Página precedenteIndicePágina siguiente

Inundaciones y sequías

El exceso y la falta de agua siempre han sido riesgos naturales de la agricultura. En la actualidad, los agricultores sufren más que nunca los extremos climáticos, a pesar de los avances en la predicción del tiempo, del uso de satélites meteorológicos y de la existencia de avanzados modelos informáticos de simulación del clima. Aunque estos fenómenos extremos puedan ser más frecuentes como resultado del cambio climático, la vulnerabilidad también ha aumentado por otras razones: la densidad de población ha aumentado; el uso de tierras marginales para cultivos inapropiados, que cada vez es más frecuente, aumenta la erosión potencial del suelo y da lugar a inundaciones súbitas; la deforestación de tierras con fuertes pendientes ha eliminado la cobertura vegetal que las protegía; la potente maquinaria agrícola que actualmente se emplea ha eliminado la cubierta vegetal de las tierras en una fracción del tiempo mucho menor que la que antes se requería; y las presiones económicas sobre los agricultores para aumentar la productividad mediante una agricultura intensiva han conducido a prácticas agrícolas inestables e insostenibles. Será imposible maximizar la producción agrícola con recursos hídricos limitados si no se corrigen los factores que acentúan los efectos de los desastres naturales.

Inundaciones importantes

Año

Ubicación

Número

aproximado

de muertes

1421

Países Bajos

100 000

1530

Países Bajos

400 000

1642

China

300 000

1887

Río Amarillo, China

900 000

1900

Texas, Estados Unidos

5 000

1911

Río Yangtze, China

100 000

1931

Río Yangtze, China

145 000

1935

Río Yangtze, China

142 000

1938

Río Amarillo, China

870 000

1949

Río Yangtze, China

5700

1953

Países Bajos

2 000

1954

Río Yangtze, China

30 000

1960

Bangladesh

10 000

1963

Vaiont, Italia

1800

1979

Morvi, India

15 000

1991

Bangladesh

139 000

1991

Filipinas

6 000

1991

Río Huai, China

2900

Fuente: Comisión Mundial del Agua para el siglo XXI
Visión Mundial del Agua: Haciendo del agua un negocio de todos
Informe en borrador de la Comisión: Versión del 14 de noviembre de 1999

Estudios hechos por el Grupo Munich Re muestran que en los años noventa ha habido 3,2 veces más catástrofes naturales de gran importancia - principalmente inundaciones, tormentas y terremotos - que en los sesenta, y el daño económico aumentó 8,6 veces. El impacto de la frecuencia y la gravedad de las inundaciones, a menudo asociadas a deslizamientos de tierras, ha sido muy importante. Durante el período 1988-1997 las inundaciones representaron alrededor de un tercio de todas las catástrofes naturales, causaron más de la mitad de todas las muertes por catástrofes y fueron responsables de un tercio de las pérdidas económicas totales debidas a catástrofes.

Inundaciones y otras catástrofes naturales en el mundo, 1988-97

Cada vez más personas están sufriendo inundaciones: más de 130 millones entre 1993 y 1997. La degradación ambiental ha contribuido substancialmente a la devastación causada por las inundaciones. También han contribuido la pobreza y la marginación, que a menudo exigen que los pobres vivan en condiciones inadecuadas y vulnerables.

La degradación de tierras es una causa importante del impacto creciente de las inundaciones y las sequías sobre las poblaciones humanas y el ambiente. Actualmente, aproximadamente el 70 por ciento de las tierras de secano y un sexto de la población mundial sufren procesos de degradación. Esto ocurre en la mayor parte de las regiones del mundo pero es más pronunciado en las regiones semiáridas y propensas a la sequía de África, Asia y América del Sur. La sequía y la desertificación han ocasionado grandes emigraciones tanto en Brasil como en el Sahel. Durante las tres décadas pasadas, mucha gente ha perdido sus medios de vida, que estaban basados en la agricultura, y ha habido hambrunas, desnutrición y emigración generalizadas.

El documento de la FAO Agua para la vida, publicado en 1994 con motivo del Día Mundial de la Alimentación, informa que:

«En muchas partes del mundo, las áreas cultivadas de secano se encuentran en mal estado. El aumento de población y de carga ganadera han causado degradación de las tierras debido a la erosión del suelo, al pastoreo excesivo, a los incendios forestales, a la deforestación y a la expansión de la agricultura en tierras marginales no aptas para el cultivo. En zonas áridas y semiáridas, que cubren un tercio de la superficie continental de la Tierra, estas formas de degradación conducen a la desertificación...

