fondo Mundial de Vida Silvestre y del PNUMA se llevó a cabo una Conferencia Internacional sobre Parques y Reservas marinos en Tokio del 12 al 24 de mayo de 1975. Esta conferencia recapituló las conclusiones y recomendaciones de las conferencias regionales y mundiales previas, referentes al medio ambiente marino y propuso, entre otras cosas, que la UICN y otros organismos interesados “llevaran a cabo una coordinación de estrategias para satisfacer futuras solicitudes de ayuda a naciones en vías de desarrollo para el establecimiento de parques marinos” y “que se formaran equipos para realizar estudios con el fin de que los sistemas de reservas y parques marinos se basen en los mejores datos disponibles; para colaborar en la formulación de políticas de conservación adecuadas en lo relativo a los parques y reservas marinas, y para identificar aquellos prouectos que permitan llevar a cabo programas de cooperación bilateral y/o de otro tipo de cooperación técnica.”

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, Estocolmo, 1972, recomendó dar enfasis, entre otras cosas, a la necesidad de la conservación de todos los recursos genéticos. En su tercera sesión (1975) el Consejo Directivo del Programa sobre el Medio Ambiente, de las Naciones Unidas, encargó entre otras cosas, la preparación de un estudio comprehensivo sobre los problemas de la conservación de los recursos genéticos como parte de un informe general sobre la conservación de los recursos genéticos. La FAO, a través de un proyecto de cooperación con el PNUMA (FP/1180-75-01) preparó un documento que incluyó una breve revisión de los problemas y necesidades de acción acerca de los recursos de los peces (PNUMA/PROG/4). El estudio comprehensivo fue revisado y publicado por el PNUMA como el Informe UNEP No 5 “An Overview of Genetic Resources” (Un estudio comprehensivo sobre los Recursos Genéticos). Este informe dio énfasis a que la limitación básica es debida a la falta de conocimientos y recomendó, entre otras cosas, la necesidad de crear un mecanismo de monitoreo de los cambios en la diversidad genética de las poblaciones ícticas; de promover la investigación dirigida tendiente a la creación de conocimientos sobre la genética de los peces, lo que ayudaría a definir operacionalmente el empobrecimiento genético de las especies ícticas; y de promover la investigación sobre metodologías adecuadas a la conservación.

En el transcurso de los debates sostenidos en la FAO, en Roma, el 9 de junio de 1979, se estuvo de acuerdo en que la gama de necesidades y problemas asociados con este aspecto de la conservación genética, no podía ser adecuadamente compendiada y evaluada por una sola persona. Se propuso que un grupo de expertos se reuniera para llevar a cabo este estudio y para proponer un programa de acción equilibrado y factible.

Se acordó que la FAO organizaría una consulta de expertos, en cooperación con el PNUMA, y con la participación de la Unesco y la UICN, que se llevaría a cabo en Roma del 9 al 13 de junio de 1980.

1.2 Objetivos y marco de referencia

El objetivo de la consulta, como se menciona en la invitación enviada a los posibles participantes, era:

  1. profundizar en los problemas cuya resolución requiere de la conservación de los recursos genéticos ícticos;
  2. fomentar un consenso científico sobre la necesidad y sobre la estrategia para resolver tales problemas;
  3. proponer un plan de acción y la metodología adecuada para llevarlo a cabo.

Posteriormente, se hizo evidente que la consulta necesitaba enfocarse primariamente en los aspectos científicos del problema, considerando especialmente la naturaleza de las amenazas a la diversidad genética de los peces, intra e interespecíficamente, las metodologías para monitorear y evaluar el cambio en la diversidad genética y para identificar las medidas factibles que deben adoptarse para conservar la diversidad. El proyecto de un plan de acción comprehensivo y coherente para ser implementado por los gobiernos fue considerado como un paso subsecuente. Por ello en el transcurso de la consulta, se invitó a los expertos a formular recomendaciones a diferentes tipos de personas o instituciones: científicos, conservacionistas, administradores de pesquerías y acuicultores, gobiernos y organizaciones internacionales.

