por
Luis Ernesto Ruiz Rubio
Jefe de la División de Acuicultura
Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables
y del Ambiente (INDERENA)
Diagonal 34, no. 5–16, Bogotá
Debido al desconocimiento de la biología de especies nativas, ha existido en Colombia una marcada tendencia a introducir especies exóticas. Es así como en los primeros años del presente siglo se introdujo la carpa común, Cyprinus carpio, sin que esa introducción (por lo menos hasta ahora no se conocen resultados justificables) hubiera obedecido a necesidades y programas establecidos. En 1939 y procedente de los Estados Unidos, llegó el primer despacho de trucha arco iris, Salmo gairdneri, precursor de otras introducciones de salmónidos que no presentaron buena adaptación a nuestro medio. Sólo la trucha arco iris se adaptó bastante bien y estableció las bases de una incipiente industria piscícola en el país. En realidad, ésta es la única especie de aguas continentales que está siendo producida a nivel industrial.
La Corporación del Valle del Magdalena (C.V.C.) inició la investigación de nuestra primer especie íctica, el bocachico, Prochilodus reticulatus magdalenae. Sin embargo, las dificultades para su manejo en cautividad, y especialmente la necesidad de inducir su reproducción, generaron una atmósfera pesimista respecto de las posibilidades de la especie para programas de acuicultura.
Deslumbrados por la precocidad, prolificidad y rusticidad de la especie, introdujimos a comienzo de los años sesenta la Tilapia mossambica y en 1967 la Tilapia rendalli. Para esa época ya se había introducido la carpa espejo, Cyprinus carpio var. specularis, y se habían efectuado algunos transplantes de especies nativas.
El temor a producir trastornos ecológicos llevó al Estado a restringir las actividades de fomento con T. rendalli y a prohibir la T. mossambica.
Durante varios años (incluso en la actualidad) el grueso del fomento en piscicultura en climas frios fue la trucha, y en zonas templadas y cálidas la T. rendalli. En 1979 se introdujo la Tilapia (Sarotherodon) nilotica, se desarrollaron paquetes técnicos en forma relativamente rápida y, gracias a los resultados obtenidos con la especie, ésta desplazó a T. rendalli. Ante la necesidad de controlar la superpoblación en los estanques, se han desarrollado: prácticas de control biológico (sistemas predador-presa) utilizando principalmente como predador al tucunaré Cichla ocellaris, métodos de cultivo en jaulas flotantes, sexaje, reversión de sexo, pesca selectiva y, por último, se tomó la determinación de producir híbridos de tilapia mediante el cruce T. nilotica x T. hornorum, especie esta última que será introducida durante 1983 para ese fin.
Las especies marinas que se han tenido en cuenta para investigación son algunas del género Penaeus. El Centro de Cartagena contó con el apoyo técnico de la FAO y la Misión China, ha entrenado a sus técnicos en el extranjero y está estableciendo una nueva sede en Tumaco (Pacífico).
La acuicultura no ha entrado a formar parte de la economía del país pero se encuentra en un punto que podríamos llamar de despegue. En efecto, se han dado ya condiciones tales como:
El establecimiento de una buena infraestructura física, dotada de los equipos necesarios para investigación y producción de alevines.
El entrenamiento de personal profesional y asistencial en diversas áreas de ésta zootócnia.
El conocimiento de información básica sobre la biología y comportamiento de algunas especies en nuestro medio.
El establecimiento de canales de crédito específicos.
La iniciación de actividades acuiculturales de algunas empresas que, tanto en aguas continentales como marinas, empiezan a lograr resultados y sirven como ejemplo para otros potenciales acuicultores.
Sin pretender desconocer las acciones de pequeñas (en área) corporaciones regionales y universidades que han adelantado investigaciones y programas de fomento, recae sobre el INDERENA la mayor parte del peso de estos programas a nivel nacional. El organigrama que corresponde a actividades de investigación y fomento puede resumirse así:
La investigación en acuicultura corresponde a la Subgerencia de Pesca y se efectúa a través de estaciones construídas para ese efecto.