El costo en términos de sufrimiento humano es alto. De 1984 a 1985 la sequías de África afectaron a 30-35 millones de personas; la degradación de tierras y la desertificación causaron que alrededor de 10 millones de estas personas, conocidos posteriormente como refugiados ambientales, fuesen desplazados permanentemente.»

En 1998, en algunas regiones los fenómenos atmosféricos asociados con El Niño dejaron sin agua a los cultivos, en otras los inundaron y el Huracán Mitch arrasó América Central, causando la muerte de más de 9 000 personas y dejando sin vivienda casi a tres millones. Honduras y Nicaragua fueron los países más duramente afectados. En Honduras se perdió más de la mitad del maíz. Se estima que las pérdidas de café y de otros cultivos de exportación ascendieron a 400 millones de dólares EE.UU.

Factores antrópicos aumentaron significativamente el impacto del Huracán Mitch. Avalanchas de lodo se deslizaron por laderas que se encontraban desprotegidas debido a la deforestación y al cultivo de tierras marginales. Las inundaciones se agravaron por el mal manejo de las cuencas hidrográficas. Los países más afectados están intentando corregir los problemas estructurales que contribuyeron a los desastres, examinando las prácticas de tenencia de la tierra, apoyando proyectos de reforestación y proporcionando capacitación en manejo de cuencas.

En muchos países de Asia las graves inundaciones y la peor sequía en décadas en el Cercano Oriente han empeorado las perspectivas de su seguridad alimentaria. En 1999, en el Cercano Oriente se esperaba que la sequía redujera el 16 por ciento de la producción de cereales. Las pérdidas serán superiores en la República Islámica del Irán, Irak, Jordania y en la República Árabe de Siria. Desdichadamente, parece ser que tanto en Asia como en el Cercano Oriente estos desastres no son ocasionales.

En muchas zonas, la desecación de áreas situadas en la parte inferior de las cuencas hidrográficas es cada vez más problemática. La trágica historia del Mar de Aral es bien conocida; menos conocido es que un destino similar amenaza a los agricultores de los deltas de muchos ríos, cuya agua se despilfarra en los tramos alto y medio de la cuenca, dejando sin agua suficiente a los habitantes y agricultores del tramo bajo.

Inundaciones y sequías en el Río Amarillo de la China

El Río Amarillo, el segundo río más largo de la China, drena una cuenca de 745 000 kilómetros cuadrados y afecta a 120 millones de habitantes

El Río Amarillo de la China se ha convertido en un ejemplo clásico de cómo el uso aguas arriba puede ocasionar inundaciones en el tramo medio del río y falta de agua (desertificación) en el tramo más bajo.

El Río Amarillo se seca antes de llegar al mar cada vez con más frecuencia, 200 días en 1997. El caudal anual en el delta en el período 1986-1994 fue la mitad que en la década previa.Las investigaciones han demostrado que las tomas aguas arriba y el éxito de los proyectos en la parte media son los responsables, y que los cambios climáticos no son significativos.

El Río Amarillo tiene la concentración más alta y la mayor carga total de sedimentos que cualquier otro río en el mundo. Anualmente transporta alrededor de 1 600 millones de toneladas de sedimentos, procedentes en su mayor parte de la erosión de las planicies de Loess. Una gran parte del sedimento se deposita en el lecho del río cuando fluye hacia la gran Planicie del Norte de China, en donde el lecho del río ahora está a 10 metros por encima de las tierras por las que discurre, estando el cauce protegido por diques. Generalmente, las fuertes lluvias rompen estos diques, causando inundaciones catastróficas que a su vez ocasionan grandes pérdidas de vidas y daños económicos.

Sin embargo, la escasez de agua en la Planicie del Norte de China es de 5 000 millones de m3 para usos municipal e industrial y 35 000 millones de m3 para la agricultura. Esto representa alrededor del 70 por ciento del caudal promedio del Río Amarillo. Las grandes extracciones de agua en este área y aguas abajo causan que el río se seque muy a menudo antes de que llegue al mar, privando a la agricultura del delta del agua de riego necesaria para maximizar la producción en su fértiles planicies.

Página precedenteIndicePágina siguiente