1.3 La conservación de la naturaleza versus la preservación de los recursos genéticos

El objetivo de la conservación de la naturaleza es la preservación para la posteridad de la mayor parte posible de la diversidad biológica y ecológica. Las justificaciones de tal actitud comprenden una amplia gama de ideas y experiencias humanas - desde la ética inspirada por Dios hasta el lucro económico y político a corto plazo. En un extremo, algunas personas arguyen que la moral dicta el derecho de todas las especies de persistir y evolucionar, y que el poder del hombre para alterar y destruir la biósfera no le otorga la licencia ética para hacerlo. Por otra parte, existen los que, desde el punto de vista del bienestar humano, arguyen que la preservación de la diversidad biológica es cuestión de sentido común, y que la estrategia prudente es mantener, por medio de la preservación de la diversidad genética, las posibilidades de sostener la producción en la agricultura, en la silvicultura, en las pesquerías y en el aprovechamiento de otros productos naturales, y minimizar los peligros de desastres ecológicos tales como alteraciones climáticas, erosión, deposición de sedimentos, desertificación y contaminación.

No obstante que no se ha encontrado un acercamiento o justificación aceptados plenamente, varios de ellos son razonables. La preservación de los recursos genéticos es uno de ellos. El acercamiento de los proponentes de la preservación de los recursos genéticos es pragmático. Es indispensable que la producción de los recursos naturales se incremente para lograr el bienestar humano. Los peces son una fuente importante de proteínas y de otros productos orgánicos valiosos. Por tanto, la protección y aprovechamiento de las posibilidades de mejoramiento de las pesquerías y de la acuicultura tienen una alta prioridad social. La consecusión de estas metas depende en gran parte de la ciencia y la tecnología, y es responsabilidad de la genética realizar el esfuerzo del que se habla en este informe. El interés y el conocimiento del papel de la genética en el refuerzo de la producción pesquera no necesariamente nos convierte en conservacionistas, sino que nos hará elementos más efectivos en el esfuerzo para alimentar a la velozmente creciente población humana.

1.4 Una distinción importante: extinción versus empobrecimiento genético

Es conveniente y práctico distinguir dos procesos a través de los cuales los recursos genéticos pueden perderse. Estos son: (1) la extinción de las especies, y (2) la reducción de la variación genética dentro de una especie. El primer proceso, una vez que se da, es cualitativo, definitivo e irreversible; el segundo depende del grando, y hasta cierto punto, es reversible.

En este informe se discuten ambos aspectos porque son sumamente importantes para mantener alternativas de acción en las pesquerías. Sin embargo, la importancia de los dos procesos en la explotación depende de la etapa de desarrollo, la intensidad y, el grado de control de la pesca por parte del hombre. Estos problemas serán tratados en este informe.

Una perspectiva realista del proceso de extinción y de su status actual es esencial para los que trabajan en campos relacionados con los recursos. Es particularmente importante el cambio que se ha dado en la tasa de extinción. Fuera de los períodos de fluctuaciones climáticas dramáticas, tales como el Pleistoceno, el origen y la extinción de especies ha tenido tasas similares a lo largo de cientos de millones de años. En la actualidad, sin embargo, debido a la destrucción del habitat por la acción del hombre, las tasas de extinción son probablemente tres o más veces mayores que nunca antes (Myers, 1979; IUCN-UNEP-WWF, 1979), mientras que la tasa de aparición de especies nuevas de organismos mayores, especialmente en los trópicos, tiende a cero (Soule, 1980). Por ello es probable que los grupos de organismos que ocupan habitats en proceso de desaparición no vuelvan nunca a alcanzar sus niveles actuales de diversidad orgánica.