La investigación sobre acuicultura continental cubre los tres pisos térmicos y cuenta con las siguientes estaciones:
Berlín (Santander) y Guairapungo (Nariño) destinadas a cultivo en aguas frias, que trabajan exclusivamente con trucha arco iris.
San Carlos (Antioquia), Obia (Santander), Timbio (Cauca), Linares (Nariño), Alto Magdalena (Huila), localizadas en clima medio y orientadas al trabajo con tilapias, carpa espejo y algunas especies nativas como tucunaré y mojarra.
Repelón (Atlántico) en clima cálido y dedicada a la investigación de tilapias, camarón de agua dulce (Macrobrachium rosenbergii) y algunas especies nativas como bocachico (P. reticulatus magdalenae) y cachama (Colossoma sp.).
La investigación sobre acuicultura marina cuenta con su principal sede operativa en Cartagena (Litoral Caribe), y con su segundo laboratorio en Tumaco (Costa Pacífica). Gracias a los logros de este Proyecto se han establecido tres compañías productoras de camarón y se espera que en el transcurso de 1983 se duplique el área de cultivo.
En lo relativo a aspectos de fomento, no nos referiremos en este aparte a los programas generales que se han gestado con el fin de establecer la producción mediante la creación de incentivos tributarios y/o crediticios sino, a aquellos programas institucionales, que dependen ante todo de los aspectos técnicos. Incluiremos, sin embargo, algunos programas que a pesar de ser ajenos a entidades crediticias o bancarias, tienen como componente fundamental el otorgamiento de créditos. En esta categoría de programas de fomento, se pueden diferenciar dos tipos:
(a) Los programas regulares, que son aquellos que se ejecutan con dos objetivos primordiales:
repoblación en aguas de uso público;
siembras en estanques de propiedad privada, programadas y ejecutadas principalmente para verificar, a nivel de usuario, las esperiencias realizadas a nivel de Estación.
El fomento se genera en cada estación, de acuerdo con el tipo de investigaciones que allí se adelanten y, generalmente, hay un profesional pesquero encargado de estos aspectos.
(b) Programas especiales, que son aquellos programas que han sido creados específicamente para incrementar producción, ayudar a sectores de la población económicamente marginados o dirigir la producción hacia campos de interés específico. Existen tres programas especiales principales:
Desarrollo Rural Integrado (DRI) que tiene como uno de sus componentes el de la piscicultura. Está restringido a ciertos Departamentos y, dentro de ellos, a un grupo seleccionado de municipalidades. Asiste a usuarios de bajos recursos económicos, a quienes apoya con la financiación necesaria. Busca el establecimiento de pequeñas unidades productoras que en primera instancia obtengan proteína animal a bajo costo para enriquecer la dieta familiar y, en segundo lugar, obtengan excedentes que puedan ser vendidos y reporten entradas económicas que les permitan un ingreso extra y la amortización del préstamo, el cual presenta modalidades bastante ventajosas para el usuario.
PRIDECU - Programa especial de recuperación de cuencas hidrográficas que busca favorecer a comunidades organizadas, mediante crédito asociativo. Está limitado también a determinadas zonas geográficas y presenta modalidades de crédito altamente favorables.
Créditos de fomento para la exportación - programa establecido por el Fondo de Promoción de Exportaciones (PROEXPO) con el fin de incentivar la producción de aquellos artículos que participan en forma notoria dentro de aquellos generadores de divisas. Se han visto favorecidas actividades tales como la producción de camarón marino y la de peces ornamentales.
Para 1983 se tiene planeado el conocimiento de estos parámetros, información que es indispensable para mantener un diagnóstico real y actualizado de la actividad, el cual servirá de base para proyecciones de producción de semilla, mercadeo, crédito, etc. Los planes están diseñados para la utilización de dos sistemas complementarios:
Inscripción de piscifactorias y, en general, granjas dedicadas a la acuicultura. La inscripción recoge información como especies producidas, área utilizada, producción real, densidad de siembra y otros.
Control a la Asistencia Técnica Particular, mediante la exigencia de informes períodicos que deben contener datos sobre la granja asesorada, producción, especies, áreas, problemas encontrados, etc.
Si bien es cierto que algunas granjas quedarán por fuera de la encuesta, estimamos que la información que se obtendrá podrá tomarse como un universo y dará pie para cualquier análisis que sea necesario.
La información disponible no nos permite aventurar estimativos, sin embargo, basándonos en experiencia personal, podemos reportar los siguientes estimados:
Granjas camaroneras: representadas por tres empresas, dos en el Atlántico, cerca de Cartagena y una en el Pacífico, cerca de Tumaco. Sólo una de ellas está en plena operación (las otras tienen como iniciación de actividades 1982–83) y cumple en la actualidad programas de expansión. La extensión total aproximada de las granjas (no el área bajo cultivo) es de 900 ha, de las cuales las del Atlántico (700 ha) trabajan preferentemente con camarón blanco, Penaeus schmitti.
Granjas truchícolas: hay unas veinte en total, dedicadas a la producción de trucha arco iris. Sin embargo, por problemas que se comentarán más adelante, es posible que no sobrepasen una producción anual estimada en 150 t.
Granjas productoras de otras especies: hay unas pocas en áreas rurales pero su extensión no es considerable y su producción apenas alcanza para atender una parte de la demanda local. La especie más cultivada es T. rendalli que, como se dijo anteriormente, está siendo desplazada por T. nilótica.
A nivel público se cuenta con 7 profesionales calificados para cultivos marinos, específicamente del camarón. El número de profesionales involucrados en acuicultura continental asciende a unos 77, de los cuales 22 están en el área del fomento.
El número de profesionales inscritos para prestar asistencia técnica a proyectos integrales de acuicultura asciende a 20, la mayoría de los cuales adquirió conocimientos, experiencia e incluso, especialización, trabajando con el sector público.
Los programas regulares de INDERENA cuentan con un presupuesto aproximado de 1 500 000 dólares EE.UU., partida que debe cubrir gastos de personal, de inversión y de funcionamiento. Se estima que las Corporaciones Regionales y algunas Secretarías Departamentales pueden estar apropiando igual cantidad, para un gran total nacional de 3 000 000 dólares EE.UU.
Aparte de los fondos arriba anotados, el Gobierno, a través del Fondo Financiero Agropecuario (Ley 5a.) establece anualmente un cupo de crédito para que sea utilizado directamente por particulares interesados. Sólo durante el mes de marzo se conocerá el cupo total para 1983.
A continuación se presenta un cuadro comparativo de las condiciones de crédito para fomento de acuicultura existente en 1982 y, la propuesta presentada para 1983.
1982 | Propuesta 1983 | ||
Monto a cubrir con fondos del préstamo | 80% | 85% | |
Plazo de amortización | Mínimo | 2 años | 5 años para levante |
8 años para criaderos | |||
Máximo | 6 años | - | |
Período de gracia | 1 año | 3 años mínimo para levante | |
5 años mínimo para criaderos | |||
Tasa de interés | 22% anual | 12% anual para levante | |
10% anual para criaderos | |||
Tasa de redescuento | 18% | Menos del 3% | |
Margen de redescuento | 80% | 100% |
Existen algunos planes proyectados hacia los próximos años (mediano plazo). Sin embargo, todos estos planes son el producto de programaciones aisladas que consultan únicamente las prioridades institucionales y/o regionales. Es por esto que se viene elaborando (no muy rápidamente) el Plan Nacional de Acuicultura, documento que recogerá todas las inquietudes y anhelos de las diferentes entidades y zonas del país al tiempo que fijará las líneas de acción que deben ser seguidas en cada caso específico, responsabilidad en la ejecución de los programas, niveles de financiación para cada región, especie, etc. Se confía en que el presente año se pueda llegar a un consenso nacional y se promulgue el Plan.