Para los peces la situación puede no parecer tan severa, aunque la gravedad de la situación depende del lugar y del grupo. La destrucción del habitat en los océanos no es todavía notoria. Por lo menos no se han observado incrementos detectables o notorios de las tasas de extinción en ellos (no obstante que algunas poblaciones se han extinguido debido a la sobrepesca y a la contaminación). En otros habitats acuáticos, sin embargo, la situación se deteriora rápidamente. El problema se reduce a la separación de escalas de tiempo. La contaminación, explotación o desarrollo se mide en años, décadas o siglos, mientras que la especiación es normalmente medida en períodos mucho más largos.

Por ejemplo, puede necesitarse sólo diez años para construir una presa, creando con ello un habitat no apto para la fauna fluvial, dependiente de inundaciones periódicas y de corrientes de agua. Por otra parte, harán falta miles de años para que los peces se modifiquen a formas lacustres en el reservorio así originado.

Argumentos similares se pueden citar para los efectos de la contaminación y del azolvamiento de los ríos, lagos, estuarios, lagunas costeras y arrecifes. Obviamente, es ingenuo mantener las esperanzas de que la evolución de nuevas especies compense la pérdida de variedad biológica en las décadas inmediatamente siguientes.

1.5 El caso de la preservación de los recursos genéticos de los peces

Se asume a lo largo de esta sección que la forma de explotación de un recurso es tan importante, a la larga, como el grado en que se explota. Más explícitamente, la manera en que las poblaciones de peces son administradas determinará el éxito a largo plazo de la empresa. Esto no sorprende a los biólogos pesqueros, aunque existe un aspecto de la administración que ha sido relativamente ignorado, el aspecto genético. Uno de los objetivos de este informe es dar énfasis a este aspecto y, por medio de ello, prever y, por tanto, evitar la muy seria pérdida de alternativas que ya ha ocurrido en la agricultura (National Academy of Sciences, 1972; Heslop-Harrison, 1974), y en menor escala, en los animales domésticos (Frankel y Soule, 1981; FAO, 1975).

1.5.1 Argumentos nutricionales para la preservación de los recursos genéticos

La carne de pescado es una importante fuente de proteína animal de alta calidad. Debido a la creciente población mundial y a la expectativa de mejoramiento de la calidad de vida, las presiones sobre los peces, ya como fuente de alimento, ya por sus productos secundarios, sólo puede incrementarse en el futuro. En la actualidad los peces y animales acuáticos proporcionan el 17 por ciento de la proteína animal total en la dieta humana. Este dato estadístico esconde grandes diferencias regionales en el consumo de pescado. Por ejemplo, 32 países obtienen 34 por ciento o más de su proteína animal de peces o mariscos. En el continente africano, diez países obtienen de los peces más del 40 por ciento de sus proteínas. En 21 países en el mismo continente, más de la mitad de la pesca proviene de lagos y ríos, y en 13 la pesca proviene totalmente de aguas interiores.

El potencial de crecimiento de las pesquerías naturales marinas y de agua dulce es limitado. La pesca mundial total ya es de 15 a 20 millones de toneladas menor de lo que podría haber sido si la pesca hubiera estado estrictamente controlada a través de una administración con criterios científicos, y 25 pesquerías valiosas se han visto seriamente disminuidas por la sobrepesca. Otros factores que limitan la contribución de los peces marinos a la dieta son los problemas de distribución, almacenamiento e inhibiciones culturales a su consumo.

El cultivo intensivo en piscifactorías puede, en principio, superar estas limitaciones. Las piscifactorías pueden a menudo situarse en lugares cercanos a los mercados en los que es vendido el producto. Evitan también la disminución de los recursos biológicos, excepto donde todavía se depende de la colecta de semilla de las poblaciones silvestres. El cultivo en piscifactorías no sólo permite que los productos sean entregados directamente a los mercados, sino que también constituye un recurso renovable e inagotable. La acuicultura se encuentra en una etapa temprana de desarrollo y la producción de nuevas líneas y razas de peces para alimento requerirá una administración muy cuidadosa de los recursos genéticos disponibles. La enseñanza obtenida en el cultivo intensivo de plantas y de animales domésticos, es que la disminución de la base genética de las especies es inevitable. En estos procesos, entre los determinantes genéticos susceptibles de ser perdidos en las etapas iniciales están los que controlan la resistencia a las enfermedades y la adaptabilidad en medios ambientes marginales. Por lo tanto es prudente que los criadores pongan especial atención a la necesidad de proteger y preservar, en la etapa más temprana posible, una amplia diversidad genética en aquellas especies que más se presten a las tensiones de la cría intensiva.