En la actualidad no existe ningún programa de este tipo. Por experiencia, se tiene conocimiento de los beneficios que este tipo de acuerdos genera. Sin embargo, respecto a acuerdos internacionales o asistencia externa, la acuicultura colombiana ha pasado por las siguientes etapas:
Identificación de problemas y necesidades. Diagnóstico Nacional corroborado por el Proyecto para el Desarrollo de la Pesca Continental INDERENA-FAO. Las conclusiones finales tanto del Gobierno como del componente externo se pueden resumir en:
carencia de personal especializado;
inexistencia de infraestructura para investigación y fomento;
a pesar de contar con gran cantidad de especies, los pocos estudios demuestran que ninguna de ellas (por lo menos para la época) era lo suficientemente promisoria como para montar un programa de acuicultura debidamente estructurado.
La segunda etapa correspondió a la ejecución de los proyectos de asistencia técnica con la Misión China para el establecimiento de la maricultura y el de USAID para el Desarrollo de la Acuicultura Continental.
Gracias a estos proyectos se logró la solución de gran parte de los limitantes identificados y fue así como se construyeron y/o ampliaron instalaciones existentes, se dotaron de los equipos requeridos, se preparó, con entrenamientos cortos en unos casos y con cursos de especialización a nivel de postgrado en otros, un buen número de profesionales que hoy está al frente de la actividad y, por último, se montaron programas de transferencia de tecnología, mediante la permanencia y participación en la ejecución de los programas, de expertos altamente calificados.
La tercera etapa, la actual, corresponde a la autosuficiencia, en el sentido de poder utilizar en la programación y ejecución de los proyectos, el personal y las facilidades disponibles. Sin embargo, justo es reconocer que, a pesar de la buena capacidad, hay componentes que se manejan más facilmente cuando se cuenta con asistencia técnica extranjera. Para dar un ejemplo, el entrenamiento y actualización de personal, y la renovación de equipos, son procesos que se complican demasiado a nivel nacional.
Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, se concluye que la asistencia externa es benéfica y es necesario establecer contactos con el fin de implementar un programa de este tipo.
A pesar de que en el numeral anterior se exponen algunos puntos de vista generales, sobre el tema de la asistencia técnica externa, es necesario puntualizar sobre los aspectos positivos y negativos de los proyectos ya que, tenemos la seguridad de que nuestra experiencia no es aislada y, sumada a la de los demás países, nos va a permitir la identificación de fórmulas que propendan por el mejoramiento de los aspectos que puedan considerarse como negativos.
(a) Referente al proyecto para el Desarrollo de la Pesca Continental INDERENA-FAO, es justo reconocer que el área de acuicultura no era el principal componente del proyecto, que no se contaba con personal de contrapartida suficientemente capacitado y/o experimentado y que las instalaciones disponibles en ese entonces estaban bastante lejos del ideal. Sin embargo, el proyecto y, en especial, la parte correspondiente a la FAO, adoleció de fallas que obligaron a la revisión crítica del proyecto y al retiro intempestivo de su Director.
La efectividad del proyecto, en cuanto a acuicultura se refiere, se limitó a coincidir con los conceptos de la parte nacional en cuanto a necesidades. Sirvió sí, para reforzar las solicitudes al Gobierno central para que se iniciaran contactos con otras agencias y se procuraran los fondos requeridos.
Lo mejor del proyecto fue el programa de entrenamiento efectuado con el personal de contrapartida. Lo peor, la selección de expertos ya que, en su mayoría, a pesar de ser sobresalientes en su especialidad y zona geográfica, no resultaron idóneos para nuestro medio y nuestros problemas.
(b) El proyecto para el Desarrollo de la Pesca Continental y la Acuicultura - INDERENA - USAID fue un programa de préstamo internacional que se negoció inicialmente por cerca de 3 000 000 dólares EE.UU., de los cuales el 40 por ciento fue financiado por la AID.