1.5.2 Argumentos económicos para la preservación de los recursos genéticos

Las pesquerías no sólo proporcionan una gran cantidad de proteínas para el consumo humano, sino también constituyen una actividad muy importante que proporciona oportunidades de trabajo, de inversión y, en muchos países, de mejoramiento del balance de comercio internacional.

Algunas especies de peces son, en razón de rasgos especiales o poco comunes, útiles como animales experimentales y como fuente de substancias bioquímicas o farmacológicas. Las especies y los rasgos genéticos a preservar en estos casos no son los mismos que para los peces utilizados como alimento. Dado que sólo algunas de las más de 25 000 especies de peces han sido estudiadas científicamente, la extinción de cualquier especie puede representar una pérdida potencial de un recurso económico.

Substancias aisladas de peces o de otros animales acuáticos son ya ampliamente utilizadas en la investigación médica. Por ejemplo, la tetradotoxina (TTX), una toxina aislada del pez Tetraodon immaculata, se utiliza en la investigación neurofisiológica como un bloqueador específico de los canales de sodio, y juega un papel importante en la comprensión de los mecanismos iónicos básicos de la transmisión nerviosa.

Otro tipo de compuestos utilizados como herramientas de investigación son las proteínas luminiscentes. Por ejemplo, la acueorina de las medusas ha sido ampliamente utilizada para monitorear la concentración de Ca2+ en las células. El calcio es una señal relevante de la liberación del transmisor/hormona, y de la sincronización en la excitación-contracción y excitación-secresión. La comprensión de tales procesos es importante en el desarrollo de nuevas drogas y en el tratamiento de enfermedades. Es probable que las toxinas, hormonas, glicoproteínas y polipéptidos naturales provenientes de peces constituyan un reservorio de compuestos de igual interés farmacológico muy grande y relativamente inexplorado.

Otros productos naturales, principalmente los aceites y ceras han sido utilizados en la industria desde hace mucho tiempo, por ejemplo, para el refuerzo vitamínico de alimentos para aninales. Nuevas aplicaciones de estos productos secundarios podrían constituir sustitutos naturales de medicinas y cosméticos. En muchos países el pescado se utiliza mucho como alimento de animales domésticos y como una importante fuente de fertilizantes.

El establecimiento de la importancia de los productos naturales es un asunto de la mayor prioridad en aquellos casos en que las especies están en peligro de extinción. Los beneficios económicos y sociales proporcionados por tales descubrimientos, sin embargo, van más allá del valor inmediato del pez como recurso económico. La historia de la utilización de los recursos naturales nos enseña que el valor máximo de cualquier recurso genético puede no ser conocido en la actualidad.

Tampoco es suficiente evitar la extinción conservando un pequeño grupo de individuos. No es raro que los determinantes genéticos no estén distribuidos uniformemente en una especie - ni en términos cuantitativos ni cualitativos. Esto constituye un fuerte argumento para preservar una amplia diversidad genética dentro de una especie, principalmente si se visualiza su potencial socioeconómico.

Otro renglón importante de la actividad económica es el de la pesca deportiva. Cada vez más las pesquerías deportivas de agua dulce son administradas científicamente y repobladas con poblaciones provenientes de criaderos. Las pesquerías de agua dulce en países como Irlanda y las pesquerías deportivas marinas en varios países tropicales son un importante factor en el desarrollo del turismo. Por ello las pesquerías deportivas pueden incrementar el empleo y mantener y estimular una amplia gama de actividades económicas dependientes. La creación de clases de reservas marinas donde la pesca controlada es permitida puede proporcionar un valioso método para salvaguardar la diversidad de las especies de las zonas costeras, al tiempo que proporciona buenas ganancias económicas de los pescadores y visitantes ocasionales.

En América del Norte, Europa y Asia Sudoriental el comercio de acuarios ornamentales es una industria sumamente importante. Por ejemplo, las ganancias provenientes de sólo las ventas de peces tropicales en Florida (EE.UU.) en 1974 fueron de más de US$ 30 millones (Courtenay et al., 1974). Muchas de las especies más populares provienen de la cuenca del Amazonas y de los grandes lagos de Africa. Estos peces a menudo forman pequeñas subpoblaciones separadas que viven en habitats sumamente especializados o son localizados en zonas restringidas y son, por tanto, extremadamente vulnerables a la extinción. Contando con una guía y promoción adecuadas, el cultivo de tales especies por aficionados puede ser un método para preservar estos recursos para generaciones futuras. Sin embargo, debido al peligro de la endogamia, la conservación in situ tiene mejores probabilidades de éxito. Los peces de arrecifes coralinos proporcionan un potencial similar de ingresos y presentan problemas similares en la protección de este recurso a largo plazo.

Algunas especies de peces están siendo sembradas en lagos y ríos para el control de hierbas e insectos. Ello puede tener importancia en la eliminación de enfermedades transmitidas por vectores. Mientras esto es social y económicamente deseable, se debe poner atención a los efectos sobre las poblaciones de peces autóctonos (ver sección 5.3).

En resumen, para mantener las opciones económicas vigentes, es conveniente que se implementen programas eficientes que operen a ambos niveles de la preservación de los recursos genéticos, es decir programas que (1) minimicen la tasa de extinción de las especies evitando la destrucción de los habitats y que (2) minimicen la pérdida de variabilidad genética de las especies que no están en peligro inmediato de extinción, principalmente de aquéllas que tienen ya un papel importante en la supervivencia humana.

1.5.3 Argumentos ecológicos para la preservación de los recursos genéticos

El argumento ecológico principal para la preservación de los recursos genéticos, es, en un sentido, el derivado lógico de los argumentos anteriores. Su formulación: la estabilidad de los sistemas ecológicos y el mantenimiento de la diversidad biológica (taxonómica) es un valor universalmente reconocido aunque a menudo se dé mayor prioridad a consideraciones sociales y económicas. Un método importante para mantener la estabilidad y la diversidad es el mantenimiento de la adaptación de las especies, particularmente de los consumidores dominantes de altos niveles tróficos. La escasez o extinción de tales especies constituye una pérdida de recursos genéticos y representa un peligro para la integridad de los ecosistemas.

La protección del habitat es el mejor método para asegurar la supervivencia de especies ícticas ecológicamente importantes. La destrucción del habitat es particularmente desastrosa cuando afecta a especies endémicas locales, porque la eliminación de una especie entera es un proceso irreversible (ver sección 1.4). Se prevé que esto constituya un problema creciente, particularmente en las regiones tropicales donde abundan las especies endémicas con requerimientos ecológicos especializados. No obstante que una limitada disminución de la calidad del agua y de la diversidad del habitat pueda ser tolerada, hay probablemente un punto en el cual aún la destrucción parcial del habitat puede alcanzar umbrales genéticos y ecológicos que originen el inicio de la extinción. Algunos ecólogos tropicales creen que la extinción de algunas especies clave originará una súbita cadena de extinciones (Gilbert, 1980; Terborgh y Winter, 1980). En resumen, la preocupación por la supervivencia de las especies, y la creación de programas y guías de preservación adecuados, serán de beneficio indirecto al hombre al proteger ecosistemas enteros y todos sus valores económicos y ecológicos concomitantes (World Conservation Strategy, 1980).


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