Fue el programa más completo y positivo ya que, gracias a él, se cubrieron todos los frentes que se habían identificado como prioritarios para el despegue de la acuicultura. En efecto, se construyeron estaciones, se dotaron con suficientes equipos, se efectuó un ambicioso programa de entrenamiento y se incluyó el componente de asistencia externa. En su orden los aspectos más sobresalientes fueron: entrenamiento, construcciones, dotación y asistencia técnica.
(c) El Proyecto para el Desarrollo de la Acuicultura Marina - INDERENA - Misión China fue el único proyecto establecido específicamente para desarrollo de la acuicultura y merece nuestra mejor calificación en cuanto a transferencia de tecnología. En efecto, los expertos destacados por la Misión China, cuatro, fueron de altísima calidad profesional y humana. Lamentablemente no podemos decir lo mismo de los otros componentes del proyecto ya que fue un proyecto con muchas limitantes logísticas y presupuestales.
El orden en que se presentan los problemas no corresponde a nuestra estimación de la importancia que ha tenido cada uno. Su presentación responde, en cierta forma, a una ordenación cronológica ya que, en ese orden, se hace posible una identificación de causas y efectos.
Su característica de ser una nueva actividad económica en el ámbito nacional, determina el desconocimiento, en alto grado, del importante papel que puede jugar como generadora de empleo, recuperadora económica de tierras marginales en actividades agropecuarias, productora de proteína animal a bajo costo, etc. Ese desconocimiento ha sido limitante para que el subsector reciba los recursos de capital que son indispensables para adelantar las acciones que integran esta compleja actividad.
La necesidad de buscar producción a corto plazo, aunque ello implique la introducción de especies exóticas, se convirtió en una “fuerza” antagónica a aquella que, temerosa de las alteraciones que puede generar una introducción, prefiere el estudio y utilización de las especies nativas. Este enfrentamiento ha entorpecido en alguna medida, un normal desarrollo de la actividad.
La falta de un Plan Nacional de Acuicultura que oriente y ordene la investigación y el fomento, que determine especies, regiones y sistemas y, que responsabilice a entidades, ha permitido la individualidad de enfoques y esfuerzos, fenómeno que se traduce en mala utilización de recursos, desorientación, mala información y, en no pocos casos duplicidad.
Una de las posibles causas de este problema, lo constituye el hecho de que el ente rector de los recursos naturales en el país - INDERENA - es un Instituto descentralizado adscrito al Ministerio de Agricultura, mientras que las Corporaciones Regionales, ejecutoras de algunos programas en el mismo campo, están adscritas al Departamento Nacional de Planeación.
Como resultado de lo arriba expuesto, las investigaciones y, en consecuencia, los paquetes técnicos, se generan con lentitud, no responden a las expectativas creadas por los programas de fomento y hacen que se desvíe la inversión hacia otro sector.
Algunos de los primeros intentos en acuicultura, se han establecido sin contar con el aporte financiero suficiente y no han tenido asistencia técnica permanente y responsable. Esto ha conducido a fracasos que desestimulan al acuicultor potencial.
A pesar de que la demanda en el mercado nacional, responde en la medida que la producción aumenta (observaciones en mercados locales), hay un cierto temor por parte del inversionista, fundamentado en la tradicional tendencia de consumo de carne roja en nuestro pueblo. Consecuentemente, los ensayos de producción y mercadeo han sido notoriamente tímidos.
No obstante que las entidades financieras hayan establecido cupos de crédito bajo modalidades que pueden ser calificadas como buenas, la mecánica para el otorgamiento de los préstamos no ha sido agilizada y simplificada suficientemente, lo cual crea un obstáculo para que usuarios interesados lleguen al final del trámite y obtengan en forma oportuna los fondos solicitados.
En el cultivo de la trucha y, potencialmente en el del camarón, el mercado internacional favorecido por pactos regionales, como es el caso del Grupo Andino, establece una competencia de precio que atenta contra la naciente industria, forzándola a desaparecer o a tecnificarse al máximo y a buscar incentivos gubernamentales que logren una reducción de los costos de producción.